Young Justice #47

Young Justice #47

#47 – Una nueva generación de héroes
Los niños son guerreros

Por Carlos Fortuny
Portada de Nahikari


Fecha de publicación: Mes 169 – 5/12


Apartamento de Kyle Rayner, Nueva York.

John Henry Irons había llegado hace unos minutos al apartamento del Green Lantern Kyle Rayner. Voló hasta allí como Steel, pero prefirió entrar en el sitio sin su armadura para no llamar tanto la atención. Habían tardado lo suyo en abrirle la puerta, y cuando lo hicieron no se encontró a quien esperaba, sino a Jade, la actual pareja de Kyle, este por lo visto llevaba unos días de lo más ocupado, y en ese momento se encontraba en la repoblada Oa1.

A pesar de que Steel apremió a la chica, esta le pidió un momento, la había pillado en plena ducha, y  llevaba un albornoz por toda ropa. El hombre se quedó solo en el salón, demasiado desordenado para su gusto, ropa por los sillones, platos apilados, alguna que otra caja de pizza.

Finalmente la chica salió con lo primero que había pillado del dormitorio y atendió a John, no sin disculparse antes.

-Ejem… como decía antes… aunque no esté Rayner creo que podrás ayudarnos.- Dijo el hombre llevando su mano al bolsillo.

Este sacó una especie de dispositivo tecnológico del tamaño de un móvil, donde enseguida comenzó a reproducir un video.

-¿Me puedes decir quién es este mocoso?- Preguntó Steel algo mosqueado.

Por toda respuesta Jade se llevó una mano a la sien mientras lanzaba un suspiro.

-Howard.- Dijo haciendo una pequeña pausa.- Howard Jordan…


En algún lugar, Metropolis.

-¿Y ahora qué?- Preguntó Owen visiblemente nervioso.

El grupo llevaba un rato deliberando y tan solo Natasha tenía clara su postura, no iba a dejar que la mangonearan y la trataran como a una niña.

-No podemos oponernos a tu tío… ni a Superman…- Dijo Lorena esperando que su amiga recobrase la cordura.

-Por una vez creo que la sirenita tiene razón.- Dijo Zachary que hasta el momento no había participado en el debate.- Nos estamos metiendo en un follón por nada…

-¡¿Por nada?!, mirad, tenemos derecho a seguir juntos, no es justo que porque haya pasado lo que ha pasado ahora paguemos nosotros el pato.- Replicó Natasha visiblemente enfadada.

-Mi idea no era meterme en el grupo para que los superheroes me persiguieran…- Dijo Owen nada convencido por las palabras de Natasha.

-Yo… ya me he metido en bastantes problemas…- Dijo Howard casi en un susurro, estaba claro que la que le iba a caer iba a ser de órdago.

Entonces fue M’gann la que dio un paso al frente cabizbaja y sujetándose las manos por delante. Su piel se podía ver ligeramente enrojecida en la zona de las mejillas.

-Yo… yo… lo siento… no quería daros problemas…- Dijo la chica mientras una lágrima le caía por la mejilla.

Hubo un momento de silencio mientras todos se intercambiaban miradas tristes. No hacía mucho que conocían a la marciana, pero ya le procesaban bastante cariño.

-No, yo lo siento Megan.- Dijo Owen colocando sus manos en los hombros de la marciana.- Siento haber pensado solo en mi. Cuenta conmigo Natasha.

La mirada de Owen enseguida encontró la de Natasha, quien le sonrió y asintió para seguidamente dirigir su mirada al resto del grupo.

-En fin, como digo, la bronca ya la tengo asegurada.- Dijo el joven Green Lantern sonriente.

-Sabes que no te dejaría sola Nat, solo decía que no deberíamos llevarle la contraria a Superman, pero claro que puedes contar conmigo.- Añadió Lorena.

La mirada del grupo se dirigió entonces a Zachary, quien estaba disfrutando de un agradable masaje  realizado por un sillón con dicha función que había hecho aparecer segundos antes. Al encontrarse con la mirada de los demás se limitó a encogerse de hombros.

-Está bien, entonces está decidido, seguimos adelante.- Sentenció Natasha.

-Lo cual nos lleva a mi pregunta inicial.- Dijo Owen.- ¿Y ahora qué?

-Necesitamos a algún héroe que nos apoye, alguno que no siempre haya tenido el apoyo de la comunidad.

-¿Alguna idea?- Preguntó tímidamente M’gann.

El hecho de que participara en la conversación pilló a todos por sorpresa, ya que la chica apenas mediaba palabras con el resto, pero enseguida le sonrieron, era una gran señal que participara.

-Tengo a los candidatos perfectos.- Respondió Natasha.

-Yo supongo que podría intentarlo con Kyle o Jade.- Añadió Howard.

-¿Quien es Kyle?- Preguntó Owen.

-Esto… ¡nadie!- Dijo rápidamente Howard dándose cuenta de su metedura de pata, no podía ir por ahí dando identidades secretas.

Lorena se rió al darse cuenta del error del Green Lantern, y Owen también le sonrió con aire burlesco, mientras Natasha pensaba en como repartirse. Finalmente decidió que Zatara y Lorena acompañarían a Howard a Nueva York, mientras Owen y M’gann la irían con ella.


Apartamento de Kyle Rayner, Nueva York.

Dado que su anillo le había dicho que Kyle Rayner no se encontraba en el planeta, Howard se había conformado con que les llevara hasta Jade. Y allí se encontraban los tres, frente a la puerta de Kyle Rayner. Howard dudó un poco, pero finalmente se armó de valor y llamó. Al fin y al cabo prefería una reprimenda de Jade que de John Stewart.

La espera fue bastante corta, ya que Jade apareció enseguida con cara de pocos amigos.

-¡Howard Jordan!- Dijo visiblemente enfadada.

-Esto… Hola…- Se limitó a responder el chico con una risita nerviosa.

-¿Qué parte de no te pongas el anillo no comprendiste?

-Creo que no está siendo justa, Howard nos ha salvado la vida hoy.- Intercedió Lorena.

-Por vuestras pintas supongo que sois Aquagirl y Zatara.- Dijo Jade reparando por primera vez en los dos jóvenes que acompañaban al green lantern.

-Se que os he desobedecido pero necesitamos tu ayuda Jade.- Dijo Howard con la mirada más tierna que pudo sacar.- Nos persiguen alienigenas.

-¿Y qué queréis de mi?, Superman ya os ha ofrecido ayuda.

-Superman no quiere que estemos juntos. Sabemos que últimamente han pasado muchas cosas malas, pero no por ello se nos debe prohibir el estar unidos.- Respondió Howard, quien a pesar de que acababa de conocer a aquellos chicos, sabía perfectamente lo que significaba tener poderes y que te obligaran a no usarlos.

-Un momento.- Dijo Lorena pensativa.- ¿Cómo sabes que Superman nos ha ofrecido ayuda?

-Esto me huele a trampa de las buenas.- Añadió Zachary sonriente mientras miraba a ambos lados.

-Lo siento chicos, pero tenéis que hacer caso a Superman, él sabe lo que es lo mejor…

-¡Me has vendido! ¡Ojalá Kyle estuviera aquí! Él nos habría escuchado…- Protestó Howard.

-Kyle es un miembro de la liga de la justicia, y habría hecho exactamente lo mismo.- Dijo Steel, quien acababa de surgir de detrás de Jade, aunque no estaba seguro del todo de sus palabras.

-Vamos chicos, solo queremos ayudaros.- Dijo Superman, que acababa de aparecer por uno de los laterales del pasillo.

-Ahora, decidnos donde están Natasha y los demás.- Dijo John Henry Irons.

-Mal rollo tíos… mal rollo.- Se limitó a responder Zatara.


Industrias Kord, Fawcett City.

Un imponente edificio se levantaba ante los tres chicos, al parecer se había erguido hace relativamente poco tiempo2, y ahora hacia las veces de sede central de la compañía que Theodore Kord dirigía. Cuya identidad secreta era nada más y nada menos que la de Blue Beetle.

Por lo que Natasha sabía, el superheroe pasaba ahora mucho tiempo en dicha ciudad, por lo que le pareció la mejor opción para empezar a buscarlo. Lo cual era una tarea especialmente difícil si no podías disponer de los recursos de la comunidad superheróica.

-¿Es aquí?- Preguntó tímidamente M’gann, quien había cambiado el color de su piel, haciendo que ahora pareciera un ser humano corriente.

-Si, vamos.- Respondió Natasha, esta se había quitado la armadura, sería muy extraño presentarse con ella en la recepción del edificio.

Los tres jóvenes entraron en industrias Kord sin vacilar. La estructura del edificio era igual de impresionante por fuera que por dentro, solo la recepción podría haber albergado a cientos de personas. Esto impresionó a M’gann y Owen, que no dejaban de observar las pinturas y diferentes elementos decorativos que adornaban el lugar. Por su parte Natasha, acostumbrada a la Acería, no se dejó amilanar por el colosal tamaño de la recepción y se dirigió directamente al mostrador, donde una muchacha regordeta y de mirada amable acababa de finalizar una llamada.

-Buenas, ¿Está el señor Kord?- Preguntó Natasha.

-¿Y quienes sois vosotros jovencitos?- Preguntó la recepcionista amablemente.- Supongo que no venís a solicitar trabajo.

Industrias Kord estaba dando empleo a un importantísimo porcentaje de la ciudad, y últimamente no paraban de realizarse entrevistas de trabajo.

-No, somos amigos de Ted.- Respondió sin más la joven Irons.- Quiero decir… es amigo de nuestros padres…

-Vaya, pues lo siento mucho chica. Pero el señor Kord no se encuentra aquí. Y me temo que hoy no hemos podido contactar con él. Se por experiencia que cuando pasa esto no le vemos el pelo en días…

El grupo salió del edificio totalmente cabizbajo, el viaje había sido una total perdida de tiempo, posiblemente Ted estuviera siguiendo alguna pista de uno de sus villanos, por lo que no podrían contar con él.


Cerca del apartamento de Kyle Rayner, Nueva York.

Los tres héroes adolescentes habían echado a correr en cuanto habían podido, con la vana esperanza de escapar de Superman y el resto de superhéroes. Pero el hombre de acero no tardó en alcanzarles, cerrándoles el paso en un descampado.

-En serio chicos. No somos el enemigo.- Dijo solemnemente Superman.

-Esto es acoso a menores tío.- Dijo Zatara burlonamente.- Atinotpyrk ecerapa ne im onam.

Nada más terminar de pronunciar su hechizo, un pequeño meteorito de kryptonita apareció en la mano del mago, que se la empezó a acercar a Superman.

-Ahora vas a dejarnos en paz, abusón.- Dijo Zatara acercándose cada vez más al hombre de acero.

-Tío, no puedes atacar a Superman.- Dijo Howard nervioso.

-No, no puede.- Dijo Steel, que corría, en ayuda de su amigo.

-Tenemos que defendernos, sino luchamos no nos dejarán salir de aquí.- Dijo Lorena impactando a Steel con dos bombas de agua que había sacado de una cañería cercana.

Jade y Red Tornado fueron en auxilio de Steel, pero un enorme muro verde se levantó ante ellos.

-De todas tus malas ideas Howard…- Empezó a decir Jade.

Jade creó una grúa enorme con la que demoler el muro, pero antes de que pudiera impactar contra él, este desapareció. Y esta vez Howard encerró a los dos superheroes en unas esferas de energía.

-No voy… a poder contenerlos… mucho…- Dijo con dificultad el joven green lantern, esforzándose más de lo que nunca lo había hecho en sus constructos.

Por su parte, Zatara había creado una cadena con la que atar a Superman, al que le había puesto la Kryptonita a modo de colgante.

-Suéltame…- Pronunció Superman con dificultad.

-Tranquilo Howie, aquí ya he terminado, y ahora…- Dijo Zatara centrándose en Steel.- Arudamra etatiuq ed leetS.

Gracias a la magia de Zachary, la armadura se desprendió de Steel, el cual quedaba en total inferioridad de condiciones contra Aquagirl, que consiguió dejarlo fuera de combate con una de sus bolas de agua.

Jade no podía creerse lo que estaba ocurriendo, aquellos niños habían dejado fuera de combate a Superman y Steel, cierto era que no habían ido en serio en ningún momento, pero eso no hacía que la humillación fuera menor.

-Ya vale de juegos.- Dijo Jade reventando la esfera de energía que la contenía.

En cuanto los chicos percibieron el tono de Jade, enseguida supieron que no tenían escapatoria. Fue entonces cuando un potente disparo de energía amarilla impactó en la espalda de la green lantern lanzándola al suelo. Con la emoción del combate, ninguno había visto que una tropa de naves de la ciudadela se había acercado y los había rodeado. Ahora decenas de robots se acercaban a ellos.

-Sácalos de aquí…- Dijo como pudo Superman a Red Tornado.

Sin dudarlo un segundo, Red Tornado salió volando a toda velocidad cogiendo por el camino a Zatara y Aquagirl y alertando a Howard para que lo siguiera. Unos cuantos robots salieron a su paso. Pero un potente tornado creado por el superhéroe arrasó con todo abriéndoles el camino.


La Acería, Metropolis.

Habían pasado horas desde que Aquagirl, Howard y Zatara huyeran junto a Red Tornado de los robots de la ciudadela. Y por fin se habían reunido con el resto del equipo, que acababa de recibir las noticias del enfrentamiento.

-Así que básicamente dejasteis a Superman, Jade y a mi tío a merced del enemigo…- Resumió Natasha horrorizada.

-Se podría decir que si…- Contestó tímidamente Lorena.

-Aquí lo importante es que he vencido a Superman.- Dijo Zachary pavoneándose.

-Tío, Superman ni siquiera intentó defenderse… No le habrías durado ni tres segundos…- Dijo Howard.

-Tenemos que rescatarlos.- Dijo Natasha ignorando a los dos jóvenes.

-Sería más apropiado reunir a la liga de la justicia.- Indicó Red Tornado, con un tono muy serio.

-Lo se Red, pero es nuestra responsabilidad.- Dijo Natasha con cierto tono de ruego.

-Ha sido culpa nuestra.- Intervino Owen.- Podemos solucionarlo, pero necesitamos una oportunidad. Tienes que darnos esa oportunidad.

-Porfa porfa porfa.- Añadió Howard poniéndole ojitos al robot.

Red Tornado simplemente asintió con la cabeza, y los niños estallaron en vítores hasta que Natasha los llamó a la calma.


Celdas de retención, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

-Vaya, esto es del todo inesperado.- Dijo casi en un susurro Blackfire, mientras miraba con incredulidad a sus prisioneros.

Superman, John Henry Irons y Jade se encontraban frente a ella totalmente indefensos. El kryptoniano seguía con el colgante de kryptonita, y Steel había perdido su armadura. Solo Jade podría haberse defendido, pero le habían quitado el anillo que ahora descansaba a pocos metros dentro de un campo de energía.

-Más te vale soltarnos o…- Empezó a decir Superman con las pocas energías que le quedaban.

-¿O qué kryptoniano? Me temo que no estás en condiciones de solicitar nada.- Sentenció tajantemente la princesa tamaraneana.

Blackfire abandonó a sus prisioneros, dirigiéndose al puente. Enseguida uno de sus súbditos se situó un paso por detrás siguiendo su ritmo.

-Mi señora, me he permitido el lujo de dar la orden para que el equipo especial de su alteza se prepare para salir hacia aquí.- Dijo el humano, uno de sus consejeros.

Desde hacía tiempo la ciudadela albergaba a muchos humanos, aquello empezaba a parecer una infección. A la princesa nunca le había echo demasiada gracia la compañía de estos seres, los veía débiles en comparación con otras razas, pero sus superiores la habían obligado a contar con los servicios de unos cuantos. Blackfire se volvió hacia el hombrecillo que se estremeció ante la iracunda mirada de su señora.

-¿He hecho algo mal mi señora?

Komand’r pulverizó a su subordinado con una bola de energía matándolo en el acto.

-Nadie os ha pedido que tengáis iniciativa.-Dijo furiosa.

La princesa dirigió su mirada a un soldado que pasaba por allí y que miraba aterrorizado la escena, teniendo ser el siguiente.

-Tú, cancela la salida de mis fuerzas especiales.

-S….sss…si, mi señora.- Contestó el soldado antes de salir corriendo.

Su plan estaba saliendo mejor de lo que hubiese soñado, y aquel mediocre hombrecillo, en un intento de agradarla lo había puesto en riesgo. La princesa había trabajado demasiado en aquello para que nadie se lo estropeara.


En un edificio al Norte de la nave insignia de Blackfire, Metropolis.

Natasha, Aquagirl, M’gann y Red Tornado observaban desde la azotea de uno de los edificios más altos de Metropolis la imponente nave insignia de la Ciudadela. Era enorme, del tamaño de varios estadios de fútbol y su estructura recordaba a la de un pájaro. Habían pasado horas desde que estuviera allí, simplemente detenida sobre el cielo de Metropolis, como si esperase algo. Pero eso no preocupó al equipo de asalto. Habían concebido un plan para rescatar a Superman y compañía, y poco les importaba el porque seguía la nave allí.

-No creo que haga falta repasar el plan, ¿no?- Preguntó Natasha haciendo las últimas comprobaciones a su armadura.

-Hacer todo el ruido posible para que el resto se cuele y no morir en el proceso.- Respondió Lorena sonriente.- Es un plan sencillo.

-La parte de no morir sera la complicada.- Añadió Red Tornado.- Tened mucho cuidado.

M’gann no dijo nada, pero su mirada valía más que cualquier palabra. No conocía a Superman ni a los otros héroes, pero no permitiría que aquella buena gente que arriesgaba su vida por ella muriese por su culpa.

-Vamos allá.- Dijo finalmente Natasha, empezando a volar mientras cargaba con Aquagirl.- Red ataca el flaco izquierdo, y tu M’gann el derecho.

Red Tornado y M’gann se lanzaron a toda velocidad sobre sus objetivos, y pocos segundos después se empezaron a producir varias explosiones a lo largo de la nave gracias a sendos ataques. La respuesta de la ciudadela no se hizo esperar, y enseguida un par de centenares de robots surgieron del hangar de la nave.


En un edificio al Sur de la nave insignia de Blackfire, Metropolis.

Unas cuantas explosiones emergieron de diferentes partes de la nave del enemigo.

-Esa es nuestra señal.- Dijo Owen bastante nervioso.

Nunca se hubiera imaginado acabar así el día, de intentar detener a cualquier maleante de poca monta para empezar a hacerse un nombre, a luchar contra alienigenas. La verdad era que pensar en ello le daba vértigo.

-No seas nenaza.- Dijo Zatara a su espalda ajustándose el esmoquin.- Tienes a alguien mejor que Superman en tu equipo.

Howard y Owen le echaron una mirada de desaprobación, acto seguido el green lantern creó una plataforma en la que se dirigieron a la nave.

El equipo de asalto había empezado a pelear al norte de la nave mientras que ellos se infiltraban por el sur.

-Anillo, llévame a alguna entrada de la nave.- Pidió el lantern a su anillo.

-¿Crees que es normal hablarle a un anillo?- Preguntó Zachary divertido.

-Más o menos igual que hablar al revés.- Le contestó Owen con la mirada fija en la nave y preparado para enfrentarse a cualquiera de esos robots.


Puente de mando, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

El puente de mando de la nave de Blackfire estaba tripulado por unos 20 soldados, alienigenas en su totalidad. En el centro de la sala reposaba un gran trono que se elevaba casi medio metro por encima de los demás, y que estaba ocupado por la princesa.

-Mi señora.- Dijo uno de los navegantes, que ocupaba un puesto muy cercano al trono.- Los sensores captan señales al Sur, tres formas de vida ¿despliego otro escuadrón de robots?

Komand’r se inclinó hacia delante apoyando su cabeza en sus manos entrecruzadas mientras miraba atentamente en una pantalla a M’gann combatir a dos robots a los que abatió fácilmente.

-Al contrario, despeja su ruta de acceso.

-¿Mi señora?- Preguntó alarmado, como si no entendiera.- ¿Quiere que les permita entrar?

-Eso es exactamente lo que quiero.


Hangar secundario, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

Para sorpresa de los tres jóvenes, entraron sin ninguna oposición por parte del enemigo en el camino hasta la entrada. Ahora se encontraban en una amplia sala sin ninguna vigilancia.

-Esto es un poco raro…- Dijo Owen, no estaba seguro de cuanta vigilancia sería la normal en una nave de estas dimensiones, pero que no hubiese nadie le parecía de broma.

-Yo no me voy a quejar porque estos pringados hayan caído en una trampa tan simple.- Respondió Zatara acercándose a la única puerta de la instancia.

-No me quejo, pero esto no es normal. El plan era que atrajeran la atención del enemigo, pero somos estúpidos si nos creemos que en toda una nave nadie ha visto una plataforma esmeralda volando hasta su interior…

-Sea una trampa o no tenemos que rescatar a Jade y los demás.- Dijo Howard.

Los tres chicos se miraron y asintieron, ya no era momento para pensar en fallos o no del plan, tendrían que seguir adelante sin más.

Zachary abrió la puerta que tenía delante, tras la cual había un robot. El mago saltó a un lado antes de que un rayo le diese de pleno.

-¡¿Qué?! ¡¿más tranquilo bocazas?!- Le preguntó Zatara a Owen.

-Si, esto está mejor.- Respondió mientras lanzaba y clavaba dos bumeranes en los ojos del robot.

El anillo de Howard creó un pequeño robot que lanzó sus puños atravesando el pecho de su oponente y haciéndolo estallar.


Exterior de la nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

Aquagirl combatía a los robots sobre el gran hangar de la nave, ya que era la única del grupo que no podía volar, mientras el resto dividían sus ataques, efectuándolos a veces en la cubierta del hangar y otras por el cielo de Metrópolis.

Lorena estaba exhausta, por cada robot que destruía, otros dos ocupaban su lugar, aquello no parecía tener fin, aun así no pensaba rendirse, seguía pegando cada golpe con todas sus fuerzas, esperando que encualquier momento surgieran Superman y compañía poniendo fin a aquella batalla, pero no estaba segura de si para entonces ella seguiría con vida.

En un descuido un robot atacó a Aquagirl por la espalda, afortunadamente en el último segundo el martilló de Natasha golpeó a la máquina lanzándola al cielo de Metrópolis. Las dos chicas se pusieron espalda contra espalda.

-Gracias…- Dijo Aquagirl jadeando mientras lanzaba un tajo con su espada de agua.

-Tranquila, yo te cubro.- Respondió su compañera partiendo en dos a un robot de un martillazo.

A unos metros de allí la marciana luchaba con una ferocidad que ni ella misma conocía, haciéndose intangible atravesó a un robot, volviéndose tangible en el último momento con tiempo justo para arrancarle los circuitos por la espalda. Al siguiente robot le arrancó la cabeza de una patada, para seguidamente arrasar con otros tres con su rayo ocular. Su propia rabia a la hora de luchar le daba miedo, pero eso no importaba ahora, estaba luchando por sus amigos y por su propia libertad, ya habría tiempo más adelante para reflexionar sobre aquello.

Por su lado Red Tornado se estaba encargando de un gran número de robots, pero era un miembro consumado de la liga de la justicia, y estaba acostumbrado a ese tipo de cosas, si bien el número de enemigos eran demasiados hasta para él.

-Aguantad solo un poco más.- Gritó Natasha a sus compañeros desde el hangar intentando infundirles ánimos.


Puente de mando, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

La princesa seguía la acción por varias pantallas, bastante entretenida con el resultado. Los niños de la tierra estaban resultando mucho mejor guerreros de lo que esperaba, pero no era la primera vez que le pasaba aquello, ya había conocido a los feroces Titanes, cuando solo eran niños y su fuerza también le había sorprendido.

Blackfire miró otra de las pantallas donde observaba como los tres muchachos se aproximaban a la zona de celdas de la nave. Pulsando un botón una de las puertas que les cerraba el paso se abrió.

-No se lo pongamos tan fácil a los niños.- Dijo la tamaraneana.- Decirle al carcelero que unos intrusos se dirigen hacia él. Puede matar a alguno, pero no debe vencer.

Uno de sus subordinados se apresuró a ponerse en contacto con el carcelero.


Celdas de contención, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

Owen miró inquieto a Zachary al ver como una de las puertas se abría sin más.

-Si si, ya lo has dicho, una trampa buah…- Dijo el mago imitando un llanto.

Algo llamó la atención de Howard por lo que pasó totalmente de la discusión de sus compañeros y entró en la instancia. Allí se encontraban, Superman, Steel y Jade.

La visión de Superman le dio pánico, estaba muy desmejorado, aunque las heridas de John tampoco tenían mucha mejor pinta.

-Esto por nuestra culpa…- Susurró el joven lantern, pero rápidamente quitó esos pensamientos de su cabeza y se volvió a sus compañeros.- Zatara…

-¡Cuidado!- Gritó Jade desde su celda mientras un rayo impactaba en el escudo protector de Howard, haciendo que este se estrellara contra la pared.

-Parece que papá está en casa…- Fue lo único que dijo el mago.

Un enorme robot había echo acto de presencia, era casi el doble de grande que sus semejantes, además este era completamente negro, con algún detalle en morado.

-Tu no eres tan parlanchín como tus amigos eh.- Dijo Owen esquivando por los pelos uno de los rayos.

Desafortunadamente Zachary no fue tan rápido y la explosión lo lanzó contra una pared haciendo que perdiera el conocimiento.

-Joder, libera a Superman.- Le dijo Owen a su compañero que se estaba reincorporando algo atontado.

-¡Liberame a mí!¡Superman tardará en estar en plena forma!.- Gritó Jade.

Owen no tardó en obedecer, vio el anillo de la lantern a pocos metros de esta, si conseguía liberarlo, el anillo se ocuparía del resto, o eso esperaba. Sin perder más tiempo lanzó un bumerán a la vez que esquivaba otro rayo. Pero el bumerán rebotó contra el campo de energía que protegía al anillo sin efecto.

-¡Mierda!¡¡Howard!!- Gritó mientras lanzaba un par de bumeranes al robot.

El robot encajó los bumeranes sin problema y contraatacó con un puñetazo con el que lanzó a Owen sobre una mesa que partió en el acto.

El joven lantern era el único que quedaba en pie, y no tenía ni idea de que hacer, pero los disparos del robot parecían ahora menos intensos y más desacertados.

-¡Howard destruye aquel panel!- Gritó Jade señalandole una consola.

Sin perder un segundo Howard creo un constructo de una especie de Superman con forma de oso de peluche que reventó la consola atravesándola. Esto hizo que el anillo de Jade se liberara, retornando enseguida al dedo de su dueña. Con un cañón de energía verde Jade tumbó al robot sin mayor problema.

-Eeeeh, ¿ya está?- Preguntó Howard dándole una patadita al robot algo desilusionado.


Exterior de la nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

La situación fuera era crítica, ahora los héroes estaban en el hangar, creando un círculo alrededor de Red Tornado, que minutos antes había recibido graves daños y ahora no podía ni mantenerse en pié.

Un rayo impactó en el brazo derecho de Natasha, lo cual lo dejó totalmente inútil, aun así la joven siguió blandiendo su martillo con su brazo izquierdo. Las alarmas resonaban dentro de el traje, en 5 minutos no le quedaría energía, pero seguiría luchando sin él si era necesario. Por el rabillo del ojo vio como Aquagirl hincaba la rodilla, totalmente exhausta quedando a merced de los enemigos.

Un par de robot dispararon sobre Lorena, pero sin pensárselo dos veces Natasha se lanzó sobre su compañera para protegerla. Acabando absolutamente con toda su energía.

Natasha aun así no se rindió, tenía que ganar tiempo para el resto de su equipo, pero su armadura sin energía era un gran lastre que le impedía moverse. Solo quedaba Megan en pie, pero la joven luchaba como un ejército, no permitiría que ninguno de sus nuevos amigos muriera. Pero aun así era demasiado, pensaba Natasha, no podría aguantar, habían fracasado. Ese pensamiento solo duró un segundo antes de que la nave empezara a estallar por diferentes puntos, un haz de luz verdosa reventó la nave trasera de la nave y de ella surgieron los dos lanterns, Jade luchaba, mientras Howard sostenía en una plataforma a sus compañeros.

Como una furia Steel cayó sobre los robots que empezaban a acercarse demasiado a las chicas, haciendo que extremidades y circuitos volaran por doquier.

Pero no fue hasta que surgió Superman que la balanza se inclinó del todo del lado de los héroes, el hombre de acero empujó la nave con un gran esfuerzo hacia el mar con la intención de hundirlo, mientras los motores estallaban a causa de los ataques de los lanterns y la magia de Zatara.


Puente de mando, nave insignia de Blackfire. Sobre el cielo de Metropolis

-E…estamos perdiendo la nave…- Dijo uno de los navegantes temeroso de la furia de su señora.

-Ya contaba con ello. Desacopla el módulo de escape.- Ordenó la princesa.

-Pero mi señora… todos nuestros hombres están en….- Empezó a decir el navegante antes de que Blackfire le fulminara con la mirada.- Enseguida mi señora.

Con un tecleo rápido el puente de mando y sus sectores adyacentes se despegaron del resto de la nave. Surgiendo así una nueva nave mucho más pequeña, pero que estaba perfectamente capacitada para el viaje espacial.

-Tienes los datos del salto calculados.- Pregunto la princesa a otro de los navegantes.

-Si mi señora.- Respondió este, Blackfire le había ordenado que lo calculará minutos antes, una orden que en su momento no había tenido sentido para el navegante.

-Salta.


Acería, Metropolis

Habían pasado dos días desde que Blackfire huyera de la tierra y Superman había decidido dar algo de cuartelillo a los jóvenes, así se había decidido que estos se quedaran si querían en la acería hasta que se calmara un poco la tensión.

A excepción de Howard, que iba y venía, el resto se había quedado en el edificio, haciendo en su mayoría muy buenas migas. Pero siempre temerosos de la decisión que en breve tomarían los mayores sobre su futuro.

En ese momento los seis jóvenes se encontraban en el salón, esperando la inminente llegada de Superman y Steel. Howard y Zachary se entretenían viendo la tele, mientras las chicas miraban algo en internet y Owen se entretenía jugueteando con uno de sus bumeranes. La puerta finalmente se abrió y se creó un silencio sepulcral.

Superman y Steel cruzaron el umbral de la puerta, y por sus rostros se intuía que sus noticias no serían especialmente buenas.

-Hola chicos.- Dijo Superman, aunque intentaba hablar de forma coloquial, Superman no podía dejar de infundir respeto.

-¿Y bien?- Preguntó temerosa Natasha alternando su mirada entre Superman y su tío.

Superman negó por toda respuesta, en su rostro se leía la tristeza.

-Podréis acceder a un programa de entrenamiento que estamos diseñando, pero por ahora nada más.- Respondió Steel.

-Pero ¡hemos salvado el mundo!- Saltó Howard.

-Lo que habéis hecho es poner el mundo en peligro.- Dijo con un toque de tristeza Superman.- Debéis prepararos.

-Creo que alguien esta resentidillo por su aplastante derrota.- Dijo Zachary socarronamente.

-¡Cállate!- Le gritaron Lorena y Natasha a la vez.

-¿Y qué pasa con ella?- Preguntó Owen dejando claro que solo había un tema que le importara, uno que parecía que todos habían olvidados.

-La llevaremos a Nanda Parda.- Respondió Superman.

-¿Vais a encerrarla allí?- Natasha estaba horrorizada.

-No vamos a encerrar a nadie, a ella le vendrá bien conocer a otro marciano.- Respondió Superman intentando tranquilizar a la chica.

-Además puede que ayude a J’onn, bien sabemos que necesita este tipo de contacto. Saber que no es el último marciano…- Añadió John.

Tras estas palabras todos quedaron en silencio, meditando lo que les habían propuesto, viéndolo con perspectiva no parecía tan injusto, incluso podía ser bueno para todos.

-Mirar chicos, no quiero frenaros, habéis cometido errores, pero todos lo hemos hecho, solo os pedimos algo de tiempo, tiempo que podréis aprovechar para formaros.

-Está bien, lo aceptamos… Por ahora…- Dijo Natasha.

Puede que no tuvieran una base, que no les permitieran salir a patrullar las calles juntos, que incluso los separaran, pero en ese momento todos supieron que un nuevo grupo había nacido, la Young Justice renacería como un nuevo grupo y nadie podría detenerlos.


1.- En el Green Lantern 150 de DCTopía.

2.- En el número 1 de Shazam Industrias Kord abre en Fawcett City, ánimos desde aquí para un número 2 ^^


La escuela

Pues con esto cerramos el primer arco de mi Young Justice, mi impresión final de todo el arco de presentación es que agridulce, estoy contento con haber presentado al grupo y número a número creo que la cosa ha ido a mejor, pero me queda la sensación de que podría haberlo hecho mucho mejor. Espero poder demostrar esto en futuros números.

Muchas gracias por vuestros comentarios vía Face a Carlos, David, Tomás, Nai y Cristian, ver tanto comentario en un número hace que uno tenga muchas ganas de seguir ^^

Respecto al número en sí dejo al grupo un tiempo para centrarme en otros fics, no obstante los niños no tardarán en dejarse ver, probablemente con el evento del año. ^^

Tagged , , . Bookmark the permalink.

2 Responses to Young Justice #47

  1. Tomas Sendarrubias says:

    Hmmm… ¿nos dejas así, sin saber que demonios buscaba Blackfire? ¡¡Que mala leche!! 😛 Muy entretenido, Carlos, a ver si los traes pronto de vuelta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *