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Estela Plateada. Señor del Fuego. Legado. Sota de Corazones. Bill Rayos Beta. El Hombre Imposible. Poseedores de poderes sobrehumanos que han jurado preservar el status quo del Universo.
 
Poderes Cosmicos

PODERES COSMICOS VOL. 2 #33
Duelo de Titanes1
Guión: Bergil

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Portada: Dibujada por John Romita Jr. y entintada por Dan Green. Sobre un fondo estrellado, a la izquierda aparece Sota de Corazones, mientras que a la derecha aparece el Señor del Fuego, ambos en además de lanzarse uno contra otro. En un segundo plano (al fondo, podríamos decir), aparecen Nova y el Hombre Imposible peleándose por el Nulificador. Por encima y detrás de ellos, y semitransparentes, aparecen Thanos (detrás de Sota) y Galactus (detrás del Señor del Fuego). A señalar que, mientras que el Señor del Fuego tiene el aspecto que últimamente le ha dado Romita (es decir, no se distinguen de su cara más que los ojos), Thanos tiene un aspecto más tradicional, con los cuernos de su máscara más grandes de lo que aparecían en los números 21 a 25 de El poderoso Thor en su versión Marvel. Vamos, que es como si Romita hubiera tenido tiempo de dibujar la portada, no de haberla hecho deprisa y corriendo.

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En la cabina de mando de su nave espacial Gamora repasó los últimos acontecimientos.

El mestizo de terrestre y contraxiano conocido como Sota de Corazones había recibido de Thanos de Titán el encargo de obtener la posesión del Nulificador Supremo, aunque el titán no le había dicho que el objeto que buscaba fuera el arma más poderosa del Universo. Con su desconfianza habitual, Thanos envió a Gamora para vigilarle. Cuando Jack Hart llegó donde se encontraba aquel peligroso objeto, se encontró con que había dos aparentemente iguales, por lo que se llevó ambas. Sin embargo, una de ellas se reveló como el incordio espacial conocido como el Hombre Imposible. Que Gamora recordara, sólo su antiguo compañero Pip el troll podía llegar a ser tan exasperante.

El Hombre Imposible, tan rápido como pudo, intentó alejarse de Sota, pero éste se percató de la ausencia del objeto y deshizo el trayecto recorrido hasta dar alcance de nuevo al poppupiano. Para acabar de complicar las cosas, en ese momento hizo su aparición Nova2, que también buscaba el Nulificador. Cuando el Hombre Imposible intentó escapar de nuevo, Sota y Nova intentaron detenerle lanzando un rayo, con tan mala fortuna que fueron ellos los que perdieron el conocimiento, mientras que poppupiano y Nulificador desaparecían3.

Gamora ponderó sus alternativas. Finalmente, decidió seguir a la expectativa. Si la que una vez fue conocida como la mujer más peligrosa del Universo seguía con vida, era porque había aprendido cuándo debía permanecer al margen4.

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- Si no me hubieras distraído, ahora no tendríamos que perseguir a ese incordio espacial -dijo Sota de Corazones.

- Querrás decir que si tú no me hubieras interrumpido -contestó Nova, con una mueca-, ahora tendríamos en nuestro poder ese maldito aparato.

- Que yo lo tendría, querrás decir. Yo lo encontré primero.

- ¿Estás loco? ¿Para qué lo quieres? ¿Sabes acaso el peligro que representa? Sólo en poder de Galactus estará seguro.

- No sé de qué se trata ese maldito cacharro, ni para qué demonios sirve. Sólo sé que me han encargado que lo encuentre, y eso es lo que pienso hacer.

- ¿Quién? ¿Quién puede estar interesado en semejante arma?

- No puedo decírtelo. Lo único que puedo decir es que para mí resulta absolutamente vital conseguir ese Nulificador. Y no exagero en absoluto, cuando califico la necesidad de vital.

- En tal caso, tendrás que pasar por encima de mí para obtenerlo -dijo Nova, acelerando.

- Si es necesario... -dijo para sí Sota, aumentando a su vez su velocidad.

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En las tumbas reales del Palacio Real Troyano, Armageddón se enfrentaba al cuerpo reanimado de su hijo.

- No pienses que no te conozco, engendro. Los Troyanos oímos hablar de los Tecnarcas hace ya muchos siglos, y no nos inspiráis el más mínimo temor.

- Pues deberíais temernos. De hecho, aunque te niegues a admitirlo, no eres ya más que un cadáver que camina...

- Hablas mucho, abominación biomecánica. Veamos si respaldas tus palabras contra el poder cósmico... -replicó Armageddón lanzando una sucesión de rayos contra su enemigo.

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Mientras cruzaba el espacio, en persecución de Nova y del Hombre Imposible, Jack no dejaba de preguntarse cómo era posible que Thanos hubiera triunfado tan rápidamente allí donde Mentor, I.S.A.A.C. y toda la ciencia de Titán habían fracasado: determinar el origen de su dolencia, y hallar una cura para la misma. Sin embargo, otro pensamiento, avanzando desde lo más profundo de su mente, emergió y se impuso a todos los demás, incluso a la búsqueda que estaba llevando a cabo. Ante sus ojos se presentó, claro y nítido como si la tuviera ante sí, el rostro a la vez bello y severo de Ganímedes. ¿Podría ella, pensó Jack, comprender por qué Sota había tomado la decisión que había tomado? Ella, especialmente, entrenada y adoctrinada para enfrentarse a un déspota galáctico sin entrañas, ni más sentimientos que una ambición sin tasa, desmedida... alguien muy parecido al ser al que ahora el contraxiano estaba prestando sus servicios.

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Por su parte, Nova también dejaba vagar sus pensamientos. Nacida en la tierra como Frankie Raye, la situación desesperada del Devorador de Mundos5 la impulsó en convertirse en heraldo suyo. Desde entonces, toda su existencia giró alrededor de Galactus, sintiendo por él lo más parecido al amor que alguien que era poco más que humano podría sentir por alguien que era poco menos que un dios. Sin embargo, el ser sustituida por el despiadado Morg6 dejó su vida carente de sentido; y su posterior y aparente muerte7 no mejoró la situación. Una vez "resucitada8", se encontró con que Galactus había desaparecido9. No fue hasta que, para salvar el Universo de la destrucción, los héroes trajeron de vuelta a Galactus10 cuando Nova volvió a tener un propósito en su existencia, como heraldo de Galactus junto al Señor del Fuego.

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A pesar de las descargas realizadas, el oponente del monarca troyano continuaba en pie. Armageddon no dejó traslucir su asombro, pero lo cierto es que estaba sorprendido. No resultaba habitual para un ser de su poder encontrar rivales capaces de soportar semejante nivel de castigo11. Iba a disfrutar mientras le reducía a cenizas...

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Finalmente, Sota de Corazones y Nova habían logrado dar alcance al Hombre Imposible. A pesar de sus considerables poderes, el poppupiano no era rival para un Heraldo de Galactus y el ser que había revitalizado todo un sol12. Al menos, no en términos de poder puro. Si se hubiera enfrentado sólo a uno de ellos, quizá, pero ¿a los dos? Imposible.

Para acabar de complicarle las cosas, captó por el rabillo del ojo algo que sus perseguidores no habían percibido. Rápidamente, tomó una decisión: por una vez, una sola vez en toda su vida, iba a actuar con sensatez.

Dicho y hecho. El Hombre Imposible frenó en seco y se dio la vuelta. Sus perseguidores, sorprendidos, se detuvieron también a una docena de metros del poppupiano.

- ¿Qué pretendes? -exclamó Nova. Por lo poco que sabía del Hombre Imposible -conocimientos adquiridos, fundamentalmente, en el tiempo que fue miembro oficioso de los Cuatro Fantásticos13-, una cosa tenía especialmente clara: no convenía bajar la guardia con él en ningún momento.

- Esto ya no es divertido -dijo Impy, serio-. Ya no me interesa esta fruslería. Si tanto la queréis, quedáosla - y arrojó el Nulificador hacia ellos. A continuación, desapareció.

Nova y Sota de Corazones se miraron sorprendidos. Pero su asombro duró sólo un instante. Inmediatamente, ambos se lanzaron hacia el objeto que los dos perseguían. Sin embargo, ninguno de ellos pudo hacerse con él. Un nuevo contendiente entró en liza y, moviéndose más deprisa de lo que el ojo podía seguir, pasó por delante suyo como una exhalación y se apoderó del Nulificador Supremo. Luego, se giró hacia Nova y Sota de Corazones.

- ¡¿¡Tú!?! -exclamó la heraldo de Galactus-. ¿Puedo saber qué haces aquí?

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Armageddon estaba empezando a preocuparse. Por más y más poder que convocara, se veía incapaz de derrotar a su enemigo. Concentrándose, empleó toda su voluntad en reunir la mayor cantidad de energía posible en una sola descarga que, esperaba, resultara suficiente para poner fin a la contienda.

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El Señor del Fuego observó en silencio a su compañera Nova y al mestizo contraxiano, mientras sostenía en su mano el Nulificador Supremo. Las caras de ambos reflejaban elocuentemente lo que pasaba por sus mentes. Mientras que Sota de Corazones comenzaba a admitir que le iba a resultar punto menos que imposible el cumplir la misión que se le había encomendado, Nova estaba claramente decepcionada por lo que pensaba era una falta de confianza de su amo en su aptitud, al enviar tras de ella a un refuerzo como el xandariano.

Finalmente, viendo que los otros no mostraban signos de ir a hablar, fue Pyreus Kril el que rompió el embarazoso silencio:

- Parece, Sota, que te vas a quedar si este cacharro.

- Eso parece, sí -masculló Sota de Corazones.

- No creas que me satisface esta situación. En el pasado hemos actuado como aliados14, y no es descartable que volvamos a estar del mismo lado en el futuro. Sin embargo, en esta ocasión nuestros intereses son contrapuestos.

- ¿Serviría de algo el que te dijera que es vital para mí el conseguir ese objeto?

- En absoluto. El bienestar de uno solo no puede anteponerse al bienestar de la mayoría15. Máxime en este caso, en el que esa mayoría es el resto del Universo. Créeme que lo siento, Sota.

- Sí, ya... bien, ya volveremos a vernos... aunque espero que sea dentro de mucho, como comprenderás.

Cuando quedaron a solas, las llamas en la cabeza de Nova crepitaron con furia. Se giró hacia el Señor del Fuego y le espetó:

- ¿Qué demonios haces aquí? ¿Es que Galactus no confía en mí lo suficiente como para dejarme cumplir esta misión yo sola? ¿Te ha enviado a vigilarme, a ayudar a la pobrecita Nova? ¿Es eso?

- Hey, chica, calma... -dijo Pyreus, alzando las manos con las palmas hacia adelante eun un ademán apaciguatorio-. Está mal que yo lo diga, pero contén un poco ese fogoso temperamento tuyo, y no seas tan mal pensada, ¿eh? Galactus no sabe... o, por mejor decir, Galactus no me ha mandado detrás de ti. He venido yo por mi cuenta, mientras él descansa después de haberse alimentado. Así que, si quieres echar las culpas a alguien, que sea a mí. Y no es que no me fíe de tí, pero es que el Nulificador es un objetivo demasiado goloso como para arriesgarnos a perderlo, ¿comprendes?

- Bueeeno, de acuerdo -dijo Nova, a regañadientes-. Entonces, será mejor que volvamos, antes de que el amo despierte.

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Sota aterrizó a escasos metros de la vivienda de Thanos. Estacionada en un campo cercano estaba la nave de Gamora, en la misma posición en que se encontraba cuando el contraxiano partió a cumplir su misión. Cuando Sota comenzaba a subir los escalones de la entrada, el titán loco traspasó el umbral de la casa, las manos a la espalda y el ceño tan fruncido como de costumbre.

- ¿Y bien? -preguntó.

- No lo tengo.

- Entonces, ¿qué haces aquí?

- Llegó a estar en mi poder, lo juro, pero los heraldos de Galactus me lo arrebataron.

- ¿¡¿Qué?!? -bramó Thanos.

- Lo siento...

- No me lloriquees. No lo soporto -dijo agriamente Thanos-. De acuerdo, vete. Ya te llamaré si es que decido encargarte alguna nueva misión -y, dando la vuelta, entró nuevamente en la casa.

Una vez hubo desaparecido de la vista de Sota, su rostro cambió, y una media sonrisa hizo más amenazadora si cabe su expresión.

- Bien bien bien...

- No lo entiendo, Thanos -dijo una voz a la espalda-. ¿Cómo puedes estar tan satisfecho, si Jack ha fracasado?

- Mi querida Gamora -repuso Thanos con calma-, no alcanzas a ver la totalidad del asunto. Esta misión no era más que una finta, un movimiento más dentro del esquema total del juego. El que Galactus enviase a sus perros de presa para hacerse con el Nulificador era una contingencia calculada; aún diría más, esperada. No era el momento de enfrentarme al Devorador de Mundos. Cuando lo haga, será en mis condiciones. ¿Queda claro?

- Cristalino -repuso Gamora, saliendo del edificio.

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Cuando sus heraldos regresaron, Galactus seguía reposando, digiriendo las energías que sustentaban su existencia. Nova y el Señor del Fuego esperaron a que despertara.

- ¿Tienes lo que te pedí, heraldo?

- Sí, amo. Aquí está -dijo Nova, volando hasta Galactus y dejando el Nulificador Supremo en su mano.

- Muy bien.

Cuando el devorador de mundos quedó a solas, observó con atención el objeto que descansaba en su palma. Tan diminuto como resultaba, en comparación con las titánicas dimensiones de Galactus, y resultaba ser uno de los objetos más poderosos del Universo, capaz de amenazar su misma integridad. Galactus recordó cómo en el lejano pasado, cuando apenas había dejado de ser Galen, el arma llegó a su poder para impedir que fuera usado, salvo para acabar con una amenaza que no pudiera destruirse de otro modo16...

Sin embargo, el Universo había demostrado ser perfectamente capaz de protegerse él mismo17. Observando su forma de cinta sin fin18, Galactus pensó que era hora de cerrar el círculo. Se concentró un instante y el Nulificador comenzó a levitar, para desaparecer con un destello. Girándose, Galactus dedicó su atención a lo que había sido su tarea desde su nacimiento, hacía ya mucho tiempo...

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El humo desapareció, y sólo Armageddon seguía en pie. Su enemigo no era más que una masa de circuitos fundidos e irreconocibles. Por desgracia, el proceso había supuesto también la vaporización del cadáver de Trauma.

Aunque nadie podía oir sus palabras, Armageddón silabeó en voz alta, como para que pudiera ser entendido claramente:

- Juro por todo lo que es sagrado que los culpables de este sacrilegio pagarán lo que han hecho...

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EPÍLOGO I

El Universo había comenzado a enfriarse. Las primeras galaxias, aún jóvenes en la escala cósmica, ya habían visto nacer y morir incontables generaciones de seres vivos. Dentro del inmenso cubo, una mano enguantada, de tamaño gigantesco, se extendió. En el centro del guantelete metálico se produjo un breve destello de luz, y el Nulificador Supremo se materializó. El círculo se había cerrado... de nuevo.

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EPÍLOGO II (que también es un prólogo)

Ganímedes salió del Star Stop Café y comenzó a deambular sin rumbo fijo. Una extraña sensación dirigía sus pasos. Cuando dobló una esquina, chocó con algo blando a rayas rojas y naranjas. Retrocediendo unos pasos, se dio cuenta de que acababa de toparse con las posaderas de un ser antropomorfo gigantesco.

Volviéndose, el gigante mostró su rostro. A pesar de su apariencia adulta, sus rasgos dejaban traslucir su espíritu infantil.

- ¡Oh, hola! Enilwen no te conoce .¿Quién eres tú?

- Mi nombre es Ganímedes -replicó, con prevención, la Célibe.

- ¿Quieres ver la colección de rocas de Enilwen? Desde que Razorback y Taryn volvieron y nacieron los bebés, nadie quiere estar conmigo...

No teniendo nada mejor que hacer, Ganímedes accedió, vencidos ya sus recelos. Siguió al gigante hasta que éste se detuvo y comenzó a enseñarle sus rocas. Cuando llegó a la última, Ganímedes se sorprendió. Aquel tamaño, la forma, la pulsación energética, apenas perceptible... ¿Sería posible?

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1.- No, no es el duelo en el O. K. Corral, ni tampoco la película de Harry Hanlim con efectos especiales de Ray Harrihausen.

2.- No, no el terrestre con influencias xandarianas, sino la terrestre heraldo de Galactus.

3.- Corto, clarito y conciso resumen de lo ocurrido en el número anterior. Y lo he metido dentro del número, sin tener que poner un apartado especial de Resumen de lo ocurrido hasta ahora.

4.- Por la vía dura, como pudo verse en Warlock y la Guardia del Infinito #9.

5.- Se vio en Los Cuatro Fantásticos # 244.

6.- En Estela Plateada vol. 3 # 70.

7.- En Estela Plateada vol. 3 # 75.

8.- En Poderes Cósmicos # 12 (es que me encantan las autorreferencias).

9.- En Estela Plateada vol. 3 # 109

10.- En la ya clásica (espero...) Emociones Primarias. En concreto, el gran G volvió en el último episodio de la saga, en Poderes Cósmicos # 25 (otra autorreferencia, otra...).

11.- Por ejemplo, Estela Plateada, en El increíble Hulk # 416.

12.- En Sota de Corazones # 4.

13.- Entre los números 238 y 244 de la colección.

14.- En los números 10 a 12 de esta colección. Pero palabra de honor que esta autorreferencia no es intencionada...

15.- Un no-premio para el que cace esta referencia ;-{Þ>

16.- Él mismo, cuando su hambre estuviera fuera de control, y su amenaza fuera mayor que su necesidad para el Universo, como puso de manifiesto Walt Simonson en el ya clásico Los Cuatro Fantásticos # 341.

17.- Por ejemplo, en Emociones Primarias (esta autorreferencia sí que fue intencionada...)

18.- Con independencia de las licencias artísticas que se tomen los dibujantes a la hora de plasmarlo, el Nulificador Supremo tiene forma de cinta de Moebius, por lo que es un objeto con una sola cara.

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En el próximo número: ¿Qué hay en la roca que posee Gran Enilwen que interesa tanto a Ganímedes? ¿Escaparán los creadores de Kismet? ¿Qué es lo que aguarda a nuestros héroes? Para conocer las respuestas a (algunas de) estas preguntas, tendrás que leer Poderes Cósmicos #34.

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En cualquier caso, no dejéis de leernos, y escribid a Autopista hacia el espacio - Correo de los lectores (poderes_cosmicos@marveltopia.net) con cualquier duda o comentario que os surjan. Que no muerdo, caramba, y es muy agradable recibir e-milios (incluso aunque sean críticos).

 
 
   
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