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Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.
 
Poderes Cosmicos

PODERES COSMICOS VOL. 2 #37
La Fe es creer en lo que no se ve...
Guión: Bergil
Idea original: Doc Cómic
Dibujo: Ángel Medina
Entintado: Terry Austin
Color: Liquid!

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Portada: El emblema del Puño (un brazo agarrando un rayo, sobre un planeta en cuarto menguante) siendo invadido por el virus tecnoorgánico, sobre un fondo estrellado.

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Mientras volaba por el espacio sin rumbo fijo, a la búsqueda de algún embrollo no demasiado complicado que pudiera resolver ahora que había decidido dedicarse profesionalmente a la carrera de superhéroe, Genis se percató súbitamente de dónde se encontraba.

- Caramba caramba... me parece que he llegado a los mundos del Puño... creo que me detendré por aquí. Me pregunto cómo será eso de una alianza de mundos políticamente neutral1... Fíjate, acabo de meterme a superhéroe y ya tengo curiosidades políticas... A ver si resulta que mami tenía razón cuando me decía que no tenía remedio y que siempre estaría perdiendo el tiempo...

Desviándose hacia el planeta que tenía más próximo, Genis penetró en su atmósfera y redujo la velocidad, adoptando una trayectoria oblicua que minimizara el calor de la entrada. Cuando hubo atravesado la capa de nubes, pudo ver una estructura artificial que identificó como un espaciopuerto o cosa parecida.

- Probablemente, allí podrán informarme...

Aterrizando en las proximidades del edificio que había junto a las pistas, Genis caminó hasta que encontró una puerta y penetró en su interior. Se dirigió hacia lo que parecía un despacho y encontró la puerta entreabierta. Golpeando con los nudillos el marco, preguntó:

- Perdón... ¿se puede entrar?

El individuo de piel azul que había tras el escritorio levantó la cabeza y observó por un momento el uniforme de Genis, antes de contestarle:

- ¿Sí? ¿Qué es lo que quieres?

- Bueno, acabo de llegar, y...

- ¿Llegar? ¿Llegar de dónde? ¿Cómo ha conseguido tu nave esquivar los sensores planetarios?

- No, acabo de llegar yo sólo, sin nave ni nada...

- Ah, entonces eres uno de ésos...

- Perdona, ¿de esos? ¿Qué esos?

- Quesos no... aunque uno de leche de bantha quizá estaría bueno... pero me estoy yendo por las ramas, parezco un shi’ar cualquiera... -. Ante la cara de extrañeza de Genis, el otro recuperó la compostura-. Disculpa, estaba haciendo chistes malos...

- Los alienígenas tenéis un sentido del humor muy retorcido...

- No es la primera vez que me lo dicen, no creas. De todos modos, ¿a quién llamas alienígena? Recuerda que eres tú el que acaba de llegar de fuera, como has dicho, así que... Pero mejor vamos al grano, ¿no? Me presentaré: me llamo Helek.

- Yo, Genis. Encantado. Verás, buscaba el servicio de inmigración, la aduana, la patrulla de fronteras o como quieras llamarlo... –mientras decía estas palabras, Genis no podía dejar de pensar, divertido, en lo formal que se había vuelto. En otros tiempos se habría limitado a colarse (¡con nave además!; nada de volar por el espacio sin ayuda de ingenios mecánicos) por entre los sensores planetarios, se habría posado en algún rincón apartado y discreto y habría entrado en el núcleo de población sin llamar demasiado la atención...

- ¿Qué? Disculpa, muchacho, pero aquí no tenemos de eso... El Puño es una coalición de mundos anarquistas. No hay nada parecido a un servicio, una aduana o una patrulla...

- Lo entiendo, pero ¿no acabas de exponer un oxímoron2?

- ¿A qué te refieres?

- La anarquía implica una ausencia de organización, ¿no? Entonces, ¿qué sentido tiene una coalición de anarquistas? Los verdaderos anarquistas deberían ser sujetos aislados, en tal caso...

- No te engañes, joven... anarquía quiere decir sin poder público, no sin organización. Lo que tú estás intentando definir es el caos, que no es lo mismo.... De todos modos, eres un poco tocanarices, ¿no?

- Sí, ya me lo decía mi mamá...

- No te preocupes, me gusta... Me caes bien... pero nos hemos vuelto a ir por las ramas... Decías que acabas de llegar, ¿no? Bueno, pues ve a donde gustes. Con tal de que no montes ningún lío, eres libre de moverte por donde gustes... Eso sí, no hay muchos humanoides de piel blanca por aquí, excepto... sí, me parece que ahora mismo debe andar por allí... encontrarás a Chris en el bosque que hay a un par de kilómetros de aquí, en la dirección de las montañas... pero ten cuidado, no son tan anarquistas como nosotros, y lo mismo alguno de sus compañeros te pega un tiro primero y pregunta después...

- De acuerdo, gracias por la indicación y por el aviso. Sin embargo...

- ¿Sí?

- ¿A qué te referías con uno de esos?

- ¡Ah, eso! Quería decir uno de esos superseres que es capaz de desplazarse por el espacio sin ayuda de ingenios mecánicos.

- Bueno, en tal caso supongo que sí, que lo soy... Gracias de nuevo.

Para ejercitar los músculos, Genis decidió caminar en dirección al bosque que le había indicado Helek. Como no llevaba prisa, caminó lentamente, por lo que tardó una media hora en llegar. Cuando estaba preguntándose cómo demonios localizaría al tal Chris, un resplandor entre los árboles llamó su atención. Se disponía a dirigirse hacia allí cuando un rayo impactó en el suelo a un metro por delante de sus pies. Genis adoptó inmediatamente una postura defensiva, mientras intentaba localizar a su atacante.

Para su sorpresa, la voz sonó a su espalda:

- ¿Quién eres y qué es lo que buscas? Y no te des la vuelta...

- Me llamo Genis y Helek me ha dicho que por aquí podría encontrar a un tal Chris.

- ¿Qué quieres de él?

- Nada de particular. Acabo de llegar al planeta y Helek me ha dicho que era, como yo, un humanoide de piel blanca.

- Ya, ¿y?

- Y que me gustaría hablar con alguien cuya especie se pareciera remotamente a la mía...

- ... ¿que es...?

- Mestizo de kree y eterno de Titán.

- Ah, bueno, haber empezado por ahí –dijo la voz. Al mismo tiempo, Genis notó cómo el suelo temblaba. Algo muy pesado acababa de caer a su espalda-. Ahora puedes darte la vuelta, Genis-Vell.

Girándose lentamente, Genis se encontró frente a una masa de músculos de más de dos metros y medio de altura, de color verde, con manos acabadas en garras y una boca erizada de dientes aguzados.

- ¿Cómo sabes mi apellido? No te lo he dicho...

- Mientras manteníamos nuestra apasionante conversación, nuestros escáneres se conectaron a las bases de datos del Puño y, de allí, virtualmente a las de toda la galaxia. Era sólo cuestión de tiempo que averiguáramos tu identidad y, reconozcámoslo, no hay muchos como tú...

- Eso es cierto. Pero me llevas ventaja, porque yo no sé tu nombre. Y puesto que no eres humanoide ni, evidentemente, eres de piel blanca, tú no eres ese Chris que me han indicado.

- Buena deducción, jovencito. Me llamo Ch’od. Si eres tan amable de acompañarme...

Siguiendo al alienígena, Genis llegó al pie de un árbol enorme. A media altura, había adosadas al tronco varias estructuras evidentemente artificiales. Sacando un dispositivo de su cinturón, Ch’od pulsó un interruptor. Una columna de luz cayó sobre ellos y ascendieron ingrávidos hasta la más baja de las estructuras. Una vez allí, Ch’od dijo a Genis:

- Encontrarás a Chris en aquella sala de allí a la derecha –al mismo tiempo, le señaló la dirección-. Te acompañaría, pero tengo que ir a ver cómo va mi sopa de verduras.

- ¿Verduras? –masculló Genis, mientras caminaba en la dirección indicada-. ¿Ha dicho sopa de verduras?

Cuando entró en la sala, Genis esperó un momento a que sus ojos se adaptaran a la penumbra de la misma. Cuando lo hizo, pudo ver a un hombre de espaldas a él, sentado a una mesa e inclinado sobre la misma. Genis tosió levemente para llamar su atención.

El humano levantó la cabeza, se giró y vio a Genis. De edad mediana y musculoso, sujetaba su cabellera abundante con una cinta en la frente, y lucía un frondoso mostacho cuyas guías descendían hacia su barbilla. Se adelantó hacia él, extendiendo su mano en ademán de saludo:

- Perdona, pero no te había oido entrar... Soy Christopher Summers.

- Encantado, yo… ¡Hey, espera un momento! ¿Eres ese Christopher Summers? ¿El conocido como…?

- ¿Corsario? Sí, soy ese Christopher Summers... en todo caso, espero que no haya más... Pero Corsario pertenece a mi pasado, he abandonado aquella vida3... Algunos de mis compañeros tomaron la misma decisión que yo... supongo que ya has visto a Ch’od... pero otros, en cambio, todavía no han asumido que el causar muerte y destrucción no es el camino correcto... Sin embargo, todos somos ya mayorcitos, y la experiencia me ha enseñado que resulta inútil, además de frustrante, el intentar convencer a alguien por las malas de que haga lo correcto. Es mejor esperar a que se dé cuenta de que ha cometido un error y rectifique... o a que asuma las consecuencias de su obstinación en permanecer en dicha postura equivocada, por mucho que podamos quer...apreciar a esa persona. Pero me temo que estoy divagando –dijo Christopher Summers, abandonando la mirada melancólica y abstraída que tenía mientras se explayaba- y, lo que es peor, probablemente aburriéndote. Y, además, estoy resultando un anfitrión de lo más descortés. ¿Quieres tomar algo? Tenemos por aquí algo de cerveza de Quietud que no es demasiado fuerte y resulta de lo más refrescante...

- Gracias, no quería interrumpirte...

- No, si ya terminaba –dijo Chris, señalando al pequeño árbol, de apenas dos palmos de alto, que había en una maceta depositada sobre la mesa-. Espera que recoja todo esto, y salimos a la plataforma a bebernos esa cerveza, ¿de acuerdo?

- Bien.

Minutos después, Genis y Chris estaban sentados en la plataforma, con sendas jarras de cerveza y empezando a conocerse. Ambos habían oido hablar del otro, no siempre en los mejores términos, pero nunca se habían encontrado.

Repentinamente, Chris se interrumpió, al tiempo que se llevaba una mano al cinturón:

- Disculpa, Genis, mi comunicador se ha activado. ¿Sí, Helek? ¿Qué es lo que ocurre?

- Creo que es mejor que vengas aquí, Chris. De hecho, creo que es mejor que vengais todos los que andeis por ahí... incluida tu visita, si es que sigue por ahí. Me parece, si su reputación se ajusta a la realidad, que lo que tengo que deciros le va a interesar.

- De acuerdo, Helek. Ahora vamos para allá. Corto y cierro –devolviendo el comunicador a su cinturón, Chris apuró la jarra al tiempo que se levantaba-. Ya has oido, Genis. Nos llaman. Espera que reúna al grupo y vamos para allá.

Dirigiéndose al habitáculo más cercano, Chris pulsó un botón al lado de la entrada, y habló junto al micrófono que había encima:

- Muchachos, Helek acaba de llamarme. Ha ocurrido algo y quiere que vayamos para allá. Nos reunimos dentro de cinco minutos en el hangar.

Luego, guió a Genis hasta que llegaron a otra construcción, en el que había varios deslizadores de superficie de diferentes tamaños. Chris se dirigió a uno con capacidad para media docena de personas e inició la rutina de encendido. Poco después, Genis vio como llegaban los compañeros de Chris: primero, un humanoide de piel azul y pelo largo, al que presentó como Keeyah; luego, Ch’od; y, finalmente, otro humanoide con toda la mitad izquierda del tronco parte de la cara cibernéticas, que fue presentado como Raza.

Cuando los cinco se hubieron acomodado en el deslizador, Chris despegó y se dirigieron al espaciopuerto por el que Genis había pasado unas horas antes. Aterrizando con suavidad, el grupo se dirigió al despacho de Helek, que los estaba esperando. A Genis le pareció que Helek se extrañaba de no ver a alguien más, aunque no lo mencionara.

- Y bien, Helek –dijo Ch’od-, ¿qué es eso tan importante que justifique el que me aparte de mi sopa de verduras? Espero que valga la pena.

- Me parece que sí. No me andaré con rodeos –dijo, mirando al grupo con gravedad-. Los Descreados se están moviendo.

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1.- El Puño es una alianza de mundos, fronterizos con el Imperio Shi’ar, que apareció por primera vez (hasta donde yo sé) en la serie limitada Saqueadores Estelares: Nova, de Warren Ellis y Carlos Pacheco.

2.- Expresión que tomada literalmente supone una contradicción en los términos. El ejemplo paradigmático (y chistoso) es inteligencia militar.

3.- Al finalizar la mencionada serie limitada, Corsario manifestaba su voluntad de abandonar su vida de Saqueador Estelar, y se decía que aquél había sido el último vuelo de la Saqueadora.

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En el próximo número: ¿Qué es lo que ha hecho que regresen los Descreados? ¿Cómo enfrentarán el asunto nuestros héroes?

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A pesar del tiempo transcurrido desde el último número –o, más probablemente, precisamente por ello-, hay dos cartas a comentar. La primera es de José González, y en ella comenta el último episodio:

Más bien soso. Las aventuras de los 3 del Enclave no me entretienen nada. Tengo que decir, sin embargo, que los dialogos me parecen muy logrados.

Pues siento que no te gusten los números en que aparecen estos tres personajes. A mí sí que me resultan atractivos, probablemente porque antes del inicio de Marveltopía tenían muy poca historia detrás, y eso me permite hacer con ellos casi lo que quiero. Además, tampoco los he usado tanto... En cuanto a los diálogos, los escribo de manera que me suenen naturales, así que...

Por su parte, Cachislamar también comenta el número de marras:

Numero cortito, en el que realmente no pasa nada aparte de la huida de los miembros del Enclave. El gran fallo a este número es que quizá sea un pelin tedioso, aunque no se por qué en algunas partes me recordaba el estilo de narracion a lo Terry Prachett. Si hubiera silo un poco más largo sería un número mas agradecido... Nota: 5,5

Pues sí, el número me quedó cortito. Tengo que reconocer que lo escribí para poco más que para conservar los derechos sobre la serie, y además la trama iniciada en el número 35 había resultado ser demasiado larga para un número normal (y demasiado corta para dos, visto el resultado). Haber iniciado la trama de este número habría supuesto dejarla a medias, o bien volver a tener un episodio demasiado largo. En lo referente al parecido con el famoso autor de la saga de Mundodisco, tengo que decir en mi descargo que es absoluta, total y completamente involuntario: no he leído ni una línea escrita por el bueno de Terry...

Bien, eso es todo. Nos leemos en el número que viene... Y si teneis alguna consulta que hacer, escribid a PODERES_COSMICOS@BERGIL.TK, e intentaré responderos.

 
 
   
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