S.H.I.E.L.D VOL. 2 #2
Un día en la ciudad
Guión: Narutaki
Portada: Un hombre con cara de susto va a empotrarse contra el lector, detrás Zeitgeist propinándole una patada en la espalda ante la mira asombrada de cuantos le rodean.
Bridge estira sus brazos velludos por encima del respaldo del sofá mostrando
la vigorosidad, aun patente, de su torso. No deja de sonreír mirando a la
mujer.
- Insisto en que no te vendo nada. Te estoy ofreciendo una gran
oportunidad...
- ¿Qué condiciones se me impondrán si acepto?
- Por supuesto nadie podrá saber que trabajas para la agencia; es obvio,
¿no? Nosotros nos encargaremos de que todo el mundo esté al corriente de tu
"traslado a Nueva York", de tu mudanza y todo lo que necesites. Bla, bla,
bla...
- ¿Por qué yo? -incorporándose un poco hacia delante.
- Eh... Eso no es cosa mía. Yo solo soy un negociador.
- Que intenta venderme algo... Los negociadores compran y venden -burlona.
G.W. Bridge niega con la cabeza ciertamente dislocado. Luego ríe.
- Desde luego eres testaruda.
- Tengo las cosas muy claras...
- Es otra forma de decirlo.
- A mi me gusta más.
El diálogo es cínico en algunos aspectos, rápido, con parones que se
producen de súbito. Se hace un breve silencio. Roto de nuevo por el
negociador de SHIELD.
- Nos desviamos del tema cada dos por tres... No estoy aquí para perder el
tiempo. Seré claro. Voy a hacerte una pregunta y quiero que me contestes sin
andarte por las ramas.... ¿Entendido?
- Si. Trabajaré en SHIELD.
La mano derecha de Al MacKenzie vuelve a permitir que en su cara se dibuje
una expresión divertida. Tigra se pone en pie y le tiende la mano. Bridge
hace lo propio.
- La esperaremos en la Academia SHIELD el próximo día 3. Tome mi
tarjeta -sacándola de su cartera y ofreciéndosela-. Para cualquier cosa que
necesite llámeme.
- Así haré.
- Muchas gracias por todo Greer.
- Señorita Nelson... eh... De nada -bromea.
Bridge sale del apartamento negando con la cabeza y silbando una absurda
melodía mientras baja las escaleras dando pequeños saltitos entre peldaño y
peldaño. Cuando sale el portal el sol ilumina su rostro moreno. Pasa sus
dedos gruesos por entre su pelo blanco y con una permanente sonrisa en los
labios comienza a caminar de nuevo hacia la rambla.
Monterrey (Méjico)
En el despacho entra muy poca luz. Sin duda alguna pertenece a un tipo
peculiar, todo cuando decora la estancia lo confirma. El suelo, de parqué,
cubierto por una gran alfombra de color granate;.el escritorio situado en
medio del despacho, con unas grandes cristaleras a sus espaldas cubiertas
por cortinas a juego con la alfombra que impiden que pase la luz solar; las
paredes cubiertas por completo con estanterías llenas de libros, y algunos
retratos muy barrocos colgando de la pared en los pocos huecos que los
muebles dejan libres. Del techo cuelga una lámpara de araña. En un butacón
de piel, negro, está sentado un hombre de unos cuarenta años, con alguna
arruga en la frente, los labios menudos y cortados, muy pálidos. Viste con
suma elegancia, acorde con la decoración recargada de su oficina. En el dedo
anular lleva un anillo de oro con un diamante incrustado. Deja de mirar por
entre las cortinas y se gira mirando ahora hacia la puerta. Puede ver ante
él a uno de sus empleados, vestido con bata blanca y expresión de temor en
la cara.
- Señor Coppola... Hemos tenido ciertos problemas y el pedido V-124 no podrá
estar listo para mañana, señor -con las manos en la espalda.
El hombre niega con la cabeza.
- Señor Ellis... Yo le brindé mi confianza nombrándole responsable del
laboratorio 2 y usted me defrauda constantemente. Es el tercer pedido al que
fallamos en apenas un mes... De verdad... -acaricia al gato negro que hay en
su regazo- Me parece usted un incompetente... Alguien totalmente falto de
compromiso hacia mi persona, y eso no me gusta Ellis...
El joven científico traga saliva. Con la voz temblorosa intenta explicarse.
- Lo... Lo siento, de veras. No ha sido culpa mía. Tres de los trabajadores
no han venido ni un solo día a trabajar desde la semana pasada... Somos 20
en el laboratorio... Si... Si faltan 3... La producción, se resiente
muchísimo.
- Ese, es su problema. Para algo es el responsable de ese laboratorio. Yo
pongo mi negocio en sus manos, y usted lo deja caer... -niega levantamente.
Coppola mira a uno de los dos guardaespaldas que está situado a su derecha.
Éste camina hacia Ellis llevándoselo fuera del despacho de su jefe. Por el
camino, el científico grita sabiendo su destino fatal.
El propietario de la industria vuelve a girar su butaca, no antes, sin
colocar un vinilo en su tocadiscos, una pieza para violín. Sonríe volviendo
a mirar entre las cortinas y acariciando a su gato.
Y al fin volvemos al soleado y concurrido despacho del nuevo director de
SHIELD. Allí todos se mantienen en silencio a la espera de que llegue la
última persona que debe aportar su presencia a la distendida reunión. Todos
se sobresaltan ligeramente cuando suena el aparato que comunica a Mac con su
secretaria.
Pulsa un botón.
- ¿Sí, señorita Pennycandy?
- La señorita Nelson ha llegado.
- Hágala pasar.
Bridge ríe. MacKenzie sale a abrir la puerta. Bruno, Lisa y Axel miran hacia
el umbral para ver cuanto antes a su nueva compañera.
Pronto entra Tigra en su forma humana vistiendo un elegante traje chaqueta
de color negro. Lleva el pelo recogido en una coleta y sonríe al ver a
Bridge sentado encima de la mesa de Al.
- Lamento el retraso, el tráfico en esta ciudad es realmente asqueroso.
- Lo sabemos... -bromea Bridge guiñándole un ojo.
- Bienvenida a SHIELD, Tigra. Estos son Bruno y Lisa Thoorpe -señalando a
los hermanos-, y éste Axel Cluney, también conocido como Zeitgeist. Al fin
está reunido el comando de élite al completo. Vosotros sois la crême de la
crême de la agencia SHIELD -aplaudiendo en solitario.
Todos se ponen en pie.
- Ahora, debo partir. Tengo una reunión. Mi camarada G.W. os enseñará la
agencia y os conducirá a vuestros nuevos alojamientos. Tenéis el resto del
día libre. Mañana por la mañana os reuniréis de nuevo conmigo para que os
explique en que consistirá vuestra primera misión para esta institución.
Asienten con la cabeza. Al es el primero en salir, ciertamente apresurado.
Luego abandonan la sala los chicos, y por último el afroamericano, que
cierra la puerta sin mostrar demasiada delicadeza.
Hay decenas de jóvenes que visten el uniforme de SHIELD, azul, de neopreno,
ajustado a sus cuerpos atléticos. Sostienen rifles de gran precisión, llevan
gafas de protección, con las lentes de color naranja. Están en la galería de
tiro. A unos cincuenta metros de las dianas intentan acertar en el centro.
El instructor pasea por detrás de los chicos que se esmeran en mejorar su
puntería. Al ver aparecer por la galería a Bridge, camina hasta él
sonriente. Le da la mano amigablemente.
- ¡Bridge! ¿Qué haces por aquí?
- Les enseño las instalaciones de la agencia a estos chicos -los cuatro
están tras su responsable.
- Bien, tomad unas gafas -sacándolas de un pequeño armario y ofreciendo una
a cada uno-. Bienvenidos a SHIELD -mirando a Zeitgeist y compañía.
En la residencia de cadetes de SHIELD Bruno y Lisa recogen de su habitación
sus efectos personales. Sacan de los armarios su ropa, sus fotografías, sus
cosas... Miran las paredes, los muebles, todo con cierta nostalgia. Llevan
durmiendo en el mismo lugar desde hace 4 años, Lisa, y 3 Bruno. En vida, su
padre fue agente de SHIELD, murió en el mismo año que Bruno ingresó en la
academia de agentes, de un ataque al corazón, mientras leía el periódico.
La muchacha termina primero y se sienta sobre la cama mirando como su
hermano guarda sus colecciones de tebeos en una mochila.
- Bueno... Papá estaría orgulloso. La élite de SHIELD...
- Sí -dice Bruno cerrando la cremallera.
Lisa mira al techo aspirando hondo.
- Este cambio no va a ser fácil.
- Lo sé, Liz -dice echándose la mochila al hombro-. Dan cierto vértigo este
tipo de cosas... Pero ya hemos tomado al decisión. ¿No?
- Sé que aceptaste por que yo lo hice.
- Le prometí a mamá que te seguiría allí donde fueras. ¿Recuerdas?
Cuidaríamos siempre el uno del otro. Todo ese rollo fraternal...
- Ya... -algo triste.
Coge de su cama un par de bolsas deportivas más y sonríe a su hermana.
- ¿Vamos?
- Sí -cogiendo sus trastos
Al salir, en el pasillo se cruzan con David Knight. Éste detiene su camino
frente a los chicos.
- Buenas, chicos.
- Hola señor Knight -dicen ambos.
- Veo que os trasladáis... ¿Os marcháis de SHIELD?
- No, no, no. En absoluto; la verdad es que... -dice Bruno.
- Nos envían de misión al extranjero, a largo plazo, con lo cual preferimos
trasladarnos allí -le corta su hermana.
Bruno la mira de reojo y asiente luego a David.
- En tal caso, mucha suerte. Recordad, el país está en las manos de cada uno
de los que como vosotros, salís ahí fuera -en un alarde patriota.
Lisa y Bruno asienten con la cabeza y echan a andar. Knight hace lo propio.
Axel camina por las calles, intentando circular entre el gentío. En las
grandes ciudades no se respeta a nadie, ya. Desde pequeño que no había
salido de Des Moines para ir a una gran capital, como mucho alguna vez había
visitado Iowa por asuntos médicos. Todo le resulta ciertamente estresante.
De pronto nota un fuerte empujón en su espalda que lo hace tropezar. Pasa
corriendo un hombre con una camiseta de color verde caqui y unos pantalones
de chándal. Tras de él corre una mujer con las manos en alto y gritando.
- ¡Al ladrón!
Al situarse en la escena Zeitgeist echa a correr adelantando a la mujer sin
demasiados problemas y acercándose por momentos al ratero. Éste, mira hacia
atrás y ve al ágil joven perseguirle con el ceño fruncido. Al ver una boca
de metro baja corriendo las escaleras tirando a su paso a un chaval rodando
hacia abajo. Para no pisarlo, Axel salta por encima de él. Justo cuando va a
saltar la taquilla para entrar al metro Zeitgeist le da una patada en la
espalda empotrándolo contra ésta. Una vez en el suelo lo zarandea e
inmoviliza.
Pronto aparece la victima.
- ¿Qué es lo que le ha robado, señora?
- El monedero.
El mutante registra al ladronzuelo y en breve encuentra un monedero que la
mujer reconoce como suyo. Axel se lo ofrece ante el propio delincuente que
mira con cierto rencor a Zeitgeist.
- Muchas gracias.
- No las dé, mujer.
La ciudadana saca su teléfono móvil y llama a la policía que pronto acude al
lugar donde el agente de SHIELD tiene retenido al ratero.
Monterrey (Méjico)
En mitad de un campo yermo, sin apenas vegetación, con el suelo cubierto de
tierra rojiza yace un cuerpo muerto. El eminente científico y farmacéutico
José Ellis se ve como objetivo de hormigas rojizas que habitan la zona
mientras permanece, muerto, empalado en el suelo por una gran estaca de
madera que le atraviesa de palmo a palmo. En algún otro lugar el viento
vapulearía sus ropas harapientas, en éste páramo tan solo las abofetea
tórridamente. El sol le da de pleno, y nadie sabe que está allí.
Así es como funcionan las cosas en las industrias Coppola.
Aeropuerto J.F.Kennedy (U.S.A.)
Entre la muchedumbre, podemos hallar un pequeño corro de personas integrado
por Axel, Bruno, Lisa, Greer y G.W. Charlan distendidamente, pero
atendiendo.
- Greer, esto no va a ser como cualquier otro trabajo de los que has hecho
antes, lo sabes. Ten mucho cuidado y no hagas ninguna tontería.
La mujer deja caer suavemente sus párpados mirando de reojo a su superior
indicando que acaba de escuchar una obviedad que incluso la ha ofendido.
- Y ahora hablo en general: no quiero heroísmos. Los cuatro seréis uno sólo.
Cada uno tiene el deber de cuidar de los otros tres. No obstante, os
recuerdo también que lo más importante de todo es la misión. Tomároslo con
calma y sed muy cautelosos. Coppola no es un tipo fácil de tratar. Primero
observadlo día y noche y ya decidiréis como actuar. Tomad todas las fotos
que podáis del laboratorio, e intentad que los que allí trabajan no sufran
demasiados daños. Os recuerdo que si destruyesen todas las drogas
perderíamos cierta credibilidad, así que, si podéis salvadlas, mucho mejor
y... Creo que no me dejo nada -mirándolos uno a uno-. ¿Preguntas?
Nadie habla.
- Entonces, podéis tomar el avión -tendiendo el brazo hacia la puerta de
embarque-. Suerte.
Y agradeciendo la bendición con muecas de afecto todos echan a caminar, con
sus mochilas y maletas hacia el mostrador donde la azafata revisa sus
billetes permitiéndoles después entrar en el avión.
U.S. POSTAL
Saludos a todos los lectores.
Bueno, ya tenemos terminada la segunda entrega de esta serie. Ahora
intentaré contestar a todos los lectores que han preguntado o comentado algo
sobre la colección.
José Cano desde El Nido de las Águilas nos comenta...
"me duele a la vista ese Bridge/M.A. Barracus".
Quizá tengas alguna
infección en los ojos o algo por el estilo. Te aconsejo que visites a tu
oculista o a tu médico de cabecera, si el dolor no es muy intenso.
"no me acaba de cuadrar McKenzie de jefe"
Acaba de llegar y ya lo queréis
despedir... Dadle tiempo al muchacho. No obstante, si queréis que sea
despedido: envía sms al 6969 con la palabra MAC espacio FIRED.
"Por cierto, a ver si alguien pestañea por la inclusión de Zeitgeist porque
habría que ver la célebre regla de los personajes post-onslaught como de
flexible es. Vaya por delante que yo NO dejaría que salieran...".
Pero como
tu NO eres el editor... xD. Ya sabes lo que sigue, ¿no?
Muchas gracias a todos, se nos acabó el espacio por hoy. A José Cano decirle
que por participar pronto recibirá en su domicilio un fabuloso no-premio.
¡¡¡Nos vemos en el número 3!!!