Marvel Spotlight #128 – Guerras Infernales: Vengadores #3

marvelspotlight128Y llegó un día, un día distinto a los demás, en el que las puertas del Infierno se abrieron y los más temibles horrores enemigos del hombre caminaron libremente sobre nuestro mundo. Ese día, algunos de los héroes más poderosos de la Tierra se unieron para combatir al enemigo demoníaco, una amenaza que ningún héroe podía derrotar en solitario… ¡Ese fue el día de la Guerra Infernal de los Vengadores!

logoguerrasinfernalesvengadores

#128 – Guerras Infernales: Vengadores #3 (de 3)
Bienaventurados los pobres de espíritu

Por Jose Cano
Portada de Adrián Suárez


Fecha de publicación: Mes 146 – 6/10


– Es muy sencillo -explica Daimon Hellstorm-. Corazón Oscuro envió a Pandemonium como portal de su reino infernal y general de sus demonios, para que invadiese mis dominios a través de la entrada que existía en mi mansión de San Francisco1.

– Ok, sonrisas -interrumpe USAgente- ¿Y qué ha pasado?

– Belial previó esa jugada, y también que vosotros, ingenuos «héroes» -pone las comillas con un movimiento de las comisuras de los labios-, sin ningún mago que os sirviese de guía, intervendríais torpemente. Envió un vampiro de fe a alimentarse de vuestra Ave de Fuego, para le abrieséis paso hasta mí y poder arrebatarme mi reino2.

– Eso no explica que le ocurre a San Francisco -interviene Pantera Negra.

– Paciencia, majestad -lo pronuncia de manera que casi parece un insulto-. Al perder la posibilidad de anexionarse mis dominios, Corazón Oscuro ordenó a Pandemonium asegurarse un pedazo de esta dimensión. Igual que Belial domina ahora Nueva York3, él se ha lanzado a la conquista de San Francisco para establecerla como cabeza de puente y poder extender la guerra por todo el planeta. Pero su poder es menor al de Belial, Corazón Oscuro tiene a sus legiones más pendientes de otras batallas. Podéis cerrar este portal y rescatar a vuestros camaradas atrapados sin necesidad del Doctor Extraño.

– Aunque sólo con tu ayuda, claro -deduce Al MacKenzie.

– Por supuesto -sonríe Hellstorm.

– ¿Y cuál es tu precio? -pregunta Iron Man.


– Ave… Ave María…. llena… llena eres de…

– Hisss…

Semienterradas bajo una pequeña montaña de escombros, «Gata Infernal» sacude a Ave de Fuego, que reza en una especie de duermevela. Esta «Gata Infernal» tiene dos cuernos de carnero que se enrollan sobre sus orejas con aspecto parecido a las caracolas de la princesa Leia, ojos completamente felinos e inexpresivos, un rostro sin nariz, de color rojo y una boca sin labios que esboza un remedo de sonrisa. Su piel se asemeja al amarillo del traje de Patsy Walker: las manos y los pies, de color azul, acaban en garras auténticas. La melena pelirroja hasta la cintura si es inconfundible.

– ¿Gata? ¿Dónde están Hulka y Scott? -dice Bonita, incorporándose sobre un codo.

Se encuentran en un hueco rodeadas de cascotes y escombros, apenas pequeños rayos de sol de tono rojizo cruzándose entre los resquicios. «Gata» salta, gesticula y bufa, tratando de comunicarse.

– ¿No sabes dónde está ninguno de ellos? ¿Qué ha pasado con Hellstorm? ¿Y con sus satánicos?

Un corrimiento de tierra y una fina nube de polvo las cubre a ambas. Segundos después ya es todo un vendaval, mientras los escombros son levantados y la iluminación del cielo rojo llameante sobre San Francisco lo llena todo.

– Dadme la mano, pavas… ¡Au!

Gata Infernal lanza un par de zarpazos a la mano tendida por el imparable Juggernautt.

– ¡Qué vengo a ayudar, bicho! ¿Por qué no te dejo caer todo esto encima?

– No harás eso, Juggernautt, al unirte a la misión te has convertido en vengador circunstancial y debes obedecer mis órdenes -dice la Visión, apareciendo junto al villano, un grupo bastante numeroso de gente adivinándose a la espalda de ambos-. Cibermante4, por favor, ayuda a Ave de Fuego, necesitamos que nos informe.

La joven oriental pasa bajo los brazacos de Caín Marko, se aparta conteniendo una mueca de asco de «Gata» y ayuda a la hispana a ponerse en pie pasándose su brazo sobre los hombros y sosteniéndola por la cintura.

– Soy Suzi.

– Yo Bonita.

El resto de equipo de Vengadores traza un pequeño semicírculo en torno a las dos rescatadas. Sobre su cabeza, un zeppelín de SHIELD, especie de helitransporte a escala, recoge pequeñas naves de transporte con civiles.

Sobre los tejados de San Francisco se recortan contra el cielo de rojo llameante las figuras de hombres-gato y mercenarios, entre los que descata la silueta vociferante de instrucciones de Marta Plateada. Los edificios parecen convertidos lo mismo en ruinas con cientos de años que en amasijos de carne y hueso. El asfalto de las calles es ahora polvo y las farolas y demás mobiliario urbano ha desaparecido o ha sido sustituido por vegetación deforme, como árboles con manos y pies humanos en lugar de hojas. Pequeñas bandadas de demonios alados son repelidos por disparos de las naves de SHIELD.

– Patsy Walker -dice La Visión, observando a «Gata Infernal».

La criatura se encoge, buscando a Ave de Fuego, sin dejar de gruñir y mirando con ojillos desconfiados a la docena larga de vengadores que se acumulan a su alrededor.

– ¿Demonizada y liberada por un accidente de la guerra? ¿O una nueva trampa? -se aventura Pantera Negra.

Tigra, una Tigra algo más alta, de pelaje más oscuro, sin el tradicional bikini de su antecesora y situada junto a Pantera, se agacha y bufa, erizando el pelo. «Gata» contesta mostrando sus garras. El Espadachín desenfunda una de sus espadas y la sitúa bajo la barbilla de esta última.

– Sólo un movimiento.

– No. Nos ha ayudado -protesta Ave de Fuego, a la que Cibermante ha acomodado sobre una camilla improvisada mientras el USAgente la examina con un botiquín de campaña.

– Aquí, chica, sigue la luz -dice Jack, sujetándole la barbilla con dos dedos para obligarla a mirar

– Los Vengadores no matan -sentencia la Visión-. Si Hellstorm estuviese aquí… Pero nos preocuparemos luego… Ave de Fuego, sabemos que contigo estaban Hulka, Binaria, Goliath, el Hombre Hormiga y Rayo Viviente…

– Hellstorm ya la ha visto… Dijo que no era Patsy… -Suzi Endo y USAgente la sujetan para que no se levante.

Pantera Negra se ha agachado lentamente junto a «Gata».

– L´Nebi, no te acerques -ordena a «Tigra»-. Gata Infernal, Patsy, es evidente que en tu… estado no puedes hablar con normalidad, pero necesitamos alguna clase de señal que…

La criatura traza sobre el polvo del suelo una «A» envuelta en un círculo. Puede adivinarse como T´Challa levanta una ceja por debajo de la máscara.

– A mí me vale -dice Spiderwoman, que miraba por encima de su hombro.

Tigra emite un gruñido.

– ¿Esa Tigra no es…? -murmura Ave de Fuego.

– No, no lo es -responde USAgente, vendándole una corte en el brazo-. La que tú conociste murió en una misión de SHIELD hace unas semanas5 -Jack le da una palmada en el muslo-. Estás perfectamente, chica. Arriba.

– Ave de Fuego… -retoma La Visión.

– Hulka y el Hombre Hormiga estaban con nosotras cuando Pandemonium… bueno, hizo esto -abarca con un gesto de las manos el escenario-. Binaria, Goliath y Rayo se estaban enfrentando al ejército de los demonios, no sé dónde…

– Está bien… T´Challa, ¿alguna sugerencia?

El rey de los wakandas se ha puesto en pie, apartando a Tigra II mientras Spiderwoman y Magdalena tratan de comunicarse por señas con «Patsy».

– Es posible que Hellstorm esté intentando evitarla, aunque es sólo una teoría. Sugiero que la mantengas en tu equipo de momento y vigiles la reacción del Hijo de Satán cuando la vea de nuevo. En cuanto a mí, debo dirigir junto a Tigra a los hombres-gato si queremos que nos sirvan de tropas de choque contra las fuerzas de Pandemonium.

– Creo que algún vengador más debería acompañarte.

– Lo había pensado. Había pensado en USAgente -se gira hacia él, que pega un respingo-, por su experiencia en acciones de guerra y para que represente a SHIELD -Jack, sin abandonar su expresión de sorpresa, cabecea afirmativamente-, Cibermante para servir de enlace contigo con su guante -Suzi acaricia la pieza de tecnología con recelo- y en Ave de Fuego. Creo que es mejor si la separamos de Gata Infernal, ya que ésta parece tener tanto interés en ella.

Bonita y «Patsy» se giran hacia T´Challa y luego se miran. Gata maúlla.

– Yo me fío de ella -afirma Ave de Fuego.

– Por eso debes ir con Pantera -afirma La Visión-. Eso deja conmigo a Espadachín, Magdalena, Siglo -el alienígena gris se gira hacia ellos por primera vez en toda la conversación-, Spiderwoman y el Juggernautt. Nuestra prioridad será rescatar a nuestros compañeros.

– La prioritaria debería ser Carol Danvers. Para que puedo asumir el mando si quedases incapacitado de cualquier manera -La Visión y Pantera se sostienen las miradas durante unos segundos-. ¿No estás de acuerdo?

Los demás -el Juggernautt paladeándolo con media sonrisilla- asisten al segundo de silencio que guarda el sintozoide con cierta tensión.

– Sí… Sugiero que envíes al grupo de Iron Man a nuestro encuentro en cuanto acaben con su cometido.

– Hellstorm incluído.

– Por supuesto. Procura que tu ejército de hombres-gato no interfiera con las labores de rescate de SHIELD y los mercenarios de Marta Plateada.

– No lo harán. USAgente, srta. Endo, Ave de Fuego… Seguidnos.

Pantera y la nueva Tigra saltan ágilmente en dirección a uno de los tejados donde se acumulan hombres-gato. Bonita echa una mirada de despedida a «Gata» y a La Visión y luego ofrece una mano a Suzi y otra a USAgente.

– Os llevaré volando. No os preocupéis, es fuego frío, no quema.

Spiderwoman, Julia Carpenter, se acerca a La Visión.

– Eh, no quiero, hum, molestarte, Visión, pero…, ¿qué ha sido…?

– Pandemonium me quitó a mis hijos cuando yo me encontraba en un estado carente de emociones6. Pantera teme mi reacción ante él, pero no puede dirigir a la reserva y a los hombres-gato a la vez y cree que no hay nadie más capacitado para hacerlo.

– Ah -Julia siente una pequeña gota de sudor rodándole por la sién, bajo la máscara.

El Juggernaut pega una patada a un cascote.

– Me aburrís, boy-scouts.

– Punto de encuentro -interviene el Espadachín.

Siglo cabecea afirmativamente.

– ¿Qué? -responde el sintozoide.

– Sé que tenéis a la chica del guante como enlace pase lo que pasa con la magia, pero, ¿no deberíais haber fijado un punto de encuentro el rey y tú?

– Querido -lo interrumpe Magdalena, señalando al horizonte-, ¿no es evidente?

El palacio de Pandemonium, una construcción de cristal y barro, se extiende hacia el cielo, contra la bahía. El cielo rojo sin sol y las naves se SHIELD enfrentándose a los demonios voladores se reflejan en sus paredes. Y, pese a la distancia, también los rostros de los vengadores.


El Golden Gate es la espalda de un basilisco que clava sus colmillos al sur de Marín y las garras de sus patas traseras en la Península de San Francisco.

– Sabías, Hombre de Arena, que el estrecho se llama Golden Gate por el estrecho de Constantinopla? Unía Asia y Europa, y para los griegos era el lugar estratégico por excelencia. Incluso hoy en día lo sigue siendo, por llevar a través de los oleoductos el petróleo del Golfo Pérsico hasta los países ricos de Centroeuropa.

Flint Marko mira a Iron Man arrugando la boca.

– Mmm, nno, no lo sabía.

Sabra7 se inclina sobre el «oído» de la armadura.

– Veo que ha estudiado nuestra dimensión a fondo, joven Tony8.

– …. -Iron Man parece rumiar algo mientras enciende sus repulsores, los tres se encuentran en una de las playas, observando revolverse al monstruo-. Algunos hechos históricos son similares a los de mi mundo.

Un destello sobre la roca, desde el lado de San Francisco, llama la atención de los dos vengadores. Del mar teñido de violeta y marrón surge Mantarraya, planeando9.

– Es la señal.

– De acuerdo -Iron Man carraspea-. Intuyo que el par de patas delanteras y la tercera hilera corresponden a los pilares del puente. Si lo incapacitamos… aunque me pregunto si el Golden Gate volvería a su estado original una vez destruido el hechizo de Pandemonium, sería una auténtica pena destruir una obra tan soberbia…

– La gente que ese bicho puede matar va por delante, latón -dice el Hombre de Arena-. Sólo espero que el cuernecitos cumpla su parte.

– Hellstorm nos ayudará mientras le seamos útiles.

– … -Marko se mordisquea las mejillas por dentro-. Entonces, Mantarraya y yo de las patas traseras, ¿no?

– Y nosotros de las delanteras -dice Sabra-. Vamos.

– Tal vez te apetezca luego un baño de barro, nena -sonríe el Hombre de Arena mientras ella echa a volar.

Sabra ignora el comentario. Iron Man sale detrás.

– Esa frase ha sido horrible -interviene Mantarraya.

– Cállate, tío, ni siquiera te conozco -responde Marko mientras se introduce en el agua.

– Israel y Soluciones Stark tienen mucho de lo que hablar -dice Sabra, en pleno vuelo.

– No es el momento -contesta Iron Man.

Dispara contra las patas delanteras. Sólo en ese instante ve un reflejo de fuego, una figura casi felina que recorre a toda velocidad la espina dorsal del dragón. La mirilla telescópica de la máscara le permite comprobar como Daimon Hellstorm clava su tridente en el ojo izquierdo del basilisco-Golden Gate. El rugido de salvaje alegría le llega con el viento, no necesita los sensores de la armadura.

En el otro extremo, el «Hombre de Barro» y Mantarraya se combinan para hacer tropezar cuatro de las patas traseras entre sí. El Baron sonríe al ver como el animal empieza a caer.

– ¡Iron Man! ¡La ola! -grita Sabra.

Zemo vuela a toda velocidad hacia el extremo de la playa. La caída del leviatán ha levantado un pequeño tsunami. Los respulsores de los guantes al máximo lo contienen para que no arrase la ciudad demonizada. Iron Man cae al suelo sobre la playa de la Península, pesadamente. Las baterías empiezan a recargarse. Un tridente se clava junto a su cabeza.

– Helmut -sisea Daimon Hellstorm, agachado sobre la armadura inerme.

El Baron intenta moverse, pero por el momento su armadura está fuera de servicio.

– No sé…

– Por favor, herr Baron, no nos insulte a ambos. Debe ser bastante irritante tener a esa judía alrededor todo el rato, ¿verdad? ¿Se imagina, colaborando con esos monos bajo su falsa identidad, un Zemo? Aunque quizás tenga sus compensaciones, mi intuición me dice que el bruto de Marko no es el único que estaría dispuesto a ofrecer algo de alimento no kosher a la supersoldado, ¿verdad? Ah, siempre los supersoldados.

– ¿Qué quieres? -se puede el eco del rechinar de dientes dentro de la armadura.

– Sólo su ayuda, mein freund, sólo eso. Cuando llegue el momento. No podemos esperar que tantas almas nobles sean capaces de derrotar a Pandemonium, ¿no es cierto?


– Cassie… Cassie, demuestra cuanto quieres a Papá…

Hulka y el Scott Lang cuelgan cabeza abajo envueltos en huesos, piel y una especie de moco verde que sirve de cemento. Tienen los ojos en blanco y babean, los hilillos de saliva goteándoles desde la frente y a ella empapándole el pelo.

– ggg… Hulka come… Hulka hambre… delicioso Wyatt, deliciosa Sue…

Bajo los dos héroes, acomodado en un sillón deforme «hecho» del mismo material, un demonio de color encarnado, vestido con harapos, su cola bífida aleteando en el aire, dos cuernecitos de fauno asomando sobre la frente, un ridículo bigotillo sobre el labio superior, jugueteando con una fusta de jockey entre los dedos de sus cuatro brazos… La habitación es una gruta artificial con forma de tienda de campaña, mucho mayor por dentro que por fuera, surgida en mitad de la calle, rodeada de cadáveres de demonios y de humanos.

– ¿Qué amáis por encima de todo?

El Juggernautt aplasta un puño sobre la palma de la mano contraria. Justo detrás de él se encuentra La Visión, flanqueada por Siglo a un lado y Espadachín y Magdalena al otro. Cerrando la formación, Spiderwoman y «Gata Infernal».

– Siglo, Juggernautt, es vuestro… Spiderwoman, que Gata te ayude a liberar a nuestros compañeros…

Conteniendo un gesto de asco, Julia se encarama a la pared más cercanas, seguida por «Patsy», que clava sus garras y la acompaña en dirección a los dos prisioneros.

– ¿Qué añoras, alien?

La lanza de Siglo roza por un pelo los cuernecitos del demonio. Este chasca sus cuatro pulgares sin dejar de sonreír.

– Voy a hacerme una coquilla con tu craneo, tío -protesta el Juggernautt, atrapado en una suerte de arenas movedizas compuestas de sangre y bilis.

– Espadachín, Magdalena -ordena La Visión.

Siglo cae al suelo de rodillas, abrazando a su familia perdida. Cuando empiezan a morderle y arañarle, ni siquiera grita.

– ¿Por qué no te nos unes? -pregunta el Espadachín.

– Es mejor… No puedo. Sólo… inutilizadlo…

Dos brujas escarlatas se frotan contra la inmóvil Visión, brazos acabados en serpientes, voces como las olas del mar…

– Llámame zorra, cerda, puta… -susurran en su oído.

Magdalena consigue golpear con la parte plana su lanza en la cabeza del demonio.

– ¿Qué tienes para nosotros? ¿Eh, engendro?

El Espadachín logra darle un pinchazo feo en uno de sus múltiples codos.

– ¿Nuestro mundo perdido recuperado? ¿Atacarnos el uno al otro?

Magdalena le atraviesa el estómago. Espadachín el cuello.

– No tienes nada que volver en nuestra contra… -dicen, casi a la vez.

– Puedo hacer esto.

Cuatro pulgares vuelven a chasquear contra cuatro índices y los amantes quedan fusionados. La cabeza bifronte de Espadachín/Magdalena chilla de dolor, sus cuatro brazos aletean en el aire, sus cuatro piernas tropiezan. Las armas caen al suelo, inútiles, tras ser expulsadas del cuerpo del demonio.

– Rachel, tómate tu medicina y duerme, mamá tiene que jugar con tío Clint…

Un capullo como los de Scott y Hulka está envolviendo a Spiderwoman mientras «Gata» trata inútilmente de cortarlo mientras gesticula histérica.

– Mira, tío -Caín ha conseguido liberarse y se planta ante el demonio del bigotillo, golpeándose con un dedo en la chapa del casco-, nada puede pararme y esto está garantizado por el mismísimo Cyttorak, así que dejémonos de hos…

Un Charles Xavier fantasmal flota ante el Juggernautt. Le pone una mano en cada hombro.

– Bésame, Caín.

Una de las manazas del Juggernautt atraviesa la aparición y atrapa en una presa la cabeza del demonio. Los ojillos de este miran con auténtico pánico al ex villano.

– Cyttorak -repite Marko, antes de cerrar el puño completamente, con un crujido.

Hulka, Hombre Hormiga y Spiderwoman -y «Gata»- caen al suelo de golpe cuando el «iglú» mágico desaparece. Espadachín y Magdalena se separan. Siglo y La Visión recuperan su normalidad.

– De nada, boy-scouts.

– ¿Qué es un boy-scout? -pregunta Magdalena, mientras se revisa el cuerpo en busca de lesiones.

Hulka vomita en una esquina.

– Voy a hacerme vegetariana… Oh Dios…

El Hombre Hormiga se tapa la cara con las manos.

– No lo hice. No hice eso a mi hija.

– Yo tampoco a la mía -responde Spiderwoman, disimulando el agüilla que le resbala bajo la máscara.

– Pero lo llevo dentro.

– Puede.

Se miran.

– Scott.

– Julia.

Siglo ayuda a levantarse a Hulka. Ella mira a «Gata».

– ¿Dónde está Ave de Fuego?

– Está bien -responde La Visión-. Tenemos que encontrar a Binaria. Vamos.


Las calles de San Francisco son un campo de batalla. Demonios contra hombres gato. Y el general de estos salta de ventana en ventana, se encarama en una farola-serpiente y le rompe el cuello con un movimiento de sus garras y aterriza en la calzada poniéndose a la cabeza del ataque.

Ante él se planta un demonio de apariencia simiesca.

– t´ChAlLa De wAkAnDa…

– M´Baku, del culto del Gorila Blanco…

El Hombre Mono es ahora más simio que humano, del doble del tamaño de un gorila normal, las cuencas de sus ojos vacías, expulsando azufre por la boca, en la que luce dos enormes colmillos inferiores.

– tU mE hAs MaTaDo…

-Tus crímenes y la ley de Wakanda te condernaron a muerte10. Traicionas a tu propia religión aliándote con demonios, M´Baku.

M´Baku se golpea el pecho con sus manos de no-muerto y lanza un rugido. Luego empieza a perseguir a T´Challa, lanzandote puñetazos descoordinados. Pantera se dedica a esquivarlo hasta dejarlo arrinconado contra uno de los edificios.

– ¡Ahora! -ordena, mientras salta en otra dirección.

Una lluvia de lanzas de los hombres gato empala al villano contra la pared del edificio.

– Vivo o muerto, eres más rabia que estrategia -se gira hacia sus compañeros Vengadores-. Cibermante, informa a la Visión. Parece que Pandemonium ha buscado aliados entre nuestros enemigos muertos. Que todos se preparen para sorpresas desagradables.


– sOy eL dEmOnIo De La MeMoRiA rEpRiMiDa De PaNdEmOnIuM… sUfRiD tEmOrEs Y tErRoReS…

La criatura que se enfrenta al grupo de La Visión es una especie de Freud gótico, vestido a la moda del siglo XIX pero con la piel completamente blanca y la nariz y las orejas llenas de aros y argollas. A su espalda, prisioneros en burbujas místicas, Binaria, Goliath y Rayo Viviente, en posición fetal y aparentemente durmiendo.

Un pequeño ejército de eslizoides de El Nido empieza a surgir del suelo.

– Jojojo -ríe Juggernautt, mientras empieza a aplastarlos a pistones.

Spiderwoman da un puñetazo a una mujer negra vestida con bata de médico y que escupe fuego por la boca.

– Explícamelo otra vez, Scott.

– Eh, creo que el demonio nos ataca usando los miedos e inseguridades más profundos de sus prisioneros… -el Hombre Hormiga cabalga sobre el hombro de Julia, intentando

– Entiendo los monstruos de los cuentos que le contaban a Rayo Viviente, pero, ¿y el ejército de doctoras que tratan de arrancarnos el corazón?

– Son la ex mujer de Bill.

– Ah. Entiendo.

La Visión deja sin sentido a varios híbrido entre lobo y chupacabra con cara de los matones de instituto que se metían con Miguel Santos.

– Juggernautt.

– Ya va…

Caín Marko se planta ante el demonio.

– Muy bien tío, ¿qué sabéis sobre Cyttorak?

El psicólogo cornudo extrae una pipa de su chaleco y la enciende con parsimonia.

– qUé SoLo SiRvE UnA vEz -responde, mientras prende el tabaco con una cerilla.

Una burbuja mística envuelve al Juggernautt y lo reduce a la misma posición fetal que los otros prisioneros.

– ¿Quiénes es éste? Es un miedo de la mujer. Y su cara me es familiar…-pregunta Magdalena.

Dirigiendo al ejército de eslizoides y agentes secretos rusos -algunos usando el uniforme verde de Pícara cuando era miembro de La Hermandad-, está una versión parcialmente demonizada de Markus Immortus.

– Eeeh -el Hombre Hormiga esquiva un zarpazo de Luke Cage, primer novio de Claire Temple tras su divorcio de Goliath, saltando al hombro de «Gata Infernal»-. Es… él… -mira a La Visión y a Hulka, dedicada a aplastar eslizoides.

– Usó hipnosis para violar a Binaria cuando aún era Ms. Marvel11-responde el sintozoide, intentando avanzar hacia las burbujas.

Casi puede oirse los dientes de Magdalena crujir antes de que corte al falso Immortus por la mitad de un solo tajo.

El suelo tiembla cuando aparece el primer miedo del Juggernautt: un gigante con una amardura como la suya, la piel verde de Hulk y el rostro de su padre, Kurt Marko.

– ¡Visi! -grita Hulka, mientras esquiva el primer golpe del engendro- ¿Qué se supone que vamos a…?

– Lanza a «Gata Infernal» contra la burbuja de Carol. Espadachín, Magdalena, abridle paso.

Jennifer obedece, agarrando a su compañera demonizada, que se hace un ovillo y luego despliega sus extremidades en pleno vuelo. Espadachín y Magdalena se lanzan sobre demonio-Freud para tratar de distraerlo. «Gata» rasga la burbuja de Carol con su propia magia.

– ¡aPaRtAoS!

Una burbuja trata de cerrarse en torno a «Patsy», pero no para de explotar. Carol, de rodillas en el suelo, el pelo cayéndole sobre la cara, se enciende.

– Vete a tomar por…

La energía de un par de soles «incinera» al demonio, haciendo explotar las prisiones de Rayo Viviente, Goliath y Juggernautt.

Hulka da una mano a Binaría.

– ¿Te apetece freir a Pandemonium?

– Sólo si empezamos por las pelotas.


– ¿Cuánto mide?

– Según la telemetría de la armadura, se sale de la escala.

– Lo mismo para mi radar basado en el vibranium.

– ¿Hellstorm? -La Visión se gira hacia su aliado infernal.

El Hijo de Satán, parado frente a la «puerta» del palacio de Pandemonium, apenas el dibujo de una trazado con barro sobre cristal. Ignora a los vengadores que le rodean, acariciando pensativo el mango de su tridente.

El cielo sobre San Francisco continúa rojo llamas, aunque hay muchos menos demonios voladores y casi ningún transporte de SHIELD que retire civiles. Los hombres-gato han creado una suerte de «cordón sanitario» en torno al punto de reunión, aunque apenas están recibiendo ataques. La Visión, Iron Man, Binaria, Pantera -y Tigra II-, Hulka y Ave de Fuego rodean a Hellstorm en espera de una respuesta.

Gata Infernal se acerca a él.

– Hisss…

El Hijo de Satán reaccionas levantando su tridente por encima de la cabeza.

– ¡Engendro! ¡Debería…!

– ¡Hellstorm! -La Visión sujeta un brazo del medio demonio y Hulka el otro.

Daimon se zafa con un gesto, pero baja el arma. «Gata» sigue gruñéndole.

– No es Patsy. Es sólo otra trampa… Puedo destruirla con un gesto.

– Hazlo y se romperá nuestra alianza.

«Patsy» vuelve a trazar sobre el polvo la «A» envuelta en un círculo.

– Mmm… -Hellstorm hace chisporrotear las tres puntas del tridente.

– Basta de esto -interviene Pantera-. Cómo entramos. Cómo acabamos con Pandemonium y lo que hace a San Francisco.

– No podéis. Yo lo haré.

– ¿Y para qué nos necesitas?

Daimon sonríe de medio lado mientras sostiene la mirada de T´Challa.

– No deseo la destrucción de la Tierra, cómo os he insistido una y otra vez. Con vuestra ayuda puedo abrirme paso hasta Pandemonium más rápidamente que en solitario, y necesito… economizar mis esfuerzos, desde que gracias a la torpeza de vuestra beata -señala a Ave de Fuego, que no puede evitar dar un paso atrás- he quedado desconectado de mi reino infernal. Que pretendo recuperar cuando nos dirijamos todos a Nueva York para derrotar a Belial.

– Eso lo discutirás con el Doctor Extraño -interviene Hulka.

– Je. Si está vivo.

– Al grano -insiste Pantera Negra.

Hellstorm da un par de pasos hacia atrás, abarca el edificio con gesto.

– Es muy sencillo. Pandemonium nos espera. A mí espera matarme, ahora que estoy desvinculado de mi reino, y ganar puntos ante su señor Corazón Oscuro. A vosotros, pervertiros o convertiros en prisioneros de su nuevo dominio, aquí en San Francisco. Cada sala que atravesemos hasta su salón del trono será un trampa, y todo lo que os hayáis encontrado hasta ahora es poco comparado con…

– ¿Cómo entramos?

– Fácilmente.

Daimon levanta el tridente de nuevo por encima de su cabeza y lo clava en la «puerta» del castillo de cristal. Esta tiembla durante unos segundos antes de hacerse añicos. Los vengadores se protegen de la lluvia de esquirlas.

– Recomendaría que el Juggernautt abriese la marcha -sonríe Hellstorm.

Caín tuerce el gesto.

– Pues yo creo que es mejor que pases tú delante, payaso.

– Estoy de acuerdo -interviene el USAgente.

La Visión intercambia una mirada con Pantera. Se gira hacia el Juggernautt.

– El irá justo detrás. Y luego el resto… Binaria…

– Una formación de cuña irá bien, si Pantera y tú la aprobáis…

– Claro. Pantera… y Tigra junto a Hellstorm, yo iré en la punta de la cuña, Binaria a un lado y Hulka al otro, Siglo en el centro con Ave de Fuego, Iron Man y Sabra, que cierren por la base el Hombre de Arena, Goliath y USAgente. Los demás distribuios dejando equilibrados los laterales.

Juggernautt acude al primera puesto refunfuñando, Hellstorm sonríe mientras la reserva se organiza. Caín palmea en el aire bajo el quicio de la «puerta». Dentro del edificio sólo se observa un enorme vacío negro. Las manos del Juggernautt arrancan un par de chispas místicas.

– Vaaaleee… Lo que hay que hacer para ganarse el derecho a salir de bares cuando a uno le apetezca…

Da el primer paso, con los ojos cerrados. Cuando los abre, la pared de cristal parece haber desaparecido. Ha sido sustituida por una linea color sangre sobre un suelo de marmol blanco -y el cielo de San Francisco es filtrado por las cúpulas de cristal del palacio de Pandemonium, iluminándolo todo de un naranja pálido danzante-. A un lado de la línea se encuentran el mismo Juggernautt, Hellstorm, La Visión, Iron Man, Pantera Negra, Binaria y Ave de Fuego. Al otro, el resto del grupo, el Hombre de Arena convertido en duna a medio rehacerse, Hulka recuperando el aliento y la mayoría en el suelo seminconscientes -de hecho, Spiderwoman se dedica a dar tortitas a USAgente para despertarlo-.

– ¿Jorl?

– La primera barrera, que Marko ha pasado gracias a Cyttorak, es la fuerza de voluntad.

Binaria mira a Iron Man y luego a Ave de Fuego.

– No os ofendáis, pero…

– Lo que tú llamas fuerza de voluntad, Ave de Fuego y yo lo llamamos fe, Binaria -interviene Pantera-. Ella en el dios cristiano, yo en la Pantera, poco importa: es la creencia en algo superior a uno mismo.

– Los caminos del señor son inexcrutables.

– Es otra forma de decirlo.

Tras la línea, el Hombre Hormiga, a tamaño normal, se acerca a Hulka y le murmura algo al oído. Ella se acerca todo lo que puede hasta el borde de su lado.

– Eh, Visi. Algo superior a uno mismo que te da fuerzas.

– Sí, lo entiendo.

Scott y Spiderwoman van tirando de los reservistas que quedan por recuperarse. Todos se van colocando casi sobre la línea.

– A la de tres -anuncia Hulka.

– Esto va a ser muy cursi -le murmura Binaria a Pantera.

La Visión casi parece carraspear, si eso es posible para un sintozoide.

– ¿Yo también tengo que hacerlo? -pregunta Sabra, la boca torcida y una ceja enarcada.

– Más te vale, tía -amenaza el Hombre de Arena.

– ¡VENGADORES REUNÍOS! -gritan todos a la vez (Goliath hasta crece un poco sólo para darle énfasis).

– ¡Ja! -USAgente salta entusiasmado una vez cruzada la línea- ¡¿Qué te parece eso, Marko?! ¿Tienes algún chiste contra eso? -da un puñetazo al Juggernautt en el hombro- Uh… Tíos, eh…

Caín Marko ha quedado convertido en una estatua de sal.

– ¿Dónde está Hellstorm? -interviene Pantera.

– ¿Dónde está Iron Man? -pregunta Binaria.

– Tiene cojones -murmura Sabra.

La luz naranja se oscurece un poco. Varios ojos brillan en la penumbra de los alrededores.

– No son vuestro problema ahora mismo.

– Esa voz -murmura Hulka.

– Ha sido muy bonito… Vengadores reuníos… El perfecto pie de entrada…

– Sé quienes son… Formación cerrada -ordena La Visión.

El primero en aparecer es el Capitán Marvel, el original. Con un par de alas de murciélago y los inevitables cuernos.

– Tengo naúseas -murmura Binaria.

La siguiente Pájaro Burlón. Luego el Doctor Druida. Después Thunderstrike. El primer Espadachín, con un par de espadas nuevas con cabezas de serpientes.

– No me lo digas, estamos rodeados -dice Scott Lang, sobre el hombro de Goliath.

Máquina de Guerra, el casco de la armadura con forma de gárgola y los propulsores expulsando fuego infernal.

– ¿Máquina de Guerra? James Rhodes está vivo -protesta Hulka-. ¿Verdad12?

Y dos Gatas infernales, una morena y otra pelirroja.

– Hisss… Impostoras… -corean, dirigiéndose a la nueva Tigra y la «demogata».

– Somos la última hueste de Pandemonium -anuncia el mismísimo Bucky.

– Listo para volver a la vida una vez se instale el infierno en la tierra -dispara al aire como advertencia Dos Pistolas Kid.

– La nueva legión de los no vivos -proclama Sersi.


Iron Zemo avanza por el salón del trono de Pandemonium. Los indicadores de la armadura parecen incapaces de señalar la altura del edificio, una bóveda de catedral compuesta de marmol gris de una pieza. Busca grietas, columnas, contrafuertes, pero todos los medidores insisten en que se trata de una estructura monolítica. Cada paso es amplificado por el eco. Ya no ve la puerta de salida, aunque distingue perfectamente el trono y al medio hombre vestido de rojo sobre él en el otro extremo de la habitación.

– Saludos, herr Baron -dice Pandemonium. Se escuchan un par de explosiones sordas-. Parece que SHIELD se empeña en enviarnos sus saludos. Discúlpeme un segundo.

El servidor de Corazón Oscuro echa su cabeza hacia atrás. Las cuencas de sus ojos desaparecen, su boca se convierte en un agujero negro. Una bandada de murciélagos sale de cada horificio, chillando, y asciende hacia el techo de la bóveda, creciendo y adoptando caras de bebés deformes, su extremidades alargándose hasta convertise en brazos, piernas y pezuñas. Un hueco se abre en el techo y los deja salir.

– Bien, ¿por dónde íbamos?

– Ahora es cuando me ofreces un pacto como el que firmaste tú.

– Veo que mi truco no le ha impresionado.

– Hay muchas interferencias, pero para la armadura es sólo un intercambio de masa y energía. Ahora mismo tienes acceso a una fuente de energía ilimitada, una conexión que por tus lecturas de calor no acabo de poder situar. La magia es sólo ciencia que no ha sido estudiada con el suficiente detenimiento.

– Heinrich Zemo estaría orgulloso de ese punto de vista tan positivista. Seguro que nunca soportó las veleidades ocultistas de Himmler.

– No sé si llegaron a conocerse.

– Pues yo sí lo he conocido. A Himmler, digo. Es sodomizado con hierros candentes en ciclos de 36 horas. Ratas antropófagas se ocupan de sus vísceras y sus órganos sexuales en el intermedio. Lo peor de todo es que creo que empezó a gustarle en algún momento, así que Mefisto puso a ocuparse del hierro candente a una pareja de banqueros judíos norteamericanos y otorgó el don del habla a las ratas. Una de las primeras medidas de Corazón Oscuro cuando heredó el negocio familiar fue añadirles acento ruso. ¿Quiere saber en qué anda el viejo Heinrich, Barón?

– No creo que esa sea tu oferta por traicionar a los vengadores.

– ¡Jajajá! Es gracioso que considere que los puede traicionar… Verás, si mi señor Corazón Oscuro gana, y es muy probable que así sea, seré llamado a destinos más altos. Y esta ciudad, gran parte de este plano, necesitarán un gobernador.

– Eso son cosas que puedo conseguir por mis propios medios una vez acabe vuestra «guerra infernal».

– ¡Jajaja!


Dos niños combaten a La Visión. Dos niños con supervelocidad y magia, capaces de cambiar su densidad.

– No sois reales… ¡Nunca fuistéis reales y yo…!

– Intercambio de rivales -dice Hulka, empujándolo a un lado-. Me harán cosquillas. Tú ve por Rhodey o Sersi, convéncelos de que no están muertos.

Tigra II y DemoGata se encaran a Patsy Walker y Greer Nelson, envueltas en sendos trajes de Gata Infernal y sólo distinguibles por el color del pelo.

– ¿De parte de cual estamos? -pregunta el Hombre Hormiga.

– No, ni hablar, esta no es Bobbie Morse -el USAgente golpea a Pájaro Burlón en el estómago.

– Me comeré tus ojos -responde ella.

Spiderwoman consigue interponer un red entre los dos que inmoviliza a «Bobbie». Le da un puñetazo en la barbilla.

– Si todos están con Pandemonium, ¿eso quiere decir que…?

– ¿Hemos ido al infierno? -«Bucky» le pinza un nervio, deshaciendo la neurored.

– Sí, todos venimos de allí -dice el Doctor Druida, aplicando su nueva hipnosis demoníaca sobre Ave de Fuego-. El cielo no existe, fue una invención de Satán para divertirse a costa de los incautos.

Binaría lanza un rayo a toda potencia sobre el Capitán Marvel.

– Mar-Vell, incluso más allá de la muerte debes conservar tu…

El muerto acelera a una velocidad imposible y la sujeta por el cuello, «apagándola».

– Silencio, hembra, mira en lo que has convertido mi legado, mereces…

Pantera retuerce un brazo de Bucky.

– No sois reales.

– Sí que lo somos, majestad, rescatados del más allá y el olvido para garantizarnos el regreso a La Tierra.

– Habla por ti, niño… Hiss… Nosotras queremos acabar con estas impostoras -afirma Greer.

– Cómo pudistéissss pensar que era yo… Grrr… -protesta Patsy, lanzando un zarpazo a Demogata-. Sois idiotas. Es un señuelo de Belial. Pero Corazzzon Osscuro se lo hará pagar, miau…

– Sersi, escúchame. No estás muertas. Pandemonium no tienen ningún poder sobre ti -insiste La Visión.

– Nnnooo… Dane… Yo… yo…

– Los Eternos no mueren, Sersi.

Máquina de Guerra arrincona a Mantarraya.

– Nos mataron. Nos mataron y ni siquiera os distéis cuenta.

– Escucha, si de verdad eres Rhodes, no sé de que estás hablando.

Walter Newell se detiene cuando choca con otra armadura. Una amarilla y roja.

– Os engañaron. Morí delante de vuestras narices.

– ¿Iron Man?

Un disparo de Dos Pistolas Kid hiere a Goliath en un hombro.

– Vaya, vaya, esto es lo que llamo un blanco fácil, ¿lo pillas?

El viejo Espadachín se enfrenta a su contrapartida, Magdalena y Siglo, usando un brazo y una espada-serpiente para cada uno.

– ¿Con esto pretenden sustituirme? Es el último insulto de los vengadores…

El USAgente esquiva un bastón-murciélago.

– Pájaro Burlón, maldita sea, viva o muerta sigues siendo una vengadora.

– No puedo evitarlo, agente.

– ¿Vas a permitirlo? ¿Qué Pandemonium te domine? ¿Qué un hombre te maneje a su antojo como si fueses una marioneta? ¿Cómo hizo el Jinete Fantasma13?

– ¡Hijo de…! -Bobby golpea con sus dos bastones a la vez en la cabeza del USAgente, lo tira al suelo y se los coloca bajo la barbilla, asifixiándolo- ¡Mierda, Jack! -dos regueros de lágrimas empiezan a correr por las mejillas de la Pájaro Burlón-demonio, que cae de rodillas al suelo, sus cuernos desvaneciéndose, su ropa recuperando el blanco y negro original.

– Viva o muerta, nena -dice el USAgente, arrodillándose junto a ella…

– ¿Está aquí Clint?

– No sabemos dónde está.

– Genial… ¡Doctor Druida!

– Sí, Pájaro Burlón… -el místico parece haber vuelto igualmente a «la normalidad»-. Restauraré enseguida a nuestros compañeros.

Uno a uno, los vengadores no vivos van «despertando».

– ¿Entonces no estoy muerta?

– ¿El Capi no viene con vosotros?

– Carol…

– ¿Jen? -Greer pone una mano en cada hombro de Hulka- ¿Por qué estoy muerta? Con lo que a mi me gustaba vivir…

Patsy se encara a la Demogata.

– ¿Qué eres tú? Mi alma estaba presa en el infierno de Belial, ¿cómo ha conseguido Pandemonium traerme aquí?

Los gemelos de la Bruja Escarlata desaparecen ante los ojos de La Visión.

– Se lo preguntaremos -afirma el sintozoide, frunciendo el ceño.

– ¡Zemo! -grita Máquina de Guerra, tratando de quitarse el casco- ¡El arreglador! -agarra a Pantera por un brazo- ¡Escúchame, T´Challa! ¡Están entre vosotros!

– Tranquilo, Rhodes, esto ha sido demasiado fácil, nuestro enemigo debió prever que si vuestras almas no…

El polvo del suelo empieza a formar un ejército de terracota alrededor de los vengadores vivos y muertos por fin reunidos.

– A esto me refería…

Los demonios de terracota abarcan ya más de lo que alcanza la vista.


Sobre la palma de la mano de Pandemonium baila un chip apenas más grande que un cubito de hielo.

– Supongo que ha oído hablar de la raza alienígenea conocida como la Tecnarquía, baron.

– Sí -responde Iron Man.

– Esto es… Bueno, es una historia muy larga que tiene que ver con los mutantes de la Patrulla-X14, pero se trata de circuitos diseñados para almacenar magia a partir de los componentes básicos de uno de la tecnarquía.

– Ajá.

– Pase lo que pase, garantiza la supervivencia de todos, hum, de la tecnología de Stark en el nuevo orden.

– ¿Y cómo se supone que debo ayudarte a cambio de eso?

– Previsiblemente mi ejército de los no vivos habrá sido derrotado por su propia pureza de espíritu. Sólo debes ocuparte de que la legión de vengadores secundones vivos y muertos se acerca lo suficiente a mi trono.

Iron Man abre la mano. El chip de la tecnarquía flota hasta ella.

– En Milton, Pandemonium es el nombre de la capital del infierno, el lugar donde se reúnen los demonios expulsados del paraíso.

– ¡Jajaja! Sí, y ahora San Francisco es ese lugar, la capital de todos los demonios, la cabeza de puente de Corazón Oscuro en la Tierra. Donde nos reunimos aquellos que hemos perdido nuestros paraísos, ¿no es así, herr Barón?

– Así es. ¿Cómo sello mi pacto con tu señor?

– Basta un apretón de manos y una palabra -se adelanta y ofrece su mano. Iron Man la estrecha.- Dilo -ordena Pandemonium.

– Idiota.

– ¿Qué?

A la espalda de Pandemonium, sobre su trono, aparece Daimon Hellstorm.

– El baron y yo tenemos un pacto anterior al tuyo. Lo que le ofrecieses a cambio de aceptar tu propuesta envuelto en un sencillo hechizo de inmovilidad.

– Pero… Corazón Oscuro me ha potenciado al máximo… Mis poderes son mayores que nunca…

Daimon se pone en pie y atraviesa con su tridente a Pandemonium. Iron Zemo sigue sin soltarlo.

– Ni el mayor de todos los demonios es rival para la semilla de Satán cuando germina en un útero humano -sonríe Hellstorm.

Gaaahk… No puedes matarme…

– ¿Quién quiere matarte? Voy a absorberte, Pandemonium.

Las paredes y los huesos de Pandemonium empiezan a crujir. De todas partes y de ninguna llega el sonido de varios llantos confundiéndose -de niño, de mujer, el aullido de un perro, los alaridos de un hombre al que torturan-. La luz parpadea. Zemo continúa sujetándo la mano de Pandemonium, el tridente empapado en sangre de Hellstorm casi rozándole, escuchando los gritos del demonio hasta que sólo siente polvo entre los dedos.

La armadura se apaga. Cuando vuelve a encenderse, Iron Man se encuentra en una de las playas de la bahía de San Francisco, junto a Hellstorm. De rodillas en la arena, desnudo, Martin Preston, el actor que fue Pandemonium antes de su primer pacto con Mefisto.

– ¡Gracias! ¡Gracias! -se gira hacia Daimon y luego hacia Iron Man. Llora- Una segunda oportunidad… Baron… ¡Baron! Su secreto está a salvo conmigo, téngalo por seguro, yo…

Un rayo repulsor hace volar su cabeza en mil pedazos. Su cadáver decapitado cae sobre la arena. La sangre se mezcla con la espuma de las olas.

Hellstorm hace una venia envolviéndose con su propia capa.

– Estamos en paz, mein herr -muestra un colmillo-. Un pacto de manual. Disfrute de su regalo.

El Hijo de Satán desaparece con un estallido de luz.

Zemo pone los sensores de la armadura a analizar el circuito de la tecnarquía chispeante de energía mágica.


Los demonios de terracota empiezan a deshacerse ante los ojos de la legión de vengadores vivos y muertos.

– Todo está terminado -dice el Doctor Druida-. Ha llegado el momento de marcharse.

Máquina de Guerra se gira hacia Hulka.

– ¡Fue Zemo! ¡Zemo me mató!

– ¡Y yo soy Tony! ¡Siempre lo fui!

Binaria da un beso en los labios a Mar-Vell.

Pájaro Burlón se gira hacia el USAgente.

– Dile a Clint…

– Sí…

– Saluda a Ben Grimm si lo ves, Jennifer… -anuncia Greer- Y decidle a Hank Pym que Janet no estaba con nosotros… Suerte nueva Tigra…

– Un honor combatir a tu lado, «yo» -dice nuestro Espadachín.

– Lo mismo digo.

– ¿Yo me quedo? -pregunta Sersi- ¿Este es mi sitio ahora? ¿Por qué nadie me dice nada?

Patsy Walker alarga una mano hacia Demogata.

– ¿Y sí…? ¿Y si solamente…?

Con un nube de azufre, Daimon Hellstorm aparece entre ellos.

– Basta de esta comedia.

– ¡Detenedlo!

Ave de Fuego le lanza su mejor llamarada, Magdalena y Siglo tratan de ensartarlo con sus lanzas, el Hombre de Arena intenta cubrirlo y asfixiarlo.

Hellstorm absorbe con un chispazo a «Demogata» en su tridente. Patsy se desvanece. Aparta con un movimiento a todos los vengadores de sí. Los muertos ya han desaparecido.

– Nos veremos pronto.

Y, con otra explosión, se marcha.

Scott Lang levanta la vista.

– Esto es…

– Su mansión -confirma Ave de Fuego.

Los vengadores han aparecido en el sanctasanctorum de la antigua casa de Hellstorm, completamente restaurado, sin rastro del mismo Daimon, la batalla librada contra los vengadores o Pandemonium.


El Helitransporte de SHIELD sobrevuela EEUU camino de la costa este.

– Cómo yo lo veo no ha ido mal -opina Al McKenzie-. Esto que tenéis ahora si que se puede llamar un equipo de Vengadores. Y con los hombres-gato de nuestra parte…

– Por supuesto, pero si no le importa darnos un minuto, comandante, Pantera, la oficial Danvers y yo nos uniremos con usted y el general Furia en seguida para discutir la estrategia en Nueva York…

– Ah, claro…

McKenzie se marcha hacia el puente de mando, aunque se detiene brevemente a saludar a algún vengador.

– Hellstorm -comienza Pantera.

– Sersi -interviene la Visión-. Según Dane Whitman, continuó atrapada en otra dimensión cuando él se liberó15. No estamos seguros de que su demencia haya desaparecido…

– En el escuadrón de los muertos estaba Jimmy Rodhes -lo interrumpe Binaria-. Y nadie sabía nada. Le dijo a Jen que lo mató el baron Zemo.

– También había alguien más con armadura -añade T´Challa.

– ¿El viejo Tony?

– Puede.

Los tres se giran hacia Iron Man, que atiende una consulta de un técnico de SHIELD.

USAgente se venda una herida en el brazo él sólo.

– Dame -Julia Carpenter le quita la venda y las tijeras-. ¿Has vuelto a espantar a la enfermera?

– Forma parte de mi encanto -saluda levantando el pulgar.

– Ay, Jack… -corta algo de esparadrapo para asegurar el vendaje-. Oye… ¿de verdad piensas contarle a Clint…?

– Ni de coña. ¿Y tú lo de sus no-hijos a Wanda?

– Ni de coña.

El Hombre de Arena y el Juggernautt, apoyados en una baranda del puente de mando, miran a los técnicos de SHIELD ir y venir.

– No pareces un mal tío, Marko.

– Tú tampoco, Marko. Y tu jefa, Zorra Plateada, está buena.

– Es Marta Plateada. Y supongo que forma parte de las ventajas del curro.

– Ya te digo. ¿Crees que estos monigotes tendrán cerveza en alguna parte de la nave?

Goliath y el Hombre Hormiga -este a tamaño reducido-, examinan algunas «armas mágicas» de las adaptadas por SHIELD.

– …seguro que hay alguna manera de que las balas de plata salgan de manera…

– …me gustaría saber qué opina Tony Stark

Ave de Fuego se ha sentado en una esquina con la espalda apoyada en el pecho, las manos enlazadas y los ojos cerrados. Hulka le da un golpecito en el hombro. Ella levanta la vista.

– No quiero molestarte si estás…

– No me paso la vida rezando. Sólo estoy cansada -sonríe.

– Vaaaleee -Jennifer se deja caer a su lado-. Sólo quería decirte que, bueno, aunque me metí un poco contigo cuando estábamos ahí abajo, no creo que debas sentirte mal por…

– Gracias.

El vozarrón de Nick Furia interrumpe cualquier otra conversación en el puente de mando:

– ¡ATENCIÓN! ¡TODOS! ¡LLEGAMOS A NUEVA YORK!


Epílogo:

Los cuerpos de seguridad y emergencias de San Francisco ayudan a la ciudad a ponerse en marcha de nuevo arropados por un pequeño equipo especial de SHIELD. Un policía ayuda a ponerse en pie a una más entre los turistas que visitaban el Jardín Botánico.

– ¿Se encuentra bien, señorita? Tome, se le ha caído todo esto.

La mujer recoge las gafas de sol y se las pone rápidamente. También recibe un pequeño abanico.

– ¿La atacaron esas cosas? Hay varios sanitarios que pueden atenderla, si quiere.

– No, muchas gracias. Estoy bien -sonríe con amabilidad.

– Claro -el agente parece dudar-. ¿Le molestaría si le digo que tiene el pelo más bonito que he visto en mi vida?

– ¡Agente! -le da un pequeño golpecito con el abanico cerrado, aunque sin dejar de sonreír- Me parece que eso está fuera de lugar.

– Qué puedo decir. Me pierden las pelirrojas.


1.- Como se vio en el #1 de esta misma colección.

2.- Tal y como ocurrió en el número anterior.

3.- Echa un vistazo a la miniserie principal de las Guerras Infernales.

4.- Esto, Suzi Endo, la versión de nuestra realidad de la Cibermante «mala» de la Encrucijada y que ahora usa el guante que es lo único que quedó de la armadura de la otra. Cosas veredes, Sancho :P.

5.- En «Battle Royale», el gran crossover de SHIELD, solo en MarvelTopia.

6.- En West Coast Avengers #52 (Los Nuevos Vengadores Vol.1 #52 Forum).

7.- Igual que el Juggernautt, se unió a la reserva en el número anterior.

8.- Dónde se reveló que el Mossad cree saber que en la armadura está el Tony Stark de otra dimensión que sustituyó al nuestro tras la Encrucijada (aunque en realidad ese haya muerto y sea el Baron Zemo quién lo sustituye).

9.- Lo «reclutaron» fuera de cámara tras su escena del #2, ¿ok?

10.- En Pantera Negra Vol. 3 #1, en MarvelTopia.

11.- Resumiendo mucho. Se vio en Los Vengadores Vol. 1 #19 Forum (The Avengers Vol.1 #200)

12.- Pues lo podéis comprobar echando un vistazo a Hombre de Hierro Vol.1 #340, sólo en MarvelTopia.

13.- El Jinete Fantasma del pasado secuestró y lavó el cerebro a Pájaro Burlón allá por West Coast Avengers vol. 1 #18-22 (Los Nuevos Vengadores vol. 1 #18-23 Forum).

14.- Mirad, no sé, el especial GI:Mutantes, mismamente.

15.- En Excálibur vol. 1 #105-106, sólo en MarvelTopia.


WAKANDA INFERNAL

Miniserie finalizada. La reserva al completo, con SHIELD y los hombres-gato se dirige a la batalla final en Nueva York. ¿Les esperará allí Daimon Hellstorm?

Infernales saludos.

José Cano.

Tagged , , , , . Bookmark the permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *