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Un poder supremo en las manos de un adolescente, un pasado en una era indómita y salvaje, un cruel destino que amenaza con cumplirse... Pero ante todo un ser humano que lucha por sobrevivir en un mundo que no es el suyo.
 
X-Man

X-MAN #46
Signos y presagios
Guión: Ben Reilly

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Portada: totalmente recubierta de llamas. Cruzando la portada está una mano gigante con un corte en las venas y chorreando sangre.

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PAUL

Despertó sentado en la silla de su planeta, viendo cómo su gente trabajaba duramente para poder sobrevivir. Su hijo Alex se acercó a verle.

- Hoy han muerto dos constructores. Los trabajadores se quejan de la falta de seguridad. ¿No podemos hacer nada?. ¿Por qué tenemos que seguir aquí encerrados?

- ¿Alex?. No deberías estar aquí, te fuiste de mi lado hace años.

Paul se frota los ojos. Cuando los vuelve a abrir se encuentra sentado a la derecha de su padre que está dando órdenes a sus subordinados. Recuerda ese día, era el día de su décimo octavo cumpleaños.

- ¿Cómo estás Paul?. Hoy es un día muy especial para ti.

- Bien, creo. Pero me apetece tomar un poco el aire.

- Por supuesto.

Los dos se levantan y van hacia la ventana. Paul puede ver las ruinas de su tierra, puede ver a los trabajadores intentando que la tierra de algún fruto, ve las estatuas de los antiguos reyes, los mismos reyes que los condenaron.

- Algún día Paul, algún día volveremos a las estrellas y todos, absolutamente todos pagarán...

Ante los ojos de Paul su padre va cambiando, envejeciendo. Su corta barba se vuelve larga y blanca, en su cabeza aparece una corona de oro y sus ropas se vuelven más señoriales, como las que llevaban los antiguos reyes. En su espalda lleva una espada de doble hoja. A su lado está un chico, su hijo, vestido con ropas igualmente elegantes y ostentosas.

- ...pagarán por lo que nos han hecho.

Paul mira por la ventana. Ve la antigua ciudad símbolo de la fuerza humana arder, ve a los Guardianes atacar todo lo que queda, ve al ejército rendexiano destruir los mausoleos de los antepasados. La puerta de la sala se abre de golpe, Malaia, una Malaia mucho más joven poderosa, entra seguida de un gran número de Guardianes. El rey los ve, desenvaina su espada y se lanza al ataque. Malaia y él luchan. El rey no tiene oportunidad alguna, Malaia lo desarma rápidamente y rompe su espada en tres partes que van a caer justo delante del niño pequeño. Paul ve una extraña sombra en una columna pero al segundo desaparece al igual que el resto de personas de la sala a excepción del niño.

- ¿Estás bien? -pregunta Paul-.

- Se ha roto.

- ¿Que?

- La espada se ha roto -recoge con sumo cuidado los tres pedazos-. No debería haberse roto. Es muy importante ¿sabes?. Algún día volverá a estar completa. Tómala.

Paul coge la espada.

- ¿La reconoces?

- Sí. Mi padre me la dio cuando cumplí dieciocho años. También me dijo algo

- Eres su protector hasta que la vuelvan a reclamar.

- Exacto. ¿Quién eres?. ¿Qué está pasando aquí?.

- Ya viene.

Las puertas de la sala comienzan a ser golpeadas con fuerzas.

- ¿Quién viene?

- N´Taliol.

Las puertas se abren de golpe y una oscuridad los invade. Paul grita de dolor hasta que todo parece pasar. Ahora se encuentra en un sitio muy pequeño y sin luz. Intenta moverse pero no puede y comienza a faltarle el aire. Comienza a empujar la parte de arriba hasta que consigue sacársela de encima y salir al aire libre. Mira a su alrededor y recuerda dónde está, la cripta de los reyes en su planeta. Las demás tumbas empiezan a abrirse y todos los reyes se levantan rápidamente.

- ¿Qué está pasando aquí? -pregunta Paul-.

- Al fin te has reunido con nosotros. Has aceptado tu destino a nuestro lado -dicen todos los reyes a la vez, como un coro-.

- No soy como vosotros.

- Lo eres.

- Yo me preocupo por mi gente. Vosotros sólo pensabais en vuestras conquistas sin importaros quien muriera en ellas.

- Tu pueblo murió mientras tú correteabas en las estrellas.

- No fue así, buscaba una forma de liberarnos de las minas espaciales.

- ¿Y por qué sacaste a tu hijo del planeta?

- Yo... quería una vida mejor para él quería... que pudiese estudiar cosas mayores que un simple motor de explosión.

- Mentira. No querías que viviera con su pueblo porque no valen la pena, sólo saben quejarse y cometer errores. Nos fallaron cuando dejaron acercarse a los miembros del Consejo y a los Guardianes.

- No

- Es la verdad. Estás aquí porque tu vida te ha llevado aquí. Sólo falta una prueba.

Todos miran hacia la entrada de la cripta donde está un pequeño bebé. Paul lo reconoce al instante, es un bebé de Argos 7.

- Termina lo que empezamos. Sólo tú puedes. Destruye el último retoño de nuestro sufrimiento así seremos al fin libres de nuestro dolor y de nuestra historia, salvarás a nuestro pueblo.

Paul se acerca lentamente al bebé. De su cinturón saca un pequeño cuchillo. Coge al bebé de una pierna y lo levanta para mirarlo.

- Mátalo y libera a tu pueblo. Es lo que siempre has querido, lo que siempre has deseado, es por lo que siempre has luchado.

- Sí.

Paul le clava el cuchillo al niño justo a tiempo de ver una sombra que comienza a reírse para luego desaparecer. Entonces la cripta comienza a arder y Paul puede ver cómo el fuego lo rehuye. Cuando toda la cripta ha sido pasto de las llamas éstas parecen quedarse quietas delante de Paul.

- ¿Qué está pasando aquí?.

- Soy el fuego. Una pregunta ha de serte formulada en este mismo momento.

- ¿Qué pregunta?

- Llegado el momento ¿aceptarás el fuego sabiendo que te destruirá a ti y a tu pueblo?

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NYRILIAM

Se despierta con un suave beso en la mejilla en una habitación donde apenas hay luz. A su lado ve a Nate que la mira con una sonrisa en la boca.

- Buenos días dormilona. ¿Te traigo el desayuno a la cama?

- ¿Nate?

- Espero que no despiertes con otros hombres en la cama -bromeó Nate-. Quédate en la cama, ahora te traigo el desayuno.

Nyriliam se levanta de la cama y va hacia la ventana para abrirla y contemplar las suaves formas cristalinas de su planeta natal.

- Esto no puede ser verdad. Mi planeta está totalmente destruido. ¿Qué está pasando aquí?.

- Cariiiño. Te traigo tu desayuno.

- Gracias.

Nyriliam se sienta. CUando ve el desayuno se lleva un susto de muerte al ver a varios gusanos. Mira la cara de Nate pero ésta se ha vuelto demoníaca. Intenta usar su telepatía pero no funciona, luego grita y todo se vuelve borroso.

- ¿Te encuentras bien cariño?.

- ¿Mamá?.

Nyriliam abre los ojos y ve a su madre mirarla con preocupación. A su lado está su abuela quien también parece algo nerviosa.

- ¿Te encuentras bien?.

- Estoy un poco mareada.

- ¿Puedes bajar a la fiesta?.

- ¿Qué fiesta?.

- Tu fiesta hija. Ven, bajarás a saludar a los invitados y luego podrás volver aquí y tumbarte hasta que te encuentres mejor.

Nyriliam asintió. Salió de la habitación y se encontró de lleno con el palacio real de su planeta donde había vivido desde su nacimiento y que ahora estaba en ruinas debido al ataque de los Gorum. Bajó la amplia escalera que daba paso al salón real donde todos los invitados se giraron para ver a la triada, el órgano regente del planeta. Nyriliam estaba encantada, ahora estaba en su terreno, esto era para lo que había sido preparada durante toda su vida. Durante una hora estuvo hablando con los invitados, haciendo bromas, introduciéndose en discusiones sobre política territorial.

- ¿Quiere un canapé?.

Nyriliam se giró para ver al camarero que resultó ser Nate.

- Nate, ¿qué haces aquí?.

- ¿Nos conocemos?

- Soy yo Nyriliam, ¿no me recuerdas?.

- Sí... creo que sí, pero no estoy seguro. Es algo confuso.

Nate miró por encima del hombre de Nyriliam y pareció asustarse momentáneamente.

- Su madre no me quita ojo, será mejor que coja su canapé.

- Claro que tienes para ofrecerme.

Nate le enseñó la bandeja, había varios tipos todos muy suculentos. Sin embargo cuando iba a decidirse por uno notó un tirón en su vestido blanco. Vio que era un niño que llevaba una bandeja.

- Quizás prefieras estos.

Cuando el enseñó la bandeja Nyriliam vio tres fragmentos de una espada. Miró hacia el niño pero este había desaparecido junto con la espada y la bandeja. Se volvió hacia Nate y vio que su cara estaba blanca y empapada en sudor.

- ¿Vas a quitarme eso de una vez?.

- ¿Qué?.

No se había dado cuenta pero llevaba una espada de doble filo en la mano. Una espada que estaba clavada en el estómago de Nate. Asustada, Nyriliam gritó y sacó la espada. La sangre salpicó su vestido blanco y Nate cayó al suelo muerto. En ese instante el palacio pareció explotar y la noche cayó sobre el planeta. Seis sombras surgieron del suelo y mataron uno por uno a los invitados hasta que se juntaron en un sólo ser que se sentó en un trono oscuro.

- Ven a mí -dijo con voz grave mientras golpeaba con sus garras el trono-. Ven a mí.

Su madre y su abuela aparecieron a lo lejos convertidas en esqueletos, entonaban una canción triste, melancólica. A su lado había tres cruces con tres personas que sufrían lo indecible. Su sangre se derramaba rápidamente e iba a parar justo a dos copas que sostenía el extraño ser oscuro.

- Ven a mí.

Aunque ella no quería sus piernas empezaron a caminar hacia el trono. Al llegar se arrodilló servilmente.

- Levántate.

Nyriliam así lo hizo. El ser oscuro se levantó de su trono. Utilizando su lengua fue lamiendo toda la sangre del vestido de Nyriliam.

- Deliciosa. Ahora pongamos fin a esto de una vez. Nuestra unión será perfecta, juntos traeremos orden a este Universo.

Alcanzó las dos copas con sangre y le ofreció una a Nyriliam que la aceptó sin poder oponerse. El ser oscuro pronunció unas palabras en un idioma oscuro, feroz, desagradable, perdido en el fondo de la memoria del Universo pero que extrañamente Nyriliam sentía tentador y agradable. Los dos alzaron las copas. En ese momento Nate apareció, estaba gritando algo pero Nyriliam no lo entendía. Parecía tener una herida y se movía lentamente. Sin saber por qué, Nyriliam alzó la mano y un potente destello luminoso acabó con Nate.

- Bebamos.

Los dos alzaron las copas y bebieron. El ser oscuro comenzó a reírse a carcajadas, utilizando una de sus garras golpeó a Nyriliam dejándolo en el suelo. Luego la cogió y en el aire y rápidamente le sacó el corazón. Nyriliam seguía mirando incrédula lo que pasaba hasta que la oscuridad la tragó.

Despertó en frente de un fuego que ardía totalmente desnuda y sudando abundantemente. Se fijó en el fuego, había algo familiar, algo que la atraía hacia él. Lo tocó, no quemaba pero se estaba extendiendo sobre todo su cuerpo.

"N´Taliol" se escuchó a lo lejos.

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NATE

Despertó sentado en un sofá con un traje de una época que no recordaba. A su alrededor decenas de personas iban de un lado a otro. Paul se le acercó, estaba muy nervioso y también vestía un extraño traje.

- Vamos, te toca salir a escena.

- ¿Ein?.

- Mmm... realmente no debidos darte esa decimotercera copa. ¿No te acuerdas de la obra?. Venga vamos, seguro que te cuerdas de tu papel cuando salgas a escena.

- Pero...

- Sin peros.

Paul lo cogió y lo expulsó hacia el escenario. Las luces impedían que Nate pudiera ver al público lo que en principio le tranquilizó. Con Nate en el escenario también estaban Forja y Nyriliam que discutían acaloradamente. En un instante Forja sacó una navaja y le cortó el cuello a Nyriliam que cayó sin vida. Nate gritó y se acercó hacia su amigo intentando salvarla.

- ¿Por qué?.

- Hasta la persona en que más confías puede traicionarte.

Charles Xavier entró en escena con su silla de ruedas.

- Hasta la persona más santa tiene un lado oscuro.

- ¿Qué está pasando aquí?.

Todo el escenario se vio envuelto en un halo de luz hasta desaparecer. Nate entonces se vio en la Tierra, delante de un gran ejército.

- Nuestras tropas están listas Almirante. Sólo debe dar la orden y comenzaremos nuestro ataque.

- ¿Ataque?.

- ¿Se encuentra bien señor?

- Me cuesta recordar.

- ¿Retrasamos el ataque?

- ¿Qué vamos a atacar?

- Según nuestro plan empezaremos desembarcando en la costa este, en las ruinas de Nueva York.

- ¿Las ruinas de Nueva York?.

- ¿No lo recuerda?. Su combate contra los Vengadores y los 4 Fantásticos hizo desaparecer la ciudad.

- ¿Qué?.

De pronto un soldado se acercó, parecía muy asustado.

- ¡Los Europeos nos han traicionado!. Han lanzado sus misiles contra nosotros.

- Malditos... tenemos que defendernos. Mandaré un escuadrón a interceptarlos.

- Iré con ellos -dice Nate-. Necesito despejarme.

- No corra riesgos señor, le necesitamos para el ataque a los EUA.

- Descuida.

¿Qué había pasado aquí?. ¿Cómo era posible que estuviera a punto de atacar a los EUA y que todo el mundo lo tomara como algo natural?. ¿Y él solito había destruido a los Vengadores y a los 4 Fantásticos?. Divisaron los misiles mucho antes de que cruzasen Etiopía, no les fue difícil destruirlos. Telekinesia, fuego, hielo, multitud de poderes mutantes combinados en un solo ataque que destruyeron los misiles y el país. Luego volvieron a casa, a Genosha, donde todos se reunieron esperando a que Nate decidiera.

- ¿Qué hacemos?. Europa nos ha declarado la guerra. Los Estados Unidos están desplazando buques hacia aquí, no permitirán que salgamos del país sin aniquilarnos.

- Les atacaremos igualmente -dice Nate. Había algo oscuro en su ser que lo dominaba, un ansia de venganza que servía a un poder mayor, antiguo y oscuro, capaz de enfrentarse a lo que fuera.

- No podemos dividir nuestras fuerzas.

- No hace falta. Primero derribaremos Europa, les prometeremos a los Estados Unidos la paz a cambio de que expulsen a todos los mutantes de su país, incluso les proporcionaremos los métodos necesarios para ello.

- La Patrulla-X tratará de detenernos.

- Son insignificantes. La gente los sacará del país a patadas ante nuestra amenaza.

- Pero no tenemos un plan de batalla contra Europa.

- Sí lo tenemos

- ¿Cuál es?

- Arrasarla.

En ese momento Nate vio un flash de luz y fue transportado a una playa paradisíaca. En la arena había un hombre, era él unos años mayor y vestido con harapos. Cuando se vieron, el Nate viejo se levantó de la arena.

- Al fin estás aquí. No recuerdo haber tardado tanto.

- ¿Qué está ocurriendo?

- Estás hablando con tu yo futuro.

- ¿Qué?

- ¿Qué es lo último que recuerdas?

- No sé, se me hace difícil pensar. Paul, Nyriliam y yo estábamos con Malaia y ella nos hizo algo

- Entrasteis en un trance, es un prueba y una advertencia. Pasado, presente y futuro entremezclaros vilmente.

- ¿Todo esto es real?

- ¿Real?. Depende de lo que definas como real. ¿El sueño?. Los sueños nunca son reales pero tratan sobre la realidad. En este caso la realidad sobre tu futuro.

- ¿Qué me ha pasado?.

- Muchas cosas, buenas y malas. No puedo decirte mucho.

- Estás herido

- Una herida de traición y libertad. Una espada. Nunca debería haberme entrometido, todo fue mal desde aquel instante.

- ¿Entrometerte?.

- Sólo debes hacer lo que estás destinado a hacer. No puedes intentar cambiar el destino de otros porque si lo haces mi futuro se volverá realidad y no te gustaría.

- ¿Qué has hecho?.

- Lo que creía correcto.

- ¿Y no lo era?.

- En aquel momento lo era. Ahora, ¿qué se yo?. Estoy muerto.

- ¿Vamos a morir?

- Todos morimos, un día u otro nos llega el frío abrazo de la muerte. Lo habíamos esquivado demasiadas veces pero al final nos alcanzó liberando lo que llevamos dentro. Escúchame atentamente...

Se quedó sin palabras mirando al otro extremo de la playa. Nate miró hacia allí para encontrar a una Nyriliam, vestida totalmente de blanco y con un extraño brillo alrededor. Parecía flotar en el aire, sus caballeros ahora dorados se movían con un viento inexistente.

- Sigue tan bella como la recordaba.

- ¿Es Nyriliam?. Ha cambiado mucho.

- La vida es cambio y ella es vida. Recuerda bien lo que te he dicho y piensa en ello, toda esta prueba tiene un significado. Ahora ve con ella, te está esperando.

El Nate viejo fue introduciéndose poco a poco en el mar hasta desaparecer. Nate se acercó a Nyriliam que estaba quieta.

- Ha pasado mucho tiempo aunque tú no lo notes.

- Estás muy cambiada.

- ¿No te gusta?.

- Sí, bueno... ahora pareces una diosa de las estrellas.

- Tan halagador como siempre. Ojalá el destino no hubiera sido tan cruel con nosotros.

- ¿Qué pasó?.

- Ojalá pudiera hablar de ello pero mucho depende de lo que te diga o no.

- Por lo que puedo ver sobrevivimos a los Gorum.

- Oh sí aunque las cosas no resultaron ser como esperábamos. Perdona que te hable en enigmas, sólo intento protegerte.

- ¿A mi?

- Sí. Tus dos compañeros han estado soñando con el pasado, el presente y el futuro porque tienen un destino a escala cósmica. Tú eres parte de ese destino pero no estoy aquí por eso, ya has demostrado ser capaz de enfrentarte a ello.

- Entonces qué haces aquí.

- Vengo a proteger tu alma. Todo esto siempre ha girado en torno a ella, tan fuerte y tan frágil, escondida en tus entrañas. Ojalá hubiera podido mantenerla como ahora pero ninguno fuimos demasiado sabios.

- No sé qué decir.

- No digas nada. Sólo respóndeme a una pregunta y medita bien la respuesta.

- De acuerdo.

- ¿Me seguirás dentro del fuego?.

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PRÓXIMO NÚMERO: Nuestros héroes emprenden la búsqueda de un objeto que podría ayudarles a reunir a todas las razas en contra de los Gorum

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NEXO TEMPORAL

Holadola

Bueno, un número un tanto extraño e inconexo pero importante. Ya veréis lo que les espera a los protagonistas. Y puesto que no hay cartas ni algún comentario sobre el último número me piro vampiro ;)

Byes

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