Alpha Flight #134

El mundo necesita héroes… Vindicador, Puck, Shaman, Sasquatch, Estrella del Norte, Sombra y Natura son los más grandes de Canadá, son… Alpha Flight.

#134 – El Proyecto Descendencia I
Por Rocket
Portada de Vic Montol


Fecha de publicación: Mes 26 – 6/00


PRÓLOGO

Tres figuras serpentinas cruzan a toda velocidad el océano sin rumbo aparente, ¿o sí conocen su destino?. Los tres seres, cual bíblicos leviatanes destrozan todo lo que se interpone en su camino, da igual si se trata de barcazas, cruceros o islas, el caos está desatado en el océano. Estos seres parecen sacados de las antiguas leyendas indígenas, son una viva reencarnación del «demonio serpiente«, de lo que no hay duda es de que no pertenecen a este tiempo, o lugar…


La sala de juntas alberga a los generales Watson, Mc Arthur, Giuly, Alou y Huntman en una reunión de emergencia. Por el talante serio e inexpresivo de sus rostros parece que las cosas no van muy bien.

-Señores, hemos concertado esta reunión de emergencia a causa de las últimas noticias recibidas por nuestros Epsilones infiltrados en el Departamento de Inteligencia de los vecinos Estados Unidos. Según hemos sabido, están tan alarmados por los recientes sucesos ocurridos en el océano, han perdido varios barcos y una estación petrolífera, que se están planteando enviar dentro de una semana a los Vengadores u otro supergrupo yanqui para remediarlo. Como supondréis, no podemos permitir que descubran nada acerca del Proyecto Descendencia, así que habrá que enviar a Alpha Flight para silenciar el asunto.-, declaró Mc Arthur.

-¿Silenciar el asunto?, ¿qué pretendes, que acabemos con ellos?-, preguntó Giuly.

-No nos queda más remedio. Si los yanquis se enteraran de lo que hemos hecho podríamos tener un serio incidente internacional.-, respondió Mc Arthur.

-Pareces olvidar que Alpha Flight todavía no está lo suficientemente conjuntado, han pasado pocos meses desde su reapertura. ¡Qué diablos!, se necesitó a los Vengadores para acabar con una de esas criaturas, ¡y nosotros tenemos tres!-, apuntó Huntman.

-Nuestro Alpha Flight está lo suficientemente preparado, además, siempre podemos tirar de Beta Flight para organizar un equipo lo suficientemente poderoso.-, declaró Alou.

-Bien, entonces está todo decidido, Huntman, comunícale la misión a Alpha Flight.


En la sala de reuniones de Alpha Flight se encuentra el equipo al completo. Frente a ellos, junto al monitor principal, se encuentra el general Huntman mostrándoles un mapa del océano junto, a unas coordenadas, en dicho monitor.

-Bien, nos encontramos aquí reunidos para solucionar un problema del que seguro que habéis oído hablar. Se trata de los «monstruos marinos» que se dice son los culpables de las catástrofes ocurridas en alta mar.

-¿Realmente existen esos «bichos«?-, interrumpió Puck.

-Sí, mister Judd. Aunque parezca increíble, a cosas más extrañas os habéis enfrentado, ¿no?. Bueno, como iba diciendo, vuestra misión es encontrarlos y eliminarlos; Inteligencia nos ha pasado las últimas coordenadas en las que fueron vistos, aunque las tendréis actualizadas en todo momento por si las necesitáis, así como su número: se trata de tres criaturas, debéis acabar con las tres sin miramientos. Para esta misión contáis con el mini submarino «Rascaolas«.-, informó Huntman.

-Sí, eso me parece muy bien, pero, ¿cómo vamos a meternos todos en ese diminuto submarino?-, preguntó el doctor Langowski.

-La respuesta se llama Madison Jeffries, o Caja si lo prefieres-, al volver todos las cabezas vieron entrar por la puerta a sus antiguos compañeros Madison Jeffries y Chico Salvaje, ambos con una sonrisa dibujada en la cara.

-¡Cuánto tiempo sin veros!, especialmente a ti Chico-, exclamó Puck.

-No creo que sea momento para los tiernos reencuentros-, añadió Estrella del Norte.

-Estrella tiene razón, el «Rascaolas» ya está preparado, así como un nuevo submarino creado y tripulado por Mr. Jeffries. Os dividiréis en dos equipos, Alpha Rojo y Alpha Oro, cada uno en un submarino. Alpha Rojo estará compuesto por: Estrella del Norte, Natura, Shamán, Caja y Puck, quien ejercerá de líder de equipo. Alpha Oro estará formado por Sasquatch, Sombra, Chico Salvaje y el líder de equipo, Vindicador. Si están listos, ya pueden partir.-


Su visión estaba teñida por el rojizo color de la rabia. Intentaba moverse, pero se encontraba atrapado entre las paredes de cristal, flotando en un líquido viscoso, su mente animal era lo bastante racional para comprender que el pedazo de metal que tenía sujeto en su nariz era lo único que le permitía respirar dentro del extraño líquido. Su cabeza le dolía, los miembros estaban pesados y sin fuerza para hacer el menor movimiento, indudablemente este estado se debía a las drogas que corrían por sus venas. Se sentía como una bestia enjaulada, como un conejo atrapado en un cepo, loco por escapar, pero sin fuerzas para hacerlo. A pesar de su estado semianimal, sabía que era un hombre, pero, ¿qué clase de hombre tiene garras de hueso surgiéndole entre los nudillos?.


-Alpha Oro a Alpha Rojo, ¿cómo va eso Judd?-, era Vindicador quien entablaba contacto con el submarino dirigido por Puck.

-Bien, Mac. Pero, ¿qué son esos arpones que hay entre el equipo?-

-Son una réplica modificada de unos dardos diseñados por Hank Pym hace mucho tiempo. En inteligencia nos han dicho que en su interior hueco hay un virus que puede debilitar a las criaturas y hacer nuestra misión más fácil. Los submarinos llevan incorporados en las toberas de torpedos dos arpones, y también hay tres arpones más pequeños en cada nave que pueden ser lanzados con el bazooka transportable que hay en cada submarino.-

-Esperemos que sean suficiente porque ya veo los tres objetivos en el sónar. Están a unos treinta kilómetros.-

-Entonces preparaos para la acción.


Las tres enormes serpientes se movían en círculos, estrechando cada vez más el radio, como si estuvieran buscando algo. La cercana presencia de los dos submarinos era totalmente ignorada por estas criaturas, hasta que una de ellas recibió el primer impacto.

-¡Le hemos dado!, ¡bien!.- exclamó Chico Salvaje desde su puesto.

-Sí, pero parece que el torpedo no le ha hecho más daño que despertar su ira.- aclaró Vindicador.

Uno de los enormes leviatanes se revolvió hacia los submarinos, molesto por el ataque del mismo modo que nos quitamos de encima a un mosquito después de su picotazo. La cola del reptil golpeó con furia al «Rascaolas», desplazándole un centenar de metros a causa del impacto.

-Informe de daños.- demandó Vindicador desde su puesto a mandos de la nave.

-Tenemos una grieta en la sala de motores del tamaño de Terranova.- informó Sasquatch.

Como en respuesta a sus palabras, el submarino detuvo su propulsión, moviéndose solo por la inercia acumulada. Dentro de la nave, tras un apagón que duró unos segundos, se encendieron las luces de emergencia, aunque su tenue luz no era capaz de eliminar más que parcialmente las tinieblas.

-Mierda, hemos perdido la energía en un 97% y la sala de motores está inundada, estamos atrapados a más de 300 metros bajo el agua y ni siquiera podemos utilizar los torpedos para defendernos por falta de energía. ¿Podría ir algo peor?.-

-Me temo que sí Chico Salvaje, la sala de motores está totalmente inundada y el peso del agua nos está haciendo sumergirnos a una velocidad endiablada. Hay que salir de aquí o de lo contrario la presión acabará por destrozar el submarino y a nosotros con él.

-Walter tiene razón, chicos, hay que salir de aquí. Tenemos unos equipos especiales consistentes en visores infrarrojos resistentes al agua y estos tubos, comprados a Atlantis, a través de los cuales podemos obtener el oxígeno del agua y respirar con total normalidad.-

-Sí, pero ese es el menor de los problemas ahora, Mr. Hudson, si salimos ahora, la presión nos mataría antes de agotar el oxígeno de los pulmones.-

-Sombra tiene razón, Mac. Pero creo que tengo la solución. Espero que mi constitución sea lo bastante fuerte para soportar la presión e intentaré acercar el submarino a la superficie para que podáis salir.-

-Está bien, Walter, sal ahí afuera y haz lo que puedas.-

-Eso haré, Mac.-


-¿Has visto donde ha sido enviado el submarino del equipo Rojo, Madison?.-

-No, lo siento Judd, pero después de ser golpeado por la serpiente las luces se apagaron. De todas formas el sonar indica que no está muy lejos.-

-Entonces vayamos a ver si están en peligro.-

-Lo siento, pero no podemos, dos de las serpientes se dirigen hacia aquí y con eso ya tenemos bastantes problemas.-

-¡Atención Madison!, una de las dos serpientes ha aumentado su velocidad y viene derecha hacia la nave. Intenta dispararle en el vientre para ver si allí le duele más que en el dorso.-

El ataque feroz de la serpiente fue esquivado con cierta dificultad dejando al submarino justo debajo del vientre de la criatura. En ese momento las ranuras de los torpedos se abrieron y dos agujas plateadas salieron derechas hacia la bestia, impactando en su vientre, pero no causando más que una leve contusión en él.

-¡Joder!, ¡solo ha servido para enfurecerla!, ¡¿qué podemos hacer para dañarla?!.- exclamó Puck.

-Desde luego ya no quedan torpedos, debemos bajar y atacar con el bazooka.-

-Natura tiene razón, Madison tú quédate con el submarino, yo saldré con el bazooka y los demás pueden salir e intentar distraer a las serpientes mientras yo preparo los disparos.-

-Puck, lo siento, pero no creo que sea de utilidad bajo el agua. Mis hechizos precisan de una coordinación de movimientos perfecta, además necesitan que recite las palabras mágicas. Todo eso me sería imposible bajo el agua. Mi magia no funcionaria bien aquí.

-Te entiendo Michael, quédate aquí con Madison y desearnos suerte.

Mientras Puck, Natura y Estrella del Norte se preparaban para salir a mar abierto, el submarino manejado por Caja iba propinando descargas eléctricas a las dos serpientes, que aunque no las producía ningún daño, las obligaba a seguirlo hacia la superficie. A una distancia prudencial, una compuerta se abrió y salieron los tres miembros de Alpha Oro que se estaban preparando.


Primero sintió unos pinchazos por todo el cuerpo, al abrir los ojos vio que varios brazos mecánicos estaban introduciéndole agujas unidas a tubos de colores por todo el cuerpo. Intentó librarse de ellas, pero estaba demasiado drogado y cansado para moverse. Al mirar fijamente a los tubos, vio como se iban llenando con algo viscoso de color metálico y, al llegar esa sustancia a su cuerpo, sintió un dolor indescriptible que le llegaba hasta los huesos, era una sustancia viscosa con una temperatura de miles de grados, le estaba achicharrando la carne y los músculos y, sin embargo, los tubos seguían sin inmutarse.


Tal y como había prometido, Sasquatch salió fuera del «Rascaolas» y, a pesar de la tremenda presión ejercida por las toneladas y toneladas de agua que tenía encima, agarró el submarino y empezó a nadar, moviendo sus piernas con todas sus fuerzas, deteniendo el descenso de la nave y, con gran esfuerzo, disminuyendo la distancia que los separaba de la superficie.


Mientras una de las serpientes perseguía al submarino tripulado por Caja, Estrella del Norte buceaba a velocidad supersónica alrededor del otro leviatán para mantenerle ocupado. Natura estaba concentrada, con la vista perdida al frente, y finalmente apareció la ayuda que estaba solicitando: como sacados de la novela de Julio Verne Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino, dos calamares gigantes hicieron su aparición. Tras avisar a Estrella del Norte y esperar a que éste se apartara, los calamares controlados por Natura rociaron con una gran cantidad de tinta al leviatán, desconcertándole y rodeándole con sus tentáculos para, momentos después, constreñirle. Al verse aprisionada, la criatura emitió un agudo chillido que fue escuchado por la serpiente que estaba persiguiendo al submarino de Caja, haciéndola acercarse a toda velocidad hacia ella.

Puck aprovechó el momento en que el leviatán aprisionado abrió la boca para dispararle con el bazooka dentro de ésta. La serpiente emitió un alarido y, segundos después, como si se tratara de magia, redució su tamaño hasta adoptar una forma humanoide, escapando del abrazo de los calamares gigantes y, aprovechando el momento de vacilación producido entre los miembros de Alpha debido a la sorpresa, se dirigió a toda velocidad hacia Estrella del Norte y le clavó la mano en un costado, escapando antes de que tuviera tiempo de chillar. La otra criatura se dirigió hacia el asombrado Puck y, antes de que éste tuviera tiempo de reaccionar, se lo tragó de un bocado.

CONTINUARÁ

CARTAS DESDE CANADA

En este episodio se revela una parte de un secreto guardado durante mucho tiempo por el Departamento H y que desembocará en la aparición de un personaje que la mayoría había olvidado ya.

Raúl Pérez me pregunta que ha pasado con el General Clarke, bueno, por ahora eso es un misterio, fue expulsado de su cargo en el Departamento H y ahora se encuentra en paradero desconocido, aunque ten por seguro que se le volverá a ver por aquí.

Roberto Agustín, como muchos otros, quiere ver de nuevo a Guardián por aquí, espera y la verás no dentro de mucho, aunque tienes que entender que después de todo lo que ha pasado como miembro de Alpha Flight no tenga ganas de unirse de nuevo.

Bueno, eso es todo por hoy, nos vemos en el próximo correo de Alpha Flight. Os recuerdo mi dirección por si la habéis olvidado: rocket@100mbps.es

Hasta la próxima

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