Invasores #3

invasores03Fueron los primeros. Lucharon por la libertad cuando más necesario era. Hoy, décadas más tarde, han vuelto.

#3 – Juegos de Guerra III
Por Correia


Fecha de publicación: Mes 91 – 11/08


«Así que el Caballero Negro, ¿eh?», dijo un incrédulo Union Jack, que seguía apuntando con su arma a su interlocutor. «He oido hablar de ti. Oí que habías muerto.»

«Los rumores de mi muerte fueron algo exagerados, como de costumbre», respondió Dane Whitman, más conocido como el Caballero Negro. «He estado… desaparecido. La Antorcha me ha enviado a buscarte. Me dijo que Namor venía hacia aquí.»

Union Jack estaba vigilando al Hombre Maestro y a la Mujer Guerrera, los dos superhombres nazis que unas horas antes habían secuestrado a Nómada. el antiguo compañero del Capitán América, que permanecía congelado en un almacen de SHIELD, cuando se vió sorprendido por el Caballero Negro. Y las sorpresas no eran algo que le gustara a Joey Chapman1

«No te conozco. No sé si eres quien dices que eres. Así que al primer movimiento sospechoso, te meto una bala entre los ojos.»

«Tranquilo, chaval», le contestó Dane, haciendo desaparecer su armadura mística. «Llevo más años que tú en esto, y si hubiera querido estarías ahora desarmado y con un brazo roto… pero esa no es forma de tratar a un compañero de profesión, ¿no?»

«Oye, americano, eso no te lo crees ni tú.»

«Este no es el momento ni el lugar para probarlo, pero, cuando rescatemos a Nómada, te lo demostraré.»

Joey se estaba cabreando. No aguantaba que un fanfarrón yanqui le chuleara…

Pero antes de que pudiera hacer nada, una pareja aterrizó a su lado. Era Namor, que llevaba en sus brazos a la velocista inglesa.

«¡Namor!», exclamó Dane. «¡Por fin una cara conocida!»

«Whitman. No esperaba volver a verte.»

«Veo que sigues tan alegre como siempre. Pero, en fin, como le estaba diciendo al chico, ahora lo importante es rescatar a Nómada.»

«¿Quién ha pedido tu ayuda, Whitman?»

«Namor…», interrumpió Jackie. «Cuantos más seamos, mejor. No sabemos con qué nos podremos encontrar.»

«Bah, esos dos nazis no son una amenaza para el Hijo Vengador.»

«*Sigh* A ver. Jim es el que me dijo que estabais por aqui. Acabo de volver de… otro lugar2. Y necesitaba ayuda para volver a casa. Pero ya que estais por aqui, supongo que no te importará que os eche una mano, ¿no?»

«Esta bien, Whitman. Pero no estorbes.»

«Por supuesto, Subi.»

«Namor, ¿qué hacemos? ¿Entramos directamente?», preguntó Jackie.

«No ha salido nadie desde que entraron esos dos… pero llegaron en una limusina, y no ha entrado tampoco ningún camión ni furgoneta… es decir, que el carámbano no está aquí», dijo Union Jack.

«Quizás deberíamos registrar el avión en el que hayan llegado, por si acaso», sugirió el Caballero Negro.

«Sí… Jacqueline, revisalo, pero ten cuidado», ordenó Namor.

Saludando marcialmente, la velocista salió corriendo en dirección al aeropuerto.

«Bien… ¿y qué hacemos mientras? ¿Alguno tiene una baraja?», preguntó Dane.


El avión tomó tierra en Berlin, en un aeropuerto privado, y se dirigió hacia uno de los hangares. Nada más entrar en él, las puertas de la enorme nave se cerraron, y un equipo de operarios vestidos con monos grises comenzó a descargar el importante contenido del mismo: el superhéroe conocido como Nómada.

«¡Cuidado, malditos monos sin cerebro!», gritó una imponente figura de entre las sombras.

La figura avanzó, revelando a un hombre embutido en una enorme armadura azul, con una cruz en el pecho, que se quedó observando la operación.

«Cruz de Hierro, señor, el sujeto ha sido realojado en nuestras instalaciones», le comunicó uno de los operarios cuando el container se hubo reubicado en el interior.

«Excelente. Ahora dejadme. He de llamar al Nacht para informarle.»


Jacqueline volvió a los cinco minutos, encontrándose a sus tres aliados tal y como los había dejado, es decir, discutiendo.

«¿Qué pasa aquí?», preguntó.

«Nada, que esta gente está muy susceptible», respondió Dane.

«¡Y una mierda! Tú tienes un puto complejo, gilipo…», interrumpió Joey.

«¡YA BASTA!», gritó Jackie, colocándose entre los dos. «Dejadlo ya. Estamos aquí para otra cosa. Namor, el avión volvió a despegar rumbo a Berlin nada más soltar a Nacht y a Ratsel.»

«¿Entonces qué hacemos, vamos a por estos dos o nos vamos a Berlin?», preguntó Whitman.

Pero antes de que pudieran responder, el ruido de un automóvil decidió por ellos.

«Son ellos», dijo Namor. «Vamos a seguirlos.»

CONTINUARA


1.- Resumen de los dos primeros números.

2.- Como se ha visto recientemente en Excalibur.


¡OKEY, EJE, ALLA VAMOS!

Tercer número. Se ha hecho esperar, pero continúa con la saga… y sí, ya sé que pasan pocas cosas, pero…

Pasemos a los comentarios.

Kleinsberg comenta que la historia tiene cierto regusto a novela de espias… pues… no me había dado cuenta, me ha salido sin querer… y no solo estudio aleman, también inglés, portugués, francés y japonés… así que no me piqueis o comienzo a usar palabras de esos idiomas también, jejeje (en serio, si son alemanes, pues se da una nota de color usando expresiones teutonas… vamos, como ha hecho Claremont toda su vida)

Jose Gonzalez y Ben Reilly dicen que el número es lento. Bueno… es lo que está de moda. La descompresión, alargar las historias para que queden bonitas en el recopilatorio… estoooo… ¿se nota que es la única forma en que puedo mantener una medio periodicidad?

A Cantero, por su parte, le gusta el grupo, y pregunta si Nómada será bueno o malo… tendrás que verlo, claro, pero… no, no es lo mismo que Obsidian.

Y, por último, Rafael Heras pide nuevo traje para Spitfire… todo a su tiempo, tengo que pensar en uno…

Y eso es todo. Nos vemos en el próximo número…

¡MarvelTópicos saludos!

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