Portada: Dibujada por Bergil (sí, el menda), usando el WordArt. Sobre un fondo nocturno, un terreno verde. En él hay una tumba. En la lápida pone AQUÍ YACE el dios de los Descreados. Descanse en paz. La tapa de la tumba está movida, y la tumba vacía.

Resumen de lo anterior: De viaje por el espacio, Genis-Vell aterriza en Refugio, uno de los mundos del Puño. Va al encuentro de Christopher Summers, y está conversando con él cuando son convocados para recibir una noticia inquietante: los Descreados están dando señales de actividad.

- ¿Los Descreados? ¿Quiénes son los Descreados?

Todos en la sala se giraron para mirar a Genis con cara de extrañeza.

- ¿Qué? –preguntó a la defensiva-. ¿Por qué me miráis así? Recordad que soy nuevo en esto de defender la paz y la justicia. Además, no tengo la conciencia cósmica de mi padre. No pretenderéis que lo sepa todo, ¿verdad?

El ser de piel naranja y la mitad del rostro cibernético (“Raza”, recordó Genis; “se llama Raza”) fue el que habló:

- De acuerdo, te lo explicaremos. Los Descreados eran... o son... una especie que, cuando descubrieron que habían sido creados por un “dios”, no pudieron soportarlo... y lo mataron.

- Completamente nietscheziano –masculló Christopher Summers.

- Tras eso, se lanzaron a una cruzada purificadora en la que arrasaban todos los planetas que se interponían en su camino en los que existiera alguna clase de religión. Finalmente, logramos engañarles haciéndoles creer que su “dios” había resucitado, y se suicidaron... o eso creímos¹.

- Ya. Y esa especie de fundamentalistas ateos son los que ahora han dado señales de vida, ¿no? –preguntó Genis.

- Exactamente – dijo Helek.

- ¿Y qué señales de vida han dado, exactamente? –preguntó Ch’od.

- A eso iba –dijo Helek-. Hemos detectado un movimiento de naves descreadas que siguen una ruta exactamente inversa a la que siguieron la última vez.

- Quieres decir –intervino Chris- que se alejan del espacio Shi’ar y, por lo tanto de nosotros, ¿no?

- Exactamente.

- No veo entonces cuál es el problema –dijo Genis-. Si esa panda de descerebrados se están alejando, dejemos que lo hagan.

- Ya. A enemigo que huye, puente de plata, como decimos en la Tierra, ¿no? –dijo Chris.

- Pues mira, sí –dijo Genis-. No conocía la expresión, pero me parece de lo más adecuada.

- El problema, joven impulsivo –dijo Raza- es que los Descreados están haciendo algo. Se están moviendo, probablemente de vuelta a su mundo, ya que de allí es de donde venían la última vez. Y ya aprendimos por las malas la última vez que esa especie no hace nunca nada sin que exista una buena razón para ello.

- O, por utilizar más refranes terrestres –terció Chris-, gato escaldado del agua fría huye, y más vale prevenir que curar.

- No, si ya te había entend... –dijo Genis, antes de que una voz ronroneante le interrumpiera.

- Eso de gato, ¿por mí iba, Chris?

Todos se volvieron hacia la voz. Genis pudo ver a un ser, de género indudablemente femenino, dadas sus curvas, y aspecto felino, salvo por la poblada cola que nacía del final de su espalda. Llevaba un macuto a la espalda y tenía todo el aspecto de llevar varias semanas a la intemperie. Todo el grupo se dirigió hacia ella para fundirse en un abrazo; todos, excepto Genis y Chris. Cuando los saludos hubieron terminado, Chris y la recién llegada se miraron en silencio. Sin necesitar de la conciencia cósmica, Genis intuyó que había entre ellos algo más de lo que se veía a simple vista. Y también que, aunque ambos sentían afecto el uno por el otro, había algo que los distanciaba.

- Hola, Hepzibah –dijo Chris.

- Hola, Chris. Bien te ves. ¿Podemos hablar?

- Naturalmente. Muchachos –dijo dirigiéndose a los demás-, id preparando la Saqueadora². Saldremos en cuanto nos sea posible.

Mientras Chris y la tal Hepzibah salían de la sala en dirección a los terrenos que había más allá de las pistas de aterrizaje, Ch’od, Raza y Keeyah se encaminaron de vuelta al transporte que los había llevado allí. Genis, sin saber qué hacer, permaneció junto a Helek.

Hepzibah y Chris permanecieron unos instantes en silencio, antes de empezar a hablar a la vez:

- Chris...

- Hepzibah...

Ambos se interrumpieron. Chris sentía un enorme deseo de estrecharla entre sus brazos y besarla, pero se contuvo, y dijo:

- Las damas primero, Hepzibah...

- Te he echado de menos, Chris...

- Y yo a ti, Hepzibah. Sin embargo –dijo, en un tono un poco más duro de lo que le gustaría-, no creo que hayas vuelto por eso, ¿no?

- Demonios, Chris, fácil no me lo pones. Orgullosa sabes que soy, y plato de gusto esto no es para mí.

- Tienes razón, Hepzibah, perdona. Sigue.

- Pensando he estado, Chris. Que lo mío actuar es ya sabes. Pero tiempo he tenido, en estas semanas. De acuerdo contigo no estoy completamente: despiadados los Shi’ar son, y pagados con la misma moneda merecen esos pajaritos³. Sin embargo, demasiado te quiero, Chris –éste sintió una enorme alegría al escuchar a Hepzibah pronunciar estas palabras, y no se le ocultó lo difícil que estaba siendo para ella manifestar tan abiertamente sus sentimientos-, y dispuesta estoy a probar tu vía.

- Hepzibah, no sabes lo que me alegra escuchar esas palabras. No te arrepentirás, te lo pr...

- Cosas que no dependen de ti prometer no debes, Chris –dijo Hepzibah, poniendo sus dedos sobre los labios de Chris-. Arriesgado es. Peligroso.

Apartando la mano de Hepzibah con una de las suyas, Chris empleó la otra para atraer a su interlocutora hacia él, antes de fundirse en un abrazo y darse ambos el beso que deseaban.

Horas después, el grupo se reunió de nuevo con Helek. Genis seguía allí, todavía sin saber demasiado bien qué pintaba en todo aquello... si es que pintaba algo. Chris comenzó a organizar la marcha:

- Keeyah, haz una comprobación de los sistemas de navegación. Hepzibah, verifica el sistema de armas. Ch’od y Raza, comprobad los motores y los niveles de combustible. Y tú, Marvel Jr., no te quedes ahí plantado y entra de una vez en la nave. Ya sé que puedes volar por el espacio, pero creo que te será más cómodo y descansado hacerlo como los seres normales, en una nave...

- ¿Quieres que os acompañe?

- No es que quiera, pero no me fío dejándote aquí atrás y prefiero tenerte a la vista... -Genis se quedó un poco cortado con semejante respuesta, hasta que vió una amplia sonrisa asomar bajo el mostacho de Chris, y comprendió que el terrestre estaba bromeando-- ¿Estás de coña? Claro que quiero que nos acompañes, cualquier ayuda será poca... Venga, entra de una maldita vez y a ver si despegamos... –y volviéndose hacia el interior de la nave, lanzó un grito-: ¡Tripulación! ¿Está todo listo?

- ¡Si, capitán! –respondió un coro de voces desde el interior de la Saqueadora.

- Entonces... ¡pongámonos en marcha!

La travesía discurrió sin sobresaltos. La hegemonía que ostentaba el Imperio Shi’ar en aquella parte de la galaxia hacía que el tráfico espacial fuese tranquilo, si uno decidía no llamar la atención. Y nada se encontraba más lejos de la intención de los Saqueadores que hacerse notar...

Finalmente, se encontraron en los límites del espacio Descreado. Los Saqueadores celebraron un consejo para decidir qué curso de acción tomar:

- Atacar debemos –dijo Hepzibah-. Dos veces golpea quien primero lo hace.

- Veo que tu etapa de meditación no ha atemperado tu temperamento, Hepzibah –dijo Ch’od.

- ¿Qué sugieres entonces?

- Creo que enviar una sonda pasiva será lo más prudente. Enviemos un dispositivo que nos muestre exactamente qué es lo que está ocurriendo, y entonces tendremos elementos de juicio para saber qué curso de acción seguir.

- Creo que es una buena idea, Ch’od –dijo Chris, zanjando la cuestión-. Prepara el dispositivo y lánzalo tan pronto como sea posible.

- De acuerdo, Chris.

Una vez lanzada la sonda, no quedó sino esperar. Hepzibah y Chris fueron al jardín que había en la Saqueadora; Keeyah comprobó una y otra vez los sistemas de la nave, mientras que Ch’od y Raza repasaban todo lo que sabían de los Descreados y su modo de actuar. Y Genis, sin ningún cometido específico en aquella tripulación, se limitó a pasear arriba y abajo, intentando calmar sus nervios, hasta que una sirena los reunió a todos de nuevo en la sala de control.

- ¿Y bien? –dijo Genis-. ¿Qué hemos averiguado?

- Pues no demasiado, la verdad –dijo Ch’od, bastante contrariado-. Por extraño que pueda parecer, descubrieron la sonda, y suerte tuvimos de lograr recuperarla. Es decir, ahora saben que hay alguien observando, lo que les hace más peligrosos que de costumbre...

- ¿Averiguado algo hemos, entonces? –bufó Hepzibah, a quien toda aquella cháchara estaba impacientando.

- Sí... pero...

- ¿Pero qué, Ch’od? –preguntó Chris, casi tan impaciente como su compañera.

- Pero creo que es mejor que lo veais vosotros mismos. Eso sí, creo que no os va a hacer ninguna gracia...

Tras esto, Ch’od conectó los sistemas de la sonda al reproductor holográfico, que mostró una visión del planeta Descreado que fue aumentando de tamaño.

- La sonda se dirigió a la zona en la que detectó una mayor actividad –explicó Ch’od- y... esto fue lo que descubrió.

La imagen fue concentrándose en una región del continente principal, hasta que mostró una escena que dejó a los Saqueadores con la boca abierta, y a Genis extrañado.

- ¿Qué es lo que ocurre? –preguntó Genis-¿Qué es esa especie de insecto gigantesco?

- Ch’od, dime que no es lo que parece... –dijo Keeyah.

- Sí es lo que parece, compañero. El dios de los Descreados está vivo... otra vez.

1.- Resumen de lo narrado en la serie limitada Saqueadores Estelares – Nova.

2.- Es la nave de los Saqueadores.

3.- Al igual que los humanos descendemos de los monos (simplificando, claro), y los monos... de los árboles (;-{Þ>), los Shi’ar descienden de las aves.

En el próximo número: Bueno, ya sabemos qué es lo que hacía moverse a los Descreados. ¿Cómo se enfrentarán a este desafío nuestros héroes? Descúbrelo en el próximo episodio.

Llegan los comentarios al número anterior, en este caso de Advenedizo. Dice lo siguiente:

Este número me ha gustado más que el anterior, que se me había desdibujado, además. A lo mejor está escrito para evitar la criba de turno, pero no se le nota nada, tal vez en la extensión, pero al menos no parece escrito "apresuradamente". Genis continua con su aprendizaje (aunque quizás haría falta recordarnos a los lectores que este Genis no tiene nada que ver con el de Peter David) y recuperamos a parte de los Saqueadores, ahora retirados en un mundo anarquista... ¿que consiste básicamente en que todo el mundo se rasca la barriga al sol? Bueno, está entretenido, aunque es corto y la historia apenas si es presentada, más bien estableces a los personajes. ¿Esperará el #38 a la próxima criba?”

Empezando por el final, puedes ves que no, que el número ha salido antes de que pasara un año. En teoría, la historia debería haber ocupado sólo un número, pero parece que me estoy “Bendissizando” (y en Daredevil mucho más) y las historias van a ir progresando lentamente. Además, como ahora escribo los episodios en Word, todos van a tener más o menos la misma extensión (y si uno me sale demasiado largo, pues ya tengo escrito parte del siguiente...). Efectivamente, “mi” Genis no es el de David, por lo que está mucho más verde como superhéroe cósmico. Hala, ya lo he aclarado... ;-{Þ> Y en el Puño no es que todo el mundo se rasque la barriga al sol, pero la serie limitada de los Saqueadores acababa con la afirmación de Corsario de que aquél había sido el último vuelo de la Saqueadora (ya hemos visto que no...)

Xumer también comentó el número:

No esta nada mal el número. Aunque no pasa de ser una introducción a la siguiente saga. La trama me provoca curiosidad, realmente me gustaría saber como continua y sin duda me leeré el número siguiente, pero como pega al número diré que la caracterización de los personajes parece identica independientemente de quien hable.

En conclusión: Historia o trama bien. Tratamiento de personajes mal.

Bueno, ese defecto ya me lo señaló el argumentista de esta saga, y antiguo co-editor, Doc Cómic. Así que está claro que lo bueno del número es mérito suyo, y lo malo es culpa mía... ;-{Þ>

José González también puso su granito de arena constructivo:

No veo a Genis Vell refiriéndose continuamente a su mama. A su madre quizás. Y ni eso, que los aliens son muy malos y lo tratarían de niño de teta.

A lo mejor es por eso que dice esas cosas en el espacio, donde nadie puede oir tus gritos...

La disertación sobre la contradicción de una coalición de anarquistas es una curiosa y sesuda reflexión sobre que, incluso siendo anarquico, se necesita un cierto orden. (¿A quedado la frase lo suficientemente culta?)

En cuanto a lo primero, siempre me ha hecho cierta gracia el que los anarquistas, propugnando la desaparición de cualquier estructura gubernamental, lo primero que hacen es... crear una organización. En fin... En cuanto a lo segundo, te estaba quedando de rechupete... hasta que has escrito “Ha” sin hache...

El numero es entretenidillo y me deja con dos dudas:

1ª. Los Descreados. No los conozco y su nombre me ha llamado muchisimo la atención.

Aparecieron en la serie limitada de los Saqueadores guionizada por Warren Ellis y dibujada por Carlos Pacheco. Que yo sepa, no han salido en ninguna otra parte, así que leyendo mi número sabrás todo lo que hay que saber sobre ellos.

2ª. El Saqueador de nombre COMOSELLAME. ¡Qué sofisticado! ¡Que increiblemente original! Tambien puede ser que no se hiciera el debido repaso a lo escirto. O se olvidara cual era el nombre del personaje

¡Hey! Si Foggy Nelson tiene una mascota de nombre PERRO, ¿por qué no vamos a tener un personaje con ese nombre? No tan original, por lo tanto... No, lo que ocurrió es que le envié a Carlos el borrador del número sin corregir y él, emocionado por recibir un número mío después de tanto tiempo, lo publicó sin más... En la versión web debería estar bien... Y tengo que decir que tu comentario me ha hecho soltar alguna carcajada...

Señalar, además, que el número anterior fue elegido como el mejor de su semana. Muchas gracias.