S.H.I.E.L.D VOL. 2 #1
Dibujando el proyecto
Guión: Narutaki
Portada: MacKenzie sentado en un cómodo sillón. A su alrededor, como en pose de portada de cómic: Zeitgeist, mirando con aspecto chulesco al lector; Lisa, vestida con el uniforme de SHIELD permanece con los brazos cruzados; su hermano, Bruno, con el pelo recogido en una coleta y con un brazo apoyado sobre el respaldo del asiento de Mac nos observa amenazante. Sentada en el suelo, Tigra.
Al MacKenzie, se puede leer en un pequeño rótulo que descansa sobre una gran
mesa de madera de cerezo maciza. El asiento de ejecutivo está girado hacia
la ventana que tiene, ahora, frente a sí, y da la espalda a la puerta. El
despacho aun está algo vacío, no ha podido llenarlo como le habría gustado,
pero todo se andará. Juguetea con un bolígrafo entre sus manos. En su cara
se dibuja la sonrisa tan típica en los niños pequeños cuando caminan de la
mano de mamá hacia la juguetería del barrio. Intenta evitar mostrarse feliz,
satisfecho, pero lo está, y nunca fue un buen actor.
Sin girarse del todo, sacando medio cuerpo por encima de uno de los
reposaderos de su silla de ancho respaldo consigue darle al play de su mini
cadena, situada en una estantería, que en el resto de sus espacios está
llena de carpetas y libros. No muy alto, pero tampoco susurrante suena en el
despacho la voz quebrada por los años de Bruce Springsteen. Todo un hombre
americano, como él. Quizá el fuera incluso más feliz de lo que puede serlo
una estrella del rock mundial.
Se escucha en el interior de la oficina, y pese a la música, como unos
nudillos golpean la puerta secamente. Da la vuelta a su sillón y se pone de
frente a la puerta, apoyando los brazos sobre la mesa educadamente y con el
mando baja el volumen.
- ¡Adelante!
Entra en la habitación una mujer de unos treinta años, vestida con blusa
azul celeste y falda azul marino, corbatín rojo y el pelo rubio recogido en
un tocado muy formal. Lleva una carpeta en las manos, que aprieta contra su
pecho protuberante.
- Señor MacKenzie, aquí fuera tengo un hombre que pregunta por usted, pero
no está citado.
- ¿Le ha dicho su nombre señorita Pennycandy? -apartando de su cara un
mechón de pelo blanco con los dedos de su mano izquierda.
- Si, me ha dicho que le ha venido a visitar Axel Cluney.
Sonríe levemente y deja el bolígrafo con el que jugueteaba sobre la mesa.
- Hágale pasar, señorita Pennycandy, y traiga dos cervezas.
Apenas un minuto después la secretaria de Mac abre la puerta, sin entrar
esta vez; deja pasar a un joven de apenas 25 años, rubio, con el pelo corto
engominado y de punta, vestido totalmente de sport y con una mochila Adidas
a la espalda. Se queda de pie, tras traspasar el umbral de la puerta y mira,
serio, dudando, a un viejo conocido.
- Zeitgeist... finalmente has venido.
El chico sonríe de medio lado y asiente con la cabeza. Ahora sí, con más
confianza anda hasta los asientos frente al escritorio, deja su mochila al
lado de uno y se sienta.
- Me llamaste y aquí estoy MacKenzie. ¿Qué quieres?
Entra ahora la mujer portando dos posavasos y dos cervezas. Las deja sobre
la mesa, ya abiertas, frías. El cristal de las botellas suda por el
contraste de temperaturas. El joven la coge con firmeza y bebe un trago. El
jugo de la cebada, frío, apetecible, le hace sentirse aun un poco más
cómodo.
Ambos se miran, sonrientes. Algo tensos quizá. Más bien es el joven Axel
quien acumula tensión... nerviosismo quizá. Eso le gusta a MacKenzie que se
divierte con lo que su silencio provoca.
- Como habrás notado ahora soy el jefazo de este sitio... -orgulloso, pero a
la vez fingiendo quitarle importancia.
- Si... en tu puerta, junto a tu nombre se puede leer "Director".
Ríe de medio lado.
- Si, eh. Suena bien.
- Bah... ¿Qué es lo que hago aquí, Al?
- Negocios.
- Nunca he sido hombre de negocios... -como si le supiese mal no ser un buen
negociante.
- Hoy sí -siempre mezclando homogéneamente la seriedad con la diversión y la
ironía.
- Claro...
- Hoy va a ser un gran día para ti. Vas a convertirte en agente de élite de
SHIELD.
Alza una ceja.
- ¿Perdón?
- Te ofrezco la oportunidad de tu vida. Tu siempre quisiste usar tus poderes
para hacer el bien... ¿Qué mejor que ponerlos al servicio de esta agencia y
a cambio, estar satisfecho contigo mismo? Bueno, sí, y también ganar un
pastón.
- ¿Me pides que trabaje para ti?
- Te pido que trabajes conmigo.
Se hace un breve silencio.
- Cuando me dieron este puesto decidí que cumpliría la función que me había
encargado, dar un cambio radical a ésta organización... Y he decidido
comenzar por crear una patrulla de agentes especializados que no tengan
rival. Capaces de desmantelar cualquier organización criminal, dar caza a
terroristas, y con capacidades detectivescas. No formada por cualquieras, no
por Juan Nadie, si no por los mejores. Y entre otros, hijo, pensé en ti.
- Vaya...
- Tampoco te lo creas mucho, si rechazas tengo varios planes alternativos.
- Me encanta saber que soy imprescindible.
- Vamos, tampoco te pongas así. Te estoy ofreciendo una oportunidad único
Axel. Tengo en mi agenda anotados los teléfonos de más de un mutante joven
dispuesto a trabajar para mí.
- Puedes ir tirándolos a la basura.
Ambos se miran. Guardan apariencia seria un instante y luego ríen a
carcajadas, liberando tensiones. Ambos beben cerveza.
- ¿Cuánto voy a cobrar por jugarme el cuello? -se interesa el chico.
Vuelven a reír.
- Digamos que nunca más recibirás llamadas del banco diciéndote que debes
pagar la hipoteca.
- Suena bien...
Redundan en la sonrisa. Vuelve a entrar en el despacho la secretaria de Mac.
Se acerca caminando sobre sus tacones hasta los dos hombres y espera a que
con un gesto, su jefe le de permiso para hablar.
- Están esperando fuera los agentes que convocó ayer a última hora. ¿Les
puedo hacer pasar o les digo que esperen fuera?
- Que pasen, que pasen. Muchas gracias señorita Pennycandy.
Ambos la siguen con la mirada hasta que sale del despacho dejando la puerta
abierta. Se miran y sonríen. Tornan su expresión seria cuando una chica
menudita, de aspecto frágil, con melena negra como el azabache y piel pálida
y un joven con media melena también negra recogida en una coleta entran
vestidos con el uniforme de SHIELD.
- Aquí estamos tal y como solicitó Sr. MacKenzie -dice la jovencita,
disciplinada.
Asiente.
- Podéis sentaros chicos.
Los observa un instante, sin detenerse en los detalles. Eso ya lo hizo
cuando revisó sus informes.
- Lisa y Bruno Thoorpe. ¿Es así?
- Afirmativo señor -contesta el chico.
- Bien... ¿Os ha explicado mi secretaria que hacéis aquí?
- La verdad es que no, señor.
- No es problema.
Se levanta y pasea ahora por su despacho, pisando la moqueta con sus
náuticos. Los brazos los mantiene pegados a la espalda, juguetea con su
dedos.
- El año pasado, Lisa, te premiaron por ser la agente con más iniciativa y
enviar una sugerencia al departamento de Ideas de Mejora... Y tu Bruno... en
tus pruebas de acceso, en la prueba de tiro... Obtuviste noventa puntos de
los cien posibles.. Todo un mérito. Felicidades a ambos. Vuestros padres
estarán contentos.
Los dos hermanos no saben que decir. La mayor mira a MacKenzie pensando que
no debe haberlos llamado a su despacho solo para felicitarles. Por lo que ha
oído de Mac, puede vislumbrar que se trata de algo más importante. Entre los
agentes rasos se comenta que en activo era un tipo con una sangre fría
pasmosa, en cambio, algunos dicen que los años le han ablandado. ¿Quién
sabe? ¿Y quién es el chico rubio que está de pasmarote? Nunca antes lo había
visto en la agencia.
Bruno mira la decoración del despacho a la vez que sigue el caminar de Al.
¿Budweiser en el despacho del jefe? ¿Qué ha sido del clásico jefazo que bebe
Martini con una aceituna o dos?
- Como habréis adivinado, no os llamo solo para daros la enhorabuena por
vuestra labor corporativa e individual, que también. Sino porque, dadas
vuestras aptitudes, he decidido lanzaros la oferta de pasar a formar parte
de la primera línea de acción de la agencia.
Los chicos miran sin comprender demasiado. Aun así Lisa sabía que algo así
formaría parte del discurso de Mac.
- Sí, una patrulla SHIELD que se encargará de llevar a cabo los operativos y
misiones más complicadas y peligrosas. Aceptar supone una mejora honorífica,
ya que formaréis parte de los miembros más destacados de esta institución
así como una sustancial mejora salarial. Eso sí, deberíais abandonar vuestro
trabajo fijo en este edificio para viajar por todo el mundo.
Se miran de nuevo, como instintivamente, para ver cuál es la opinión del
otro. La verdad es que suena muy tentador, pero después de unos cuantos años
trabajando en SHIELD ya sabe que un mayor rango es sinónimo, siempre, de un
bonus de peligrosidad. No obstante, cuando uno lleva cierto tiempo
inmiscuido en un proyecto, no le importa asumir ciertos riesgos con tal de
subir peldaños de la escalera hacia la gloria. Lisa es la primera en hablar.
- Acepto.
Su hermano la mira. ¿Acepta? No ha tardado nada en decidirse. Supongo que
debería hacer lo mismo. Sí.
- Cuente conmigo señor MacKenzie -sin tenerlo del todo claro.
Da una pequeña palmada y sonríe mirándolos afablemente. Bruno se siente algo
extraño. Lo que ha dicho no se corresponde con lo que realmente siente, pero
interiormente siente que debe acompañar a su hermana en esta empresa, para
protegerla como mínimo. Clásico.
- Podéis llamarme Mac, chicos. Bienvenidos al equipo. Éste es Axel Cluney,
más conocido como Zeitgeist. Trabajó para el ejército durante un par de
años. Ahora trabaja para nosotros. Él formará parte también de la patrulla
especial de SHIELD.
- Trabajo con vosotros, Mac, no para... -apostilla el chico manteniendo su
sonrisa desdibujada permanentemente.
Se hace un silencio que dura apenas cinco segundos. A Lisa le gustan las
cosas claras.
- ¿Y en cuanto va a aumentar nuestro sueldo?
En el fondo es uno de los puntos más destacables a tratar antes de firmar
ningún contrato, ni siquiera verbal, pero a riesgo de parecer descortés, o
un capitalista nato, un interesado, ha preferido callar, mas su hermana ha
preferido llamar siempre a las cosas por su nombre.
- Cobraréis en función de las misiones que llevéis a cabo. Por la primera de
ellas, que procederé a explicaros en breve, podréis ganar 3000 dólares, por
supuesto, la organización financiará los viajes y os proveerá de todo lo que
necesitéis en ellos.
- ¿Dónde está la trampa?
Ríe, como casi toda la mañana, feliz, sin darle importancia o enfadarse por
nada. Lo importante es que su proyecto toma forma.
- Siéndote claro, muchacha, en que puedes llevarte un tiro entre los ojos y
no poder disfrutar de tu sueldo. Es la gracia de SHIELD.
Zeitgeist se levanta y les ofrece la mano a los dos hermanos. Se saludan y
vuelven asentarse.
- ¿Y bien, Mac? ¿Qué estamos esperando?
- La pregunta no es esa -hace una breve pausa haciéndose el interesante-,
es, ¿a quién estamos esperando?
Lo miran algo extrañados. MacKenzie mira su teléfono móvil. Hace una llamada
perdida a algún número. Poco después suena una melodía llamativa.
- Un mensaje... -dice tecleando, sin mirar a los agentes.
Estos permanecen quietos, sin hablar. Axel trasega lo que queda de cerveza.
- Bueno, parece que va a retrasarse un poco. ¿Queréis algo de beber?
- Un café estaría bien -contesta Lisa, más decidida que su hermano.
- Por supuesto. ¿Y tú, Bruno?
- Pues... nose.
- Axel y yo vamos a tomar otra cerveza, ¿bebes Budweiser?
- Sí, señor...
- Ya te he dicho que puedes llamarme Mac.
Se acerca a su mesa y pulsa un botón. Acerca su boca a un pequeño micrófono
instalado en el teléfono.
- Señorita Pennycandy, traiga un café solo y tres cervezas.
- Enseguida, señor MacKenzie -se escucha por un altavoz la voz digitalizada
de la secretaria.
Apenas unos minutos después, traen las bebidas, pero no lo hace Penélope
Pennycandy, sino un hombre de piel negra, cabello blanco con corte a lo
marine americano y perilla. Deja las cervezas y el café sobre la mesa de
Mac.
- ¿Bebiendo en horas de trabajo?
Mac y el hombre ríen. Se dan la mano afectuosamente, como dos caballeros que
han luchado en la misma batalla, bajo el mismo estandarte.
- Os presento a G.W. Bridge. Va a ser vuestro líder de operaciones. Aunque
tendría que haber llegado un poco más tarde.
Le guiña un ojo.
- ¿No ha venido aún Ti...?
- No -le corta rápidamente Mac-. Me ha mandado un sms diciendo que está en
un atasco. Debería llegar en unos diez minutos.
- Esperaremos, entonces -mira luego serio a sus chicos-. Aunque nunca me
gustó la impuntualidad...
Mac suelta una carcajada.
Bridge ríe de medio lado. Se cruza de brazos y da un trago a la birra de
Mac.
- Tiene buen culo la chica ésta de ahí fuera ¿eh?
- Bridge... -dice Mac intentando callarle.
¿Así son los dirigentes de SHIELD? Seguro que en sus reuniones debaten sobre
los pechos siliconados de más de una y hacen rankings de tías buenas
trabajando en la agencia. Por favor... Que mal gusto. Machistas.
Orlando (Florida). Diez días antes.
G.W. Bridge camina por las calurosas calles de Orlando. La gente se agolpa
en las avenidas y se ven niños ilusionados caminar rumbo a la entrada de
Disneyworld Resort. El ex - agente y ahora ejecutivo de SHIELD viste camisa
hawaiana y unas bermudas de color ocre. Su cuello tostado, al igual que el
resto de su piel, se ve ornamentado por un cordón de oro, del que cuelga una
gran B de oro con diamantes incrustados. Es toda una fusión del estilo
gitano y rapero. Algo terriblemente pintoresco.
Tras caminar por una rambla, dobla una esquina a la izquierda y entra en una
callejuela que se sale de la tónica alegre de la ciudad. Saca del bolsillo
de su camisa un pequeño trozo de papel y mira los garabatos que hay
escritos. Luego se fija en los números sobre los portales de los edificios
hasta llegar al 32. La puerta está abierta. Sube los escalones con cierta
velocidad, como a saltitos, hasta llegar al segundo piso. Hay dos puertas en
el rellano. Golpea a la que sobre el marco tiene una lápida con la letra B.
Al ver que nadie contesta toca el timbre con cierto rintintín.
- ¡Ya vaaaaaa! -se escucha decir al otro lado de la puerta con voz de mujer.
Espera impaciente a que abran la puerta.
Asoma una mujer adulta, con pelo castaño y facciones felinas en su cara,
desnuda, tapándose con una toalla, recién salida de la ducha.
- ¿Quién es usted?
- G.W. Bridge, agente de SHIELD -enseñando una pequeña placa-. ¿Es usted la
agente Greer Grant Nelson de la policía de Orlando?
- Efectivamente.
- ¿Puedo pasar?
La chica se aparta del umbral de la puerta y deja abierto para que pase
Bridge. Camina mirando la casa con cierta curiosidad. Todo austeridad.
Ciertamente decorada con mal gusto y con elementos que denotan poco
presupuesto.
- Siéntese en el sofá, me visto en un minuto -dice entrando en su
habitación.
El hombre se sienta en el tresillo de piel y espera a que salga. Apenas dos
minutos después aparece vestida con pantalones vaqueros y una camiseta de
manga corta con el logotipo de Gun's and Roses.
Se sienta en una silla frente al ejecutivo de la agencia SHIELD.
- ¿Y bien?
- Bonito piso...
Lo mira irónicamente. Algo asqueada.
- ¿A qué ha venido? ¿Qué quiere?
- Tranquila, gatita.
Se pone en pie amenazante.
- No me llame así -enfadada-. ¿OK?
- Por su puesto Greer. En fin... He venido a hacerte una oferta de empleo.
- ¿Trabajar para la SHIELD?
- En efecto. Además de ágil y fuerte veo que también eres una chica lista.
- Por supuesto.
Se miran un instante, retándose con la mirada.
- ¿Cuál es su oferta?
- Queremos que formes parte de una unidad especial de SHIELD. Tus...
capacidades, resultan idóneas para el tipo de misiones que deberías llevar a
cabo junto con algunos otros agentes. Seríais la élite de la agencia.
- ¿Qué tipo de misiones?
- Las más arriesgadas.
- No es usted un buen vendedor.
- No tengo nada que vender -chulesco.
- Deme alguna ventaja. Un motivo por el que irme con usted.
- Dinero, reconocimiento, satisfacción personal... No querrá comparar el ser
un agente de tráfico en Orlando con trabajar para SHIELD. Por
favor... -negando con la cabeza.
- Ahora si parece estar vendiéndome algo.
Ambos desdibujan una sonrisa..
U.S. POSTAL
Saludos a todos los lectores.
Acabáis de presenciar el comienzo del volumen 2 de S.H.I.E.L.D. en
Marveltopia, y espero que lo aquí leído os haya dejado vislumbrar un buen
futuro para la serie. Para situaros un poco, deciros que en este número ha
pasado un tiempo después de lo acontecido en los cinco números del volumen 1
(de los magníficos Xum y Raker), y tras haberse convertido la agencia SHIELD
en un nido de corrupción, decidieron hacer limpieza y eligieron a MacKenzie
para dirigirlo todo. El resto tendréis oportunidad de presenciarlo.
Espero vuestras críticas, ya sea en la lista de correo de los guionistas o
por correo privado. Por favor absténganse de anónimos amenazantes.
Y no, yo tampoco tengo pensado sacar a Nick Furia en la serie.
Narutaki.