Superhumanos #41

superhumanos41

Por Ibaita


Fecha de publicación: Mes 217 – 5/16


VOLUMEN IV: LA GUERRA KREE-SKRULL

Número 73: La cualidad del odiado III de IV

Capucha Carmesí recuperó lentamente la consciencia, entre los restos del avión. Intentó examinar la situación.

Lo último que recordaba era que Pájaro Cantor y Mach-1 habían intentado disminuir la velocidad de caída del avión después de que Proteus les derribara. Gracias a eso, seguía vivo.

En el avión, Bullseye y Ojo de Halcón permanecían inconscientes. La Asesina de Hombres también estaba allí. Había tenido la mala suerte de caer sobre un tubo de metal que se había metido por su ojo hasta llegar al cerebro. Estaba evidentemente muerta.

Faltaban Pájaro Cantor, Mach-1, el Hombre Radioactivo y Atlas. Por los ruidos, debían de estar combatiendo fuera. El líder desenfundó su pistola, inspiró hondo y salió del avión, temiéndose lo peor.

Su sorpresa fue mayúscula. El resto de los Thunderbolts estaba combatiendo contra… ¿elefantes rosas? Proteus ni siquiera se había molestado en enfrentarse a ellos directamente. Atlas medía sus fuerzas contra un elefante más o menos igual de grande que él, mientras el Hombre Radioactivo, Pájaro Cantor y Mach-1 bombardeaban con disparos a otro. Un tercer elefante, al no encontrar rival, se dedicaba a aplastar a una multitud que huía despavorida.

-A la mierda-murmuró Zemo, volviendo al interior del avión.

Echó un vistazo a Bullseye y a Ojo de Halcón. El primero parecía a punto de recobrar la consciencia: tenía un aspecto saludable, sin contar un fino hilo de sangre seca que resbalaba de su sien. Capucha Carmesí le sacudió.

-Despierta.

Al cabo de un minuto de esfuerzos, Bullseye fue recuperándose, y miró a su alrededor, aturdido.

-¿Qué coño…?

-Vamos. Tenemos que localizar a Proteus. ¿Tienes algún arma de metal?

El asesino echó un vistazo a la cabina y los múltiples escombros y restos desperdigados.

-Todas las que quieras.


Todas las alarmas del acorazado skrull saltaron, pero no hubo nada que pudieran hacer para impedir el abordaje. El capitán Mar-Vell y Iron Man fueron los primeros en entrar, seguidos de cerca por la Cosa y Dazzler. Cerraban la marcha Mariposa Mental, Lobezno, el Hombre Gigante y un motivado Spiderman, dispuesto a no perder su otra mano esta vez.

Una vez los superhumanos abrieron el camino, el resto de guerreros kree, acompañados por varios centinelas, comenzaron a abrir sus frentes. El acorazado skrull era una nave enorme, y necesitaban más soldados que nunca.

Spiderman saltó sobre las cabezas de dos skrulls armados con el mismo láser que le había hecho perder la mano. Ya sabía cómo tratar con ellos, y de sendas patadas les derribó sin problemas. La compuerta de la sala en la que estaba se cerró, una medida de seguridad para ahogarles ahí dentro, pero la Cosa pasó a través de ella y pudieron escapar cuando comenzaba a fluir el gas.

Lobezno con toda probabilidad estaba batiendo su récord de muertes en una hora. Sus garras no descansaban, cortando carne aquí y allá en una auténtica masacre. Los skrulls, gracias a sus habilidades metamorfas, podían cerrar sus heridas, pero no tan rápido, y morían a centenares.

Por otra parte, Mar-Vell parecía dispuesto a hacerle competencia, luchando con más fiereza que nunca. Tal vez fuera un capitán excesivamente duro, pero no cabía duda de que no temblaba en mancharse las manos él mismo; literalmente, pues volaba a tal velocidad a través de los skrulls que sus manos estaban totalmente empapadas de sangre.


Ojo de Halcón despertó. Todo le daba vueltas. Miró a su alrededor, comprobó que la Asesina de Hombres estaba muerta y salió fuera del avión, con una flecha preparada.

Pájaro Cantor, el Hombre Radioactivo y Mach-1 habían derribado al elefante contra el que combatían. Ahora los dos últimos estaban yendo a por otro elefante, mientras Pájaro Cantor ayudaba a Atlas con el suyo.

-Hostia puta-murmuró el arquero-. Ni cuando iba con Kraven vi tanta mierda junta.

Guardó la flecha y extrajo otra, ésta explosiva. Apuntó rápidamente y disparó, acertando en el ojo del elefante, que se derrumbó malherido.

-Bien. Hora de ponerse serios.


Iron Man entró a la nueva sala con una oleada de rayos repulsores que aniquilaron a prácticamente todos los skrulls allí atrincherados. La batería de su armadura, sin embargo, se empezaba a gastar. La batalla estaba siendo demasiado larga para él; tendría que pasar a un segundo plano.

El Hombre Gigante tomó su relevo, sacudiendo las vigas del techo de manera que la habitación superior se desplomó sobre aquella, aplastando a todos los skrulls que quedaban.

Stark voló junto a su cabeza, ligeramente molesto.

-Cuidado, joder. Casi me aplastas a mí también.

-Lo siento, Iron Man-se disculpó el gigante-. Esto no es lo mío. Cuando probé las partículas en mí, era sólo un ensayo, no pretendía ser un supersoldado ni…

Su discurso fue interrumpido por una ráfaga de lásers desde el piso de arriba que atravesaron limpiamente su cabeza. El Hombre Gigante cayó al suelo, muerto, aunque su caída se llevó por delante a unos cuantos skrulls más.

-Mierda, sabía que era un blanco demasiado fácil…-farfulló Stark, eliminando a los nuevos enemigos.


El tercer elefante no tardó en caer bajo el esfuerzo combinado de los Thunderbolts.

-¿Alguien ha visto a Capucha Carmesí y Bullseye?-preguntó Ojo de Halcón, temiendo que sus compañeros hubieran escapado mientras él se jugaba la vida.

-Ni idea. Pero mira quien viene por ahí-contestó Mach-1.

Proteus se acercó hacia ellos. Llevaba el cuerpo de un ciudadano cualquiera de Edimburgo, ya ligeramente descompuesto.

-Vaya-dijo-. Parece que vais a ser una molestia.


La Cosa irrumpió en inmensa sala de mandos, recibiendo varios disparos que aguantó sin problemas. Tras él, un intenso resplandor creado por Dazzler cegó a todos los skrulls, que fueron presa fácil para Mar-Vell, Lobezno y un centinela kree.

El resto de la nave estaba siendo tomada por los kree: aún quedaban cinco o seis puntos en los que había skrulls atrincherados, pero todos ellos estaban siendo dominados (en aquel mismo instante, Spiderman y Mariposa Mental, junto a una docena de soldados kree, tomaban uno de ellos).

Mar-Vell caminó hacia el capitán de la nave, con paso firme.

-¿Quién eres?-preguntó.

-Soy el comandante Chrell-respondió éste, orgulloso-. He venido a prestar mi ayuda para la toma del Sistema Solar.

-¿Un comandante? Bien. No esperaba a alguien de tanto rango.

-Deberías incluso inclinarte ante mí, perro kree. Nunca has tenido un prisionero tan valioso como yo.

Mar-Vell sonrió macabramente.

-¿Prisioneros? Yo no tomo prisioneros.

De un solo golpe, arrancó la cabeza del comandante Chrell.

-¡Asegurad el acorazado!-ordenó-Con esta nave en nuestro poder, expulsaremos a los skrulls del Sistema Solar en unas semanas.


Número 74: La cualidad del odiado IV de IV

Proteus extendió las manos y al momento todos sus enemigos -Pájaro Cantor, Ojo de Halcón, Mach-1, Atlas y el Hombre Radioactivo- quedaron encerrados en una esfera transparente. Los cinco comenzaron a golpear las paredes, esforzándose por salir, pero fue en vano.

-Bien, bien, bien-sonrió el peligroso mutante-. Ahora los cinco sois mis juguetes. ¿Qué os parece?

Hizo un gesto y Atlas atravesó la esfera, quedando levitando en el aire.

-El primero. ¿Cómo te llamas? No, no me lo digas. Puedo leer tu mente si me esfuerzo mucho. Erik Josten, Atlas, ¿no es así? Bien.

-¡Suéltame, cabrón! ¡Suéltame!

-Claro que te soltaré. Pero cuidado… eres de cristal.

Proteus deshizo su control sobre Atlas y éste cayó al suelo. Para sorpresa de todos, al caer se hizo añicos, como si fuera de cristal: una estatua de cristal de dieciocho metros, salpicando millones de pedazos.

-Uno menos. El siguiente.

El mutante hizo otro gesto, ésta vez fue Mach-1 el que atravesó la esfera.

-Abe Jenkins, antes conocido como el Escarabajo, ahora Mach-1. Bien, primero veamos cómo eres.

Otro gesto de Proteus y la armadura de Mach-1 se desmontó en piezas. El thunderbolt quedó flotando en mitad del aire, desnudo.

-No estás mal así… pero mejorarías siendo negro.

Un chasquido de dedos y los rasgos y el color de piel de Jenkins cambiaron. Ahora era negro. Proteus estalló en carcajadas y le dejó caer. Jenkins se arrastró por el suelo, sangrando abundantemente, heridas superficiales producidas por haber caído sobre los fragmentos cortantes de Atlas. Al menos, seguía vivo. Por el momento.

-El siguiente.

Ojo de Halcón, Pájaro Cantor y el Hombre Radioactivo se estremecieron. ¿Es que no tenían ninguna posibilidad? ¿Iban a quedarse ahí muriendo uno tras otro según los caprichos de Proteus?

-Tú.

El escogido fue el Hombre Radioactivo, que salió flotando de la esfera. No dudó en disparar un rayo con todas sus fuerzas contra Proteus, arrancándole las piernas.

-¡Aaaaaargh! ¡Sucio perro! ¡Eso ha dolido!

El mutante se abalanzó sobre el Hombre Radioactivo y cambió de cuerpo. Apenas fue unos segundos: la mente del thunderbolt desapareció para siempre, ahora Proteus controlaba su cuerpo.

-Bien, bien. No hay nada que no pueda arreglarse. ¿No os han dicho vuestros superiores que destruir mi cuerpo no sirve de nada? Menudos novatos. Otro menos, de todas formas. Y ahora tengo un cuerpo verdoso, siempre he querido uno así. Siguiente.

Ésta vez fue Pájaro Cantor la escogida. Conociendo sus poderes, Proteus hizo aparecer una mordaza sobre su boca. La thunderbolt quedó flotando en el aire, indefensa. Sospechaba que su destino no iba a ser muy agradable. Proteus debía haber gastado buena parte de sus poderes en alterar directamente los cuerpos de Atlas y de Mach-1, pero parecía que podía seguir alterando la realidad inorgánica sin el menor esfuerzo. Seguramente podría seguir así durante meses.

-Eres una mujer. Como Moira, la zorra de mi madre, que me ha tenido encerrado casi los veinte años de mi vida. ¿Sabes lo que eso significa?

Pájaro Cantor negó con la cabeza.

-Significa que no he podido echar un polvo en mi vida, y estoy terriblemente cachondo. Esto va a acabar muy mal para ti. Tu amiguito el arquero puede mirar, si quiere.

Proteus hizo un gesto, y la thunderbolt cayó al suelo. Unos grilletes aparecieron instantáneamente, reteniéndola de pies y manos. Otro gesto y, para horror de Pájaro Cantor, docenas de penes gigantes, como tentáculos, comenzaron a brotar del suelo. De todos los colores, de todas las formas, algunos de ellos con pinchos. Intentó gritar, aterrada, pero la mordaza no cedió.

Entonces, una bala atravesó el costado de Proteus. Por primera vez, rugió de dolor, mucho más alto que tras el ataque del Hombre Radioactivo.

-Tendrías que haberme dejado disparar a mí. Le habría dado en la cabeza-reprochó Bullseye a Capucha Carmesí.

Ambos estaban escondidos en un edificio, confiando en que Proteus no les viera. Sus poderes se habían visto reducidos por la concentración, y los efectos se notaron. La esfera de energía desapareció y Ojo de Halcón rodó y se puso a salvo. Los penes cayeron, flácidos, aunque continuaban ahí.

-Ahora veréis…-gruñó el mutante.

Todos los edificios de alrededor se convirtieron en galleta, como si del cuento de Hansel y Gretel se tratara. Después, se derrumbaron por su propio peso, cientos de kilos de galleta, caramelo, sirope y chocolate desmoronándose.

-¡Ja! ¿Qué os parece eso?

Ojo de Halcón miró a Proteus. Demasiado lejos, fuera de su alcance, no paraba quieto, volando de un lado a otro examinando las ruinas. Colocó dos flechas en el arco y disparó, dos de los grilletes de Pájaro Cantor rotos; apenas un segundo después, otra flecha, otros dos grilletes quebrados. La thunderbolt, agradecida, se levantó.

Bullseye y Capucha Carmesí salieron de entre las ruinas, tosiendo, aturdidos. Proteus hizo un gesto y Bullseye salió volando.

-Vas a sufrir por esto. Muere. Muere lentamente.

El aire que rodeaba al thunderbolt se transformó en alquitrán como por arte de magia, llenando incluso su boca y sus pulmones. Entonces, comenzó a arder. Bullseye gritó de dolor, envuelto en llamas y sacudiéndose por el suelo.

-Y ahora tú-bramó, señalando a Capucha Carmesí.

No tuvo oportunidad de hacerlo: una flecha lanzada por Ojo de Halcón se clavó en su espalda, haciéndole caer. El arquero preparó una flecha extintora para apagar a Bullseye. La idea le había parecido absurda en su momento, pero ahora parecía útil.

Sin embargo, no le dio tiempo: Proteus lanzó un rayo de energía desde el suelo que les dejó inconscientes a Pájaro Cantor y a él.

Capucha Carmesí se arrastró hasta Proteus. Ambos estaban bastante heridos. Tras el derrumbe de los edificios, el guante derecho de Zemo había desaparecido, revelando el exoesqueleto de metal que intentaba compensar su elevada edad. Metal…

Con sumo esfuerzo, Zemo se colocó sobre Proteus, levantó el puño y comenzó a bajarlo, una y otra vez, puñetazo tras puñetazo sobre el rostro del mutante. Al cabo de unos minutos, su cara no era más que una pulpa sanguinolenta, pero Zemo sabía que no debía juzgar por el cuerpo. Lo importante era la energía psiónica del interior, de modo que siguió golpeando, puñetazo tras puñetazo, hasta que cayó exhausto sobre el cadáver de Proteus.


-Aquí Neal Conan informando. La ciudad de Edimburgo se recupera del ataque sufrido a manos del ISIS, una imitación bastante exacta del ataque terrorista de Al Qaeda en New York hace tres años. Los terroristas han usado, entre otras muchas armas, gases que han producido alucinaciones en la población, llevándola a un ataque de pánico al hacerla ver cosas que realmente no estaban allí. Esta vez el número de bajas ha sido mucho mayor: se calculan 3500 muertos y aún hay cientos de desaparecidos entre los escombros; es probablemente la mayor tragedia que ha sufrido Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Vamos ahora con el parte meteorológico…


ACADEMIA XAVIER DE JÓVENES TALENTOS

¿Sabéis esos cómics de superhéroes en los que un equipo entero se enfrenta a un supervillano poderosísimo y por algún motivo sobreviven todos? Son poco realistas. Por eso en mi serie Proteus se lleva por delante a la mitad de los Thunderbolts. Y en el próximo número, la conclusión del volumen IV.

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