Alpha Flight #135

El mundo necesita héroes… Vindicador, Puck, Shaman, Sasquatch, Estrella del Norte, Sombra y Natura son los más grandes de Canadá, son… Alpha Flight.

#135 – El Proyecto Descendencia iI
Por Rocket
Portada de Vic Montol


Fecha de publicación: Mes 28 – 8/00


PRÓLOGO

Este hombre se llama Marcus Recourd, es lo que llamamos un «tiburón financiero», hace cinco días que se estrelló la avioneta que le llevaba de vuelta a su casa en este bosque de Ontario. En ese momento el destino le dio una buena y una mala noticia: la buena es que sigue con vida, la mala que está en una zanja de cerca de 100 metros de profundidad con unas paredes tan escarpadas que es imposible salir de allí, más aún con las heridas causadas por el impacto. En esos cinco días ha subsistido bebiendo agua de lluvia, pero su hambre es inmensa, la pistola de bengalas no funciona y parece que nadie se ha enterado de su accidente, la única solución para calmar su hambre le produce nauseas solo de pensarlo, el piloto del avión yace muerto cerca de él, su única posibilidad de sobrevivir es comer carne humana, pero… ¿podrá hacerlo?.


Una figura femenina se dirige a toda velocidad por uno de los corredores del ala de oficiales del Departamento H. Al detenerse frente a la puerta del despacho del general McArthur, los dos Epsilones Negros, la guardia pretoriana de los dirigentes de este nuevo Departamento H, apostados en la puerta la interrogan:

– ¿Dónde crees que vas?, nombre y cargo- .

– Me llamo Kar…, euh, Persuasión, soy operativo de Beta Flight -.

– Entendido, puedes pasar, el general te está esperando -.

– Uh, gracias -.

Después de golpear la puerta y el pertinente «puede pasar» la recién llegada entra dentro del lujoso despacho donde hay dos hombres esperándola, su compañero Maniquí y el general McArthur. Tras el primer reconocimiento visual pasa a disculparse por su tardanza:

– Siento llegar tarde, estaba, euh, duchándome cuando sonó el busca -.

– No se preocupe -, respondió McArthur.

– Hola Kara -, saludó Maniquí.

– Ah, hola -, devolvió el saludo Persuasión.

– Veamos que tenemos aquí -, comenzó a hablar McArthur, – Según los archivos ustedes son los operativos Persuasión y Maniquí. Sus poderes son respectivamente el control mental a través de la secreción de hormonas y la posibilidad de cambiar entre tres formas alternativas de sí mismo. ¿Hay algo más que deba saber? -.

– No, señor -, contestaron al unísono.

– Entonces vayamos al grano, están aquí reunidos porque tenemos una misión para ustedes -, comenzó a explicar McArthur, – Hace una semana se nos informó de un accidente aéreo en un bosque de Ontario, una avioneta se estrelló en un punto indeterminado y no hemos sabido nada de sus ocupantes. Mandamos una escuadra de policías montados y también han desaparecido. Sin embargo, el mayor problema al que nos enfrentamos es al temor irracional de la población local: varias personas afirman haber visto un Sasquatch rondando por el bosque, esto, obviamente, se debe a una confusión con algún oso u otro animal similar, pero, ya saben, la ignorancia de la gente puede llegar a hacerles ver cosas donde no las hay. Este caso se lo habríamos encargados a los Epsilones, ya saben, nuestros soldados de élite, pero ante el terror generalizado de la población local hemos preferido enviar agentes sobrehumanos para calmar los ánimos. Como Alpha Flight se encuentra en una misión hemos pensado en ustedes por su experiencia adquirida durante sus años de servicio. Bien, su misión es muy sencilla, solo tienen que investigar un poco en el bosque, mostrar a los residentes de los alrededores que no pasa nada y volver para rellenar el informe. ¿Alguna pregunta? -.


Bajo millones de litros de agua, en el submarino tripulado por Caja, Shamán no pudo contener un grito de rabia y desesperación provocado por la trágica escena vista bajo él: Estrella del Norte había sufrido un ataque por una de las serpientes que había adoptado aspecto humanoide tras el disparo de Puck, permaneciendo aparentemente inconsciente y con abundante sangre manando de la herida; el destino de Puck era aún más incierto si cabe, otra de las serpientes se lo había tragado de un bocado.

– Hay que hacer algo -, dijo Caja.

– Sí, lo sé, Madison, voy a salir para llevar a Jean Paul a lugar seguro, ayuda a Natura e intentad hacer algo por Eugene -.

– Entendido, cuando me lo digas te abriré camino hacia el exterior -.

Shamán concentró sus esfuerzos en un sencillo hechizo de telepatía dirigido a Natura:

– Niña, ¿me oyes? -.

– Sí, ¿eres tú, Shamán? -.

– El mismo, intentad Caja y tú hacer algo por Puck, yo me ocuparé de Estrella -.

– Entendido -.

– Extenderé el alcance de este hechizo de comunicación mental para que podáis comunicaros Caja y tú -.

– Perfecto -.

– Ya puedes sacarme fuera, Madison -.

– En un momento -.

Al instante parte del submarino se fue transformando creando una pared que aislaba a Shamán del resto del submarino, abriéndose luego agujeros en otra por los que fue entrando el agua, llenando la cámara y abriéndose finalmente al mar abierto. Mientras tanto, el leviatán que ahora tenía forma humanoide volvió a su aspecto serpentina y, junto con la otra bestia, emprendieron un descenso a toda velocidad. Natura no tardó en recibir ayuda en la forma de una ballena con la que se fundió, pasando a controlar sus movimientos, y emprendió una persecución detrás de las serpientes.

Shamán llegó junto a Estrella del Norte y, confirmando que estaba inconsciente, le agarró y emprendió el ascenso. Al llegar a la superficie sacó un trozo de corcho del zurrón y lo arrojó al agua, enseguida éste empezó a crecer transformándose en una piragua donde primero metió a Estrella y luego se subió él. Una vez arriba, sacando un polvo dorado del zurrón trazó un círculo alrededor de Estrella del Norte y, tras meterse él dentro, formuló unas palabras mágicas que le hicieron desaparecer, transportándole mágicamente al Ala de Urgencias Médicas del Departamento H.

Caja, ahora único ocupante del submarino, fue rehaciendo su forma, transformándolo en un instrumento mucho más pequeño, pero con paredes mucho más anchas para resistir la terrible presión del fondo marino y siguió a Natura tras los leviatanes.


Estamos en el Área 88, una de las instalaciones dependientes de la sección de Investigación y Desarrollo del Departamento H. Hoy va ha llevarse a cabo un experimento que podría revolucionar la visión del ser humano acerca del viaje entre realidades, al frente está la doctora Shin que observa pensativa un gigantesco marco de puerta de cinco metros de altura y color dorado incrustado en una pared y rodeado de cables procedentes de un gran equipo informático.

– Informe de sistemas, Nelly -, es la voz de la doctora la que suena.

– Sistemas conectados y listos -.

– ¿Cómo va la energía de la puerta Morris? -.

– Al 97% y subiendo, tendremos un 100% en 4.2 segundos -.

– Bien, ¿está el equipo de exploración preparado? -.

– Sí señor. Contamos con cinco Epsilones y un robot de control remoto clase Omega 2 -.

Los cinco epsilones se aproximaron al marco mientras detrás suyo se situaba un enorme robot de 3 metros de alto y aspecto humanoide aunque con brazos terminados en pinzas.

– ¿Se supone que ese cristal que tenéis acoplado a las máquinas sirve para algo? -, era uno de los epsilones el que preguntaba.

– Agente Philips, su ignorancia me molesta. Este cristal como usted lo llama es mucho más valioso que su estúpida vida, no sabe lo que le costó al Departamento conseguirlo, y le diré una cosa, aunque este «cristal» es miles de veces menos poderoso que el famoso cristal M’Kraan, su poder es suficiente para abrir un pasillo entre realidades y así romper el tejido cósmico que las separa, pero no me extenderé más, en breves minutos lo comprobaremos -.

Tras las palabras de la doctora fue Nelly, uno de los ingenieros encargado de los ordenadores de control, quien habló:

– Sistemas y energía al 100%, coordenadas introducidas según lo previsto, cuando lo desee doctora empezamos -.

– Bien, cuando llegue a cero: Cinco, Cuatro, Tres, Dos, Uno, Cero -.

Al finalizar la cuenta atrás la sala se iluminó y todos miraron expectantes como el cemento que había en el interior del gigantesco marco se había vuelto de apariencia líquida y color azulado, estaba hecho, habían conseguido abrir un portal a otra dimensión, sin embargo una voz, la de Nelly, interrumpió la gloriosa escena para comunicar unas malas noticias:

– Esto…, doctora…, parece que tenemos un problema… -.

– ¿¡Qué ocurre!? -.

– Bueno…, este ordenador dice que el programa ha causado una operación no válida y se cerrará, parece que la causa es un volcado de pila -.

– ¿¡Cómo!?, ¡maldito seas!, ¡ese ordenador tiene un virus! -.

– No, eso es imposible, el análisis de arranque mostraba que no había ningún virus… -.

– Te aseguro que ese ordenador tiene el peor virus existente y se llama Windows98. ¡Déjame ver!, lo que pensaba, las coordenadas originales han sido borradas y en su lugar hay otras fruto del azar -.

– Doctora, el portal está abierto, ¿procedemos a la exploración?- era uno de los Epsilones el que preguntaba.

– Está bien, veremos a donde nos ha llevado este fallo, pero mandad primero al Omega 2 -.

El imponente robot comenzó su lento andar hasta que finalmente atravesó el velo dimensional del portal y se perdió de vista, momento que aprovechó Shin para comenzar las maniobras de exploración:

– Conecten la cámara del Omega 2, análisis de atmósfera -.

– Doctora, tenemos los informes atmosféricos, la confirmación visual tardará un minuto aproximadamente -.

– Adelante pues con el informe -.

– Bien, tenemos unos niveles de oxígeno del 25%, un 73% de nitrógeno y un 2% de argón, una proporción muy similar a la de la atmósfera terrestre, sin embargo resulta extraña la ausencia de vapor de agua. La presión atmosférica se sitúa en 1.2 atmósferas y existe una gravedad de 9.6 metros por segundo al cuadrado. Concluyendo, es una atmósfera respirable -.

– Atención, doctora, tenemos confirmación visual -.

– Pásela a la pantalla gigante -.

La gigantesca pantalla situada en una de las paredes de la sala se iluminó mostrando las imágenes procedentes de la cámara acoplada al robot de exploración, ante los ojos de los espectadores aparece una sala de tamaño descomunal con algo parecido a una mesa de operaciones en el centro, la sala está llena de unos enormes robots de apariencia humanoide, todos distintos entre sí y aparentemente dañados, tirados por los suelos y paredes como si se tratase de basura1.

– Parece que en este lugar no hay momentáneamente ninguna forma de vida, Epsilones, preparaos para entrar y explorar -.

Los Epsilones fueron atravesando de uno en uno el portal, apareciendo en la extraña sala vista desde las pantallas, al instante pasaron a informar por radio a la sala de control:

– Doctora, esta sala tiene unas grandes puertas a los lados que ahora se encuentran cerradas, pero en cualquier momento podrían abrirse y tener contacto con vida desconocida, estoy seguro de que los hombres que vivan aquí tienen que ser gigantes, de otro modo no me explicaría el tamaño de estas cosas. Otra cosa, todos estos robots tienen un mismo emblema de color rojo, seguramente se trate del logotipo del fabricante. -.

– Atención -, era la doctora quien hablaba, – No podremos mantener el portal abierto mucho más tiempo, ayudad al Omega 2 a cargar uno de esos robots y atravesad el portal de vuelta -.

– ¿Qué robot cogemos? -.

– Da igual, coged ese amarillo que es el más pequeño y será más fácil de traer hasta aquí -.

Con la ayuda de los Epsilones, el Omega 2 controlado desde el Área 88 atrapó con sus pinzas al robot más pequeño de la sala y lo trajo de vuelta a través del portal, cerrándose tras la llegada del último Epsilon. De vuelta en la sala de control, uno de los ingenieros se dirigía a la doctora:

– ¿Sabe lo que acabamos de hacer? -.

– Sí, Fred, acabamos de crear otra corriente temporal alternativa en el mundo de procedencia de este robot, una corriente que se separará del cauce principal debido a la desaparición de este robot, esperemos que, como parece, esa sala fuera un vertedero para que nuestra acción no lo afecte mucho -.


Las dos serpientes se habían detenido al encontrarse con la tercera que había emprendido el descenso mucho antes que ellas. Delante de ellas se abría una cueva submarina, pero con el inmenso tamaño de las criaturas era imposible que pasaran por su entrada. De pronto, las serpientes empezaron a emitir unos extraños sonidos y se emprendió una encarnizada lucha entre ellas, tanto Caja como Natura comprendieron al instante que no podían dejar que resultara herida la serpiente que se había tragado a Puck. La piel de las serpientes que había supuesto una coraza impenetrable para las armas de Alpha Flight, era como mantequilla para los colmillos de estas criaturas, así la serpiente que se tragó a Puck destrozaba a dentelladas a las otras dos que eran distraídas por los movimientos de Caja y Natura en su forma de ballena. Poco a poco, el leviatán que se tragó a Puck fue infligiendo heridas a sus dos compañeros hasta que sus cuerpos sin vida revirtieron una vez más a una forma humanoide.

– Atención, Natura, voy a intentar introducirme dentro de la serpiente para buscar a Puck, ten cuidado con ella -.

– Vale, intentaré distraerla -.

Con una única serpiente viva, Caja se lanzó a toda velocidad hacia sus fauces, engañándola y haciéndola que lo engullese. Una vez dentro, lo que fuera un submarino adoptó una primitiva forma robótica y comenzó la búsqueda de Puck en el interior de la garganta de la bestia. Unos gritos le alertaron, – ¡Madison!, ¡estoy aquí! -, al mirar descubrió a Puck agarrado a la campanilla de la bestia, el continuo flujo de agua al interior de la garganta le había permitido seguir respirando- Tranquilo Eugene, enseguida te saco -, estirando uno de sus robóticos brazos, Caja logró atraer hacia sí mismo a su pequeño compañero.

– Y ahora es el momento de acabar con esta amenaza -.

Dicho esto, Caja levantó sus brazos hacia arriba y abrió sus piernas, formando una X con su cuerpo, al momento sus manos tomaron forma de aguja, – Agárrate a mi cuerpo Eugene- y con un rápido movimiento brazos y piernas se alargaron, partiendo de la boca del animal se extendieron hacia arriba y abajo, atravesando todo lo que encontraron en su camino, hasta taladrar el cerebro de la bestia. Ésta, en un movimiento agonizante abrió su boca, oportunidad que aprovechó Caja para salir en su forma de submarino, después de introducir a Puck dentro, por la apertura abierta.

Una vez fuera, fue Puck el primero en hablar:

– Ufff, gracias Madison, casi no lo cuento -.

– Tranquilo, no pasa nada -.

– Oye, ¿qué es esa cueva de allí? -.

– No lo sé, parece que las serpientes se dirigían hacia allí -.

– ¿Pasamos a investigar? -.

– Está bien, se lo comunicaré a Natura -.

– ¿Natura?, ¿dónde está? -.

– Dentro de esa ballena -.

– Ah, ¿y cómo piensas comunicarte con ella? -.

– Gracias a un hechizo de Shamán -.

– ¿Me oyes, Natura? -.

– Sí, Caja -.

– Vamos a meternos en la cueva, ¿podrás entrar? -.

– Eso creo, entrad vosotros primero -.

Después de que el submarino entrara, la ballena en cuyo interior se encontraba Natura se acercó hasta estar pegada a la apertura y, una vez allí, salió del cuerpo animal, introduciéndose dentro, donde Caja en su forma robótica y Puck la estaban esperando.


– Oye, Kara, ya llevamos más de tres horas andando por este bosque y no hemos visto nada de nada, yo creo que ya podríamos volver, ¿no? -.

– La verdad es que tienes razón, vamos a… joder, ¿has visto que grieta hay allí?, vamos a mirar más de cerca -.

Persuasión y Maniquí se acercaron a una enorme grieta en el suelo de unos cien metros de altura.

– ¿Has visto que altura?, parece que hay algo abajo -, dijo Persuasión.

– Sí, y con lo escarpado de las paredes sería difícil bajar como William Knapp, pero no como mi yo pasado Mono-

Dicho y hecho, Maniquí se transforma en el hombre primitivo llamado Mono.

– Sujétate a mi espalda, Kara, voy a bajar -.

Tras sujetarse Persuasión en la espalda de Maniquí, éste comienza el descenso por las escarpadas paredes llegando abajo en pocos minutos. El espectáculo que les espera abajo es ciertamente desolador: lo que en otro momento fuera una avioneta ahora es un amasijo de hierro y junto a ésta hay un cadáver humano semi devorado por las bestias salvajes, tanto Maniquí, ya en su forma humana, como Persuasión tienen que contener las ganas de vomitar ante tan desagradable visión.

– Ahgg, ya sabemos qué pasó con el piloto del avión, misión cumplida -, dijo Persuasión.

– Mira Kara, la pistola de bengalas todavía tiene una carga, usémosla para que vengan a recogernos -.

Sin embargo, al apretar el gatillo la pistola no funcionaba.

– Déjala Bill, se debió estropear en el accidente, volvamos por donde hemos venido -.

Tras subir por la grieta, ambos se pararon a observarla una vez más desde arriba, sumidos en sus pensamientos:

– He estado pensando, Kara, ¿qué clase de animal sería capaz de bajar por estas difíciles paredes para devorar al cadáver y subirlas de nuevo? -.

La respuesta le llegó repentinamente en la forma de un zarpazo en el costado que le lanzó media decena de metros hacia un lado, Persuasión reaccionó ante la visión de la bestia que tenía enfrente corriendo, pero apenas avanzó unos metros tropezó con un tronco y cayó al suelo. Ante ella tenía a una bestia de unos dos metros y medio de altura cuya potente musculatura estaba recubierta de un largo vello blanco como la nieve, pero lo que realmente destacaba de esta simiesca bestia eran sus afiladas garras y dientes.

– Detente -, era la voz de Persuasión intentando usar su poder de controlar a las personas, – Mierda, no funciona, Detente, ¿No me oyes maldito monstruo?, Detente -, las órdenes mentales de Persuasión no funcionaban con esta bestia, ¿cómo era posible?, ¿acaso su padre no podía controlar la mente de cientos de personas con el mismo poder que tenía ella?, sus pensamientos desaparecieron, la mente se le quedó en blanco al ver el movimiento descendente de una zarpa de la bestia directa hacia su cabeza, sus ojos se cerraron durante un segundo, lo que la sorprendió fue que se volvieran a abrir de nuevo después del sonido de un golpe, su visión era todo lo esperanzadora que podía imaginar: un hombre robusto como un toro, aunque con todo el pelo canoso, vestido con un traje muy similar al uniforme de la Real Policía Montada de Canadá: pantalones azules y casaca roja, con guantes y botas marrones y coronado por el sombrero típico de este cuerpo armado, estaba combatiendo cuerpo a cuerpo con la bestia, los puñetazos de éste resultaban demoledores para la simiesca figura, mientras que las garras de ésta apenas causaban rasguños en su robusto cuerpo. Persuasión fue a donde se encontraba Maniquí tendido en el suelo y, al ver la profunda herida que tenía en un costado, se quitó el abrigo y lo usó para taponarle la herida y evitar que se desangrase.

Mientras tanto, la pelea entre los dos titanes era más encarnizada si cabe, un fuerte zarpazo de la bestia fue esquivado por el hombre, arrancando la mitad del tronco de un joven árbol, un puñetazo en el rostro de la bestia la puso aún más furiosa y, con los brazos cruzados, descargó un zarpazo con cada mano en el pecho del hombre, lo que hubiera destripado a un hombre causó una profunda herida en éste, pero no lo suficientemente grave para que dejara de luchar. El hombre fue retrocediendo, esquivando los golpes que podía de la bestia y deteniendo contra sus desgarrados brazos los que no podía esquivar, herido como estaba no pudo evitar tropezar y caer al suelo, esto lo aprovechó la bestia para saltar encima suyo dispuesta a degollarle, sin embargo su primitiva mente no pudo predecir el movimiento ágil del hombre, mientras la bestia caía éste utilizó sus piernas para aprovechar la propia inercia y mandarla por encima suyo, antes de que pudiera darse la vuelta oyó un grito salvaje de dolor y frustración, la bestia había caído sobre el árbol que antes había roto y, con la facilidad con que una aguja atraviesa la tela, el tronco se le había clavado en pleno pecho, sobresaliendo por la espalda y acabando con la mísera vida de la criatura.


La tenue luz procedente de las algas fosforescentes permitían apreciar la belleza de esta cueva. De forma cilíndrica, sus paredes estaban formadas de coral rosáceo totalmente pulido y, sorprendentemente, el agua de su interior estaba totalmente libre de cualquier presencia de vida a excepción de las algas que la iluminaban, no se veía ningún pez, como si tuvieran miedo o un gran respeto para adentrarse en esa cueva.

– Esto es precioso -, dijo Natura.

– Ciertamente sí -, contestó Puck.

– Oye, allí al fondo hay algo -, señaló Caja.

– Veamos que es -, sugirió Natura.

Al llegar al punto deseado vieron una caja de piedra de unos 170 centímetros de largo y 50 de ancho, ésta estaba hecha de mármol rosáceo y se notaba que había sido creada por el hombre.

– Mirad, esta caja es artificial -, dijo Caja.

– Sí, ¿qué habrá en su interior? -, preguntó Puck.

– ¡Un tesoro!, ¡podría ser un tesoro pirata! -, respondió Natura llena de emoción.

– Abrámoslo pues -, sugirió Puck.

Entre los tres levantaron la pesada tapa y quedaron mudos por la visión que encontraron en su interior, era lo último que pensaban encontrar.


– ¿Se encuentra bien, euh, señor? -, preguntó Persuasión.

– Todo lo bien que podría estar después de ser atropellado por el transcanadiense, ¿cómo se te ocurre pararte y darle órdenes a esa bestia en lugar de correr? -.

– Uh, me llamo Kara, esto… Persuasión, soy miembro de Beta Flight, tengo el poder de controlar mentalmente a las personas, pero no sé por qué no ha funcionado con éste -.

– ¿Beta Flight?, uhm, eso tiene algo que ver con Alpha Flight, ¿verdad?, yo conocí a un chico que pertenecía a ese grupo2, mi nombre es Louis Sadler, encantado de conocerte, por cierto, ¿qué tal está tu amigo? -.

– Está mejor de lo que parece, por lo que puedo ver no ha resultado dañado ningún órgano vital. Con esos poderes que tiene, ¿por qué no se une a Alpha Flight? -.

– La verdad es que dejé esto de los supertipos hace muchos años, desde el 63 he estado inactivo, viviendo en este bosque, ¿sabes que luché en la Segunda Guerra Mundial?, entonces era un héroe, el Mayor Hoja de Arce, pero de eso ya nadie se acuerda. Tengo que pensármelo, pero por ahora os acompañaré, ya va siendo hora de que dé una vuelta.-


Dentro de la caja había un cuerpo, el cuerpo inmóvil de una joven mujer de piel verdosa, su cabello se asemejaba a las verdes algas marinas y sus dedos palmípedos no dejaban duda de que esta criatura tenía algo que ver con el mar.

– No, no puede ser, pero… -.

– ¡Dulce Madre Molson!, se suponía que… -.

Los rostros de Caja y Puck estaban blancos como si hubieran visto a un fantasma, esta expresión hizo ponerse aún más nerviosa a Natura:

– ¿Qué pasa?, ¿la conocéis? -.

– Es Marrina, nuestra antigua compañera, joder, ¡hemos abierto su tumba! -.

– Madison, en las tumbas descansan los muertos y Marrina parece no estarlo -.

– ¿Cómo no va a estarlo?, Eugene, tú sabes tan bien como yo que la mató Namor cuando se convirtió en…, oh, las serpientes… -.

– Sí, nadie nos informó nunca de que hubiera más seres como ella. Pero fíjate, ¿no ves como se mueve el agua cerca de sus fosas nasales? -.

– Es verdad, esperad un momento… -, Natura posó sus dedos suavemente en el cuello de Marrina, – tiene pulso -.

– ¡Entonces está viva!, ¡Marrina!, ¿me oyes?, soy yo -, era Puck quien la hablaba mientras la zarandeaba.

– Es inútil, no responde, debe de estar en alguna especie de coma -, manifestó Caja.

– ¿Por qué no la llevamos al Departamento H?, seguro que pueden hacer algo por ella -, sugirió Natura.

– Está bien, os sacaré a todos fuera, pero tendréis que ir muy apretados en el submarino, necesitaré toda la masa metálica posible en las paredes para aguantar la presión -.

– Entonces vayámonos de aquí ya -, sugirió Puck.

Los Alphas se dirigieron a la salida de la cueva donde entraron en la forma submarina de Caja y salieron a toda velocidad hacia la superficie, una vez allí el submarino se fue extendiendo adoptando una forma mucho más cómoda para los ocupantes.

– Mirad, esa bola de pelo naranja es Sasquatch y allí está el resto del equipo Rojo -.

– Visto, Puck, voy a informar al Departamento H que esta misión está cumplida y ya pueden mandar a los Epsilones para recuperar los cadáveres de las criaturas que vencimos -.

Mientras Caja informaba al Departamento H fue acercando el submarino al lugar donde estaban sus compañeros del equipo Rojo y abrió una abertura en la pared más próxima a ellos.

– Ya era hora de que vinierais a por nosotros -, dijo Vindicador.

– Lo siento, pero una serpiente se había comido a Puck y supuse que sabríais cuidaros solos- era Caja quien hablaba.

– Sí, vale, ¿habéis podido con las serpientes? -, preguntó Sasquatch.

– Sí, aunque su guerra nos han dado -, respondió Puck.

– Entonces nos hemos perdido toda la acción, ¡qué pena!, bueno, ¿vais a subirnos a bordo o qué? -.

– Un momento Walter -.

Mientras Caja decía estas palabras la abertura de la pared se hizo más grande y una trampilla se extendió. El primero en subir fue Vindicador:

– ¿Dónde están Michael y Jean Paul? -.

– Estrella sufrió una herida grave y Shamán se lo llevó al Departamento -, contestó Natura.

– Tenemos una sorpresa para vosotros, mirad a quien tenemos aquí -, dijo Puck.

– ¡Dios Santo!, ¡es Marrina! -, las palabras de Chico Salvaje resumían los pensamientos de todos.

– Sí, tened cuidado, parece que está en coma, la llevamos al Departamento H, para ver si pueden curarla -, afirmó Puck.

– Agarraos fuerte, vamos a despegar -.

El submarino empezó a transformarse adoptando forma de avión y despegó rumbo al Departamento H.

CONTINUARÁ

1.- Esta escena está extraída de un comic (no es de mi invención) publicado aquí hace mucho tiempo, pero no diré de dónde la he sacado hasta el siguiente número, tenéis suficientes pistas para, si lo habéis leído, adivinar de qué se trata, así que todo aquel que crea saber de donde es que me escriba y me lo diga, los acertantes saldrán publicados y recibirán en su casa un fantástico no-premio ;- )

2.- Como se pudo ver en su encuentro con Estrella del Norte en Alpha Flight Nº 106 USA.


CARTAS DESDE CANADA

Bueno, bueno, acaba una trama y aparecen dos más relacionadas con Alpha Flight que darán mucho que hablar. Por cierto, ¿alguien se acordaba ya de la buena de Marrina?, y para los detractores de las resurrecciones, solo decirles que ya dijo Llan el Hechicero una vez que «Marrina estaba durmiendo una falsa muerte». Ahora vamos con las cartas:

Nuestro querido editor Carlos Manuel Díaz Correia me hace varias preguntas. Por orden: agradezco que te hayan gustado los Elementales y sí estaría bien que se enfrentasen a los Eurocorps, pero creo que sería mejor en su colección, no en ésta que está dedicada a nuestros queridos canadienses. Respecto a Aurora, tengo pensado profundizar en su personalidad múltiple, pero no la verás como esperabas verla (espera a los siguientes números y sabrás a qué me refiero). Si Chico Salvaje es hijo de Dientes de Sable…, creo que estoy de acuerdo con Peter en que su pasado está muy complicado, más aún con las cosas que aparecieron al respecto en los números inéditos en España (y que aunque tengo algo de idea de qué pasó en ellos, no los he leído).

Nada más por hoy. Nos vemos en el próximo correo. Por cierto, la dirección ha cambiado, ahora debéis escribidme a: rocket1@mi.madritel.es

Hasta pronto,

Israel López Fernández (también conocido como Rocket)

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