PODERES COSMICOS VOL. 2 #14
Un mundo no es suficiente
Guión:
Bergil
Portada: Dibujada por Ron Garney. Kl'rt aparece vestido de esmóquin y con pose de James Bond: el brazo izquierdo, trasnformado en el de la Cosa, se apoya en el codo derecho. El brazo derecho, en llamas, en un ángulo de cuarenta y cinco grados, con todos los dedos excepto el índice formando un puño. Una línea de llamas sale de ese dedo. A un costado de la imagen, un letrero que dice "Su nombre es Rt. Kl'rt".
PRÓLOGO
El púlsar Q317A1995 comenzó a acelerar todavía más su velocidad
de giro. Cuando la fuerza centrípeta superó a la de cohesión, se
desintegró.
Olbap, el Vigilante asignado al sector, contempló preocupado la
escena. Aque púlsar debería haber durado, al menos, seis u ocho mil millones de
años más.
- Ha comenzado -, dijo.
FIN DEL PRÓLOGO
Kl'rt avanzaba a la carrera por los pasillos del palacio
imperial cuando lo que vio en una pantalla de holovisión le hizo detenerse en
seco.
- ...podéis ver, me encuentro perfectamente -decía en aquellos
momentos S'byll-. Los criminales que colocaron el artefacto explosivo en mis
aposentos no han logrado lo que se proponían. En estos momentos, debemos más que
nunca mantener la calma y no caer en la psicosis que persiguen esos desalmados.
Deseo que ayudéis a los investigadores que ya se hallan tras la pista de los
culpables. Eso es todo - y la imagen fue sustituida por los comerciales
habituales.
"¿Qué es todo esto?", pensó Kl'rt. "Creía que S'byll había
resultado herida en el atentado, y ahí la tienes tan campante, hablando por la
holovisión sin un solo rasguño. Alguien me va a tener que explicar todo
esto".
Cambiando de dirección, Kl'rt abandonó el camino hacia el ala
médica del palacio y se dirigió a los aposentos imperiales. Dos soldados
especialmente corpulentos y armados hasta los dientes montaban guardia ante las
puertas cerradas. Kl'rt reconoció su origen por el mechón de pelo craneano que
lucían en una orgullosa trenza: del clan L'ugbrûz, no muy inteligentes pero
fanáticamente leales hasta la muerte. Este clan carecía del poder multiforme de
los skrull por la fuerte carga de sangre no desviante (1) que circulaba por sus venas; pero
compensaban esta deficiencia con una fuerza sobrerreptiliana (2).
- ¿Dónde te crees que vas? -le espetó uno de ellos cuando hizo
ademán de pasar entre los dos y abrir la puerta.
- No creo, soldado -masculló Kl'rt, conteniendo su ira,
pues sabía que quien le detenía sólo estaba cumpliendo con su deber-. Sé
dónde voy: a ver a la Emperatriz.
- ¿Para qué? -siguió preguntando el guardia, pero sin apartarse
ni un milímetro de la puerta.
- Pero Ash'nagz, ¿no le reconoces? -le interrumpió su
compañero-. Es el comandante Kl'rt, el mayor guerrero del Imperio. Tiene paso
franco a los aposentos imperiales, en cualquier circunstancia.
- ¿Y por qué no me lo has dicho antes? -preguntó Ash'nagz
volviéndose hacia su compañero y obviamente avergonzado-. Disculpe, comandante,
no le había reconocido -, añadió, al tiempo que abría la puerta y dejaba paso a
Kl'rt.
Cuando la puerta se cerró a sus espaldas, Kl'rt se sorprendió
por tercera vez en lo que iba de mañana (3), al reconocer a las dos personas que se
encontraban en la sala. Ambos eran, a su modo, tan inconfundibles como el propio
Kl'rt: uno, el más corpulento, lucía varias condecoraciones en su pecho, y un
implante cibernético cubría el lado izquierdo de su cabeza hasta el pómulo; el
otro, mucho más delgado, llevaba su pelo al descubieto, lo que acentuaba lo poco
skrull de sus rasgos.
- ¡Talos! ¡Príncipe Dezan! ¿Qué hacéis aquí?
- ¿Tú que crees? -gruñó, irónico, Talos.
- Por favor, Kl'rt, disculpa a mi temperamental pariente
-intervino Dezan.
- ¿Cómo que por favor, Kl'rt? Recuerda quién eres tú y
quién es él, y cuál es la posición de cada uno en la jerarquía skrull. Nosotros
-dijo, con un deje de orgullo en la voz- somos miembros de la familia imperial,
mientras que este... este... este producto de laboratorio no es más que un
soldado.
- No me parece que seas tú, Talos, el más adecuado para hablar
de productos de laboratorio -intervino Dezan, evitando por segundos que Kl'rt
pusiera de manifiesto la misma circunstancia de un modo bastante más crudo-. Por
otra parte, y a diferencia de lo que tú pareces creer, mi opinión es que el
nacimiento no supone una concesión automática de determinados privilegios.
Algunos derechos, como el de exigir respeto de los demás, hay que ganárselos. Y
Kl'rt ha hecho por el Imperio Skrull al menos tanto como tú.
- Si esas ideas tuyas se extendieran, Dezan, no tendríamos
Imperio por el que luchar. De todos modos, Kl'rt, acepta mis disculpas. Este
maldito temperamento mío ha vuelto a traicionarme.
- Disculpas aceptadas. Vamos ahora a lo que de verdad importa:
¿dónde está S'byll? Iba para el ala médica cuando he escuchado el final de su
mensaje por holovisión y me he venido para acá.
- ¡Ah, claro, tú no lo sabes!
- ¿No sé el qué?
- Este holomensaje te lo aclarará todo. S'byll es
extremadamente precavida, y dejó todo preparado para el caso de que ocuriera
algo. Dezan y yo ya hemos escuchado nuestros mensajes. Si quieres que te dejemos
solo...
- No, no es necesario -dijo Kl'rt, al tiempo que activaba el
cilindro que Talos le había entregado. Una imagen de S'byll de un palmo por un
palmo se materializó en el aire y comenzó a hablar.
- Si escuchas esto, Kl'rt, es que algo grave me ha ocurrido.
Iré directa al grano: si la imposibilidad de ejercer los poderes de emperatriz
es temporal, el imperio será regido conjuntamente por Talos y Dezan. Aunque
marginados de la sociedad skrull, cada uno por sus especiales circunstancias,
ambos aman profunda y sinceramente al Imperio, y sé que harán lo que sea mejor
para él. Precisamente por sus caracteres contrapuestos, sé que se compensarán y
confío plenamente en ellos. Mientras, tú deberás encontrar a quien me haya
causado el mal y castigarle como se merece. Por otra parte, si
muero...
- No creo que sea necesario escuchar más -dijo Kl'rt, apagando
el proyector-. S'byll está viva, ¿verdad? Y no era la que ha difundido el
mensaje tranquilizando a la población.
- En efecto, Kl'rt, tienes razón en ambos extremos. ¿Cómo lo
has sabido?
- Es evidente. Si S'byll hubiera muerto, no habría instaurado
un diunvirato. Fue el caos que siguió a la destrucción del anterior Mundo Trono
lo que ella luchó por evitar, y no iba a echar a la basura tantos esfuerzos.
Habría designado a un solo sucesor, con lo que ambos no estaríais aquí en pie de
igualdad, o habría un tercero por encima de los dos.
- ¿Y si ese tercero fueras tú, Kl'rt? -preguntó Talos.
- Imposible. Aunque el tener sangre imperial no es un requisito
imprescindible, como S'byll se encargó de demostrar, a mi manera soy tan paria
como vosotros. Para cuando fuera aceptado, ya nos habrían conquistado los
Shi'ar, los terrestres o incluso esos malditos kree. Además, la idea no me atrae
nada. Soy un guerrero, no un político. Semejantes sutilezas no están hechas para
mí. En cuanto a cómo sé que no era S'byll la que habló, se desprende también de
vusestra presencia: si no le hubiera pasado nara realmente, estaría aquí
y vosotros no. Con que ¿qué es lo que ha pasado? De verdad.
- De acuerdo. Lo que ha pasado es que alguien ha puesto un
explosivo, pequeño de volumen pero de gran potencia de deflagración, en el salón
del trono -, explicó Talos-. Cuando S'byll se ha sentado, ha activado la
espoleta. Sólo la sobrecarga de poder multiforme que aún conserva ha permitido
que siga con vida.
- ¿Su capacidad multiforme aún está por encima de los valores
normales? No lo creí posible. Yo pensaba que, tras energizar el transmisor
hiperespacial que devolvió este rasgo a toda nuestra especie (4), había vuelto a ser una skrull
normal... o al menos, todo lo normal que es ella.
- Pues no. Como acabas de decir, nuestra querida emperatriz es
todo menos normal. Tras la energización, todavía retiene un poder
multiforme superior al estándar de la especie. Eso es lo que ha hecho que la
bomba no la haya matado.
- Bueno, ¿y dónde está? ¿Y quién ha hablado por la
holovisión?
- Empezando por la segunda pregunta, la que ha hablado es una
de las dobles que S'byll tiene preparadas para esta contingencias. Una de las
ventajas de una raza multiforme -añadió Dezan con una mueca- es que es fácil
conseguir dobles perfectos.
- ¿Y no existiría el problema de que...?
- ¿... la doble se hiciera pasar por la
doblada...permanentemente? -interrumpió Talos, completando el pensamiento
de Kl'rt-. No. Estos dobles adoptan la forma de S'byll y actúan por ella como
consecuencia de una sugestión inducida hipnóticamente. Cuando terminan, basta
con una palabra para despertarles del trance sin que recuerden nada, hasta la
próxima vez que se les necesite. Cuando están en trance, engañarían hasta a un
telépata medio.
- En cuanto a dónde está S'byll -intervino Dezan-, sígueme y la
verás -dijo, mientras pulsaba un resorte oculto en el trono. Un panel de la
pared se deslizó a un lado, lo que les permitió ver un tramo de escaleras que
descendían.
- ¡Por la Nebulosa Negra! ¿Qué...? -exclamó Kl'rt.
- Parece que hay cosas que hasta tú desconoces, comandante...
-dijo Talos-. Vamos, síguenos -dijo, al tiempo que traspasaba el umbral.
Descendieron y descendieron, hasta que Kl'rt supo con total
certeza que se hallaban muy por debajo de los niveles más profundos del
palacio.
- ¿Cómo se evita que el gradiente geotérmico (5) haga que nos cozamos? -preguntó
Kl'rt.
- Porque tenemos un eficiente sistema de ventilación,
comandante -le contestó una voz que sonó a su espalda-. El calor excesivo sería
tan perjudicial para vosotros los skrull como para nosotros -. Volviéndose,
Kl'rt se encontró frente a un ser de apenas un metro de altura, grueso de tórax,
con unos brazos desproporcionadamente largos terminados en manos de siete dedos
largos y finos con dos pulgares, y grandes ojos protuberantes -. Su majestad la
emperatriz se ocupó de que dispusiéramos de la mejor tecnología que se pudiera
conseguir en toda Andrómeda (6).
- ¿¡Qué!? -exclamó Kl'rt-. ¡Un titerote! Pero creí...
- ¿Que habíamos abandonado el Grupo Local? -le contestó la
criatura-. Algunos de nosotros decidimos quedarnos, comandante -. Los titerotes
eran una especie conocida en el espacio por sus grandes habilidades médicas,
obtenidas a través de milenios de estudios. Sin embargo, era creencia común que
habían abandonado el Grupo Local varios siglos antes. "Decididamente",
pensó Kl'rt, "hoy es un día de sorpresas".
- Bien, si sois vosotros los que cuidáis a S'b... a la
Emperatriz, está en las mejores manos posibles. ¿Cómo se encuentra?
- Sígame y lo verá -volviéndose, el titerote caminó entre las
mesas de laboratorio hasta detenerse ante lo que parecía un gigantesco
recipiente de vidrio, levemente iluminado por una luz verdosa -. No puede oírle
ni verle, comandante -dijo a Kl'rt cuando éste llegó a su altura-, así que es
inútil que intente comunicarse con ella.
Kl'rt miró el recipiente. Una sombra parecía moverse en el
interior del líquido. De repente, el rostro de S´'byll apareció ante sus ojos en
medio de una masa de protoplasma, desdibujándose sus rasgos a
continuación.
- ¿Qué es lo que le ha ocurrido? -preguntó Kl'rt.
- Verá, comandante -, le explicó el titerote-, cuando explotó
la bomba, la emperatriz relajó el control sobre su forma corporal, al objeto de
que el poder metamórfico absorbiese, actuando por reflejo, el efecto de la
explosión. Como ve, tuvo éxito, en cuanto que sigue viva. Ahora bien, hasta que
no recupere la consciencia su voluntad no volverá a imponerse, por lo que cambia
de forma constantemente. La hemos sumergido en este fluido regenerador al objeto
de acelerar su curación.
- Bien, ya he visto bastante -dijo Kl'rt-. Siga trabajando,
doctor -y abandonó la sala.
Ese mismo día, por la noche, un skrull bajo y delgado se
dirigió hacia El kree verdoso, una taberna en los barrios bajos de la
capital. Le acompañaba una masa globular de la que emergían una miríada de
tentáculos.
- ¿Qué va a ser? -preguntó el barman, un skrull tuerto y
barrigón, cuando se aproximaron a la barra.
- Un karmet doble para mí, y lo mismo para mi amigo... ¡pero
tendrá que ser en una jeringa! -dijo el delgado con una carcajada, mientras su
acompañante pasaba del verde azulado al esmeralda más encendido.
- ¿Cómo? -inquirió extrañado el barman, pues sólo había visto
la punta de las orejas del que había hablado hasta que se encaramó a un
taburete. Inclinándose sobre el mostrador, pudo ver como el otro trepaba al
taburete de al lado -. ¡Por todos los...! ¿Qué le ha pasado, por amor de
Ziran?
- No se lo va a creer. Verá, somos fontaneros. Aquí mi
compañero había adoptado esa forma para introducirse en una cañería con fugas
cuando le dio un calambre. Ahora su mujer no le deja entrar en casa ¡y los
doctores dicen que tardará todavía tres o cuatro días en recuperarse! -terminó
con otra carcajada.
- ¡Jua jua! -rió con ganas el barman -. Aquí tienen sus
bebidas. La casa invita a su compañero.
- Muchas gracias -contestó el delgaducho, recogiendo las
bebidas y encaminándose hacia uno de los rincones más oscuros, mientras la masa
le seguía deslizándose por el suelo.
Cuando se hubieron sentado a la mesa, la masa creó una pequeña
boca y preguntó en un susurro:
- ¿Has descubierto algo, Kl'rt?
- Todavía no, Dezan. No deberíais haberme acompañado, alteza.
Este lugar no es nada seguro.
- He estado demasiado tiempo marginado. Ya es hora de que, en
la medida de mis posibilidades, haga algo por los míos. ¿Qué es lo que buscamos
exactamente?
- Entre los restos del artefacto explosivo descubrí pequeños
circuitos muy avanzados, casi tecnoorgánicos. Existen rumores de una especie
tecnoorgánica, que radica en el brazo de la Vía Láctea contrario al de los
terrestres, dedicada a conquistar mundo tras mundo. Es por ello que cogí este
escáner del Departamento de Ciencias. Básicamente, nos avisará cuando detecte
una anormal concentración de circuitos en movimiento.
Los dos skrulls esperaron pacientemente varias horas mientras
los clientes entraban y salían, pidiendo ocasionalmente más consumiciones.
Finalmente, cuando estaban a punto de perder las esperanzas, el escáner emitió
un leve parpadeo. Sólo su entrenamiento permitió a Kl'rt mantener su postura
relajada y aparentemente aburrida.
- Vámonos, Dezan. Hemos encontrado lo que vinimos a buscar
-levantándose de sus sillas, salieron del establecimiento.
- ¿Hacia dónde? -preguntó Dezan.
- Hacia la izquierda. Ese callejón. Dezan, es mejor que vuelvas
a palacio. No estás entrenado para esto, y yo sí.
- Pero...
- Comprendo tus intenciones, pero créeme, serías más un estorbo
que una ayuda. Además, esta invasión debe ser conocida. Dí a Talos que nos
enfrentamos a la Tecnarquía. Ahora ¡márchate!.
Al tiempo que Dezan se convertía en un protector de Pak y
emprendía el vuelo, Kl'rt dobló la esquina, encontrándose frente a frente con lo
que paecía ser... otro skrull.
- Esta charada es innecesaria. Los dos sabemos quién eres, así
que ¿por qué no adoptas tu verdadero aspecto?
- De acuerdo -dijo su interlocutor-. Esta forma orgánica
resulta algo incómoda -dijo, al tiempo que su cuerpo parecía fluir hasta
transformarse en otro negroamarillento formado por circuitos.
- Bueno, parece que las leyendas eran ciertas-, dijo Kl'rt con
una mueca, al tiempo que él también adoptaba su verdadera apariencia, haciendo
crujir sus nudillos -. Prepárate, escoria. Ésta va a ser la pelea de tu
vida.
-Lo mismo te digo, reptil. Lo mismo te digo.
(1)
Los skrull son los Desviantes de su mundo, fruto de los experimentos de los
Celestiales.
(2)
Los skrull son reptiles.
(3)
La primera vez fue cuando se produjo la explosión, en Poderes Cósmicos v.
II # 13.
(4)
Esta afirmación necesita una pequeña aclaración. Es bien conocido que los skrull
perdieron su poder metamórfico como consecuencia de los hechos narrados en
Fantastic Four Annual # 19 y Avengers Annual # 14. En dichos
números, el ambicioso Zabyk hizo estallar la Hiper-bomba diseñada por Myrn, que
estabilizó el código genético alterable de los skrulls en todas partes.
Asimismo, también es sabido que Estela Plateada y el Superskrull reactivaron el
poder metamórfico de S´byll (como se contó en Silver Surfer v. III # 25 a
27), y que ésta, con dicho poder en niveles altísimos, lo devolvió a sus
congéneres por contacto directo. Esto es, mediante una imposición de
manos (o de tentáculos, dado el estado permanentemente cambiante de la
emperatriz skrull), el skrull que recibía el toque recuperaba su poder.
Pero en los cómics Marvel nunca se ha explicado cómo es que skrulls que se
encontraban muy alejados de S'byll -por ejemplo, Lyja, la mujer de Johnny Storm,
que estaba en la tierra desde las Secret Wars- recuperaron ese poder multiforme
sin entrar en contacto con ellapor S'byll. Es por ello que aquí explico, si bien
someramente, mediante un retcon (¿qué harían los de Marvel sin
nosotros?), cómo se produjo la curación. Si una onda de radiación afectó
a todos los skrulls dejándoles sin capacidad metamórfica, es
perfectamente plausible que otra onda volviera a afectarles, devolviéndoles esa
capacidad.
(5)
El aumento de 1º C por cada treinta y tres metros de profundidad.
(6)
El Imperio Skrull se halla en la Galaxia de Andrómeda.
¡ATENCIÓN, CONCURSO!
Si los skrulls son reptiles, ¿por qué sus hembras tienen
pechos?
El ganador recibirá un hermoso no-premio virtual.
Nota: En el número anterior, contesté a Ripley Hunter
que lo ocurrido en el episodio 12 de esta serie ocurría antes de lo narrado en
el nº 337 de La Patrulla-X, puesto que su guionista así me lo había
indicado. Sin embargo, el Guardián de la Continuidad marveltópica ha
puesto de manifiesto que no es razonable que lo ocurrido en doce números de
Poderes Cósmicos se desarrolle en el plazo entre la desaparición de
Onslaught y el inicio de dicho número de La Patrulla-X. Por lo tanto,
rectificación al canto: primero ocurre lo narrado en la colección de los
mutantes y luego el buen doctor viaja a Titán a ayudar a los héroes cósmicos.
T-t-t-that's all, folks!
Próximo episodio: ¿Cuáles son las intenciones de la
Tecnarquía? ¿Cómo acabará la pelea entre el superskrull y el tecnarca? Más
sorpresas en Poderes Cósmicos v. II # 15. Y no olvides escribir a AUTOPISTA HACIA
EL ESPACIO-CORREO DE LOS LECTORES.