Poderes Cosmicos #17

Poderes Cosmicos #17Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.

#17 – Aquí y allá
Por Bergil


Fecha de publicación: Mes 17 – 9/99


PRÓLOGO

Cara oculta de la Luna.

– Bueno, primo- dijo Uatu-, tú me dirás qué es lo que quieres.

– No creas que me ha resultado fácil tomar esta decisión, Uatu -dijo el Crítico que se encontraba frente a él-; pero creo que lo que te voy a contar es de la más extrema gravedad. Verás…

FIN DEL PRÓLOGO


Mansión de los Vengadores. La Tierra.

– Veamos si os he entendido bien, alteza -dijo el Capitán América dirigiéndose a la imagen del príncipe Dezan que aparecía en la pantalla del comunicador-: ¿queréis que me ponga en contacto con Binaria para pedirle que os ayude?

– Efectivamente. No se me oculta que siendo nosotros skrulls y teniendo ella fuertes influencias kree, existen en nuestra contra ciertos prejuicios…

– …por decirlo de alguna manera…

– …por decirlo de alguna manera, en efecto, que es posible que operen en contra nuestra. Sin embargo, precisamente lo descabellado de la petición debería ser un tanto a favor nuestro. Por otra parte, sus relaciones con el, llamémoslo así, estamento oficial kree, nunca han sido especialmente cordiales.

– ¿Quién tiene, en cualquier caso, relaciones cordiales con el, llamémoslo así, estamento oficial kree? -preguntó el Capitán con una sonrisa torcida.

– Eso es cierto. Por otra parte, empeño mi palabra en que esta petición es completamente sincera y desprovista de cualquier mala fe. Ya sé que, a una galaxia de distancia, tal cosa podría ser lo que los terrestres llamáis un brindis al viento, pero…

– La distancia no importa, alteza. Vuestra palabra es suficiente para mí. Me pondré en contacto con Binaria en cuanto sea posible y os transmitiré su respuesta.

– Muy bien, Capitán. Entonces…

– Una cosa más antes de terminar, alteza.

– ¿Sí?

– Os ruego disculpéis mi rudeza al manifestar el concepto en que los skrulls tenéis a los terrestres.

– No hay nada que disculpar. Peticiones desesperadas producen reacciones igualmente desesperadas. Por otra parte…

– ¿Sí?

– …la opinión que manifestasteis es un modo suave de expresar lo que el común de los skrulls opinan sobre los terrestres -añadió Dezan con una sonrisa-. Hasta pronto entonces, Capitán.

– Adiós, alteza. Corto y cierro -. Una vez finalizada la comunicación, Steve Rogers se echó hacia atrás, miró al techo y exhaló lentamente el aire de los pulmones-. ¡Bueno! A ver cómo convenzo ahora a Carol de que haga lo que nos piden los skrulls…


El puente de mando de Skuttlebutt. En órbita al planeta capital de El Puño.

– Bueno, Morfex, ¿qué hacemos ahora? -preguntó Zenit.

– Ya que Estela Plateada ha sido tan amable de proporcionarnos esta nave (1), Zenit, creo que deberíamos hacer una travesía de prueba. ¿Estás de acuerdo?

– Totalmente. Empezaba a aburrirme en este lugar tan pacífico y tranquilo…

– Muy bien. ¿Skuttlebutt?

– ¿Sí? -respondió la nave.

– ¿Están listos todos los sistemas?

– Todos los sistemas preparados y a punto. Podemos partir cuando queráis.

– Muy bien, partamos pues. El rumbo que quiero que sigas es el siguiente…


Espacio profundo. En mitad de ninguna parte.

– ¿Y ahora qué es lo que te pasa? -preguntó Skreet-. ¿Por qué te has detenido?

– ¡Chssst! ¡Calla! -contestó Lunátiko-. Creo que he visto algo… -dijo, mientras ajustaba sus binoculares.

– Pero…

Pero Lunátiko ýa no la escuchaba. Algo había atraído su atención, un brillo distinto de las estrellas que tachonaban la negrura del espacio. Cuando los binoculares enfocaron automáticamente el objeto, pudo ver que se trataba de una nave espacial en estado lamentable, aparentemente a la deriva.

– Vamos para allá, Skreet.

– ¿Hacia dónde? -la cara de extrañeza de Skreet fue sustituida por otra de franca repugnancia cuando se aproximaron a la nave-. Pero, ¿me quieres decir qué es lo que esperas encontrar en una ruina semejante?

– Oh, no sé, cualquier cosa: dinero, piezas, algo de comida para los drogs… Vaya -dijo-, parece que se olvidaron de dejar una puerta abierta al marcharse. Bueno, no importa -y tirando de una exclusa de aire, la arrancó-. Hala, vamos para allá -y se adentró en las tripas de la nave.


Una isla en mitad del Océano Pacífico. La Tierra.

– ¿Qué quieres, Capitán? -dijo Binaria, hablando con la Mansión a través de su credencial de Vengadora.

– Necesito que pases por la Mansión en cuanto te sea posible, Carol. Es un asunto de la máxima importancia.

– ¿No puedes decirme nada más?

– No, lo siento. Tendrás que esperar a llegar aquí para conocer todos los detalles.

– Como quieras. De todos modos, aquí ya habíamos terminado. Voy para allá. Corto y cierro -. Guardando su credencial, Binaria se dirigió a sus compañeros-: Namor, Jen, me marcho. Tengo que hacer en Manhattan.

– Como quieras, Carol -le contestaron-. ¿Seguro que no puedes quedarte?

– Ya me gustaría, chicos, pero parecía que el Capi tenía prisa. Nos vemos.

– Hasta la vista, Carol.

– Hasta la vista.


Titán.

– Bueno, Nova -dijo Mentor-, parece que los heraldos de Galactus estáis hechos de una fibra especial. Puedes levantarte y moverte a tu antojo.

– ¡Gracias, Mentor! Comenzaba a aburrirme aquí abajo. ¡No te lo tomes a mal, Jack! -dijo, dirigiéndose a Sota de Corazones, que ocupaba la cama contigua-. No es que no me guste vuestra compañía -Ganímedes no se apartaba de Sota ni a sol ni a sombra-, pero nací para surcar las corrientes del espacio.

– Sin embargo, Nova -resonó la voz metálica de I.S.A.A.C.-, no te alejes demasiado. Todavía estás en observación. Recuerda que has estado en un estado de coma los últimos meses, y no conocemos los efectos secundarios que dicho estado ha podido tener.

– Muy bien, no me alejaré. ¿Hasta Plutón y vuelta está bien?

– Es una distancia aceptable. Pero no te fuerces demasiado.

– No te preocupes, no lo haré.


Puente de mando de Skuttlebutt. Más o menos, a punto siete ocho cinco años luz de ninguna parte.

– Parece que todo funciona perfectamente, chica.

– Gracias, Capitán Morfex -respondió Skuttlebutt-, pero ¿quién le ha autorizado a tomarse esas confianzas conmigo?

– Oh, perdona, Skuttlebutt. No me dirigía a ti, sino a…

– Ya sé, ya sé, se lo decía a Zenit. De todos modos, Capitán, quería informarle de que mis sensores han detectado un objeto metálico, de forma cilíndrica, a punto siete ocho cinco años luz de aquí. Según todos los indicios, parece un pecio a la deriva.

– Gracias, Skuttlebutt. ¿Podrías proyectar una imagen en la pantalla principal del puente de mando? -intervino Zenit.

– Ahora mismo. Ahí está.

– ¿Te has fijado en la resolución de la imagen, Zenit? Por la Galaxia de Andrómeda, esta nave es fabulosa -dijo, admirado, Morfex-. Pero ¿qué dem…? -exclamó, cuando la nave explotó ante sus ojos, y el resplandor iluminaba el puente de mando.

– Aparentemente, la nave acaba de explotar, Capitán.

– Vamos hacia allá, Skuttlebutt. A la máxima velocidad posible.

– Inmediatamente.


Mansión de los Vengadores. La Tierra.

– ¿¡¿Estás loco?!? ¿Quieres que me vaya a ayudar a los skrulls, así por las buenas? -Binaria no se había tomado demasiado bien las noticias que el Capitán América le había referido-. Capi, la edad te está pasando factura…

– Pero Carol…

– Ni pero ni mandangas, Steve. Me acabas de proponer que haga un viaje por encargo de los skrulls… ¡a Hala, nada menos! Pero ¿te das cuenta de lo que me pides? No podrías haber encontrado dos razas más de fiar como, no sé…, ¿el Nido y los Fantasmas Espaciales? ¿Aliens y Predators?

– No desbarres, Carol. Mira, te lo voy a explicar una vez más…

– No te esfuerces, Capi, ya me lo sé: los skrulls no son lo que eran, Dezan es un tipo de fiar, los kree han pasado a estar dominados por los shi’ar, que son de fiar.. ¡Je je, mira, he hecho un verso!

– Sí, ja ja. No tiene gracia, Carol. Esto es muy serio. Si los skrulls nos piden ayuda, tiene que estar muy desesperados, o ser una trampa muy elaborada. En ambos casos, es imperativo para la Tierra estar enterada de qué es lo que se está cociendo en las estrellas. Y tu nivel de poder te hace una candidata bastante buena. Además, tus conocimientos sobre los kree superan a los de cualquier otro vengador. Te han solicitado específicamente a ti. Si necesitas potencia de fuego, puedes pasarte por Titán.

– ¿Por Titán? ¿Qué demonios se me ha perdido allí?

– La Antorcha Humana acaba de regresar de esa luna. Por lo visto, Nova, la heraldo de Galactus, ha reaparecido, y está allí. Y por último…

– Vale, Capi, me has convencido. Iré. Pero como muera, te mato.

– Bien, Carol. No esperaba menos de ti. Como iba diciendo, por último…

– Pero si ya me has convencido, Capi…

– ¿Me dejarás acabar? Lo que tengo que decirte no busca convencerte, sino informarte de lago más sobre la misión. Atiende…


Titán.

– De acuerdo, Capitán. No veo ningún inconveniente en que Nova haga ese viaje que me comentas -dijo Mentor-. Pero no es conveniente que haga esfuerzos excesivos. Todavía está recuperándose.

– Gracias, Mentor. Corto y cierro.

– Hasta pronto, Capitán -. Volviéndose, Mentor se dirigió a la computadora planetaria-: ¿Dónde están ahora Ganímedes y Sota de Corazones, I.S.A.A.C.?

– Están dando un paseo por el área cinco, Mentor. ¿Quieres que les avise?

– No, déjalo. Me preocupa ese muchacho. No parece mejorar, a pesar de todos nuestros esfuerzos…


El espacio. En mitad de ninguna parte (sobre poco más o menos).

Lunátiko avanzaba por el pasillo principal de la nave.

– Hmm hmm -murmuró mientras curioseaba en los armarios-. No parece haber nada interesante por aquí…

– ¿Podemos irnos ya, por favor? -dijo Skreet-. Este sitio me produce escalofríos…

– No seas miedica. Está más desierto que el sistema solar de una supernova…

– No, escucha… ¿qué es eso?

Una serie de explosiones de intensidad creciente se fueron acercando.

– ¡Mierda de drog! ¡Debe haberse activado el sistema de autodestrucción de la nave! ¡Hay que salir de aquí cagando leches!

No pudieron salir de la nave de un modo civilizado. La última explosión los lanzó al espacio en medio de una llamarada.

– Bueno, de poco nos ha ido, ¿no, Skreet? ¿Skreet? ¿¿SKREET?? -gritó Lunátiko, mirando a un lado y a otro-. ¡Oh, MIERDA! -exclamó cuando la vio.

Skreet flotaba inmóvil en el espacio, sus brazos colgaban flácidos y sus alas estaban chamuscadas.


(1) Estela Plateada llevó a Skuttlebutt al Puño tras los hechos narrados en Poderes Cósmicos v. II # 5 y antes de lo narrado en el nº 123 de su propia colección.


En nuestro próximo número: Aparece un nuevo personaje en esta enredada madeja que estamos tejiendo. Se solucionan algunas tramas de los últimos números. Se plantean algunas nuevas. Y mientras, el Universo sigue yéndose al garete…

Nos vemos en un mes o treinta días, lo que ocurra antes…


¡Y vamos con las cartas! Hoy tenemos una de Alejandro García Gómez, el nuevo guionista del Caballero Luna (¿a qué esperáis para ir a leer su primer número?). Comienza por felicitarme por la colección (¡¡¡muy bien, muchacho, así es como hay que empezar!!!), señalando como rasgos más destacados que es muy entretenida (¿no es eso lo que intentamos todos?) y regular (espero que se refiera a su periodicidad, y no a la calidad…) ;-{Þ}. Pasando a las preguntas, Alejandro quiere saber si Sota de Corazones va a morir o no, y amenaza con llorar si tan luctuoso acontecimiento tiene lugar. La verdad, Alejandro, no puedo responderte a eso. Compréndelo, no es que no sepa qué es lo que va a pasar (al fin y al cabo, soy el responsable de esta colección), pero decírtelo sería destripar el suspense de los que espero sean los acontecimientos que culminarán en el nº 75 (si es que llegamos). Así que, por lo menos hasta dentro de (espera que haga las cuentas…) casi cinco años no verás respondida tu pregunta. Eso, si la periodicidad se mantiene. También quiere saber cuándo van a pasarse los muchachos de PC por Galador. A ese respecto, tengo que decirte que no se me había ocurrido involucrar a Rom en las aventuras de los personajes de esta colección, pero gracias por la idea; en cualquier caso, no antes del número 25, pues hasta entonces tengo las cosas bastante atadas. Otra cosa por la que se interesa Alejandro es cuándo volverá a aparecer Drax, y señala que le gustó mucho su actuación en el número 6, a pesar de que nunca le había importado mucho el personaje. Ya lo he dicho en otros correos, pero lo repito las veces que haga falta: la historia de los números 6 y 7 es mi preferida, tanto por la técnica (sobre todo la del número 6) como por la historia (principalmente la del número 7); no porque crea que es (o no) la mejor que he escrito, sino porque me salió sobre la marcha (no como la de los números 10 a 12, que estaba bastante planeada antes de empezarla, o la de los próximos meses y que culminará en el número 25, atando de paso unos cuantos cabos sueltos que los guionistas de Marvel se han dejado por ahí). Saga en la que, entre muchos otros (porque espero conseguir la mayor reunión de superseres desde el origen del Universo MarvelTópico) aparecerá Drax. También ha captado las referencias/homenajes de los números 14 y 15 (pero no todas, hay más (y no sólo en esos números; ¡hala, a buscarlas!), que dice le resultaron muy interesantes (los números, no las referencias). Para terminar: no, Alejandro, no soy miembro de la Iglesia Apostólica de Larry Niven. Aunque respeto profundamente ese credo, de pertenecer a alguna Iglesia sería al Mathom Tolkieniano (y eso es una pista), o a la Cofradía Fundacional de Asimov.

No dejes de leernos, y escribe a Autopista hacia el espacio – Correo de los lectores (imitad a Alejandro, ¡oh valerosos lectores que habéis llegado hasta aquí!) con cualquier duda o comentario que te surjan.

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