Marvel Spotlight #15 – Warlock: Caballos de Troya #4

Marvel Spotlight #15Cuando una persona ve alterada drásticamente su vida, puede que sea capaz de superar dicha alteración. Pero si la alteración es causada por una Gema del Infinito, ¿Qué ocurriría?

#15 – Warlock: Caballos de Troya #4
Mundos dentro de mundos

Por Tomás Sendarrubias


Fecha de publicación: Mes 19 – 11/99


Se hundía en la oscuridad. Hebras profundas y espesas de negrura parecían enredarse en él, acunándole, meciéndole y llevándole hacia la paz de la nada y el olvido. Había calidez en las sombras, que se arremolinaban en torno a él como ropajes de terciopelo, acariciantes y seductores. Se dejó acunar, se dejó arrastrar por la sutil canción de la Nada. Sus recuerdos se fueron desvaneciendo, convirtiéndose en sombras desvaídas, como acuarelas demasiado aguadas, mientras los nombres de aquellos a los que había amado u odiado se perdían en el Olvido.

Drax, Gamora, Heather, Thanos, Maxam, Eternidad, Galactus…Aquellos nombres dejaron de tener sentido para él, eran menos que nada, ni siquiera recuerdos. Abrió los brazos para entregarse por completo a la Oscuridad… y entonces, escucho el susurro. Las sombras se hicieron más espesas, como si quisieran apartarle de esa voz lejana, pero ya era imposible, y el sonido se fue filtrando por entre los zarcillos de la Nada, llevando con él el dolor de la memoria y la tortura de la consciencia.

La Gema del Alma le llamaba.

Intentó hablar, pero lo único que consiguió fue que la boca se le llenase de un líquido espeso, que escupió ante él, tosiendo aquella amarga mezcla de sangre y bilis. La Nada continuaba siendo un canto de sirena en la periferia de su conciencia, pero se esforzó por ignorar su llamada, al tiempo que intentaba abrir los ojos. La luz le hirió, y sintió una punzada de dolor en la frente que le obligó a entornar los párpados de nuevo, pero aquel breve instante había bastado para corroborar la última idea que había tenido antes de perder la conciencia. Mundogema había sido destruido.

-Me alegra ver que despiertas. Esto sería mucho menos divertido sin ti, Adam.

Warlock reconoció la voz como si fuera la suya propia. De hecho, era la suya propia, sólo que teñida con siglos de rencor y odio, y quizá también cierta desesperación. La presencia de Magus allí no auguraba nada bueno para Adam, que se esforzó aún más en recuperar el sentido. Por la posición de su cuerpo, supo que estaba incorporado, sentía los anclajes en sus manos y tobillos, como si hubiera sido atado a una cruz. Con Magus, había cosas que nunca cambiaban.

-Magus-masculló con la boca reseca, y consiguió finalmente abrir los ojos-. Si eres el responsable de esto, te juro que tu existencia no será pago suficiente por lo que has hecho…

-Valientes palabras de un hombre indefenso-sonrió Magus, tomando a Warlock de los dorados cabellos y estrellando su cabeza contra la cruz que le sostenía, haciendo que una tormenta de dolor estallara tras los ojos de Adam.

Déjale, Magus-dijo una voz de mujer-. No hemos venido aquí a ver cómo te cebas en tus torturas.

-¿Wanda?-masculló Adam, intentando obviar el dolor y tratando de ver más allá de la purpúrea figura de Magus que se cernía como un buitre sobre él. Efectivamente, Magus no estaba solo en aquel erial, pues unos pasos tras él, había otras cinco personas. Adam reconoció enseguida a Cíclope, Spiderman y la Bruja Escarlata, pues había luchado al lado de ellos contra Thanos cuando este había reunido las Gemas del Infinito. Había otras dos mujeres, una niña de piel púrpura que se refugiaba en los brazos de una anciana de edad incontable. En todos ellos Adam podía leer la presencia de las Gemas del Infinito, pero había algo preocupante, pues aunque sin duda las habían tenido, ninguno de ellos las poseía ahora.

Sí, Adam. Soy yo-respondió la Bruja Escarlata, sin acercarse a él.

-¿Qué demonios está pasando aquí?-gruñó Warlock, y vio que la Bruja Escarlata se disponía a hablar, pero repentinamente guardó silencio, como si algo la avergonzara profundamente. Los ojos de Adam volaron hacia Cíclope y Spiderman, pero los dos mantenían sus miradas gachas, y en los rostros de la anciana y la niña sólo podía leer dolor y confusión.

-Ah, Adam Warlock siempre tan curioso.

La imagen del Coleccionista apareció entre los presentes, que se mostraron aún más tensos al ver al anciano materializase ante ellos, como surgido de la nada.

-Coleccionista-siseó Adam-. Ojalá pudiera decir que es un placer verte…

-Qué lástima, Adam… a mi me embarga la alegría por tenerte aquí con nosotros. Serás un testigo de excepción en nuestra pequeña fiesta.

Entonces, el Coleccionista hizo algo que consiguió que el corazón de Adam diera un salto de puro miedo. Mostró las manos, que llevaba ocultas en la espalda hasta ese momento, y permitió que Adam viera las seis Gemas del Infinito engarzadas en un guantelete. Sacando fuerzas de flaqueza, Adam se esforzó y consiguió sonreír.

-Un guante precioso-dijo Warlock, escupiendo un nuevo borbotón de sangre y bilis-. Aunque inútil me temo, después del intento de Magus de utilizar las Gemas del Infinito, el Tribunal Viviente decretó que jamás volverían a poder operar al unísono…

-Cierto-replicó el Coleccionista-. Pero déjame recordarte algo, Adam. Estamos en Mundogema, en el interior de la Gema del Alma. Los dictados del Tribunal Viviente no llegan hasta aquí.

Los ojos de Adam se desorbitaron al comprender que el Coleccionista estaba en lo cierto. Mundogema existía al margen del propio universo, un reducto de paz con sus propias leyes y normas, completamente ajeno a los poderes y fuerzas que actuaban en el exterior.

-Spiderman-dijo-. Cíclope… Bruja Escarlata…No comprendo vuestra presencia aquí. Habéis luchado antes contra el Guantelete del Infinito, y ahora…

Cállate, Adam-dijo Cíclope, cruzando los brazos ante el pecho.

-Tienen sus motivaciones-respondió el Coleccionista, paseando su mirada por aquellos que les acompañaban-. La pequeña Asli ansía recuperar a su padre y Peter necesita deshacerse de la culpa que siente por las muertes de su tío y su novia. Scott mantiene una lucha en su interior por decidir si ama a Fénix o a Jean Grey, y Erica trata de obtener algo semejante a una vida. Me encantaría decirte que Magus tiene alguna motivación más allá de la venganza, pero lamento no poder hacerlo. Y nuestra pequeña Wanda… intenta simplemente que la locura que ha terminado ya con los Vengadores muertos no se extienda más.

-¿Los Vengadores muertos?-dijo Adam, intentando comprender lo que el Coleccionista explicaba-. ¿Y ha muerto Mary Jane?

No sé quién es esa tal Mary Jane-replicó Spiderman, un tanto confundido.

-Dimensiones alternativas-masculló Adam al comprenderlo-. ¿Has traído a toda esta gente de dimensiones alternativas? Dios mío, ¿realmente vais a ayudar al Coleccionista a destruir el Universo?

-Ah, ah-negó el Coleccionista, acercándose a Adam, y tomándole del mentón-. No vamos a destruir el Universo, hombre artificial. Nuestra misión no tiene nada que ver con la destrucción, y sí mucho con la creación. Todos juntos vamos a devolverle la vida al viejo Universo… al Universo Anterior.

Encantado de escuchar el sonido de su propia voz, el Coleccionista continuó hablando, sonriendo a escasos centímetros del rostro de Adam.

Hubo un Universo antes que este en el que ahora residimos. Un Universo que fue destruido por causas desconocidas, pero algunos sobrevivimos. Vosotros nos conocéis a la mayoría como los Primigenios del Universo, yo mismo, el Jardinero, el Corredor, el Luchador, el Gran Maestro… Y sospecho que otros, como el Intermediario o la Entidad Fénix también tienen su origen en el Universo Anterior. Pero aunque fue destruido, el viejo universo no desapareció del todo, sus fuerzas primordiales aparecieron en este Universo, aún joven. Espacio y Tiempo, Mente y Alma, Poder y Realidad. Vosotros conocéis los fragmentos del Universo Anterior como las Gemas del Infinito. Durante eones, nosotros, los Primigenios, custodiamos las Gemas como recuerdos de un mundo que había sido y que añorábamos, pero aunque me avergüence he de admitir que desconocíamos las posibilidades reales que las Gemas abrían. Sólo después de que Thanos de Titán nos las arrebatara y se convirtiera en un Dios me di cuenta de lo que significaban las Gemas del Infinito, y cómo podía utilizarlas para recrear el Universo que fue destruido. Os observé mientras luchabais contra Magus y la Diosa, os vigilé mientras os enorgullecíais de vuestra Guardia del Infinito, pero la presencia de Maxam me permitió marcar vuestras gemas. Sí, Adam, Maxam era el peón de otros, pero siempre me ha gustado manipular los recursos que otros han puesto en el tablero. Así, gracias a Maxam, con el tiempo, pude recuperar las Gemas del Infinito. Pero había una limitación a su uso, pues el Tribunal Viviente había decretado que nunca jamás pudieran funcionar juntas, y aunque lograra vencer esa prohibición, las Gemas me hubieran convertido en el Dios de esta realidad, pero no hubieran podido recrear el Universo Anterior.

Para eso, necesitaba a otros, otros que me dieran sus habilidades únicas en el momento de la Creación. El Tiempo, el Espacio, el Poder, la Realidad, la Mente y el Alma serán las chispas que den inicio de nuevo al Universo Anterior, pero necesito herramientas con qué medir y forjar la divinidad. Asli y Erica representan al vida en sus dos extremos, la niñez y la vejez, el principio y el fin. Cíclope es la energía infinita, y la Bruja Escarlata la representación de toda probabilidad. En cuanto a Spiderman y Magus, son las caras opuestas, los dos extremos de la balanza, el Bien y el Mal. Así es, Adam, veo que comprendes la grandeza de mi plan… Pues desde el interior de Mundogema utilizaré el poder de las Gemas y de sus portadores y recrearé aquello que nunca debió dejar de existir…

-¿Y debo suponer qué vosotros estáis de acuerdo con todo eso?-inquirió Adam, esquivando la mirada de Magus y centrándola en los otros cinco.

El Coleccionista nos ha contado que en el mundo anterior todo era mejor-dijo Erica-. Cuando hayamos recreado el Universo Anterior, el Coleccionista utilizará sus poderes para concedernos nuestros deseos y arreglar todo lo que hemos roto…

-Dios mío-susurró Warlock-. ¿Es que no os habéis dado cuenta de lo que pretende y de las consecuencias que tendrá?

-Siempre un pájaro de mal agüero, Adam-masculló el Coleccionista-. No necesito gente así en mi Universo.

Sólo hubo un destello en las gemas del Guantelete, pero el resultado fue inmediato y fulminante. Adam abrió la boca, en medio de un espasmo, pero el grito no llegó a salir de sus pulmones, y tras unos segundos, su cabeza cayó inerte sobre su pecho.

-Debería haber hecho mucho antes-dijo el Coleccionista, girándose hacia sus seis acompañantes-. Es el momento de comenzar, el Viejo Mundo nos espera…

-Lo que más me sorprende de los malos es que no aprendéis nunca a hacer las cosas rápidas y ahorraros los discursos finales.

La voz sorprendió a todos, y el Coleccionista comenzó a girarse, pero no le dio tiempo antes de que Adam Warlock cayera sobre él con toda su furia. Los ojos y puños de Adam crepitaban de energía pura, golpeando sin cesar al Coleccionista, tratando de evitar que pudiera concentrarse y utilizar el Guantelete. En la cruz, la sonriente figura de Thanos de Titán contemplaba los acontecimientos, y en el momento en que el Coleccionista caía bajo el peso de Adam, hizo estallar los grilletes que le sujetaban. Spiderman trató de lanzarse sobre el Titán Púrpura, pero una descarga de energía brotó de las manos de Thanos, lanzando al trepamuros a varias decenas de metros de distancia.

-¿Cómo…?-comenzó a preguntar Magus, pero el Titán dirigió hacia él su siguiente rayo, con bastante menos cuidado del que había utilizado para no dañar a Spiderman. Asli lloraba abrazada a Erica, pero Cíclope y la Bruja Escarlata ya se disponían a hacer frente a Thanos.

-¡Basta!-exclamó el Coleccionista, y Adam Warlock salió despedido de encima de él, chocando contra la cruz y notando como uno de sus brazos se quebraba dolorosamente por el impacto. Con un chasquido de dedos del Primigenio, las rocas del suelo crecieron como si fueran ramas, atrapando a Thanos-. Estoy cansado de estos juegos inútiles, yo no soy mi hermano, el Gran Maestro-escupió el Coleccionista-. Vuestra treta ha sido hábil, aunque inútil. Supongo que la aprendisteis de Eternidad e Infinito, dos entidades fundidas en una sola, como los dos ejes que forman un plano…

-No puedo creer que os hayáis dejado engañar así…-escupió Thanos-. De lo que el Coleccionista está hablando no es de crear una nueva dimensión alternativa… es de recrear el Universo…

-¡Silencio!-ordenó el Coleccionista, y las piedras crecieron cubriendo también el rostro de Thanos. Enseguida comenzaron a escucharse unos sonidos sofocados.

Se va a ahogar-masculló Erica, temblando.

-Si Thanos muere es el Universo quien gana-replicó el Primigenio, mirando a Erica con sus ojos turbios-. Sabed que podría obligaros a hacer lo que quiero que hagáis-amenazó el Coleccionista, perdida por completo la fachada de amabilidad que había tratado de mostrar-. Me sería muy fácil con el Guantelete en mi poder. Pero prefiero que lo hagáis voluntariamente, y así quizá os de lo que habéis pedido…

Pero si ese señor tenía razón-masculló Asli-no podrás hacerlo. En el colegio me han enseñado las leyes de las branas. Existen multitud de dimensiones separadas por membranas, infinitas y diferentes… pero si lo que hacemos es recrear el Universo…

-¡Silencio he dicho!-gritó el Coleccionista, y de pronto, Asli perdió la voz. La niña quería hablar, pero no las palabras parecían morir en su garganta. Asli miraba alrededor, obviamente asustada, temblorosa, y Erica intentaba consolarla, pero le era imposible.

Ya está bien, Coleccionista-intervino Cíclope, serio.

He cambiado de idea-dijo Wanda, situándose junto a Cíclope. Spiderman se unió a ellos. El Coleccionista les miró unos instantes, y enseguida comenzó a reír.

-Vuestro estúpido sentido del heroísmo no cambia de una dimensión a otra-masculló el Coleccionista-. Debería haber contado con ello, pero ya me da igual. Me obedeceréis…

-¡NUNCA!

A pesar de sus heridas, Warlock no estaba vencido, y con toda la fuerza que pudo reunir, se arrojó sobre el Coleccionista. Su mano se cerró sobre la mano en la que éste sostenía el Guantelete del Infinito, y de inmediato, sintió cómo la Gema del Alma volvía a conectar con él, como el abrazo de un antiguo amante. De no haber estado tan ocupado, Adam hubiera sonreído, pero se limitó a concentrar su fuerza de voluntad en las Gemas.

-¡Liberad a Thanos!-gritó, mientras impresionantes tormentas comenzaban a sacudir Mundogema al ser violadas las leyes de la naturaleza por la batalla entre los dos contendientes. El Coleccionista era quien dominaba el Guantelete, pero la simbiosis entre Adam y la Gema del Alma era tan íntima que interfería el uso del resto de las Gemas, provocando una disrupción que amenazaba con destruirles a todos. Los rayos ópticos de Cíclope y las artes de la Bruja Escarlata rompieron la cárcel de piedra de Thanos, que cayó al suelo desplomado, como un muñeco al que le hubieran cortado las cuerdas.

-¡¡¡BASTA!!!

Todos se detuvieron en seco, convertidos en estatuas vivientes, mientras el Coleccionista se quitaba finalmente de encima a Warlock, incapaz de resistirse. Los ojos del Primigenio irradiaban una furia destructiva y total, y Mundogema comenzó a resquebrajarse por completo.

-Esto es inadmisible-gruñó-. No estoy dispuesto a esperar más. Que se haga…

-No.

El puño de Thanos se cerró sobre el Guantelete del Infinito, que enseguida reconoció el tacto de su antiguo amo. El poder fluyó hacia el Titán Púrpura, que sin esbozar siquiera una sonrisa, arrancó el Guantelete de la mano del Coleccionista, arrancando de paso la propia mano mientras el Primigenio caía de rodillas, atónito.

-Te recuerdo, Coleccionista, que la propia Muerte me prohibió morir-dijo Thanos. Con un chasquido de dedos, las tormentas se esfumaron y el sol volvió a brillar dentro de Mundogema, como si toda la destrucción del Magus no hubiera ocurrido. Dirigió su mirada al Coleccionista y al inconsciente Magus, y al instante estos se vieron crucificados en cruces semejantes a la que había sostenido a Warlock. Éste se incorporó, con sus heridas restañadas, y se acercó al Titán.

-Thanos…-dijo-. Ya hemos vivido esto antes…

-Pero los dos hemos cambiado mucho, Adam-respondió Thanos, volviéndose hacia Cíclope, Spiderman, la Bruja Escarlata, Asli y Erica-. Volved a vuestros mundos, no recordaréis nada de lo que ha ocurrido aquí.

Ni siquiera tuvieron tiempo de reaccionar antes de desaparecer de Mundogema, devueltos al mismo instante en que habían contactado con el Coleccionista, pero sin recuerdo alguno de este o de las Gemas que habían poseído. En el corazón de un verdeante prado, sólo quedaban el hombre dorado y el Titán Púrpura, mirándose con intensidad.

-Ahora tenemos que decidir qué hacer con éstas chucherías…-masculló Thanos.

-Destrúyelas-dijo Adam.

-No. Si destruimos las Gemas nos arriesgamos a liberar poderes que destruyan el Universo sin crear uno nuevo a cambio… y no me agrada la idea de pasarme la eternidad contemplando el vacío. Y no puedo desear que no hayan existido, no quiero crear una paradoja de ese calibre.

-Thanos… me estás poniendo nervioso-dijo Warlock, al que la imagen de Thanos con el Guantelete del Infinito le traía recuerdos nada agradables.

Thanos sonrió, y aquello, simplemente aterrorizó a Warlock. El Titán chasqueó los dedos, y todo desapareció alrededor de los dos.


Cuando los ojos de Warlock volvieron a percibir su entorno, vio que se encontraba en la Encrucijada. Thanos estaba junto a él, y el Guantelete del Infinito había desaparecido.

-¿Qué has hecho?-masculló Adam, esgrimiendo su bastón hacia el Titán, que se sacudió las manos como limpiándolas de polvo.

-He ordenado a las gemas que viajen al inicio del Universo Anterior, al momento de su formación. Ahora, el Alma, la Mente, el Poder, la Realidad, el Tiempo y el Espacio se han convertido en las fuerzas que generarán ese Universo. La esencia del Coleccionista continuaba en el interior de la Gema del Alma, así que es posible que cuando las energías de la Creación se liberen él forme parte del universo que se cree.

-Y el propio poder de las Gemas hará que estas sobrevivan cuando el Universo sea destruido, llegando así al nuestro, como pequeños caballos de Troya infiltrados en nuestro Universo-murmuró Adam, entendiendo las acciones de Thanos-. No te imaginaba como un Demiurgo creador de universos…

-No lo hagas-respondió Thanos-, te llevaría a ideas equivocadas.

-¿Y Magus?

-No existe, Adam. Magus nunca ha sido alguien real, es sólo un aspecto de ti mismo, y continúa estando donde siempre ha estado, dentro de ti. De ti depende que algún día llegue a existir o sea sólo una pesadilla…

-No es algo tranquilizador-replicó el hombre dorado, bajando el bastón y apoyándose en él.

-Es la misma espada de Damocles que pende sobre cada uno de los seres del Universo, Adam, el peligro de convertirse en el lado oscuro de uno mismo. De hecho, tú tienes una ventaja, le has visto venir y le has derrotado en varias ocasiones.

-He de reconocer que me has sorprendido de nuevo, Thanos-dijo Adam-. Debo marcharme, tengo mucho en lo que pensar.

-Ve, Adam Warlock-respondió Thanos, que observó en silencio la partida del hombre dorado por uno de los caminos de la Encrucijada.

Instantes después, Thanos sonrió.


Epílogo.

Antes de la llegada de los hombres blancos, las tribus del norte de América habían llamado a las Pléyades «Las Siete Hermanas». En aquel momento, mientras sonreía en la Encrucijada, aquellos que miraban hacia el cielo pudieron detectar un breve destello en el corazón de la constelación. Posteriormente, los astrónomos lo achacarían a los restos de un cometa, pero estaban muy lejos de la verdad.

En el corazón de las Pléyades, mientras Thanos lanzaba la energía de las Gemas del Infinito hacia el origen del tiempo, seis figuras se perfilaron en la ardiente luz de las estrellas, con siluetas oscilantes, fluidas como el mercurio, pero hechas de luz pura. Sus rostros, aún sin ojos se volvieron hacia la Séptima Estrella, que se cubrió de un velo de sombras un instante (la sombra del cometa que había resplandecido, dirían los astrónomos), y el Séptimo Hermano apareció, negro como la noche y con una gema tan oscura como la ausencia de alma situada en el centro de su frente, como un tercer ojo siniestro.

-El ciclo se ha cerrado, hermanos-dijo, y su voz resonó en las otras seis criaturas, haciéndoles cobrar conciencia de sí mismos, de sus nombres y parentesco-. Las Gemas del Infinito han desaparecido, han vuelto a su origen. Ahora es el momento de los Siete Hermanos.

Tiempo.
Espacio.
Mente.
Alma.
Realidad.
Poder.
Y Entropía

FIN

SECCION DE CORREO TROYANO

Pues… se acabó. Espero que con esto se cierre «la maldición de Warlock», y que el camino que he elegido os haya gustado a todos. Por cierto, me he permitido la libertad de incluir en la historia a Thanos, pero es que, como viejo fan del Guantelete del Infinito y sus continuaciones, una historia con las Gemas del Infinito de por medio y sin Thanos, es como una cerveza sin espuma.

¡Espero vuestros comentarios!

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