Superman #2

nusuperman02logonusuperman#2 – Extraterrestre II
Experimentos
Por Carlos Fortuny


Fecha de publicación: Mes 177 – 1/13


Hace 25 años…

Residencia de los Luthor, Smallville.

-¿Me está diciendo que pese a todo el dinero que invierto en mi equipo científico y de exploración unos paletos han llegado antes al lugar donde ha aterrizado la nave?- Preguntó Lionel bastante cabreado.

Se le había presentado una maravillosa posibilidad, una nave alienígena había aterrizado cerca de sus propiedades, y si bien la adquisición de la nave era un bien muy preciado para él, que el tripulante hubiera escapado era del todo inaceptable.

-Me temo que si señor Luthor.- Respondió el hombre al mando del equipo de exploración.

-Y claro, esos paletos son demasiado hábiles para que un equipo excesivamente bien pagado de con ellos.- Siguió protestando Lionel, al que una vena se le empezaba a marcar en la frente.

-Lo… lo siento… pero por el momento no hay ningún rastro que podamos seguir…

Lionel dio un fuerte golpe en la mesa, y el hombre se sobresaltó por el fuerte ruido. Se debatió unos segundos sobre si darle el resto de la información o no, pero finalmente pensó que cualquier cosa que le contara sería mejor que la situación actual.

-Junto a la nave hemos encontrado fragmentos de meteorito.- Hizo una pausa, para asegurarse de que al señor Luthor le parecía bien que continuara hablando, dado que este no se quejó, decidió proseguir.- Parece contaminado por algún tipo de radiación, pero esta es inocua en los seres humanos. Quizás si lo investigamos a fondo podamos sacar algún provecho…

-Más le vale señor Parnell, más le vale…

Dicho esto, Lionel se limitó a darse la vuelta para volver a centrarse en su última adquisición, la nave extraterrestre, la cual era simplemente magnífica, la visión de esta casi le permitía olvidarse del gran error que había sido perder al tripulante.


Ahora…

Durban, Sudáfrica.

No sabía cuánto rato había pasado desde que Luthor lo había aprisionado, pues había perdido el conocimiento después de recibir varios golpes. Ahora lo llevaban en volandas, pero era incapaz de hacer o decir nada, solo notaba el gran peso que le ocasionaba la piedra de meteorito colgada a su cuello, tan nocivo era el efecto de dicha piedra en él, que apenas podía ni respirar, y mucho menos zafarse de sus captores.

Con un esfuerzo sobrehumano Clark consiguió abrir los ojos, dos hombres lo arrastraban, tirando cada uno de uno de sus brazos, por las voces que escuchaba a su espalda se imaginaba que lo seguían varios soldados armados. Y delante de ellos caminaba un hombre de piel negra y bata de científico.

Tras varios minutos intentando encontrar la fuerza para hablar, Clark consiguió vocalizar algo medianamente inteligible.

-… ¿A donde… me…. lleva…?

-Tranquilo, casi hemos llegado.- Respondió el hombre de la bata que iba en primer lugar con lo que a Clark le pareció un toque de culpa.

En apenas un minuto llegaron a su destino, una pequeña celda que el hombre afroamericano de la bata abrió poniendo su mano en un panel que le leyó las huellas dactilares.

Los soldados simplemente se limitaron a tirar a Clark dentro de la celda, la cual era tan pequeña que el joven extraterrestre de Smallville se golpeó con la pared de enfrente en la cabeza antes de derrumbarse en el suelo.

-¡Eso era del todo innecesario!- Protesto el afroamericano.

-Usted limítese a hacer su trabajo doctor, nosotros nos encargaremos de tratar con cariño al marciano.- Dijo con sorna uno de los soldados.

Los soldados se retiraron y el doctor entró en la celda para ayudar a Clark a sentarse en la celda lo más cómodo posible, aunque debido al dolor que le causaba el meteorito, la posición de su cuerpo era el menor de los problemas de Clark.

-El chico ya ha sufrido bastante…- Dijo con un toque de tristeza el doctor para si mismo antes de salir de la celda y cerrar.


Hace 9 años…

Granja de los Kent, Smallville.

Para Clark aquel día era con diferencia uno de los mejores días de su vida, no solo había empezado a salir con Lana Lang desde hacía algunas semanas. Encima le habían ofrecido un puesto en los Crows Smallville, el equipo de fútbol americano de su instituto. Su padre le había prohibido que se apuntara a las pruebas, pero esta vez él no tenía la culpa, eran ellos quienes habían venido a por Clark. Bueno, quizás el pase de unos 80 metros que hizo para devolverles el balón desde la grada tuvo algo que ver, pero no iba a estropearse el día pensando en ello.

Al terminar las clases Clark, Lana y Pete fueron a comer juntos, como habían convertido en tradición todos los Viernes.

Mientras Pete intentó celebrar por todo lo alto que uno de los dos fuera a entrar al equipo de fútbol, Lana se mantuvo bastante ausente. Sabía que el señor Kent no estaría contento por aquello, y a ella tampoco le hacía gracia. Pero ni si quiera eso fastidió el día a Clark, que se concentró en disfrutar el momento con su amigo, Lana no comprendía lo que había sido para Clark ser un friki toda su vida.

Fue al llegar a casa cuando el día se torció, cualquier día Clark habría sabido que su padre se tomaría a mal la noticia, pero aquel día estaba demasiado lleno de optimismo como para pensarlo, tan seguro estaba de que hacía bien que estaba convencido de que su padre se alegraría.

-¡¿Que has hecho que?!- Saltó Johathan del asiento sin entender la estupidez de su hijo.

-Tranquilizate Jonathan…- Intentó mediar Martha.

-El entrenador ha dicho que tengo mucho futuro, ¿no puedes alegrarte por mi?- Preguntó Clark enfadado.

-Claro, no quepo en mí de la alegría, pero mañana mismo rechazaras la oferta.- Dijo tajantemente Jonathan.

Jonathan Kent era un hombre bueno y comprensivo, pero cuando pensaba que estaba en lo correcto podía ser tremendamente cabezón.

-¿Y si no lo hago?- Preguntó Clark con aire bravucón.

Las miradas de padre e hijo se encontraron y empezaron a saltar chispas, Martha sabía que su hijo podía disparar por los ojos, pero en aquel momento habría jurado que su marido también.

-¿Queréis tranquilizaros?- Intentó mediar Martha una vez más.

-No Ma, siempre tiene que ser lo que él quiera.

-Clark cariño tienes que comprender…- Empezó a decir Martha hasta que fue interrumpida por su marido.

-Mientras vivas en nuestra casa tendrás que seguir nuestras normas.- Sentenció Jonathan.

A Martha se le cayó el alma a los pies, pues sabía lo que aquello causaría, pero no le dio tiempo a hacer nada para impedirlo.

-Muy bien…- Se limitó a decir Clark antes de desaparecer.


Ahora…
Durban, Sudáfrica.

Lionel Luthor se sentó en el sillón de su despacho con una gran sonrisa y la satisfacción de un trabajo bien hecho mientras se frotaba las manos, su sueño de un ejército privado de superhombres estaba cerca, podía sentirlo. El interfono se encendió para dar paso a la voz de su secretaría, algo que borró la sonrisa de Lionel.

-Señor Luthor…- Empezó a decir la joven.

-¿No te he dicho que no pases llamadas?- Preguntó de mala gana.

-Lo sé señor Luthor, pero se trata de su hijo.- Respondió atemorizada.

Lionel gruñó pero finalmente aceptó que le pasaran la llamada de mala gana.

-¿Que quieres hijo mío?- Preguntó Lionel socarronamente mientras se servía una copa de Paradis Horus, un cognac tan caro, que su propio tapón estaba realizado en oro de 10 kilates.

-¡¿Quiero que contestes mis llamadas para variar?! ¡¿Dónde demonios estás?!- Preguntó Lex claramente enfadado.

-Si quisiera que lo supieras Lex, ya lo sabrías. Respecto a lo de contestar tus llamadas, ya me tienes aquí, así que deja de hacerme perder el tiempo.- Respondió con una sonrisa, no podía ocultar el placer que le producía «jugar» con su hijo.

Lex resopló al otro lado de la linea, pero enseguida empezó a compartir sus problemas.

-¡¿Por dónde empiezo?! ¡Ese creído de Robert Queen nos acaba de robar un contrato multimillonario del gobierno en nuestras propias narices!, por no hablar de que en Gotham la vuelta de Bruce Wayne nos sigue haciendo perder dinero día tras dia, y por si fuera poco alguien nos ha robado el proyecto mercurio, y ahora ejerce de héroe por las calles de Central City…

-¿Y tengo que solucionarte todos los problemas?, si quieres llegar a dirigir esta empresa algún día más vale que espabiles hijo. Así que ya puedes solucionarlo tu solito…

Acto seguido Lionel cortó la llamada.

-Doris, esta vez no me pases de verdad ninguna llamada si quieres mantener tu puesto de trabajo.- Dijo Lionel muy seriamente por el interfono.

Cualquier otro día aquellas noticias habrían sacado de quicio a Lionel, pero aquel día no, pronto tendría su ejército, y entonces darían igual los Queen y los Wayne, el mundo estaría bajo el control único y exclusivo de los Luthor.


Hace 9 años…

Depósito de Agua, Smallville.

Tras pasarse un par de horas corriendo de acá para allá, Clark había acabado dirigiéndose a un viejo depósito de agua, a unos kilómetros de su casa. Había pensado en presentarse en casa de Lana, pero estaba seguro de que se pondría del lado de su padre, y es lo único que le faltaba.

Había intentado serenarse, tomárselo con clama para pensar, pero estaba muy enfadado con su padre, si tenía todas aquellas habilidades, ¿por qué no podía usarlas?

Lo peor de todo es que cada vez que intentaba pensar en todos los motivos por los que llevaba la razón, había una vocecita que le decía que se equivocaba, pero aquella noche no quería escucharla.

Entonces un coche aparcó junto al depósito del agua, y segundos después Jonathan Kent subió a este.

-¿Cómo sabías…?

-Te conozco hijo, siempre que algo te preocupa vienes aquí…

Se produjo un largo silencio entre ambos, que se limitaban a contemplar las estrellas.

-Escucha hijo, siento haberme puesto así, pero es que no ves lo que yo veo.- Dijo haciendo una pequeña pausa.- Jugar en el equipo de fútbol solo ten pondrá en peligro, la gente querrá estudiarte, capturarte… cazarte… Estás destinado a grandes cosas Clark, mucho más importantes que estar en el equipo de fútbol, el futuro de la tierra estará en tus manos, pero tienes que tener cuidado, porque serán muchos los que quieran hacerte daño.


Ahora…
Durban, Sudáfrica.

-¡¡¡AAAAARRGGGHHHHHHH!!!

Clark se retorció de dolor mientras gritaba a pleno pulmón. Se encontraba en una camilla de un quirófano, aunque un tanto especial, parecía de acero y era muy gruesa, además contaba con muñequeras y tobilleras que le impedían moverse. Por su parte el fragmento de meteorito se encontraba fijo en un hueco de la mesa tallado especialmente para él, justo donde se encontraba la espalda de Clark cuando esta no se arqueaba del dolor.

-¡¡¡AAAAARRGGGHHHHHHH!!!

Un láser cortó parte de la piel del joven en la parte del pecho.

-Te presento al doctor John Henry Irons, ha colaborado en casi toda la robótica del lugar, y se encargará de supervisarte, ya sabes, para que no huyas.- Dijo Luthor con una siniestra sonrisa.

-Vas… vas a pagar por todo esto…- Dijo Clark entre jadeos.

Luthor presionó un botón y una descarga atravesó el cuerpo de Clark haciéndolo chillar de dolor.

-Me temo que no estás en posición de amenazar a nadie jovencito.- Respondió Lionel.

-Creo que lo podríamos descansar por hoy señor.- Dijo el doctor Irons con la cabeza gacha.

-Tonterías, el sujeto aun puede aguantar mucho más. Limítese a enseñar al chico que escapar no es buena idea, lo quiero bien domesticado. A no ser que los de genética lo necesiten para realizarle más pruebas.

Dicho esto Lionel Luthor abandonó la sala, dejando en ella tan solo a Clark y el Doctor Irons.

-A…ayúdeme…- Dijo como podía Clark.

Pero el Dr. Irons hizo caso omiso del joven y siguió observando la computadora, pero esto no detuvo al chico, que repitió su plegaría una y otra vez.

-Usted… es… es un buen hombre… ayúdeme…

-Lo siento, ¡no puedo!

Dicho esto John salió rápidamente de la sala para intentar respirar con calma. Lo que hacía estaba mal, muy mal y lo sabía, pero necesitaba este trabajo, los recursos de Luthor no los tenía nadie más en todo el planeta, y la posibilidad de investigar una nave espacial…

Aun con todo esto sabía que lo que hacía estaba mal, y que si había un dios allí arriba no le perdonaría nunca.


Durban, Sudáfrica.

El doctor Irons se dirigió a su despacho tras dejar a alguno de sus ayudantes vigilando al chico. Había estado seguro de que el sueño de Luthor era el de llegar al espacio, y conseguir purgar todas las debilidades del cuerpo humano gracias al poder sobrehumano que parecía tener aquel extraterrestre, pero ahora no estaba seguro de nada. Si bien el departamento de genética se estaba encargando de estudiar el adn del chico, él se sentía como un mero torturador.

Había llegado allí con una oferta clara, estudiar una nave extraterrestre, pero apenas había pasado tiempo con la nave, había tenido que dedicar todo su esfuerzo a diseñar artefactos con los que detener al alienigena, y ahora que por fin lo tenían en su poder, ni siquiera le hacían ninguna pregunta, solo lo torturaban para acabar con su voluntad.

Era verdad que así seguro que sería más cooperativo, pero ni si quiera habían intentado que cooperara por las buenas.

El doctor Irons se sirvió un vaso de wishkey mientras observaba la única foto que guardaba en su habitación, en ella aparecía él junto a su hermano Clay, su cuñada Blondel y la pequeña Natasha.

Al ver esta foto empezó a pensar en Natasha siendo sometida a aquella tortura, y las lagrimas empezaron a recorrer su rostro, se había convertido en un monstruo.

De un trago el doctor Irons apuró el wishkey y arrojó el vaso contra la pared, que se hizo añicos por el golpe. Después se limitó a quedarse llorando de pura impotencia.


Hace 7 años…

Granja de los Kent, Smallville.

Aquella noche Lana se quedaría en la granja de los Kent, así que Clark aprovecho para llevarla a mirar las estrellas desde el granero.

-No me puedo creer que nunca te hubiera traído aquí.- Dijo Clark mientras preparaba el telescopio.

Lana rodeó a Clark con sus brazos mientras apoyaba la cabeza en la espalda de este. Clark iba a seguir hablando, estaba muy emocionado por enseñarle las estrellas, pero el abrazo enseguida hizo que se tranquilizase y se dedicara a disfrutar del momento.

-Me encanta mirar las estrellas e imaginar que allí ahí vida.- Dijo Clark cuando la chica lo soltó.

Lana le sonrió por toda respuesta. Se alegraba de ver a su chico de tan buen humor.

Clark se quedó anonadado mirando el cielo, se le veía feliz, pero Lana notaba un toque melancólico en él. Sabía perfectamente la respuesta, pero aun así pregunto.

-¿Qué te pasa?

-No, no es nada.- Dijo Clark intentando dejar pensar en ello.

-Vamos Clark, no soy tu chica para que me cuentes solo lo bueno.-Dijo con una sonrisa.

Clark meditó un momento sus palabras, pero finalmente se decidió a hablar.

-Verás, no me arrepiento de haber llegado aquí, si no lo hubiera hecho no hubiera conocido a Pete, o a mis padres, o lo que es peor aún, a ti. Me alegro mucho de vivir aquí…- Dijo Clark haciendo una pequeña pausa.- Pero a veces…

-A veces te gustaría estar allí.- Dijo Lana asomándose a la ventana y señalando las estrellas.

Clark se limitó a asentir con cara triste.

-No te tienes que sentir mal por eso Clark, es lo más normal del mundo.- Dijo Lana animándolo.- Yo también querría conocer a mi gente si fuera de otro planeta.

-Algún día lo descubriré Lana. Descubriré de que planeta vengo.- Sentenció Clark mirando a las estrellas.


Ahora…

Otra descarga recorrió el dolorido cuerpo de Clark, estaba seguro de que jamás en la vida había sentido tanto dolor. Y en ese momento recordaba su promesa sobre descubrir su origen, y las lágrimas se le saltaban de saber que no podría cumplirla, de saber que con total seguridad moriría en aquella camilla. No volvería a ver a Lana ni a Pete, no volvería a ver a sus padres que tanto le habían querido.

Lo que era aun peor, ellos ni si quiera sabrían que le había pasado a Clark. Las lagrimas no dejaban de emanar por su rostro por pura impotencia, era el hombre más fuerte del mundo y no podía hacer nada, iba a morir en aquel lugar…

CONTINUARÁ…

LA FORTALEZA DE LA SOLEDAD

Un capítulo cortito el de este mes, principalmente a causa de que quería acabar justo en ese punto. Además si lo hubiera unido a lo que me queda para el capítulo 3 se habría quedado demasiado largo.

En este capítulo empezamos a ver pequeñas introducciones a otros personajes, como son el Doctor John Henry Irons o el mismísimo Lex Luthor, a la vez que seguimos construyendo el pasado de Clark a base de flashbacks.

Una curiosidad, si queréis saber más sobre el robo a Lexcorp estar atentos a The Flash aquí en nuDCTopia.

Y nada más por este mes, espero que hayáis disfrutado del capítulo ^^

¡Un saludo!

Carlos Fortuny

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6 Responses to Superman #2

  1. Nahikari says:

    Lo que más me ha gustado ha sido la intervención de Lex (ha estado muy bien la conexión con otras series), y lo referido a Irons, el cual de momento creo que será mi personaje preferido, jeje.

    ¿Contará Super con la ayuda de Irons para escapar? A ver que nos depara el próximo capi ^^

    • Carlos Fortuny says:

      Como poco puedo asegurar que Irons aparecerá en el próximo cap, y tendrá bastante importancia.
      Además quiero que sea un pj secundario medianamente importante ^^

      Respecto a Lex, estará bien coordinado cuando salga en Flash, si es que sale :p

  2. MarvelTopia says:

    Tu Super es menos poderoso que el normal, o es imaginación mia?

    • Carlos Fortuny says:

      Estas en lo correcto, no he querido superpetarlo. Aunque mi idea está mas bien inspirada en el All-star Superman de Grant Morrison, por lo que cada día que pasa Superman sería algo más fuerte.

  3. Tomás Sendarrubias says:

    Bien, empiezan a aparecer viejos nuevos conocidos por aquí. Un poco histérico Lex Luthor, ¿no? 🙂 ¡Mola, Carlos!

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