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Ellos son Alex, Julie, Jack y Katie. Forman la pandilla más poderosa de Marvel y juntos se enfrentan a la nueva era que amenaza con destruir su mundo actual.
 
Power Pack

POWER PACK #68
Más allá del mar II
Viajeros con destino

Guión: Emilio Castellar

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PORTADA: Muerte triunfante, con los Power derribados a sus pies

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Dicen que al volver a la patria se siente algo especial, es como regresar a casa después de un largo viaje, pero en este caso el sentimiento no es el mejor, y alguien que viaja en ese coche no ha tenido algo a lo que llamar casa...

- ¿Ocurre algo, Vlad?

- No, nada, papá... así que esto es Latveria.

- Sí, esto es Latveria.

Vlad no disimula el asombro que le produce su hogar, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido para algunos. De todas maneras hay algo que le inquieta... si se supone que escapó hace mucho, ¿cómo es que es capaz de recordar hasta el más mínimo detalle de la ciudad...?

-Hemos llegado.

Bajan del coche que les trajo del aeropuerto. Han venido sin Muerte desde el fin del viaje de avión. El se fue por su lado. ¿Dónde estará? No lo sabe, pero seguro que pronto volverán a verle, porque están en su castillo y en él como en toda Latveria todo esta bajo su control...

- Ya han llegado, señor.

- Ya lo veo, Staniek.

- ¿Preparo las cosas para el ajusticiamiento de Westendorf?

- No, aun no, quiero esperar un poco más... espero unos invitados especiales.

- Como desee, señor.

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- ¿Sr. Power?

- Oh, Miss Walker, un placer como siempre el verla.

- Para mí también es un placer verle trabajar de nuevo. Espero que sus hijos se encuentren bien.

- Si, todo está arreglado.

- ¿Y el proyecto, Sr. Power?

- Avanza bien deprisa, pronto estaremos preparados para hacer una prueba.

- Bien.

- Por cierto, Miss Walker, ¿cómo sabía qué necesitaba exactamente? No he tenido quee pedir nada, prácticamente lo tenia todo.

- No sé, intuición femenina, supongo.

Con esto se marcha, tan bella como entró, dejando a James Power embobado viendo su trasero. Antes de volver a su trabajo vuelve la mirada hacia su nuevo juguete, casi es como un nuevo hijo, le presta más atención que a su familia. ¿Familia? Oh, dios, los niños...

- Sr. Richards, es realmente espectacular.

Alex Power no puede disimular su asombro ante la visión de la nueva Viernes, una especie de cuña de formas redondeadas plateadas, con bandas rojas en los lados, por delante un casco con un ventanal inmenso, detrás unas toberas sobresalen, dos a los lados y otra desde arriba. Por dentro la sala de control es muy grande, con tres habitaciones detrás, equipadas con todos los equipamientos: camas, cocina y demás servicios, en fin, todo el espacio aprovechado.

- La verdad es que estoy orgulloso de ella, es ligera y muy resistente, he utilizado una aleación de adamantium refinado con vetas de cerámica y forrado con platino. Dentro, para aprovechar más el espacio, coloqué toda la circuiteria debajo, y lo que es la combustión y motores van en las toberas. No he tenido tiempo para prepararla para salir al espacio, pero no creo que lo necesitéis. Además, la ayuda de Viernes ha sido esencial...

Eso despierta en la mente de Alex un momento de angustia y recuerda la última vez que la oyó hablar...

- ¿Viernes?

- Hola, Alex, ¿cómo estas? ¿Y tus hermanos?

- Bien, ya sabes, como siempre. Oh, Viernes, si tuvieras cuerpo te abrazaría y no te soltaría.

- Ya lo haces, Alex.

La conversación continua: explicaciones, anécdotas... y, tras ello, Viernes está dispuesta a volar de nuevo.

- Gracias otra vez, Dr. Richards.

- De nada, Alex, sólo te pido que tengais cuidado hagáis lo que hagáis.

- Únicamente vamos de excursión, ya que tenemos unos días de vacaciones.

- Claro, Alex, y yo me puedo hacer invisible.

Alex hace ademán de irse con Viernes, pero antes...

- ¿Cómo esta Frank?

- Regular, cuando volváis estaría bien que le hicierais una visita.

- Claro, hasta pronto.

- Adiós, Alex.

Con esto se abre el hangar y Viernes despega silenciosamente, dejando al Dr. Richards admirando su vuelo.

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- Todavía no sé si es buena idea dejaros ir, Julie.

- Pero mamá, si sólo son unos días de acampada por ahí, antes de volver al colegio, no vamos lejos, además, llevamos el móvil por si pasa algo.

- Lo sé, Jul, sé que no puedo estar detrás de vosotros siempre, pero es que sois mis niños y os quiero tanto...

- Mamá, que nos tenemos que ir, que Alex espera.

- Si. Kat, Jack, un beso a vuestra madre.

- Claro, mamá.

- Adiós...

- Adiós.

Margaret Power ve como sus hijos se van por la puerta y piensa en lo rápido que crecen los hijos. Hace tan poco que tenía a Kat en brazos, quien sabe, aun podría tener otro niño -sonríe- ¡5 hijos! Que locura. Si no sabe ya como es su marido... La puerta vuelve abrirse...

- ¿Niños?

- No, soy James. ¿Se han ido ya los niños?

- Si, llegas tarde, como siempre últimamente.

- Lo siento.

- Yo también.

Con esto ella recoge su carpeta de ilustraciones, su chaqueta...

- ¿Te vas?

- Si. Tras esto se cierra la puerta, dejando al Dr. Power perdido en su mente.

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Isla de Ellis. Lugar de llegada a principios del siglo XX de miles de inmigrantes llenos de ilusiones, sirve hoy como plataforma de salida, en un lugar apartado, a tres niños también cargados de ilusiones, pero en otro sentido. La ansiedad se les nota en la manera que escudriñan el cielo, murmurando para ellos, casi como una oración, el nombre de un amigo largamente perdido.

- Viernes

Por un momento parece que el viento se detiene. Un silencio espectral lo inunda todo, parece que nada va a ocurrir, pero algo parece caer desde el cielo, una sombra se dibuja bajo sus pies, hasta que Viernes se posa delante de ellos...

- ¡¡Dios Mío!! Eso chicas es...

- Impresionante... es tan espectacular, ¿no, Kate?

- ¿Pero es Viernes? Casi no es ella ¿Qué tenia de malo la antigua?

- Nada, Katie, pero me apetecía renovarme y cambiar de look... pero sigo siendo yo, el Viernes de siempre... y ahora adentro.

La puerta se abre dejando ver a Alex de pie...

- ¡Hola! Venga, pasad.

- Alex, pensaba que sólo eran unos ajustes.

- Hay que modernizarse, Julie.

- Si tú lo dices.

- ¡Hola, chicos!

- Allison, ¿qué haces aquí?

- La invite yo, Julie, no me quiero separar de ella.

- ¿Pero de dónde sales? ¿Te crees que vamos de excursión? Vamos a por Muerte nada menos.

- Por eso se quedará en Viernes mientras entramos en el castillo.

- Tú verás...

- Yo no es por nada, Alex, pero esto es un espectáculo de lo más baboso.

- ¡Jack!

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Kat está jugando en una de las consolas a unos videojuegos, Jack y Alex están conociendo con Viernes el resto de la nave mientras Julie está de pie mirando por la ventana, perdida en sus pensamientos, que son interrumpidos por la llegada de Allison...

- Julie, tienes mal aspecto. ¿Te ocurre algo?

- No, estoy perfectamente, quien debería preocuparte es Alex, que últimamente no duerme demasiado.

- Lo sé, son unas pesadillas que siempre son recurrentes y no sabe qué son...

- Seguro que pronto darás con la respuesta... Allison.

Y con esto Julie se marcha a otra habitación, se acerca a un espejo y se mira... la verdad es que no se encuentra bien desde hace meses, pero cada vez es peor. Siente como si todo su cuerpo estuviera muy desajustado, hace seis meses que no tiene la regla y siente envidia de cómo se desarrollan sus amigas y ella se queda atrás, como si tuviera 10 años.

- Chicos, os informo de que ya estamos llegando a Europa.

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Para Pietro Westendorf no es terreno desconocido, ha andado por esos pasillos muchas veces durante muchos años. Aunque haya estado una temporada fuera nada ha cambiado, aunque ahora algo sí ha cambiado, puesto que la compañía que le lleva ante Muerte no presagia nada bueno, y ahora que esta ante Muerte empieza a sudar seriamente.

- ¿Qué tal, Pietro?

Muerte está de pie en su despacho mirando hacia la ventana, su voz suena distorsionada a través de su mascara. La armadura que recubre el cuerpo impide ver signos de nerviosismo o ansiedad, todo transmite frialdad, dureza. La capucha, junto con la capa verde, le da ese aire de majestuosidad que lo revela como monarca absoluto de Latveria y, en sus más íntimos sueños, del mundo.

- Bien, señor.

- Hace tiempo que no nos vemos.

- Unos tres años.

- Si, largo tiempo alejado de mi diestra mano. ¿De verdad pensabas escapar de los ojos de Muerte?

- Yo...

- Eras una gran promesa, podías haber hecho grandes cosas a mi lado, pero lo estropeaste todo con tu gran consciencia. Científicos y corazón, dos palabras que juntas no hacen buena mezcla, como el agua y el aceite.

- Yo... no podía, aquello crecía, aprendía, y cuando pensaba... no quería.

- No podías. No querías. Aquí no hay libre elección. Aquí se hace lo que yo ordeno. ¿Esa es tu disculpa? Soy tu señor. Yo dispongo y tu haces, no tenias ningún derecho a interponerte en mis planes, no eres nadie, ¿me oyes? Nadie. Te llevaste a mi obra maestra, me la arrebataste y eso no tiene perdón.

- ...

- Desafiaste a Muerte y perdiste. Eso implica un castigo. Mañana serás ejecutado en mi presencia, delante de todos, servirás de ejemplo y advertencia de que nada ni nadie contraviene mis órdenes. Llevaoslo.

Westendorf no muestra ningún sentimiento. Lo intento y perdió, pero antes de marcharse formula una última pregunta.

- ¿Qué hará con Vlad?

- Eso ya a ti no te importa.

Con esto se lo llevan y cierran las puertas, aunque Muerte dice algo casi en susurro.

- Tengo mis planes.

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De los planes de Muerte vamos hacia otros que a más largo plazo traerán grandes consecuencias. En algún lugar del espacio exterior una reunión badoon está teniendo lugar.

- ¿Qué hacemos?

Los badoon son distintos, son una raza nacida para la guerra y la conquista, azote del universo desde hace varios siglos. A primera vista son delgados, membranosos, de físico reptilesco, cuya piel refleja tonos verdes. En este momento los badoon están tensos, nerviosos, incluido el jefe de esta raza, el gran hermano Llum, pero, ¿qué amenaza puede ser tan fuerte como para amedrentar a los badoon?

- ¿Qué quieres decir, hermano Aren?

- Gran hermano, debemos escapar, han vuelto y están muy cerca de nuestro nido.

- No, no vamos a retroceder, Aren, somos los badoon, no somos su juguete.

- Pero aun así, Gran hermano, deberíamos proteger nuestra descendencia ante posibles represalias.

- Ahí coincides conmigo, Erkhai, por eso tengo planeada nuestra fuga, y el planeta ideal para llevar allí nuestro nido. Pero aun así esperemos que los antiguos no vuelvan con ansias de venganza...

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Pero dejemos a Llum, Aren, Erkhai y al resto del consejo badoon enfrascado en sus planes. Volvemos al tema central de esta aventura. Estamos en el castillo de Muerte y uno de sus nuevos habitantes lo explora de arriba abajo.

- 1,2,3, esto es el cuarto de las escobas... -abre la puerta- Esto es imposible, pero si yo nunca estuve aquí...

Vlad escapó de su habitación hace un rato. En un principio se encontró algo desorientado, pero pronto comprobó que sabia donde estaba y lo que había detrás de cada puerta. Ahora sabe muy bien hacia donde se dirige. Al sancta santorum de Muerte, su laboratorio. Mira si hay algún código o cerradura de seguridad, pero no hay ninguna. ¿Quién se atrevería a entrar en el laboratorio de Muerte? La puerta abre y el asombro se refleja en sus ojos ante el espectáculo que tiene delante: aparatos extraños y maravillosos. Parecen complicados de manejar, pero algo le dice en su interior que para él sería fácil. Un ruido. Se gira y donde antes había asombro ahora se refleja el más puro horror.

- Excelente, Vlad, excelente. Eres aun mejor de lo que esperaba.

- ¿Qué quiere decir con eso?

- Oh, sólo te felicitaba por cómo has llegado hasta aquí.

- Me da igual lo que usted piense, devuélvanos a mi y a mi padre a casa.

- Shhh, querido Vlad, eso no son maneras de pedir las cosas a alguien superior a ti. Pero como hoy estoy contento lo pasaré por alto. Lamento no poder acceder a tus peticiones. Tu padre cometió un delito y debe pagar por ello. Tú eres libre, por eso te ha sido fácil salir de tu habitación.

Vlad no entiende qué ocurre, demasiados interrogantes y pocas respuestas, aunque algo si tiene claro: de aquí no se va sin su padre.

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- ¡¡¡Nos están disparando!!!

- Viernes, maniobra evasiva.

- Muy bien, Julie. Aun nos siguen.

- ¡¡¡Alex!!! ¿No decías que no nos iban a pillar?

- Bueno, todo el mundo se equivoca.

- Allison, cállate.

No habían transcurrido ni 5 minutos tras entrar en el espacio aéreo latveriano cuando varios cazas les obligaron a identificarse. Lástima que no estuvieran autorizados a sobrevolar Latveria.

- ¡¡¡Tiran a dar, Alex!!! Los tiros no son disuasorios.

- Ya lo veo, Jack.

- Alex, han dañado los generadores de láser. Perdemos potencia de disparo.

- Gracias, Viernes, por la noticia, ¿tienes alguna idea?

- Algo se puede hacer. ¿Katie?

- Dime, Viernes.

- Acércate a la consola tres, abre el panel rojo y mete las manos ahí, ciérralo bien. Intenta transmutar lo que voy a pasar por dentro.

- Sabes que sólo transmuto cosas físicas.

- Lo sé, Kat, es algo fisico, nuestra única oportunidad, asi que no pienses, simplemente hazlo.

- Ok. Adelante, Viernes.

Kat siente una roca de tacto un poco más suave de lo normal. La intenta transmutar, es fácil. Comienza a brillar, pero el brillo es distinto, es más claro, casi blanco. Pero no se puede tener muy en pie, está mareada. Julie intenta sostenerla.

- Aghhh, das calambre...

- ¿Y..y..ahora qué, Viernes?

- Sal por la escotilla de arriba y suelta lo que tengas dentro.

- Ok, ok.

Kat sube las escaleras ante las miradas atónitas de sus hermanos y amiga. Tiembla. No se siente bien. Ya está arriba. Siente sus botas pegadas al techo de la nave. Su reacción es de temor ante la visión de los cazas alrededor, pero confian en ella y no puede fallar. 1... 2... ¡¡¡3!!! Esta vez ocurre algo distinto. Kat emite una onda electromagnética de la que ella es centro generador. Los cazas comienzan a fallar y tienen que irse... el cielo esta despejado y la alegría inunda a Kat.

- Soy la mejor.

Baja al interior de la nave y allí todo son alegrías.

- Alex, debemos bajar.

- Bien, Viernes.

La nave se posa sobre el suelo. La puerta se abre. Todos bajan pero la sonrisa que hace medio segundo tenían desaparece ante la bienvenida que reciben...

- Bienvenidos a Latveria.

Una bienvenida dada nada más y nada menos que por el Doctor Muerte.

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EN LA GUARDERIA

JELOUSES varios para todos aquellos que tienen el buen gusto de leerme y espero sinceramente que os haya gustado.

Pero vayamos directamente al correo porque ¡¡¡¡ hay correo!!!!

Desde aquí saludar a mi queridisima Marta Conde por tus elogios a mi serie y espero sinceramente que los sigas disfrutando tanto como ahora... y no te preocupes que todas tus preguntas las resolveré próximamente.

¿Es tan buen anfitrión Muerte como parece? ¿Los llamará mamá al móvil? ¿Qué pinta Allison? ¿Cuáles son las acusaciones de Muerte? ¿Quienes son los antiguos? ¿Qué quieren los badoon? Y lo más importante... el peluquero de Cameron Walker nos informa que sigue vivo, además de que le debe dinero de la última permanente. Todo esto y más en próximos episodios......

Hawkeye@mixmail.com

 
 
   
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