LA TUMBA DE DRACULA VOL. 2 #2
Los tres invitados
Guión: Mr. Multiplexor
El timbre de la voz aumenta a medida que se aproxima el climax de la pieza
de opera. La mujer que canta es una rolliza y viste un traje de carisima
seda negra que cae como una cascada alrededor de su voluminoso cuerpo. Con
su potente voz aumenta, con precisión milimetrica, el tono y el timbre
mientras que con su mano acompaña la secuencia de su correspondiente gesto
ascendente.
En el momento mas intenso, aquel que hace saltar las lagrimas de los
espectadores mas sensibles, la soprano mira al cielo a traves de la vidriera
y su canto se convierte bruscamente en un grito de terror.
Los admiradores de la opera levantan su vista y, como si despertaran de un
sueño para aparecer en una pesadilla, pueden ver con sus propios ojos una
bestia monstruosa, peluda y ensangrentada, con la cabeza inequivoca de un
lobo pero alas de murcielago y tamaño mas grande de un humano, cayendo desde
el techo.
Al chocar contra el suelo se oye sonoramente como sus entrañas se cuartean.
Su boca escupe algo surgido de sus visceras. Aun así la bestia se levanta.
Todos los presentes estan paralizados de puro miedo sobre sus butacas,
ninguno se atreve a realizar un movimiento que pueda llamar la atención de
aquel ser surgido del averno.
Sin embargo un extraño y misterioso hombre aterriza suavemente como una
pluma al lado del monstruo. En su mano izquierda llama la atención una
enorme estaca de madera.
- Este es nuestro último encuentro, vieja nemesis- dice mientras la levanta
para asestar el golpe definitivo-, espero que en el infierno recuerdes que
nadie sobrevive después de desafiar a... ¡¡¡DRACULA!!!
Y el otro vampiro, ya herido de muerte, nota como la estaca penetra fuerte y
contundente en su corazón.
Hablemos algo de los tres entes que intentaron impedir la vuelta del Rey de
los Vampiros a nuestra dimensión pero finalmente acabaron siendo arrastrados
con él al mundo de los vivos.
Cuando cayeron al lago de sangre obtuvieron forma corporea. Los tres,
transformados de nuevo en vampiros, estaban totalmente enloquecidos por la
sed de sangre.
Uno de ellos cedió a sus instintos animales y mordió las piernas de la mujer
pelirroja que servía de sacrificio matandola en el acto al quitarle la poca
sangre que Dracula, el señor de los vampiros, aun no había absorvido.
El segundo logro controlarse y únicamente sorbió la sangre que había en el
suelo intentando, de forma vana, preservar la vida y el alma de la mujer.
El tercer ser estaba tan traumatizado después de su renacimiento que ni
siquiera se movió del sitio y permaneció totalmente inmovil, ajeno al mundo
que le rodeaba.
Podriamos decir que son simples hechos aislados y que no tienen
absolutamente nada de significativo.
Sería mentira.
Recordarlo bien.
"Los hombres estan definidos por sus virtudes y debilidades. Aunque solo de
las primeras suele ser consciente uno."
Lord Chamberlain cree saberlo.
Una de los adjetivos que sin dudar se atribuiría a si mismo sería sin duda
"osado". Ascendió poco a poco por la complicada piramide del poder mediante
argucias y atrevimientos que de haber sido un hombre de menos valia
seguramente le habrían costado la vida. Amasó una fortuna con poca edad y
consiguió unirse en matrimonio a una mujer excepcional. Pese a ello
ambicionaba mas. Se convirtió en un erudito de la magia negra y logró la
vida eterna convirtiendose en vampiro. Pero eso no era suficiente, su
experiencia le indicaba que si era fuerte y osado podría alcanzar cotas de
poder mas altas.
- Todos aquellos que se atreven a desafiar a Dracula, son destruidos- dice
el Rey de los Vampiros, como quien constata una realidad.
Hasta ese día Lord Chamberlain nunca se había mirado al espejo para darse
cuenta de que cada virtud tiene asociado un defecto y que lo que alguno
llaman iniciativa u osadía otros lo consideran simple imprudencia.
- ¿Sois un vampiro que desee desafiarme?- pregunta Dracula mientras sujeta
el cuello de Lord Chamberlain con una sola garra, amenanzandole con
destrozarselo si su respuesta no es la adecuada.
En el suelo, la mujer que Chamberlain había venido a socorrer llora
cubriendose a duras penas con sus harapos. Él mira a los ojos endemoniados
de Dracula y sabe que ha llegado el momento de ser prudente.
- No- responde, admitiendo su derrota.
Dracula lo deja en el suelo con desprecio. Sonríe de forma inequivocamente
maligna.
- Lo que Dracula quiere, ¡Dracula toma!
Chamberlain tiene que contenerse para no entablar una pelea que sabe perdida
de antemano. Afortunadamente son interrumpidos por uno de los criados del
palacio.
- Señores... Uno de los tres cautivos ha escapado.
Dracula parece olvidarse por completo de la situación recien acontecida y
centra toda su atención en el recien llegado.
- ¿Quien?
El criado susurra un nombre que hace sonreir aun mas a Dracula.
- Tenía que ser él... La caza va a comenzar.
Un hombre desnudo corre por un campo de cebada recien plantado. Sus pies
seguramente son machacados por el contacto contra los terrones de arena y
las piedras, pero eso no parece frenar su veloz avance.
Tiene el pelo largo, moreno y liso. Facciones bastante agradables a la
vista, aparenta alrededor de unos treinta años recien cumplidos. Su cuerpo
parece ser el de un hombre normal (incluso con un leve sobrepeso) sin
embargo la velocidad a la que se mueve desmiente por completo esa
afirmación.
De hecho se mueve mas rápido de lo que cualquier profesional del atletismo
podría jamas soñar. Quien pudiera observarlo creería sin duda que hay algo
de demente en la forma que utiliza para correr, sin estilo, a trompicones,
como si estuviera herido.
En su mente solo hay un único pensamiento.
- Antes de que amanezca. Antes del amanecer...
Dracula es llevado ante una enorme puerta de madera partida en dos por uno
de los siervos de Lord Chamberlain.
- Si, huelo su esencia- confirma.
- Enviaremos un...
- Es mio- contesta el Señor de los Vampiros -. Solo mio.
El sicario no se atreve a contestar o proponer una alternativa. Dracula
inspira a través de su aguileña nariz el aire frio de la noche.
Ya tenía el rastro, ahora solo necesitaba que encontrar a su presa.
La caza había comenzado.
El centro del aposento esta cubierto por una sombrilla, hace instantes esta
era lo único que protegía a la ocupante de esta de ser quemado por las
potentes luces que había en el techo. Por si os preguntais por su
funcionalidad os diré que es una primitiva carcel para vampiros.
La prisión sin embargo esta abierta y parece ser que es el mismo carcelero
quien lo ha hecho.
- Si quisiera mataros podría haberlo hecho ya. He de admitir que me
equivoque, cometí un error de calculo y mis seres queridos han pagado por
ello. Por eso os devuelvo la libertad, es mi venganza contra él. Sois dos de
sus mas antiguas nemesis y si él caza a vuestro compañero, sereis la única
esperanza de detener a Dracula.
Un hombre y una mujer vampiros apenas tienen fuerza para mantenerse
conscientes.
- Si-, continua hablando Lord Chamberlain-. Debeis comprender que cuando
alguien tiene por costumbre ser terriblemente exitoso en todas las tareas
que emprende, es realmente fácil equivocarse y cometer horribles errores.
Mientras habla, el anfitrion y anterior carcelero, con la ayuda de dos de
sus mayordomos los conduce a un enorme garaje.
- También soy consciente de que por muy lejos que os ocultará de Dracula, él
os acabaría encontrando y destruyendo. Sabe de sobra que sois la mayor
amenaza para su eterna no-vida... Le conoceis lo bastante para luchar
incansablemente contra él hasta destruirle. Pero estais debiles, demasiado
debiles. Así no servireis vuestro proposito.
Lord Chamberlain retira la manga de camisa de su brazo derecho y lo extiende
hacía el otro vampiro.
- Esto os dará poder. Mi sangre es poderosa, no tanto como la del mismo
Dracula, pero suficiente para reestableceros y daros una oportunidad de
esconderos de él por el momento. Podreis recuperar fuerzas y trazar un plan
para deshacer el acto que yo imprudentemente cometí.
Lord Chamberlain se abre una vena y permite que el otro vampiro succione de
esta el preciado líquido.
- Muy bien... Muy bien... Esta es mi venganza contra tí...- Murmura, algo
mareado-. Monstruo degenerado llamado Dracula.
El fugitivo levanta la mirada hacía la luna.
- Mierda.
La silueta del hombre que había presentido aparece como salido de la nada al
transformarse de niebla a carne.
Dracula sujeta su capa dramaticamente mientras esta ondea al viento.
- ¿No creerías que podrías escapar de mí?
La presa simplemente calla, su mente intenta sin exito hallar una salida a
la situación.
- ¿No creerías que quedarías impune después de lo que tu y tus compañeros de
armas me hicisteis?
El vampiro fugitivo considera sus opciones. Quizá pudiera ganar algo de
tiempo hablando.
- No, Dracula.
- JUA JUA JUA...- Rie el Señor de los Vampiros-. Sigues divirtiendome como
en el pasado. Je je je... He de concederte al menos eso, vieja nemesis.
La presa estaba demasiado débil para transformarse en niebla. Mira a su
alrededor, buscando algo que utilizar para protegerse o atacar.
Y lo encuentra en la forma de un lejano ruido. Pero si Dracula también se
daba cuenta perdería su oportunidad, debía provocarle, distraerle.
- Creo que estas acabado, viejo chocho, perteneces al pasado.
Dracula, que creía tener la situación bajo control, se sorprende ante
semejante insulto. Señala a su presa con el dedo en actitud desafiante.
- Esas, han sido tus últimas palabras, King.
Y el detective vampiro conocido por el nombre de Hannibal King se prepara
para entablar pelea por enesima vez con su antiguo archienemigo Dracula.
Deseando fervientemente que no fuera la última para él.
Mientras tanto dos cautivos son llevados a un avión privado. Este viaja
durante varias horas hasta aterrizar en un ambiente familiar a los
prisioneros.
Son soltados en el mismo aeropuerto. El hombre, habiendo sido el único que
se ha alimentado con sangre, sostiene el debil cuerpo de la mujer.
- Sois libres. Nuestro amo, Lord Chamberlain, os desea toda la suerte en
vuestra empresa.
- Idiotas. Si no fuera por sus experimentos, Dracula seguiría muerto-
contesta con acritud el hombre.
- Y vosotros también- le contesta el sicario-. Os deseamos suerte, Frank
Drake, Rachel Van Helsing... La vais a necesitar.
El hombre descendiente de Dracula sostiene a la mujer cazavampiros. Ambos
han pasado a convertirse en aquello que mas odian, pero se tienen el uno al
otro y no descansarán hasta acabar con aquel que juraron hace años destruir.
Hannibal King se transforma monstruosamente en un hibrido entre hombre,
murcielago y lobo. Dracula, al contrario, mantiene su aspecto normal. Ambos
se lanzan al ataque. Dientes contra dientes, garras contra garras, puños,
patadas y golpes...
Pese a la ferocidad con la que King atacaba y el evidente progreso que había
realizado desde su último encuentro con el Señor de los Vampiros, aun le
quedaba lejos en poder, sobretodo teniendo en cuenta su reciente
debilitamiento.
Sin embargo Hannibal era demasiado inteligente como para considerar
seriamente que tenía opciones de ganar. La cruenta pelea tenía como único
objetivo distraer a Dracula del fuerte sonido que se acercaba.
- Has mejorado, King. Finalmente has dejado de ser un asqueroso traidor a tu
especie y... ¡¿Que es ese terrible sonido?!
Un tren de alta velocidad comienza a pasar a velocidad de vertigo. Dracula
es abrumado y confundido por los fuertes sonidos y luces, pero King
aprovecha para concentrarse intensamente y saltar encima de este. Antes de
que Dracula pueda darse cuenta ya ha puesto suficiente espacio entre ambos
como para que le de alcance de forma inmediata.
- No escaparás tan fácilmente- murmura el Rey de los Vampiros.
King apenas se mantiene suficientemente consciente como para quedarse
agarrado al techo con todas sus debiles fuerzas.
Chamberlain se concentra en un libro.
- Ya han sido puestos en libertad, señor.
Asiente con la cabeza y su ayudante se retira.
Todas las piezas estaban en su lugar. Dracula seguía libre, pero Frank Drake
y Rachel Van Helsing no tardarían en recuperarse y organizar un pequeño
ejercito sobrenatural para perseguirle. Mientras tanto él tendría que
desaparecer en el aire, no fuera a ser que creyeran que alguien con el poder
de traer a Dracula de entre los muertos era demasiado peligroso como para
seguir vivo.
- Es el momento de una mudanza.
Hannibal King es despiertado por el jaleo de gente en una estación.
Considera sus opciones. Estaba desnudo, debil y desorientado. Dracula le
perseguía y acabaría fácilmente con él a no ser que consiguiera hacerle
perder su rastro.
- Solucionemos los problemas de uno en uno- murmura fijandose en la
gabardina larga que un hombre dejaba momentaneamente sobre un asiento
mientras buscaba algo dentro de su maleta.
Nueva Orleans.
En otro lugar una persona siente por primera vez las nuevas fichas que
habían aparecido sobre el tablero.
Esto no se había producido antes debido a las protecciones mágicas con las
que hasta hace un instante Lord Chamberlain había protegido sus actividades.
Una mujer de piel de ebano, con largas trenzas bañadas en sangre y tatuajes
por todo su desnudo cuerpo se levanta de la cama donde previamente
descansaba junto a su amo y señor.
- He detectado la aparición de una energía poderosa. Y otras tres que de
alguna forma estan vinculadas a la primera.
El hombre al que se dirige mira en silencio desde la ventana de su palacio
el pantano sobre el que había fijado su residencia.
- Solo el primero debe preocuparnos. Casi diría que es rival para usted, mi
señor.
El poderoso y antiguo vampiro (posiblemente el mas viejo de todos ellos)
rompe su silencio.
- Podría matarte por esas palabras, sacerdotisa.
- Sabeis, mi señor, que acostumbro a elegir con prudencia mis palabras. No
diría algo que pudiera ofenderos sino es para poneros sobre aviso. Mi vida
es vuestra, amo.
- Demuestramelo.
La mujer utiliza sus alargadas uñas para hundirlas dentro de su vientre y
con sus últimas fuerzas se abre a si misma en canal, dejando al descubierto
sus tripas. Sus restos ensangrentados quedan encima de la cama temblorosos
hasta que finalmente muere desangrada, cuando eso ocurre su amo se acerca a
ellos con curiosidad. Con un dedo prueba la sangre de su difunta
sacerdotisa.
Saboreando el poder sobre sus subditos, Varnae se acuesta sobre ella y
comienza a alimentarse.
Hannibal King ya sabía donde estaba y había conseguido vestirse para pasar
desapercibido entre la multitud.
Solo quedaba un pequeño detalle para estar seguro.
- Me ha costado encontrarte -, el detective reconoce la voz y se lanza a
correr, empujando a todos a su alrededor-. ¡¡DEMASIADO TARDE!!- grita el
cazador.
Una garra le presiona el brazo a King destrozandoselo con la presión. Sin
apenas esfuerzo Dracula le lanza contra un escaparate.
"Demasiada gente. Tengo que llevar la pelea a otro lado." Piensa Hannibal.
Se transforma en un ser medio murcielago medio lobo y alza el vuelo, pero no
consigue ninguna distancia de ventaja ya que Dracula se materializa encima
suyo y le golpea haciendo que pierda la estabilidad y se precipite sobre un
enorme edificio con una cúpula de cristal.
- Este es nuestro último encuentro, vieja nemesis, espero que en el infierno
recuerdes que nadie sobrevive después de desafiar a... ¡¡¡DRACULA!!!
Hannibal King intenta en un vano esfuerzo detener el avance de la estaca con
la que su enemigo penetraba su cuerpo. Apenas consigue desviarla levemente
para evitar que se clave en su corazón.
- AAGGGHHHH...- Grita debilitado mientras la sangre y las fuerzas se le
escapan.
"Aun no, señor King" la voz que resuena dentro de su cabeza le parece a
Hannibal la mas dulce que jamas ha oido.
Dracula se olvida completamente del moribundo vampiro que antes cazaba con
tanto ahinco. La apuesta sobre la mesa acaba de subir. Considerablemente.
- Mirame, monstruo, puesto que mi cara será la última que contemples- afirma
el recien llegado.
Dracula sonríe.
- Mediante argucias y trampas conseguiste vencerme en el pasado. Pero esta
vez es diferente... Muy diferente.
- No mas trampas. Lucharemos juntos. Comprobarás que mi poder es mayor que
antes, así lo afirma... ¡¡¡EL DOCTOR EXTRAÑO!!!
Y así es como los titanes entran en colisión.
ENTERRADO A SEIS PIES DE PROFUNDIDAD
El comienzo de nuestra historia (lo de la soprano) fue inspirado por un
comentario de Jose Gonzalez, guionista de "Doctor Extraño". Una especie de
crítica donde decía bastante acertadamente que a mi ritual de sacrificio le
faltaba el intenso grito de horror de una mujer. Me lo tome como un reto y
por eso empecé así mi número.
A cambió me atrevo a retar al mismo Jose Gonzalez a que acabe este
enfrentamiento que promete ser mítico.
Supongo que los mas observadores os habreis dado cuenta de que se ha
producido un leve cambio en la "entradilla" anterior a "... La Tumba de
Dracula", eso es debido a que he decidido hacerla dinamica e ir
modificandola convenientemente en función del lugar en el que Dracula
despierte la noche que narra el número.
Ya finalmente me gustaría realizar un llamamiento a cualquier interesado en
ser mi escla... Perdón, COLABORADOR en esta serie. Pese a ser un proyecto
personal, en esta serie estoy totalmente abierto a colaboraciones y no me
importaría lo mas mínimo que alguien con su propia visión o historia que
contar sobre alguno de los personajes pudiera hacerlo en esta serie.
Terrortópicos saludos.
Mr Multiplexor.