"Notas sobre la segunda sesión con Kaine, por la doctora Ashley Kafka.

He recibido al paciente a las 10:00 AM en mi despacho del helitransporte de Shield, algo colocada de biodramina ya que aún me vuelve del revés el vaivén de este sitio. Aún no sé si estoy muy cómoda con el trabajo pero, al menos, he llegado al punto en que no me hago preguntas innecesarias al respecto.

Kaine ya estaba en mi despacho al llegar, con el holo proyector que acostumbraba a llevar para tapar sus cicatrices modificado para parecer alguien más joven. Un rostro que, por alguna razón, me resultaba familiar. Su última misión ha sido todo un éxito a todos los niveles: en lo personal, Kaine parece estar más que integrado en el proyecto y cómodo con su nueva vida. Creo que, realmente, piensa que está en el buen camino, de lo cuál me alegro. En lo profesional, bueno, que el secretario de defensa de los Estados Unidos afirme en una rueda de prensa (aunque, eso sí, sin decir nombres ni datos concretos del escuadrón) que eres un héroe, tiene que darle cuerda a uno durante un buen rato.

Así pues, tal y como transcribo a continuación, esta segunda sesión evaluadora no ha sido tan tensa como la anterior:

KAINE: Espero que no le importe que haya llegado pronto, doctora.

KAFKA: ¡Oh, no! ¡Por supuesto que no! Sólo permíteme que coja la grabadora y empezamos enseguida.

KAINE: ¡Perfecto! La verdad es que...bueno...me apetecía la sesión con usted. Creo que me sirve para algo más de lo que pensaba en un principio.

KAFKA: Vaya...gracias...creo. En cualquier caso, me alegra que tengas ese entusiasmo, lo cuál es una mejoría agradable. A ver si encuentro la grabad...¡Aquí está! Bueno, grabando. Supongo que gran parte de tu entusiasmo actual se debe al repentino retroceso de tu enfermedad, ¿verdad?

KAINE: Bueno, me gustaría saber que va a ser definitiva pero, de momento, no me quejo. Ahora mi cuerpo ya no tiene cicatrices, si bien mi cara sigue pareciendo un mapa de carreteras. He pedido que me cambien el holo a algo más parecido a quién debería ser realmente.

KAFKA: Sí, lo entiendo. Además, eso te ayudará bastante a fijar tu propia personalidad y cimentar quién y qué quieres ser de verdad, ¿no crees?

KAINE: Bueno, eso espero.

KAFKA: Háblame de lo personal, si no te importa. Dime como te encuentras anímicamente y cómo es tu relación actual con otras personas."

Doce horas antes, sala de entrenamiento especial del escuadrón táctico Caza-Monstruos de SHIELD, sección de proa del heli-transporte.

John Jameson levanta una y otra vez las pesas, tumbado sobre la camilla del aparato de musculación, mientras Kaine se aplica en la cinta andadora. Ambos sudan copiosamente debido a las dos horas que llevan haciendo ejercicio continuado. Aparentemente, ninguno de los dos parece querer retirarse antes que el otro, como notan dos de los agentes de campo que apuran sus bebidas isotónicas al otro lado del gimnasio.

- Jameson está en las últimas, Lev - dice uno de ellos -. Me temo que ya son míos tus diez pavos.

- Bromeas, ¿no? - responde el otro -. Los gemelos de Kaine van a reventar de un momento a otro. Desde aquí puedo escuchar como crujen.

Kaine mira a Jameson y teclea dos grados más de velocidad en la máquina. Jameson suspira y comienza a levantar las pesas más rápido.

- En...serio...Kaine...- dice el coronel, trabajosamente -puedo...estar...así...toda...la...nnhh...tarde...

- Ya te dije que no era justo, coronel. Yo puedo levantar mucho peso y no me canso tan fácilmente.

- Ya...ya...pero estás...uff...sudando...así que...ya...te...queda...poco...unngh...- las pesas caen hacia un lado y Kaine salta del andador para atender a su colega -¡Ya está, ya está! Creí que se me estallaban las venas del brazo derecho.

- Si te sirve de algo, estaba a punto de tirar la toalla - dice Kaine, ayudando a levantarse al coronel.

Uno de los dos agentes pasa un billete de diez al otro mientras los dos soldados de élite abandonan el gimnasio. Jameson se yergue completamente y dice:

- Ey, soy medio irlandés. A ver cuál de los dos aguanta más cerveza en sangre.

Kaine ríe y acompaña a su nuevo amigo a la cantina.

KAINE: Bueno, creo que el coronel Jameson y yo hemos llegado a un punto de respeto que no creía posible.

KAFKA: ¿Es un apoyo para tí? Me refiero a que no teníais ninguna relación previa al proyecto y no empezasteis con buen pie.

KAINE: En realidad si que nos conocíamos, aunque en realidad no. Procedo de los genes de alguien a quién él consideraba si no un amigo, al menos alguien en quién confiaba. Han cambiado muchas cosas en mi desde esos...recuerdos, pero creo que ahora es alguien a quién puedo considerar un aliado. Y luego está la agente Sherman...

Hace dos días, Laurie Sherman volvía a casa cargada de bolsas de la compra. En el portal de su edificio, una de sus bolsas comenzaba a volcarse mientras buscaba sus llaves. Una lata de judías precocinadas cayó de la bolsa sin llegar a tocar el suelo. Las manos de uno de sus vecinos la recogieron antes.

- ¿Necesita que le ayude, agente Sherman? - dijo el desconocido, un tipo no demasiado alto, con el pelo castaño y corto. Sherman reconoció la voz enseguida.

- ¿Kaine? ¡Vaya, cada vez que nos vemos tienes una cara distinta! Y, por cierto, ya te dije que me llamo Laurie.

Le miró a los ojos y se dio cuenta que aquel rostro le pegaba bastante más a su voz que el que le daba el anterior disfraz holográfico. Ahora parecía más joven y atractivo, sin duda. El tipo de hombre en el que ella se fijaría, sin duda. Teniendo en cuenta que ya se había fijado en él con el viejo disfraz, su nuevo aspecto iba a hacerlo todo mucho más fácil.

- En ese caso, insisto en que me llames Miles. Después de todo, tengo que empezar a acostumbrarme.

- Muy bien, pues - ella dejó sus bolsas en el suelo del portal y extendió su mano hacia el clon -. Soy Laurie Sherman, encantada de conocerte.

El respondió estrechando su mano. Su frase siguiente pareció salir con naturalidad:

- Su amigo y vecino Miles Kaine. Lo mismo digo, Laurie.

Kaine recogió las bolsas y cargó con ellas hasta el piso de ella. Hablaron de tonterías hasta que Sherman abrió su puerta. Él estaba dispuesto a dejarlas allí mismo, pero ella insistió en que, ya que las había subido, bien podía dejárselas en la cocina. Una vez allí, le ofreció un refresco de cola como recompensa.

- Creía que estabas saliendo cuando nos encontramos abajo - dijo ella, abriendo otro refresco.

- Sí. Iba a dar un paseo, aprovechando que tengo algo de tiempo - tan poco acostumbrado como estaba a estos ritos, manoseo nervioso su lata y bajo la mirada tímidamente antes de lanzar su ofrecimiento -. Podrías...venir...si quieres.

Ella le miró fijamente y sonrió:

- Verás, ahora mismo no puedo. Tengo que prepararme para una misión - él pareció abatido en ese mismo momento, como entendiendo entre líneas algo que no estaba allí. Laurie le puso su mano en la mejilla y añadió -: Vuelvo en dos días. Si aún te interesa, podríamos cenar juntos.

KAINE: Y, bueno, tenemos una cita esta noche. Aún no sé como lo haré para no parecer nervioso.

KAFKA: Dado que ahora mismo pareces bastante ilusionado al respecto, sólo puedo decirte que confíes un poco en ti mismo. Lo demás suele venir rodado. Y te lo dice alguien que no está nada acostumbrada a esas cosas.

KAINE: Gracias, doctora. En fin....creo que se ha acabado mi hora.

KAFKA: Sí, así es....Miles. Ha sido muy agradable, de veras.

KAINE: Sí, lo ha sido.

"En conclusión, creo que el sujeto Kaine está cambiando positivamente desde su inicio en el cuerpo. Si consigue mantenerse así, creo sinceramente que dará el giro a su vida que realmente espera y merece. Por mi parte, ver como alguien tan sumamente inadaptado como él se integra tan bien en un proyecto que, a todas luces, le resultaba tan ajeno, me hace sentir inspirada por primera vez desde que esto empezó. Espero que dure, de verdad, y que ambos encontremos por fin lo que andamos buscando: utilidad.

Fin de la transcripción."

EPILOGO

Sala de reunión número 24 del Heli-transporte de SHIELD, división de asuntos internos. Adriana Phelps, que ha pasado prácticamente toda su vida adulta trabajando para la agencia, concluye su ponencia ante el comité rector de AAII, sabiendo que, lo que consiga con ello, la encumbrará dónde ella siempre quiso estar.

Reúne sus notas y golpea con ellas en la mesa, alineando las hojas y llamando la atención de los agentes del comité:

- Estos son los datos, señores. A falta de pruebas más tangibles, que mi equipo está reuniendo en estos momentos, puedo concluir que el agente Kaine se sobrepasó en el uso de la fuerza al eliminar a Dwight Fallon¹ y que el coronel John Jameson encubrió lo que, claramente, fue un asesinato.

Los cuatro agentes del comité dialogan entre ellos un instante, para satisfacción de Phelps. Finalmente, el portavoz interviene:

- De acuerdo a lo planteado, agente Phelps, le concedemos venticuatro horas para que reúna todas las pruebas necesarias y proceda, según el reglamento, con el expediente sancionador de los agente Jameson y Kaine.

PROXIMO NUMERO: Una cena romántica en Washington desemboca en zona de guerra cuando el Rino aparece en escena. Además, una revelación que os dejará sin aliento.

1.- Visto en KAINE #6.

LA MARCA DE KAINE

Me despido de momento hasta el próximo número.

Nos leemos.