Marvel Premiere #23 presenta… Doce #13

marvelpremiere23En cada rincón de Marveltopia están pasando cosas, desde las profundidades de Atlantis a las ciudades volantes de la gente pájaro, desde el microverso dentro de una probeta hasta la lejana Nebulosa Oscura. Nada se pierde, todo está quedando registrado. Descúbrelo en…

Marvel Premiere

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#23 – Doce XIII
Vengadores

Por Tomás Sendarrubias


Fecha de publicación: Mes 179 – 3/13


Mes 12, Día 12

El Nido del Águila, Dallas.

-Oh oh…

Guido Carosella abre desmesuradamente los ojos bajo sus gafas de sol de Gucci, al ver los paneles holográficos del santuario de Forja. El Cheyenne se encuentra en el centro de la sala, ataviado con su uniforme de Factor-X y rodeado de enormes proyecciones holográficas que muestran en tiempo real evento que ocurren en todo el mundo, recibidos y filtrados vía satélite. En un rincón de la sala, el avatar holográfico de Douglock permanece cruzado de brazos, mirando a Forja.  De inmediato, los ojos de Guido se vuelven hacia una de las pantallas, una en la que acaba de aparecer una nave que le resulta familiar, y de la que están desembarcando personas que le resultan aún más familiares. No hay muchos martillos ni muchos escudos como los que está viendo…

-¿Esos son los…?-comienza a decir y Forja asiente. Y Guido siente una sensación extraña, porque por primera vez en más tiempo del que puede recordar, Forja está sonriendo-. Jefe, no sé si te has dado cuenta, pero igual es que te va a dar un ictus y tienes una parálisis facial… ¿eso es una sonrisa? Doug, viejo amigo, ¿el jefe está sonriendo?

Antes de que Douglock o Forja puedan responder a la chanza de Fortachón, hay un silbido y la supuesta sonrisa desaparece de inmediato en el rostro de Forja, que se gira hacia Douglock.

-¿Seguridad del edificio?-pregunta de inmediato.

-Tenemos visita-responde la entidad tecnorgánica-. Leo entrará en T-3…T-2… T-1…

Las puertas de la sala se abren, y varias pantallas desaparecen de inmediato, lo que hace que Guido frunza el ceño. ¿Está Douglock escondiendo algo a Kingpin? ¿Está Forja al corriente de que Douglock le está escondiendo cosas a Kingpin? Fortachón nota un escalofrío al ver a Leo entrar impunemente en el corazón del Nido del Águila. Enorme, vestido con un traje blanco hecho a medida, camisa blanca y una corbata de seda roja. Sujetaba un bastón de madera oscura, con un pomo dorado, que balanceaba al andar de una forma que resultaba extrañamente amenazante. Está flanqueado por dos hombres fuertemente armados, ataviados con el uniforme de Hydra, y tras ellos, flota en el aire una unidad MODAM, que lo observaba todo con ojos resplandecientes.  Tras ellos, está el transporte de Kingpin, Capa, convertido en un fiel seguidor de Hydra a causa de la tecnología modificadora de carácter de Forja.

-Hail, Hydra-dice la unidad MODAM a través de sus altavoces, y de inmediato, los dos hombres que flanquean a Kingpin se cuadran y alzan sus manos.

-Hail, Hydra-responde Forja, mientras Fortachón lanza un gruñido.

-Forja-dice Kingpin, posando sus ojos, opacos como monedas, en el Cheyenne, que mantiene la firmeza ante la atenta mirada del actual dirigente de Estados Unidos, y por lo tanto, probablemente el hombre más poderoso del mundo.

-Sí, señor Fisk-asiente Forja.

-Madame Hydra reclama nuestra ayuda-dice Leo, con los ojos clavados en Forja como si este fuera su presa-. Enviaremos un ejército, el ejército que has creado para nosotros. Necesito a los Condicionados.

-Aún no han sido sometidos a la tecnología Lycantroborg, señor Fisk-responde Forja-. Si Libra lo permite, podríamos realizar el trámite, y en pocas horas…

-No hay tiempo-responde Kingpin, interrumpiendo a Forja y frunciendo el ceño. No le gustaba que se le llevara la contraria-. Capa está preparado para transportar un primer cuerpo en los próximos diez minutos. Da la orden y reúne a tus hombres, Forja.

-Creo que eso no va a ser posible-dice Forja, suspirando, y Fortachón se da cuenta de que los ojos de Douglock centellean unos instantes. Allí estaba pasando algo, algo que él no terminaba de entender…

-He dicho…

-Sé lo que has dicho… Fisk, Leo, Kingpin o como quieras que te llames-responde el Cheyenne-. Pero he dicho que no va a ser posible.

-Ocurre algo-dice MODAM-. Hay lecturas electromagnéticas desconcertantes.

-Eso es porque Douglock está abriendo las celdas de seguridad-responde Forja, y Fortachón está a punto de lanzar un grito de júbilo-. Me parece que es el momento de revelar que este no es vuestro ejército, el ejército de Hydra…

-¡Alerta! ¡ALERTA! ¡NUMEROSAS BIOFIRMAS AMENAZANTES EN CERCANÍA!-aulla MODAM, mientras los hombres de Hydra preparan sus armas, y el propio Kingpin adquiere las características Lycantroborg de Leo. Los ojos brillantes, las manos cubiertas de nanocircuitos…

-Es mi ejército-replica Forja, y en ese momento, las pantallas desaparecen, siendo sustituidas por portales de transporte que había instalado en las celdas de redundancia en las que había encerrado a los que habían sido como poco amigos o aliados. Spiderman, Daredevil, Jessica Drew, Puñal, Darkhawk, Tigre Blanco, María Tifoidea, el Hermano Vudú, Topaz, Kyllian, Wong, el Mecamago, Elektra, Cable, Puck, Night Trasher, Justicia, Estrella de Fuego…

-¡Eyeyeyeyeyey gordinflas!-grita Spiderman, lanzando sus redes a los hombres de Hydra e impulsándose en ellos para pasar sobre Kingpin y golpear directamente con una patada a MODAM, lanzando su fluido arácnido contra los ojos de aquel producto de ingeniería genética y tecnología de IMA-. ¿Querías apartarnos de la diversión? ¡Chico malo!

-¡Forja, traidor!-aúlla Kingpin, mientras rayos de plasma brotan de sus manos, alcanzando a Darkhawk, que se interpone en el camino del ataque, que iba dirigido a Forja.

-De eso mejor hablamos luego-masculla Spiderman, utilizando a MODAM como plataforma para saltar sobre Kingpin y llenarle el rostro de fluido arácnido. Trata de saltar luego hacia el techo, pero Leo le agarra con gran rapidez, arrojándole al suelo y alzando una de sus inmensas piernas, dispuesto a hundirle el esternón en el pecho. Jessica Drew grita al recibir el impacto de uno de los rayos eléctricos de MODAM, mientras el Hermano Vudú, Kyllian, Topaz, el Mecamago y Wong tratan de atacar a Kingpin con magia, aunque la tecnología Lycantroborg absorbe dichos ataques, anulándolos. Los ojos de Fisk centellean mientras un rayo de calor brota de sus ojos, alcanzando al Mecamago para luego estrellarse en uno de los escudos mágicos de Wong. Su pie cae como una bola de demolición sobre Spiderman, pero Elektra aparta al héroe, al tiempo que hunde uno de sus sais en el otro pie de Kingpin, clavándolo hasta que la punta choca con el propio suelo y deslizándose fuera del alcance de Leo al tiempo que Fortachón le golpea con todas sus fuerzas, haciéndole tambalearse.

-No sabes el tiempo que llevaba queriendo hacer esto…-masculla Fortachón, mientras Leo recupera el equilibrio y le lanza un puñetazo que hace que Guido vuele varios metros hasta estrellarse contra uno de los ventanales, que estalla con un ensordecedor ruido de cristales rotos mientras Fortachón cae al vacío. Spiderman, aun recuperándose del ataque de Fisk, se lanza tras Guido,  que cae a plomo hacia las calles de Dallas. Spiderman lanza varias descargas de red, tratando de frenar a Fortachón mientras cae él mismo hacia el asfalto. Hay pocos puntos de apoyo cerca del Nido de Águilas, pero finalmente, Spiderman consigue crear una amplia telaraña que detiene la caída de Fortachón a escasos metros del suelo, dejándose caer él no muy lejos de Guido. Ambos suspiran, mirando hacia arriba.

-Por los pelos, Guidete. Por los pelos.

Arriba, mientras tanto, Wong, Topaz y el Tigre Blanco han conseguido dejar fuera de juego a los soldados de Hydra, mientras Puñal trata de detener a Capa. Cable y Estrella de Fuego se las ven con MODAM,  y el resto de los héroes intentan hacer frente a un furioso Kingpin, cuyos pasos hacen que todo el edificio tiemble.

-¡Cómo os atrevéis a tocarme! ¡Mi persona es sacrosanta!

Forja dispara un arma de aspecto futurista, y el propio espacio parece plegarse alrededor de Kingpin, que se ve obligado a retroceder, pero con un grito, continúa avanzando hacia el Cheyenne.

-¡Traidor! ¡Todo esto es culpa tuya!

-¡Forja!-grita Puñal, lanzando sus dagas de luz hacia Capa, sintiendo como la oscuridad se bebe la luz-. ¡Ty sigue con él! ¡Deshaz lo que le hayas hecho!

-Claro…-masculla Forja-. Capa. ¡Atreides!

Atreides. A Forja, devorador de literatura de Ciencia-Ficción, siempre le había fascinado la obra de Frank Herbert, y cuando decidió imponer un código que rompiera el condicionamiento que había impuesto a algunos héroes para que Hydra confiara en él, no había dudado en utilizar el nombre de la casa protagonista de la novela, de Paul Atreides, el lisan al-ghaib, el Mesías de Dune. Y en cuanto escucha esa palabra, el condicionamiento de obediencia de Capa se esfuma, como si nunca hubiera existido. Tyrone se detiene, y contempla a Puñal. Sus ojos se humedecen, y Tandy sonríe. Tendrán que esperar para reunirse, para hablar de lo que ambos han pasado… ahora tienen algo que hacer.

Las dagas de luz de Puñal vuelan hacia Kingpin, mientras el arma espacial de Forja parece desgarrarle en todas direcciones al mismo tiempo.

-¡FORJA!-grita Kingpin, y en ese momento, Capa cae sobre él, y Leo es arrastrado hacia la oscuridad.

-¡No sé cuánto tiempo podré contenerlo!-afirma Capa, y de inmediato, la luz comienza a brotar de las manos de Puñal, ayudando a Tyrone. Con un crujido, MODAM cae al suelo, partida en dos por las manos de Cable. Forja asiente y se acerca a los paneles de control. Jessica Drew, Darkhawk y Mecamago han caído, y Topaz parece encargarse de ellos, con su luz curativa envolviéndoles, cálida.

-Douglock, abre los canales de comunicación hacia la Torre-ordena Forja, y Doug le mira atónito-. Sí, lo sabía. Yo y alguien de ellos, el camino estaba abierto. Por lo que he visto, era la Visión quien nos ayudaba. No soy el traidor que parece que todo el mundo cree que soy.

-Has hecho muy poco por desmentir esa imagen, Forja-dice Daredevil, y lanza un derechazo a Forja, alcanzándole en plena mandíbula y haciéndole caer al suelo-. Esto es por lo que nos has hecho pasar estos meses.

-Supongo que me lo he ganado-responde el Hacedor, aferrando la mano que Daredevil le tiende para incorporarse-. Ahora, que alguien compruebe que Spiderman y Guido están bien… y vamos a empezar a poner soluciones a todo esto.


Mes 12, día 12.

Delegación del Proyecto: Iniciativa en Búfalo. Nueva York.

Los hombres de Hydra se mueven a toda velocidad por el recinto, y Patsy Walker suspira, escondida en un hueco entre dos de los inmensos generadores del edificio. Algo estaba pasando en algún lugar del mundo que había atraído toda la atención de la agencia terrorista, y Patsy no podía creerse que hubiera tenido tanta suerte. Como tampoco podía creerse que hubiera vuelto a  enfundarse en aquel traje amarillo y que llevara de nuevo puesta la máscara con orejas afiladas. Desde que había regresado de entre los muertos, se había jurado a sí misma que sólo sería Patsy Walker, periodista. Pero querer y poder pocas veces van de la mano… Y allí estaba, como Gata Infernal.

La posición de Leo al frente del gobierno y las instituciones de Estados Unidos no había facilitado precisamente la libertad de prensa en los últimos meses, pero aun así, ella y Neal Conan habían conseguido moverse con cierta independencia, junto a otros pocos que no aceptaban el tiránico dominio de Leo y el Zodíaco de Hydra. Pasaban muchas cosas en el mundo, pero Patsy y Neal se habían centrado en una: averiguar quién estaba realmente detrás de los atentados de la Plaza Roja y Times Square. Aquello había sido lo que había empujado al mundo a manos de Hydra. Si conseguían averiguar la verdad al respecto, quizá hubiera una vuelta atrás. Al principio se habían encontrado en una especie de callejón sin salida, pero luego, Neal había recibido un chivatazo, una filtración procedente del Proyecto: Iniciativa. Realmente, Neal debería haber continuado en el hospital, pero Industrias Worthington y WakandaTech movían aún suficiente dinero en Estados Unidos como para que Patsy hubiera podido sacarle del hospital y esconderle en una casa medicalizada cerca de Stanford, donde el periodista había tenido que trabajar en la distancia, con Patsy convertida en sus ojos y sus manos. Patsy no había conocido a Neal Conan hasta un par de meses atrás, pero el trabajo que habían desarrollado juntos era tan intenso que parecía que se conocían de toda la vida.

El chivatazo procedía de alguien del interior del Proyecto: Iniciativa, y para sorpresa de los dos, parecía implicar a la propia Iniciativa. Neal y Patsy habían seguido aquel hilo… y ahora se encontraba dentro de uno de los cuarteles que la Iniciativa había distribuido por Estados Unidos, y que ahora ocupaba Hydra. Y esperaba que todo aquello fuera un error o una broma, y que se estuviera jugando el tipo por chupatintas gracioso.

Su instinto le decía que no era así.

Y que estaban pasando cosas raras en el mundo, tenía una extraña sensación de nausea… sus sentidos sobrenaturales, herencia de su estancia entre los muertos, estaban alborotados. No sabía qué estaba pasando, pero desde luego no era bueno. Pero Patsy tenía que concentrarse en lo que estaba haciendo, así que trata de desechar aquella sensación de cierto mareo. Los hombres de Hydra pasan cerca de ella, de modo que trata de permanecer en el mayor silencio posible, sin hacer ruido alguno que pueda revelar su posición. Gata Infernal espera a que una de las parejas se aleje de ella, y entonces, salta, deslizándose por encima de los generadores. Aquellas cosas se le daban mejor cuando estaba con los Defensores, cuando podía contar con el apoyo de Valquiria o de Halcón Nocturno. Nunca había sido una jugadora solitaria, lo suyo era verse respaldada por un equipo, y aquello también la desconcertaba. Patsy saltó desde los generadores hasta una trampilla situada en el centro de la sala, y corta los cierres de seguridad con las garras de sus guantes. Golpea con las dos piernas, arrancando la rejilla y deslizándose en el interior, y luego superpone la trampilla en el hueco, ocultando que ha pasado por allí.

-Estoy dentro-sisea, gateando por el conducto, siguiendo los mapas que a través de Industrias Worthington ha descargado en las lentes de su máscara, ya que la empresa tuvo una gran participación en los primeros momentos de la Iniciativa, antes de revelarse que todo aquello era una plan de Hydra. Llega hasta un conducto ascendente, y las garras de uno de sus guantes vuela con un cable para clavarse varios metros por encima de ella. Gata Infernal trepa apoyándose en las paredes del conducto y remolcándose con los cables, hasta llegar a la segunda planta. Allí repite el proceso, saliendo en un pasillo estrecho. Un olor acre golpea sus sentidos, algo ácido… Patsy gira un recodo, y se detiene en seco.

Hay docenas de jaulas, llenas de mujeres. Sucias, abandonadas, probablemente hambrientas, algunas enfermas.

-Hijos de puta-sisea Patsy, sintiendo que se tensa ante aquella visión, y entonces, enciende la cámara que lleva escondida en el cinturón, que conecta directamente con un ordenador en el refugio de Neal Conan-. Malditos hijos de puta…

De ahí salían las mujeres. Las «terroristas». Aquello era lo que decía el chivatazo que habían recibido de alguien dentro de la Iniciativa.

-¡Eh!-grita una de las mujeres-. ¡Eh! ¡Ayuda! ¡Socorro, ayúdanos!

Patsy maldice su descuido. Por supuesto que iba a ayudarlas, pero si la descubren… Niega con la cabeza. Que la descubran. Tiene muchas ganas de reventar cabezas.

Gata Infernal sale de las sombras, ordenándole silencio a la mujer, y tratando de apagar el rumor sordo que se inicia en las jaulas cuando las mujeres se dan cuenta de que hay alguien allí que puede ayudarlas. Golpea con una de sus garras la cerradura de una de las jaulas, y abraza a la primera de las mujeres, que cae sobre ella llorando. Huele a heces, a sudor viejo… Pero Patsy la atrae contra ella.

-Tranquila…-todo va a salir bien-dice, y en ese momento, las mujeres de las otras jaulas comienzan a gritar. Gata Infernal suelta a la mujer, y salta por encima de las jaulas, cayendo como exhalación sobre los hombres de Hydra que estaban entrando en ese momento. Golpea con furia, apoyándose en las manos para dar varias patadas en círculo a los recién llegados, lanzándoles a unos contra otros. Necesita ganar tiempo y espacio para que las mujeres se ayuden unas a otras y puedan salir de allí. Se agazapa ante los hombres de Hydra, y lanza sus garras, enganchando a uno de ellos y hundiendo las cuchillas de sus guantes en sus hombros, desgarrando tendón y hueso, antes de lanzarse sobre los demás.

Zarpazos y patadas abren el espacio que necesita, mientras las alarmas suenan por todo el edificio. Todos los superhumanos de la Iniciativa están en teoría fuera de allí, en alguna misión lejana, así que en eso, les lleva ventaja. Lo malo, que los números juegan en su contra. Necesita un sitio en el que poder hacerles frente, su propio «paso de las Termópilas». Busca un rincón que sirva a su propósito, y en ese momento, se da cuenta de que estaba equivocada. No todos los metahumanos han dejado el lugar.

-Estate quieta-gruñe una criatura simiesca entrando en la sala-. Y vosotras también. Quietas todas.

Las mujeres se detienen en seco, y Patsy le mira fijamente. El Mandril. Un villano de tercera clase con el poder de emitir feromonas que controlaban a las mujeres. Y el hombre que había hecho que mujeres inocentes se atasen a bombas y estallaran, provocando masacres en Moscú y Nueva York.

-Hay que ser muy idiota para mandar a una mujer contra mí-ríe el Mandril, con una sonido chirriante que eriza la piel de Patsy, que permanece quieta como una estatua-. Pero estoy muy contento. Estaba ya cansado de todas estas, y ahora, me llega sangre nueva, toda spándex y curvas… Creo que lo primero va a ser que te desnudes, zorra, y luego, me vas a chupar la…

La patada de Gata Infernal alcanza al Mandril en pleno rostro, haciéndole callar con tal fuerza que los dientes le rechinan, saltando varios fragmentos al suelo por la fuerza del golpe. Se escucha un crujido que Patsy identifica enseguida. Mandíbula rota. El Mandril se balancea hacia atrás, y recupera el equilibrio, saltando sobre Patsy, incapaz de hablar, pero pensando en desmembrarla. Ella le esquiva, y cae sobre él, sobre su cuello, golpeándole con las rodillas y haciéndole caer al suelo con la cara. Sin dudarlo un instante, Patsy envuelve el cuello del Mandril con los cables de sus garras, y esquiva a los hombres de Hydra que corren en ayuda de aquel al que les han ordenado proteger. Patsy salta sobre las jaulas, gira sobre una viga, y levanta del suelo al Mandril, que queda en el aire, pataleando, prácticamente ahorcado.

Había pasado mucho tiempo entre los muertos, y Patsy Walker ya no era una mujer normal, una mujer que el Mandril pudiera controlar con sus poderes. Tenía que acabar con el grupo de Hydra y tenía que liberar a aquellas mujeres… pero ya había cumplido con su misión.

Ahora, Neal Conan podría contarle la verdad al mundo.


Mes 12, día 12.

Atlantis.

-¡VENGADORES, REUNÍOS!

El grito de batalla parece retumbar a los pies de Attilan, mientras el martillo, emergido de la grieta aparecida sobre el mar golpea de lleno a Tauro y a Escorpio, cayendo Martinete y Puño de Hierro a varios metros, enmarañados. Sat-Yr-9 mira atónita el Quinjet que ha aparecido de la grieta. Thor, resplandeciente, envuelto en rayos; y junto a él, el Hombre Maravilla, centelleando de energía iónica.

Para sorpresa de Madame Hydra, es Sagitario la primera en reaccionar, y una de las flechas psiónicas de Moonstar vuela hacia el Hombre Maravilla.

-¡Arriba!-grita Sagitario, y de inmediato, una sacudida de energía recorre a sus esclavos, a sus centauros, los chicos de Generación-X y de X-Force a los que había sometido, caídos por la voz de Rayo Negro, que se había desplomado al abrirse la grieta. Coloso y Lobezno se apresuran a alzarse, mientras el Quinjet toma tierra. Lobezno gruñe, y Coloso le arroja en una Bola Especial hacia el dios del Trueno, que no duda un segundo en golpear con Mjolnir, que acaba de regresar a su mano, a Logan, que se estrella en el suelo de la isla envuelto en polvo y agrietando el suelo.

-¿Qué está pasando aquí?-pregunta Thor, y su voz retumba en la isla, mientras las puertas del Quinjet se abren. El rayo psiónico de Cámara es detenido por el escudo estrellado del Capitán América, que baja de la nave de un salto, examinando de un vistazo el campo de batalla, y reconociendo de inmediato a su rival. Sat-Yr-9, erguida en el centro de su Zodíaco.

-¡Matadles!-grita Sat-Yr-9-. ¡Matadles a todos!

Thor golpea el suelo, y una ola de tierra y polvo golpea a Vaina, Sincro y M, que habían obedecido la orden de Sat-Yr-9 de inmediato.

-¡Thor, Hombre Maravilla, Capitana Marvel!-ordena el Capitán América-. ¡Dadnos cobertura!

Un rayo brota del Quinjet, y a la velocidad de la luz, Mónica Rambeau, la Capitana Marvel, crea una barrera electromagnética ante los recién llegados. Hércules, Ojo de Halcón, la Bestia, Hank Pym y la Bruja Escarlata…

Los Vengadores.

La isla entera parece atronar cuando Hércules choca con un recuperado Tauro. La energía mística de Acuario cae sobre Thor, que trata de detener los ataques con Mjolnir. Géminis dispara rayos de energía bioeléctrica contra la Bestia, y las sombras de Aries se liberan para tratar de atrapar a la Bruja Escarlata. Sincro, que ha copiado los poderes de Lobezno, ataca con sus garras al Capitán América, que detiene los ataques con el escudo, y finalmente deja fuera de combate al muchacho dándole un golpe con el canto de la mano en la clavícula. Los ojos de Steve Rogers recorren toda la zona, y se detienen en T´Challa, la Pantera Negra, desplomado en un rincón, no muy lejos de Natacha Romanoff. Intenta dirigirse hacia ellos, pero Emma Frost le ataca con una profunda sonda mental, que hace que el Capitán América se tambalee mientras la imagen de la muerte de Bucky vuelve una y otra vez a su cabeza. Una cuchilla en forma de luna vuela para clavarse en la espalda de Emma, mientras Marc Spector se arrodilla intentando levantarse. A pocos pasos de él, Alistaire Stuart se dirige hacia Collen Wing.

-¡Alzaos!-grita Sat-Yr-9, y la Gema del Poder arde en su garganta, mientras sus seguidores sufren una convulsión al ser arrancados tan repentinamente de su letargo. Los hombres y mujeres de la Iniciativa se incorporan aquí y allá-. ¡Matadlos! ¡Matadlos a todos!

-Oh, no, señorita-masculla la Bestia, que aparece de pronto delante de Sat-Yr-9, agarrándola con los dos brazos y dando un prodigioso salto-. Aquí hay algunos de mis mejores amigos, llevo semanas sin verles, y me deprimiría mucho perderles. Y cuando me deprimo, se me cae mi lustroso vello azul. ¡Hércules, moza va!

Desorientada, Sat-Yr-9 se da cuenta de pronto de que está en los brazos de Hércules, que la sujeta con fuerza. Rayos de energía brotan de los ojo de la mujer, haciendo que el Príncipe del Poder la suelta y retroceda.

-Mis compañeros a veces tienen prejuicios a la hora de enfrentarse con el bello sexo-dice Hércules, justo antes de golpear con los puños de forma simultánea a Sat-Yr-9-. Desde mi encuentro con la reina Hipólita, yo carezco de esos prejuicios.

-¡Bastado!-grita Sat-Yr-9 desde el suelo, y un rayo de la Gema del Poder abrasa a Hércules, haciéndole retroceder y caer, mientras ella se incorpora, para verse enfrentada a Thor.

-¡Cae!-grita el Dios del Trueno.

Mientras los Vengadores se enfrentan al Zodíaco, y los hombres de uno y otro grupo comienzan a recuperarse, el Capitán América consigue llegar junto a Pantera Negra y la Viuda Negra, a los que hace poco, Alistair Stuart ha despertado.

-Informe de situación-ordena el Capi, y Natacha y T´Challa se miran, un tanto desconcertados.

-¿Steve?-pregunta ella-. ¿Estás bien? ¿Estáis todos bien?

-Sí, pero, ¿qué está pasando aquí? ¿Cómo se ha podido organizar todo esto en unos días?

-Steve…-dice T´Challa-. Lleváis fuera más de un año.

Por primera vez desde que le conocía, Pantera Negra se da cuenta de que el Capitán América está desconcertado.


Mes 12, día 12.

Manhattan, Nueva York.

Cuando las imágenes aparecen en la televisión, Sybil Sharpe deja caer la taza de té que estaba tomando, que se rompe al chocar contra el parqué, dejando una mancha de humedad sobre el suelo. Sin hacer el menor caso de los fragmentos de cerámica, Sybil aparta del sillón un volumen en rústica de Cincuenta Sombras de Grey, al que aún estaba tratando de encontrar la gracia, y se deja caer sobre los cojines. NYRD había sido uno de los primeros medios de comunicación en «suspenderse» después de la llegada al poder de Hydra y de Wilson Fisk, que se hacía llamar simplemente Leo, y que había reducido la Presidencia de Estados Unidos a un mero formalismo. Desde entonces, Sybil prácticamente se había encerrado en su casa, y se había dedicado a leer y a escribir lo que pensaba que podría ser su primera (y única) novela, aunque no tenía más que un montón de archivos en el ordenador y una libreta al lado de la cama llena de apuntes desordenados.

Los atentados de Times Square la habían aterrorizado tanto como al resto de los neoyorquinos, pero Sybil sabía que Nueva York se había alzado de cosas peores. La Ley 7734, sin embargo, había puesto a todo el país de rodillas, y Sybil había sido una de las primeras perjudicadas, pues se había considerado que NYRD tenía un pensamiento corporativo poco acorde con la «línea editorial» de Hydra. Algo que Sybil había agradecido enormemente, estaba mejor viviendo de sus magros ahorros que trabajando para esa entidad fascista de dudosos rostros.

Y ahora, en televisión, podía ver imágenes de una criatura simiesca siendo apalizada por una mujer, y que al parecer era la responsable de todo aquello. La voz  que había tras las imágenes era la de Neal Conan, y Sybil sabía que Hydra debía estar tratando de cortar aquella retransmisión por todos los medios. Neal Conan lo estaba diciendo todo con una claridad meridiana. Hydra había provocado los atentados. Hydra estaba detrás de la guerra. Todos habían sido manipulados por Hydra para vivir con miedo, para temer a sus iguales y a sus diferentes. Las «terroristas suicidas» no habían sido más que unas pobres víctimas utilizadas para conducir a Estados Unidos, Rusia y Europa a una guerra de la que sólo se alzaría un vencedor: los muchos tentáculos de Hydra. La emisión era vírica, así que debía estar siendo vista en todas las televisiones de Estados Unidos, Sybil había comprobado que estaba en todas las cadenas, públicas o privadas. CBS, Fox, HBO, CW, Speed Channel, CNN… hasta el Canal de Cocina.

Sybil comienza a escuchar gritos que vienen de la calle. Los gritos se convierten en consignas, en un clamor en contra de Hydra. Sybil Sharpe se acerca a la ventana, y ve como la gente empieza a salir a la calle. Y sonríe.

Hydra tiene muchos tentáculos… pero no los suficientes.


Mes 12, día 12.

Cinturón orbital de Lagrange, la Torre.

-El vídeo de Gata Infernal está en todas las televisiones de Estados Unidos-informa John Jameson, con un suspiro-. En dos minutos tendremos también la red de Rusia, y en tres la del resto de Europa. En cinco minutos, lo tendremos en todo el puñetero planeta. Esa panda de hijos de puta, ahora son hijos de puta al descubierto.

-Bien-asiente Scott Lang-. ¿Estás satisfecha ahora, Carol? ¿Podemos actuar?

-Scott, tengo tantas ganas de ponerme en marcha como tú, si no más-afirma Carol Danvers, seria-. Nathaniel ha dicho varias veces que debíamos esperar el momento, él por sus motivos siniestros y que ni me atrevería a intentar entender… y yo estoy de acuerdo, porque necesitamos estar legitimados para actuar. Dos errores no hacen un acierto.

-Lo siento-gruñe Scott, y Carol le palmea la espalda.

-No importa. Todos estamos deseando entrar en acción. Pero lo vamos a hacer bien.

-Somos un escalpelo, no un hacha-afirma Siglo, y Carol asiente-. Douglock, ¿tenemos conexión con Dallas?

-A través de línea segura-responde el avatar holográfico de Douglock. Carol Danvers asiente, y una de las pantallas comienza a mostrar a Forja.

-Judas…-sisea Scott, y Forja niega con la cabeza.

-¿Qué esperabais que hiciera, Scott?

-Luchar, como hemos hecho muchos.

-Y vuestra lucha ha sido inútil. Leo ha sido derrotado y está prisionero en el Nido del Águila, y en Nueva York, la gente está saliendo a la calle para arrojar a Hydra del poder. Los héroes que Hydra capturó han estado bien cuidados, y ahora viajan en transportes de Factor-X, porque vamos a limpiar este país de todo resto de esa escoria terrorista. Cuando todo esto acabe, Hombre Hormiga, me plantearé la posibilidad de someterme a un juicio público, podrás ejercer de fiscal si es lo que quieres. Pero ahora mismo tenemos un mundo que reorganizar, un mundo que ya ha aguantado bastante. ¿Podemos hacerlo juntos, o preferís que trabajemos por separado?

-Scott tiene las mismas dudas que tenemos todos Forja-responde Carol, apoyándose en la consola de mandos-. Y tan razonables son sus dudas como tu defensa… y ahora mismo, todas son igual de inútiles. El gobierno de Estados Unidos es ilegítimo, el gobierno de Rusia es ilegítimo. La Torre puede actuar.

-Bien-afirma Johnny Storm, situado tras ellos-. ¡Es la hora de las tortas!


Mes 12, día 12.

Atlantis.

Traición.

La Visión siente que no hay nada más dulce en ese momento que esa palabra, aunque en su interior, la parte de él que es Libra, grita enloquecida, clamando por el caos y la aniquilación. Por suerte para el mundo, hacía mucho tiempo que la Visión había enloquecido por primera vez, no de una forma excéntrica o encantadora, sino ordenada y tiránica. Influenciado por ISAAC, la Inteligencia Artificial de los Eternos de Titán, la Visión había tratado de dominar la Tierra para establecer una utopía. Sus compañeros Vengadores lo habían detenido. Después habían pasado muchas cosas en su vida, pero Visión se había asegurado de que nunca más nadie pudiera influenciarle como lo había hecho ISAAC. Por eso había quedado algo de la Visión cuando durante las Guerras Infernales Jennifer Nyles le había contagiado con la tecnología Lycantroborg. Por eso desde que todo había comenzado, el pequeño resquicio que era la Visión había podido luchar contra los planes de Hydra, por eso había podido manipular la tecnología con la que se había contagiado a Alistair Stuart. Por eso había podido trazar su pequeño plan dentro de las manipulaciones que había diseñado para que Madame Hydra tomase el poder.

Y por eso, ahora observaba como los regresados Vengadores, junto a los héroes que había reunido Pantera Negra, con los restos de los ejércitos de atlantes e Inhumanos hacían frente al Zodíaco, los mutantes dominados y el ejército de Hydra. Al principio había temido que la grieta espaciotemporal que había provocado el grito de Rayo Negro les devorara a todos, pero ya se había cerrado, el mar ya no brillaba con aquella luz espectral. El sol comenzaba a ponerse, pronto sería de noche… y la batalla continuaba. Allí había pasado algo más, había habido una mano que escapaba incluso del control de la Visión, aunque la tecnología Lycantroborg a la que aún podía acceder, percibía un poder que le desconcertaba, la impronta energética de la Gema del Tiempo. Pero no era eso lo que más le preocupaba. Había algo que se estaba escondiendo a sí mismo, como si al igual que él le había escondido parte de sus planes a Libra, Libra estuviera escondiendo algo a la Visión.

Sat-Yr-9 no debería haber sido rival para Thor, pero tiene la Gema del Poder. Quizá Rayo Negro… pero permanecía caído, escudado de la batalla por Medusa y Gorgón, mientras Tritón, convertido en Piscis, trataba de alcanzar a la que era su familia. Namorita cae ante él, golpeó el suelo, y el Inhumano voló varios metros hacia atrás. Un rayo de energía pura brota de las manos de Piscis, y Namorita aúlla de dolor, notando que la piel le humea, como si fuera a arder. Una flecha explosiva de Ojo de Halcón se hunde en el arnés de Tritón y estalla, pero la tecnología Lycantroborg repara la herida al instante, y dos proyectiles de fotones brotan de los ojos opacos de Tritón. La Capitana Marvel se convierte de inmediato en fotones, y absorbe dentro de sí el ataque del Inhumano, evitando con habilidad a Ojo de Halcón, y estrellándose con toda su energía en Coloso, atrayendo la mirada de odio de Moonstar. Una flecha psiónica alcanza a Mónica, que cae al suelo, agitándose mientras recupera su forma humana y nota que el cerebro parece arderle, como sumergido en ácido.

Coloso alza un puño para rematar a Mónica, y de pronto, una especie de cáscara de óxido cubre su brazo, y se extiende como un virus por todo su cuerpo, a toda velocidad, deteniéndole y convirtiéndole en una estatua humana. Visión reconoce de inmediato la impronta de energía de ese ataque.

Wanda.

Una sonrisa se dibuja en sus labios de syntozoide, mientras ve como la Bruja Escarlata altera las probabilidades para que los poderes de Júbilo se desborden momentáneamente, y una explosión de fuegos artificiales de plasma haga mella en uno de los escuadrones de Hydra y tumbe a Mister Hyde.

Pero mientras la tecnología Lycantroborg siga funcionando… los Vengadores, los héroes caerán, mientras que el Zodíaco será cada vez más fuerte. Más tecnorgánico. Más poderosos. Alistair había hecho lo que había podido, había desarrollado un sistema para desconectar momentáneamente la tecnología Lycantroborg, pero no era definitivo. Sin embargo, allí estaba el hombre que podría hacerlo, la Visión lo sabe. Como un fantasma, altera su densidad, moviéndose hasta situarse junto al Doctor Henry Pym, que empuña un arma de peligroso aspecto, y que hasta ahora, parecía haber sido capaz de tumbar a Acorazado y a Vapor de los U-Foes.

-Hank-dice Visión, y Henry Pym se gira hacia él, sorprendido y a punto de disparar.

-¡Visión!-exclama Henry, bajando el arma… pero no del todo.

-¿Qué está pasando aquí, Visión?-pregunta Henry, sin apartar la mirada del syntozoide.

-Es una larga historia, Henry, que no tengo tiempo ahora de contarte. Te necesito. Necesito que encuentres la cura para el Virus Lycantroborg.

-¿El Virus Lycantroborg?-masculla Pym-. ¿Aquellos experimentos de la Doctora Nyles? Vale, eso explica por qué me ha parecido verla entre el Buitre y Mimí Gritona.

-Es la tecnología del Zodíaco-replica Visión.

-De la que tú estás contagiado-afirma Henry, y Visión asiente.

-De momento la controlo. Pero si no conseguimos anularla, nos derrotará a todos.

-Estupendo-masculla Pym, bajando definitivamente el arma-. ¿Y cómo se supone que vamos a hacerlo?

-Juntos-responde alguien detrás de él, y Pym se gira para encontrarse a Alistair Stuart, acompañado de Bob Diamond, Collen Wing y Kitty Pryde-. Y con ayuda de ahí arriba.

-¿Vamos a rezar juntos?-masculla atónito Pym, y Alistair Stuart sonríe, a pesar de que sus ojos opacos brillan como monedas.

-No exactamente Doctor Pym-responde Capricornio, pasándole a Henry un brazalete con un visor y un auricular inalámbrico-. No sé si conoce a la Doctora Rao, de la Torre.

-Kavita, hacía mucho tiempo… ¿desde Delhi?-saluda Henry al ponerse el auricular.

-Desde Delhi-responde la Doctora Rao, situada en el panel de control de la Torre-. Estoy vinculada a los ojos del Doctor Stuart, Henry, todo lo que veáis, lo veré yo también. ¿Estás preparado para el viaje alucinante?

-¿Cómo?

-¿No te lo han dicho todavía? Vamos a cancelar la tecnología Lycantroborg desde dentro. Vais a entrar al interior de la Visión.

-Y será mejor que lo hagáis rápido-replica la Visión-. Porque Sat-Yr-9 esconde algo… y no sé qué es.

-¡Escuadrón Super Empollón al rescate!-exclama Kitty Pryde, mientras el Doctor Pym se prepara a reducirles a todos mientras Collen y Bob vigilan el entorno. Alistaire y la Visión la miran con gesto serio, y Gatasombra se encoge de hombros-. ¡Lo siento, cuando me pongo nerviosa hago bromas absurdas! Vamos a entrar dentro del androide mientras el resto del mundo se va a la mierda, es una situación estupenda, ¿por qué iba a estar nerviosa?

-Syntozoide-responden al mismo tiempo la Visión y el Doctor Pym. Gatasombra enarca las cejas, mientras Kavita, en la Torre sonríe.

-Todo va a ir bien, niña-dice la doctora Rao-. Al final, los listos son los que salvan el mundo, y Reed Richards no parece estar a mano. Un segundo… tengo lecturas de algo que se acerca a la Torre…

-¿Dónde está la Coronel Danvers, Kavita?-pregunta Alistaire.

-Con el resto del personal de la Torre, doctor Stuart. Ahí abajo. Las lecturas indican que se trata de Ave de Fuego…


Mes 12, Día 12.

En otro lugar de Atlantis.

-¿Está segura de poder con todo eso?

-Sí-asiente Sue Richards, mientras su esposo, Randall Spector, Halcón Nocturno y Luke Cage miran asombrados como la Mujer Invisible mantiene en el aire buena parte de un Helitransporte, una extraña máquina esférica, a cuatro personas y a un Hulk. Poco a poco, Sue hace que vayan descendiendo, hasta que los deposita, enteros  y relativamente a salvo sobre la playa.

Cuando Sue extingue los campos de fuerza, ve que Hulk ha cogido en brazos a Ópalo Luna Saturnina, que yace sin sentido entre los fuertes brazos del Gigante Esmeralda. Karnak camina firme por la playa, seguido de Muerte y Margali Szardos. Muerte señala con una de sus manos a Karnak, pero este parece ignorar deliberadamente al dictador de Latveria.

-Víctor…-masculla Reed Richards-. ¿Qué está pasando?

-Que esta… criatura es una escoria traicionera que merece morir-gruñe el Doctor Muerte, y la energía crepita en su guante-. Acudió a nosotros, nos reunió para crear la Máquina Perfecta, para derrotar a Sat-Yr-9. Banner, Szardos y yo. Nos dijo que Saturnina debía ser la fuente de energía de esa máquina. El motor perfecto para la Esfera Mundial, la Unión Perfecta de la Magia y la Ciencia. Pero su poder es encontrar los puntos débiles de las cosas, las personas y los propios pensamientos, ¡y sabía que Saturnina se quebraría!

-Deja de apuntarle, Víctor-ordenó Susan-. Karnak, ¿es cierto lo que está diciendo?

-Sí y no.

-¡Bastardo!-grita Muerte, y un rayo brota de sus dedos en dirección a la cabeza de Karnak, pero el campo de fuerza en el que Sue le había envuelto, hace que este se disperse, mientras Reed se estira, envolviendo a Muerte para tratar de evitar un nuevo ataque.

-¡Víctor, detente!-exclama Mister Fantástico, pero el Doctor Muerte se limita a activar uno de los mecanismos de su armadura, y una descarga de energía hace que Richards tenga que apartarse, aunque el aislante de su uniforme le evita lo peor de la descarga. Y entonces, de pronto, Muerte se detiene, observando a Susan como si la viera por primera vez.

-En nombre de todo lo que es… Susan… ¿estás embarazada?

-Sí, Víctor-responde ella, llevándose las manos al abultado vientre.

-Un hijo del Infinito-interviene Karnak, mirando hacia Reed Richards, que se incorpora, acercándose a su mujer de forma protectora. Margali Szardos, tan enigmática como siempre, se mantiene al margen, mientras Hulk mira a su alrededor gruñendo, decidido ante todo a proteger a Saturnina.

-No sé si es el momento de todo esto-dice Randall Spector-. Pero si teníais algún plan para intervenir, ¿no podríamos revisarlo?

-Hombre, si el cabezón es un traidor…-masculla Halcón Nocturno, mirando con desconfianza hacia Karnak, que le ignora.

-Karnak, ¿qué ha ocurrido?-pregunta Reed, y el Inhumano le mira.

-He hecho lo que debía hacer, Reed Richards. Como siempre, lo mejor para los Inhumanos. Vi las debilidades del mundo, las grietas que se esparcían por el tiempo y el espacio, y vi la brecha en la sociedad, en la economía, el descontento que empujaba a cada vez más personas a la ira, la rabia y la oscuridad. Había una tormenta en el tiempo, una gran tormenta que amenazaba con devorar el ayer, el hoy y el mañana, y había que detenerla. En cuanto a la sociedad, Hydra era el elemento perfecto para cubrir esa grieta, para dirigir ese odio y ese miedo. Madame Hydra manejó bien los elementos, el alzamiento de Hydra en la Era de Acuario, y Attilan sería la llave. Lo vi todo, incluso la implicación de mi pueblo… Y vi la llave para liberarnos del yugo de los humanos. Del peso de Atlantis, de la tiranía de Namor y su pueblo sumergido, y de la maldición de Acuario, de la ambición de Sat-Yr-9 y de Hydra… Attilan debe ser separada de Atlantis, esta debe volver a estar en su lugar, bajo las aguas. Por eso reuní a Szardos, Banner y Muerte, y por eso creamos la Máquina Perfecta. Para devolver Atlantis al fondo del mar y buscar un nuevo lugar en el que ubicar Attilan, sin partir el mundo por la mitad en el proceso. Pero sabía que la máquina tendría pequeños fallos, y que Saturnina se quebraría. Lo sabía. Y todo esto tenía que ocurrir así porque sólo un Vengador puede hacer que la máquina funcione.

-¿Y por qué lo has hecho?

-Porque hasta que Hydra no hubiera mostrado todas sus cartas, no podríamos derrotarla. Porque Sat-Yr-9 es una corredora de fondo, y aún no está agotada. Y porque hay algo que Lord Rayo Negro siempre ha pensado sobre este mundo…

-¿Qué?-pregunta Susan.

-Que si alguien va a salvar este mundo, debería ser Reed Richards.


Mes 12, día 12.

Kells, Irlanda.

La magia del lugar crece, asciende, y Modred el Místico la siente en su interior. La Era de Acuario ha llegado, y aunque su señora, Madame Hydra, parece haber fracasado en su plan de contener y dominar toda la magia de la nueva era a través de Acuario, a sensación de la magia era extática, embriagadora. Se sentía poderoso, cercano a la omnipotencia, con todo aquel poder rebosando de aquel poderoso lugar de poder que era Kells.

Saber que aquella magia servía también para aplastar en las celdas del monasterio a Brian Braddock y a su esposa, hacía que Modred se sintiera aún mejor.

Y de pronto, aquella sensación de euforia desaparece. En la sala que Modred había convertido en su centro de dominio, medio centenar de velas se encienden simultáneamente, y el mago lanza un hechizo para detectar patrones hostiles. Había agentes de Hydra por doquier, nadie podría haberse infiltrado en Kells…

-¡Modred el Místico!-. La voz retumba en la sala, atronadora, golpeando a Modred con una fuerza casi física, mientras una figura se va formando en el centro de la sala.

-¡Extraño!-grita Modred, reconociendo la figura, con la Capa de Levitación ondeando a sus espaldas y el Ojo de Agamotto resplandeciendo en su pecho.

-¡Has abusado más que suficiente de la Nueva Era de la Magia! ¡Has conspirado con aquellos que pretenden esclavizar el mundo! ¡Y has hecho más que suficiente!

-¡No puedes derrotarme, Extraño! ¡No aquí!

-¿Y quién ha dicho que sea yo quien va a derrotarte?

Modred se da cuenta enseguida de que ha caído en una trampa.  La voz de Extraño, la verdadera voz de Extraño, no viene de la figura resplandeciente, es un simple señuelo, sino del acceso a los subterráneos. Se escucha algo parecido a un trueno, y Modred nota algo que le golpea como una bola de demolición, como si un camión de dieciséis ruedas le arrollara. Los puños del Capitán Britania caen una y otra vez sobre su carcelero y torturador, hasta que Modred se hunde en la oscuridad.

-Hijo de puta…-sisea Brian, mientras Meggan corre a sus brazos-. Extraño, gracias por liberarnos, lo que este hombre nos ha hecho…

-No es más que lo mismo que Hydra le está haciendo al resto del mundo-replica Extraño-. El poder de Acuario aún no fluye con normalidad, pero desde aquí, desde Kells, podré ayudar al mundo a dar a luz a una nueva era de la Magia. Pero ahora, tú, tienes algo que hacer, Brian.

-Sat-Yr-9-responde él-. Siempre es y siempre será asunto del Cuerpo de Capitanes Britania.

Y sin más, Brian vuela a toda velocidad.

Hacia el Oeste. Hacia la batalla.


Mes 12, día 12.

Attilan, Atlantis.

El mundo ruge alrededor de Sat-Yr-9 al caer Mjolnir sobre ella una y otra vez, aunque los escudos generados por la Gema del Poder la protegen de lo peor de esos ataques. Está encendida por la ira, y grita, alzando sus manos hacia Thor.

-¡Apártate de mí, saco de mierda!-grita Sat-Yr-9, y una explosión púrpura barre a Thor, apartándole de ella y arrojándole contra una de la torres de Attilan. Una de las agujas del edificio se quiebra y cae.

-¡Me habéis privado del poder de Acuario!-grita Sat-Yr-9, elevándose sobre la isla, envuelta en fuego púrpura, haciendo que su voz resuene en toda la isla, como un trueno bajo ella-. ¡Pero este mundo será mío! ¡O mío, o de nadie! Os arrodillaréis ante mí, ya creo que os arrodillaréis… aunque tenga que romperos todos los huesos para que caigáis.

-¡Entonces, caeremos luchando!-replica el Capitán América, el abanderado de los héroes. Sat-Yr-9 sonríe. Vengadores. No eran parte de su plan, no  contaba con ellos. Había estado preparada para casi todo… pero no para ellos. Aunque había aprendido algo en sus muchos años gobernando mundos, en sus muchos años como conquistadora del Multiverso.

A tener siempre un plan de contingencia.

-Pues entonces, Capitán… partiré vuestro mundo por la mitad, y haré que estalle en mis manos como un fruto podrido.

La tierra tiembla y el mar parece alzarse cuando una figura titánica se alza en las orillas de Atlantis. Namor, que en esos momentos se recuperaba de un ataque de Mediavida, tratando de llevar oxígeno a sus pulmones, alza la mirada, y es el primero en palidecer cuando Giganto se alza de entre las aguas, la inmensa ballena mutada procedente de las profundidades abisales que el propio Namor había utilizado alguna vez en sus intentos de doblegar a la superficie. Sus ojos, pequeños y hundidos en su gruesa piel en aquella inmensa cabeza de cetáceo, parecían grandes monedas y había señales de tecnología Lycantroborg en su cuerpo.

-¿Creíais que sólo habría infiltrado a mi Zodíaco entre los Inhumanos? ¿Creíais que me limitaría a un Zodíaco de Doce? ¡Cetus!

-¿Qué cojones es eso?-pregunta Ojo de Halcón a la Viuda Negra. Aliados y enemigos, todos miran atónitos la gigantesca silueta que les cubre. Espalda con espalda, Clint y Natacha giran, y los dardos de las muñequeras de la Viuda alcanzan en el cuello a Titania, que cae asfixiándose por la neurotoxina inyectada por la espía rusa, mientras una flecha de Ojo de Halcón hacía que el Hombre Absorbente se convirtiera de pronto en una goma gelatinosa-. Chúpate esa, Creel.

-Zorra traicionera, no ha dejado tranquilo ni al Zodíaco de siempre-masculla Natacha-. Algunos astrólogos new age dicen que hay catorce signos del Zodíaco, no doce. Estarían los de siempre, Cetus y Ofiuco. Y parece que Sat-Yr-9 es muy new age.

-¿Y tú por qué sabes esas cosas?

-Me gusta mantenerme informada. ¡Cuidado!

La Viuda Negra salta sobre Clint, a tiempo de evitar caer a una fosa abierta repentinamente en el suelo, de la que brota magma ardiente y gases venenosos. Hay alguien más allí, alguien que está haciendo temblar toda la isla… y quizá todo el mundo.

Ofiuco. El decimocuarto signo del Zodíaco.

Gravitón.

Sat-Yr-9 ríe, ríe casi enloquecida cuando ve a su Zodíaco completo, prácticamente triunfante. Gravitón, capaz de desgajar el planeta como si fuera una naranja, su bomba sucia, su jugada definitiva. Los héroes atrapados en un círculo sin salida, un signo Ouroboros trazado sobre el Atlántico con su Zodíaco. Gravitón alza sus manos, su Ofiuco, y la gravedad cae como un mazo sobre ellos, clavándoles al suelo mientras este cruje, tiembla, se mueve. Las torres de Attilan comienzan a fracturarse, a caer, igual que las viejas ruinas de Atlantis.

-¡Derribadle!-grita el Capitán América, pero pocos escuchan su grito, apagado por el bramido de Giganto, y con la mayoría de los héroes ya trabados en combate con la bestial criatura y el resto de los miembros del Zodíaco.

Los relámpagos de Tormenta y Thor caen sobre Gravitón, los rayos de Cíclope, la Capitana Marvel y Kaos tratan de derribarle, el Hombre Maravilla vuela directo hacia él…  pero Simon Williams cae como un ángel perdido, multiplicado su peso de forma exponencial, quebrando el propio lecho rocoso de la isla con su caída. La energía se dobla antes de tocarle, doblegadas por una de las fuerzas fundamentales del universo. Si no hubieran estado ocupados luchando, varios Hombres-X hubieran recordado ese movimiento del suelo. Hubieran recordado Krakoa.

Un rayo magnético brota del corazón de Atlantis, alcanzando a Gravitón, y haciéndole parpadear por primera vez desde que había aparecido. Grandes fragmentos de metal son arrancados del propio corazón de la isla, abriendo enormes socavones, y volando hacia el señor de la gravedad como misiles.

Y Magneto se alza para enfrentarse a Gravitón mientras a su alrededor, el planeta parece gritar.


Mes 12, día 12.

Cinturón Orbital de Lagrange, La Torre.

Con un silbido, los sistemas de presurización de la Torre se abren, y a través de un conducto de tres escotillas, Pájaro de Fuego puede acceder al interior de la Torre. Bonita tiene lágrimas en los ojos, varias heridas, y cuando entra en el interior de la Torre, cae de rodillas, con un gemido.

-¡Ayuda!-grita-. ¡Necesitamos ayuda! ¡Carol, Siglo, John! ¡Alguien! ¡Necesitamos ayuda!

No hay respuesta, como si la Torre estuviera vacía. Con un centelleo opaco en sus ojos, Pájaro de Fuego se incorpora, las mejillas secas y el gesto altivo. La tecnología Lycantroborg de Virgo intenta conectar con los centros informáticos de la estación espacial, tratando de conseguir su control, pero se encuentra con una barrera que parece infranqueable. Virgo gruñe cuando ve una y otra vez como el avatar de Douglock, ataviado como uno de los 300 espartanos de la película aparece formando una muralla de escudos y lanzas ante ella, impidiéndole acceder a las redes de la Torre. Una sonrisa cruel se pinta en su rostro. Tiene una misión clara: impedir que la Torre intervenga en lo que está ocurriendo en la Tierra. Y si tiene que destruirla para ello, está dispuesta a hacerlo. Convertida en información, Virgo se adentra en los sistemas técnicos de la Torre, mientras Douglock forma para impedírselo.

La Inteligencia Artificial levanta cortafuegos que encierran a Virgo, que se ve obligada a retroceder y volver a avanzar para buscar salidas que le den nuevos puntos de acceso a la información de la Torre. Escucha el sonido de los escudos al entrechocarse entre ellos, el grito de guerra de las unidades Douglock.

-¡Espartanos! ¡Cual es vuestro oficio! ¡Au!

Pájaro de Fuego sonríe, la actitud de la Inteligencia Artificial, a pesar de su base orgánica y su tecnología de la Tecnarquía, es tan predecible que cada movimiento de defensa parece estar predeterminado. El fuego informático de Virgo parece consumir aquellas defensas, consumiendo y encerrando a Douglock hasta que este deja una vía abierta, que de inmediato Virgo utiliza. No necesita acceder al control de la Torre, sólo necesita información, un mapa de esta, y lo obtiene. Riendo, Virgo se retira de aquella batalla virtual, dejando a Douglock aturdido, y preguntándose qué ha pasado, mientras ella, de nuevo en su cuerpo físico, se envuelve en llamas y echa a volar por los pasillos de la Torre, en dirección a los depósitos de combustible. Allí, liberará su fuego. Allí, hará que la Torre estalle en fragmentos, que caiga hacia la Tierra, ardiendo en la atmósfera hasta que de ella no queden ni las cenizas. A la Torre se le había ofrecido la alianza con el Zodíaco y la habían rechazado durante meses. Así que la Torre debía caer.

Virgo recorre a toda velocidad pasillos y niveles, en dirección a los depósitos, la imagen de la explosión en su mente la hace sonreír, casi estremece su cuerpo de placer, como un pirómano excitado ante la imagen de las llamas.

Llega a su objetivo y se detiene, sorprendida. Allí no hay tanques de combustible. Allí no hay nada. ¿Es posible que…?

Muros magnéticos golpean a Pájaro de Fuego con violencia, mientras rayos de hadrones perfilan una jaula a su alrededor. Trata de arder, pero el aire parece congelarse cuando los aspersores de la sala se enfocan en ella y comienzan a cubrirla de nitrógeno líquido. Virgo grita, y con ella lo hacen Pájaro de Fuego y Bonita Juárez, mientras el frío penetra en su cuerpo y en su alma. La tecnología Lycantroborg trata de acelerar su metabolismo para poder recurrir a sus poderes, pero el fuego no puede arder en aquella sala, de donde se ha extraído todo el oxígeno, sustituido por nitrógeno. Douglock activa los cierres de la trampa diseñada por Forja, una trampa de redundancia similar a la que el Cheyenne estaba reteniendo a Leo en el Nido de Águilas, diseñada por Douglock a toda prisa. El último pensamiento de Virgo antes de quedar atrapada en los sistemas de redundancia, es «una falsa grieta, una trampa. He caído en su trampa».

Con la celda de redundancia cerrada, el avatar de Douglock, esta vez sin traje de espartano, aparece en una habitación cercana, y mira a Bonita. Conecta con la sala de control, precintada y sellada.

-Doctora Rao, Virgo está controlada, al menos de momento. No sé cuánto tiempo resistirá la celda.

-Si esto sigue así, no importará mucho-responde Rao, desde la sala de control, mientras vuelve a conectarse a la Tierra-. Las lecturas se salen de nivel, hay una cascada gravitacional y magnética en el Atlántico que va a partir el planeta en dos en cuestión de minutos. Así que quizá cuando ella escape de la celda… en fin, ya no importe. Gracias por el aviso, Doctor Stuart. Ahora, continuemos…


Mes 12, día 12.

Interior de la Visión.

-¿Qué demonios está pasando ahí fuera?-pregunta Kitty Pryde, agarrándose a la pared plástica de uno de los sistemas  de refrigeración internos de la Visión para evitar verse arrojada contra sólo Dios sabía qué.

-Magneto y Gravitón-responde Alistaire-. Las lecturas de Kavita indican que tenemos minutos antes de que esos dos partan el planeta en cachitos.

-Estupendo, ahora me siento mucho más tranquila-responde Kitty.

-¿Podéis callaros?-ordena Hank Pym, mirando a su entorno-. Necesito…

-Una valeriana-masculla Kitty.

-Gatasombra, tú eres experta en sistemas informáticos-afirma Hank Pym, acoplando un aparato a un punto de unión de varios conductos en el interior de la Visión. Si todo es como recuerda de su anterior viaje al interior del syntozoide (1), están ante una sinapsis nerviosa, un punto de unión en el que puede tener acceso a todos los sistemas de la Visión de forma simultánea. El aparato que ha insertado se enciende, proyectando un holograma de sistemas, con la información que pasa a través de la Visión en tiempo real-. ¿Qué ves aquí?

-Vale-gruñe Kitty-. A ver. Rutina normal, rutina normal… subrutina… sistema de seguridad, sistema de seguridad redundante, cortafuegos… rutina de revisión, escáner interno… mirad este cortafuegos. Vaya, es alucinante. Es… una prisión completamente sellada. Separa estas líneas de programación de estas. Así que este es el código de Libra-. Kitty guara silencio unos segundos, revisando lo que puede ver, los datos que pasan por la pantalla del Doctor Pym-. Es un sistema viral, la programación nueva se superpone en fragmentos a la programación nativa, por así decirlo. Se injerta en los códigos básicos de… personalidad, de modo que los sistemas de proceso lo reconocen como propio. Sin ese cortafuegos, no habría habido manera de que el virus no se hubiera extendido al resto de la programación de la Visión. Supongo que habrá replicado ese sistema en ti, Alistaire.

-Sí, algo parecido hizo-dijo. Un nuevo temblor les sacudió, y Pym frunció el ceño.

-Eso no ha sido exterior.

-¿Qué?-pregunta Alistaire, y Hank Pym lanza un reniego, mientras desencoge dos armas que llevaba reducidas en su cinturón, dos pulsadores de bioelectricidad, similares a los rayos que lanzaba la Avispa.

-Anticuerpos-dice Pym-. El sistema defensivo de la Visión nos ha identificado.

-¿Puedes encogernos más?-pregunta Alistaire, mientras Kitty se apresura a volverse intangible. Pym niega con la cabeza.

-No sin consecuencias físicas duraderas. Una micra más, y perderíamos toda referencia ocular.

-¿Y qué hacemos?-pregunta Alistaire, mientras una docena de criaturas semejantes a pequeños insectos aparecen por el conducto de refrigeración. Pym dispara, alcanzando a uno con los rayos bioeléctricos, pero otro de los insectos libera una carga de una sustancia viscosa que alcanza de lleno a Alistaire Stuart. De inmediato, la sustancia comienza a solidificarse y calentarse, en un proceso de eliminación por pirosis. Gatasombra actúa rápidamente, se arroja sobre Alistaire, haciéndole entrar en fase y arrastrándole fuera de la estalagmita que había formado la sustancia, ya rígida y al rojo vivo. Alistaire grita, Kitty le ha evitado quemaduras serias, pero aun así nota una fuerte quemazón en las piernas, donde la sustancia ardió con mayor ferocidad.

-¡Yo me encargo!-dice Gatasombra, saltando ágilmente por el conducto, y atravesando a una de las criaturas, que al instante se cortocircuita, cayendo como un insecto muerto.

-Vale, a la chica se le da bien esto-dice Pym, volviéndose hacia el panel.

-Los Pulsos Electromagnéticos Controlados han servido para interrumpir las conexiones neuronales de la tecnología Lycantroborg durante breves periodos de tiempo-responde Alistaire, mordiéndose los labios para aguantar el dolor, y lanzando una mirada de reojo a Gatasombra, que parece danzar entre los sistemas de defensa de la Visión-. Sigue siendo preciosa.

-Alistaire…

-El especialista en biorrobótica es usted, Doctor Pym. ¿Qué diría Ultrón de todo esto?

-¿Eso es una especie de ataque?

-No, eso es el reconocimiento explícito de que usted es un genio. La chica lo ha explicado perfectamente, la tecnología lycantroborg produce impulsos nerviosos subliminales que se mezclan con los conductuales de la víctima, de modo que pasan desapercibidos por cualquier sistema de defensa interior. Y eso es válido para la Visión y para nosotros, los simples orgánicos. La tecnología modifica los pulsos magnéticos de nuestros pensamientos, nos cambia. Dejamos de ser la encantadora Jennifer Kale y nos convertimos en la malvada Acuario, y no nos damos ni cuenta de que no siempre ha sido así. Los pulsos magnéticos de baja frecuencia impiden esta conexión, por eso la tecnología Lycantroborg deja de funcionar unos segundos, hasta que se restablece la conexión habitual. La cuestión es, doctor Pym, ¿cómo hacemos definitiva esa desconexión?

-¿Doctora Rao?-pregunta Pym.

-¿Podríais daros prisa?-dice Gatasombra-. ¡Vienen más!

-La tecnología es vírica a varios niveles. Las radiografías y escáneres que he hecho sobre la isla y a mi invitada no esperada señalan que la tecnología Lycantroborg está tan implantada en sus huéspedes que no podrían separarse sin crear un fuerte trauma a este. Los sistemas nerviosos de los portadores están prácticamente asumidos por los nanobots.

-Y se alimentan de la propia electricidad del huésped-continúa el Doctor Pym-. Parece que todo está ahí, en la electricidad.

-¡Doctor Pym!-grita Gatasombra, que comienza a verse superada por los anticuerpos.

-Se apoderan de todo pensamiento, se alimentan de la energía corporal… ¡Lo tengo!-exclama el Doctor Pym-. ¡Kavita, necesito acceso a los sistemas de control de la Torre! ¡Necesito a Douglock! ¡Y lo necesito ya!


Mes 12, día 13.

Moscú, Rusia.

-¡Destruidlos! ¡Destruidlo!

La Presencia grita furioso, pero a su alrededor no queda mucha gente que le escuche. Los agentes de Hydra a su cargo han caído ante el ataque de un equipo que había aparecido como caído desde el cielo. Binaria, Siglo, la Antorcha Humana, el Hombre Hormiga y un grupo de agentes de SHIELD. Todos ellos preparados para resistir la radiación, el poder de la Presencia.

-¡La Unión Soviética es grande! ¡La Unión Soviética no caerá!

-Krylov…

La Presencia se gira en su silla flotante para encontrarse con Carol Danvers, ardiendo en energía cósmica, absorbiendo todo el poder nuclear que emanaba de Sergei Krylov.

-La Unión Soviética ya cayó-continúa diciendo Binaria, golpeando con todas sus fuerzas a la Presencia, que cae derrotado. Carol suspira, y mira a Siglo, que se acerca a ella.

-Que aseguren esta zona-ordena Carol-. Andar con la Presencia es como tener un Chernobyl en potencia.

-¿Estás bien, Carol?-pregunta John, y ella niega con la cabeza.

-Sigo desviando radiación-responde ella, apoyándose en una pila de ladrillos que antes había sido una pared-. Necesitamos una celda de contención para este tío… y a un telépata que se asegure de que el Desollador de Almas no anda por aquí cerca.

Los hombres de SHIELD se aseguran a cumplir las órdenes de Carol, y de pronto, el suelo tiembla alrededor de ellos. Varios edificios, ya dañados por su enfrentamiento con Hydra y la Presencia, se desploman. Binaria lanza un rayo sobre un montón de escombros que caía sobre Michael Craig, convirtiéndolos en polvo, mientras Siglo hunde su vara Paralaje en el suelo, asegurando el entorno alrededor de la Presencia, y desviando una grieta que amenazaba con tragarse al científico ruso. Sobre ellos, extrañas nubes se mueven en el cielo, y una poderosa actividad eléctrica ilumina el firmamento.

-¿Qué está pasando?-pregunta Carol-. ¡Kavita! ¿Qué está pasando?

Pero no obtiene respuesta. En el cielo, la Torre guarda silencio.


Mes 12, día 12.

Attilan, Atlantis.

-¡Sat-Yr-9!-grita Pantera Negra, aferrándose al suelo y sosteniendo junto a él a Tigra, que había caído casi aplastada por los restos de una formación rocosa-. ¡Detén esto!

Pero Madame Hydra, envuelta en luz púrpura, se limita a contemplar como la lucha entre Magneto y Gravitón desgaja el mundo. Una inmensa fosa se abre alrededor de la isla, y el agua comienza a burbujear debido a los gases magmáticos que emanan del fondo del mar herido.

Lobezno salta sobre Polaris pero el escudo del Capitán América choca contra él, apartándole. Logan gruñe, pero lo siguiente que recibe es un impacto del martillo de Thor en pleno pecho, arrojándole a medio kilómetro de distancia.

-¡Polaris!-grita el Capi, arrodillándose a su lado-. ¿Qué está pasando? ¿Puedes hacer algo?

-¡Lo intento, Capitán!-exclama ella, con gesto de esfuerzo y los labios sangrando debido a que en algún momento ha debido morderse-. Intento rehacer lo que esos dos están deshaciendo, pero no voy demasiado bien.

-Quizá Wanda pudiera ayudarte…-masculla el Capitán América, pensando en los poderes alteradores de la probabilidad de la Bruja Escarlata, pero no la ve por ningún sitio. Escucha un rugido, y ve que una de las patas de Giganto cae sobre él, amenazando con aplastarle. De inmediato, el Capi se arrodilla y alza el escudo… pero el golpe nunca llega. Y cuando abre los ojos, se encuentra frente a frente con Hulk, con los músculos en tensión y los dientes apretados. Con un rugido, Hulk empuja hacia arriba, y Cestus se tambalea, cayendo hacia la playa y el mar. Namor se lanza a toda velocidad, como un misil, hacia él, estrellándose contra Giganto, al grito de «Imperius Rex», haciéndole retroceder aún más-. ¿Hulk?

-¡Estirado decir que aguantar!-dice Hulk-. ¡Estirado decir que tiene solución!

-Ojalá fuera tan fácil-masculla el Capi…


Y en ese momento, el cielo se vuelve blanco, y todos en la isla, repentinamente, caen muertos. Los que volaban, caen desde el cielo, incluso Gravitón y Magneto.

-¡Ahora!-grita el Doctor Pym desde el interior de la Visión, y de inmediato, en la Torre, la Doctora Rao pulsa de nuevo el botón, lanzando un nuevo pulso electromagnético sobre la isla. Había necesitado la ayuda desde la Tierra de Douglock y Forja para crear el aparato que el Doctor Pym le había pedido, pero finalmente, lo había conseguido, y al parecer, había funcionado: un proyector de pulso electromagnético programado en la horquilla de banda de los impulsos eléctricos del cerebro humano. Todas y cada una de las personas de la isla habían visto su cerebro cortocircuitado, salvo el propio Doctor Pym y Kitty Pryde, situados en el interior de la Visión.

Alistaire Stuart grita cuando el segundo pulso electromagnético de la Torre le devuelve a la vida, notando como el dolor se extiende por todo su sistema nervioso. Hay un polvillo cobrizo sobre él, los ojos le pican y se los restriega con el dorso de la mano. Entonces, se gira y ve que Colleen y Bob también se están incorporando, como el resto de los presentes. Alistaire salta, situándose junto a la Visión, y ve que el mismo polvo cobrizo le rodea. Intenta acceder a las habilidades de la tecnología Lycantroborg, a su lado Capricornio, pero no obtiene respuesta. Toma el comunicador que ha dejado caer al suelo y se conecta con el interior de la Visión.

-¡Kitty! ¡Kitty! ¿Estás bien? ¿Va todo bien ahí dentro?

-Sí-responde Gatasombra, con un suspiro, desde el interior de la Visión-. No hay rastro de infección Lycantroborg. Los hemos salvado, y para eso, sólo hemos tenido que matarlos a todos. Necesito una ducha caliente.

-¡No!-grita Sat-Yr-9, recuperando el sentido y viendo como la tecnología Lycantroborg se desprende de todo su Zodíaco. Moonstar, Martinete, Puño de Hierro, Andreas von Strucker… el propio Gravitón, todos ellos se van alzando, libres de la tiranía de la tecnología Lycantroborg, al igual que los Hombres-X y los chicos de Generación-X. Emma Frost se apresura a correr para comprobar el estado de sus estudiantes. Giganto grita, furioso, y vuelve al mar-. ¡No!

La energía púrpura de Sat-Yr-9 comienza a desbordarse, amenazando con destruirles a todos, y en ese momento, con un trueno, un rayo rojo, blanco y azul cae desde el cielo, golpeando a Sat-Yr-9.

-¡Esto se acaba para ti! ¡Ahora!-grita el Capitán Britania, golpeando a Sat-Yr-9 con todas sus fuerzas. Y hermosa como un ángel caído, Sat-Yr-9 se precipita hacia el suelo, mientras Brian Braddock la golpea con todas sus fuerzas, con toda su ira y todo su poder. Y sin dudarlo un momento, arranca la Gema del Poder de su cuello. Nota como la gema arde en su mano, como el Poder le recorre, y en ese momento, unas manos se cierran sobre su puño.

Brian se gira para encontrarse con Linda McQuillan, Capitana UK, rodeada de un halo dorado. Tras ella hay algo que marea a Brian, como una perspectiva extraña, como… como si viera el Universo.

-La Gema no es para ti, Brian-dice Linda-. Suéltala. El Universo la necesita.

-¡Es mía!-grita Sat-Yr-9, pero no puede volver a decir nada más, porque un rayo de éxtasis cae sobre ella.

-Opal-Lun-Sat-Yr-9.

La voz resuena en toda la isla, y cuando alzan los ojos, pueden ver a varios miembros del Cuerpo Nova volando sobre ellos, dirigidos por Adam-X, acompañado de Quasar.

-Se te acusa de crímenes contra el Universo…

Linda sonríe a Brian, y éste suelta la Gema en manos de Capitana UK, que desaparece al instante, viajando hacia el pasado, hacia el momento en el que Sue Richards iba a utilizar el Guantelete del Infinito…

Sat-Yr-9 trata de liberarse de la prisión de los Nova, pero es inútil. Ha perdido la Gema del Poder, no es rival físico para los Nova, y no podía escapar de su encierro.

-¿Se la llevan y ya está?-masculla la Cosa, viendo como comienzan a desaparecer en el cielo, y el Capitán Britania se encoge de hombros, mirando a su alrededor. Hay docenas de villanos allí, aunque los héroes ya se están reorganizando para atraparlos y devolverlos a la prisión. Aún tienen mucho que hacer, su trabajo no ha terminado, ni mucho menos.

-Nosotros tenemos aún que…-comienza a decir Brian, y en ese momento, el suelo tiembla.

-¿Qué?-dice Ben Grimm, y en ese momento, Hulk sonríe.

-¡La Máquina Funciona! ¡Vamos a hundir Atlantis!

Y un enorme disco teleportador se lleva a los héroes y villanos de allí… mientras la faz del mundo cambia.


El Limbo.

Ángela Comaneci espera, sosteniendo la Espada Alma entre sus manos. Ante ella, una inmensa explanada, rodeada de los demonios que la sirven… y el disco teleportador aparece en ella, dejando a héroes y villanos exactamente en las mismas posiciones en que estaban.

-¿Dónde estamos?-preguntan muchos, entre ellos T´Challa, y la voz de Ángela resuena en toda la explanada.

-A salvo en mis dominios-responde-. En el Limbo. Me temo que, según mi maestra, el lugar en el que estabais ya no es habitable.

Ángela hace un gesto y conjura una imagen en la que todos los presentes pueden ver como Attilan desaparece de la superficie de Atlantis, y esta, se hunde de nuevo bajo las aguas… pero sin levantar apenas una gota de agua. Un hundimiento así debería provocar gigantescas olas, tsunamis que arrasasen el Caribe y la Costa Este de Estados Unidos y Centroamérica… incluso Europa Occidental, lo que habían tratado de evitar con la guerra entre Atlantes e Inhumanos. Y lo hace sin un solo movimiento en el Atlántico, como si nunca hubiera estado allí, sobre las aguas.

-¡Exijo una explicación!-grita Namor, y en ese momento, otro círculo teleportador aparece junto Ángela, y de él, salen Mister Fantástico y la Mujer Invisible, seguidos del Doctor Muerte, Margali Szardos, la Bruja Escarlata, Karnak, Ópalo Luna Saturnina, Randall Spector, Halcón Nocturno y Luke Cage.

-Atlantis y Attilan están separadas, como siempre debieron estar-afirma Karnak, mirando hacia Medusa, Rayo Negro y Gorgón, que rodean a Tritón y a Crystal-. He hecho lo que debía hacer.

-Con la ayuda de Wanda, hemos podido hacerlo-explica Reed Richards-. Su poder de modificar la realidad era el motor que necesitaba la Máquina Perfecta. Ahora, Atlantis ha vuelto al fondo del mar, y Attilan a la Zona Azul de la Luna. El poder de Acuario se ha dispersado. Sat-Yr-9 ha sido capturada… Y creo que todo vuelve a la normalidad.

-Sigo necesitando una ducha-masculla Kitty, abrazando a Alistaire.

-¡Hydra se alzará de nuevo!-grita Andreas von Strucker-. ¡Cortad una cabeza y dos más la sustituirán!

-Esta gente ya me da dolor de cabeza-dice Cage, pero nadie puede reaccionar antes de que Andreas deje de hablar y una arcada de sangre y saliva se derrame por su barbilla. Sus ojos se tornan blancos, mientras las rodillas le fallan y cae al suelo. Tras él, los látigos de Constrictor oscilan, empapados de sangre y tejido. El latigazo de Constrictor ha reventado los pulmones de Andreas von Strucker, que cae al suelo muerto.

De inmediato, USAgente detiene a Constrictor, que no opone resistencia.

-¡Frank! ¿Por qué?-pregunta el USagente, y Constrictor niega con la cabeza.

-Porque estoy cansado de esta gente, Jack-suspira Constrictor-. Esta cabeza de Hydra ya no se levantará más.

-No se derramará más sangre en el Limbo-ordena Margali Szardos, y a su lado, Ángela Comaneci asiente-. Se os devolverá a la Tierra, donde podréis actuar como consideréis adecuado. La amenaza de Madame Hydra se ha conjurado, han nacido extrañas alianzas, que podrán vivir o morir… muchos tendréis que cargar con el peso de actos que no consideráis vuestros pero que manchan vuestras manos de sangre.

Margali alza las manos, y todos desaparecen, dejando de nuevo la explanada vacía.

-¿Ha sido satisfactorio, maestra?-pregunta Ángela, y Margali, asiente, sonriendo bajo la máscara dorada, mientras abre las mano y muestra una pequeña figura de oro, un hombre sosteniendo un cántaro. La pieza late en sus manos, conteniendo gran parte del  poder de la Era de Acuario.

-Muy satisfactorio, niña. Muy satisfactorio.


1.- Al principio de la Guerra Kree-Skrull… ¿hace falta hablar de años? No, ¿no?

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5 Responses to Marvel Premiere #23 presenta… Doce #13

  1. Pingback: ACTUALIZACION DE MARZO – MES 179 - MarvelTopia

  2. MarvelTopia says:

    ¡¡Felicidades, Tomás!!
    Has acabado la historia, eres un crack. Cano y tu merecéis un monumento…

  3. Tomás Sendarrubias says:

    El mío en mármol blanco, me favorece.

  4. Carlos Fortuny says:

    Lo primero felicidades por acabar esta gran saga, me parece un currazo importante haber coordinado todo tan bien para que acabara encajando perfectamente.
    Lo único que echaría en falta es un poco más de «consecuencias»
    ¿Para cuando DOCE Consecuencias? XDDDD

  5. Tomás Sendarrubias says:

    ¡¡¡Para cuando se vayan viendo en el relanzamiento de Marveltopia!!! ¡en vuetras manos está!

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