Generación-X #48

generacionx48La nueva generación de mutantes necesitaba preparación para enfrentarse al mundo que les rodeaba. Por eso nació la escuela de Generación-X situada en la Academia Xavier, Massachussets. Regida por Emma Frost, antigua Reina Blanca y Banshee, un ex hombre-X, ha intentado estar a la altura de las circunstancias.

#48 – La matriz Asgard IV
Invierno

Por Tomás Sendarrubias


Fecha de publicación: Mes 186 – 10/13


Somos Falange.

Somos Falange.

Somos Falange.

Somos…

La letanía se repite una y otra vez en varios niveles, y Emma Frost no puede evitar repetirla dentro de sí misma también, o de ese pequeño rincón que se permite seguir llamando «Emma Frost», su yo dentro de la mente de colmena que es Falange. Somos Falange. Asimilamos. Destruimos. Un imperativo genético de conquista absoluta al que Emma se veía arrastrada, con el drama añadido de ser consciente de ello. Sabía que no debía ser así, Falange asimilaba a sus víctimas hasta el punto de que literalmente, estas dejaban de existir. Pero ella era Emma Frost, y desde luego, no estaría nada satisfecha limitándose a dejar de existir… así que no lo haría.

Desliza sutiles tentáculos telepáticos hacia el exterior de su pequeña burbuja, un reducto que mantiene gracias a toda su fuerza de voluntad y a su increíble pericia telepática. Quizá Charles Xavier fuera el telépata más poderoso del mundo, pero aún estaba por ver quien los tenía mejor puestos. Y desde luego, ella tenía mejores piernas. Como celebrando su pequeña victoria personal, su pequeño y absurdo sentimiento de competitividad, Emma avanza con más valentía, esquivando las sondas informáticas que Falange tiene dentro de su propia consciencia. No tenía previsto ser asimilada por ellos, pero desde luego, aquella era la mejor forma de traer qué se traían entre manos, aunque el precio, parece que sería su propia vida. Un galimatías binario, una tormenta de 1 y 0 está a punto de hacerla retroceder de vuelta a su pequeña semilla, o incluso más allá y zambullirse directamente en la consciencia colectiva de Falange, dejándolo todo de lado, olvidándolo todo. Al fin y al cabo, ¿qué mayor comodidad que no conciencia que ofrecía Falange, el olvido de todo y de todos, una línea de pensamiento vacía, sumida en la mente de colmena en busca del bien común, del bien mayor, del Imperativo? Somos Falange, Falange crece, domina, conquista, asimila. Somos Falange.

Cuando se ve ante la imagen del cuerpo dominado de Paige Guthrie, Emma afianza sus lazos, su vínculo con su propio pensamiento, con su individualidad dentro de Falange. «Eres muy hija de puta, Emma Frost», piensa aquella parte de ella que quiere sumergirse en el colectivo a su propio subconsciente. Si han llegado a Paige ha sido a través de ella, y no piensa perder más estudiantes, más niños. El drama de su existencia, de su vida, era que nadie había entendido nunca que todo lo que Emma había hecho, lo había hecho por los niños, para protegerles. Nadie lo había entendido hasta Sean Cassidy y Xavier, y para ello, había hecho falta que sus niños murieran. Había tratado de mantenerlos con vida, de convertirles en los grandes dirigentes del mundo, les había enseñado todo lo que ella creía saber de la vida, y lo único que había conseguido había sido ponerlos en el camino de un loco que les había asesinado. No dejaría que hicieran lo mismo con los niños que habían sido arrastrados con ella hasta Asgard, y empezaría salvando a Paige Guthrie aunque fuera una repelente sabelotodo… y representase todo aquello en lo que Emma siempre había creído, por más que jamás admitiera eso en público. Para Emma Frost, Paige Guthrie era el futuro de los mutantes, y Emma no la iba a dejar allí.

Y además, si un ser tan… impreciso como Douglock podía haber mantenido su independencia frente a Falange… ¿no iba a ser ella capaz de lo mismo?

Observa atenta cómo se mueven los núcleos que conforman la totalidad de Falange, su trabajo de hormiguero alrededor de su Torre de Babel multidimensional y alimentada con la magia de Asgard. Asimilación y dominación, todo se orienta hacia esas directivas, y a la protección del Yggdrasil, el Fresno Mundial que Falange estaba convirtiendo en una gran antena. El objetivo: asimilación y dominación. Es tan repetitivo que siente ganas de reír. A través de su dominio de Asgard y del Árbol, Falange podría acceder a la conquista de los Nueve Mundos conectados a través del Fresno Mundial, y la magia de Asgard se convertía en una batería de poder prácticamente inagotable. Como una más de las inteligencias que formaban parte de la Mente Colmena de Falange, Emma examinó los recuerdos colectivos de la entidad, cómo habían engañado a Malekith, siempre adverso a Asgard para que les permitiera el paso a su reino, y como a través de allí habían lanzado su ataque masivo sobre el Reino Dorado. Asgard había caído víctima de la sorpresa, ni siquiera el poder de los Ases había podido hacer frente a la infección tecnorgánica masiva de Falange. Ahora, Shimtar se preparaba, como heraldo de Falange, para en cuanto la gran Torre de Babel del Yggdrasil se pusiera en funcionamiento, lanzar su ataque sobre los reinos de Nidavellir y Alfheim. A través de los ojos colectivos de Falange, Emma lo ve perfectamente claro: una vez que la Torre de Babel entre en funcionamiento, no habrá modo, humano o divino de detener a Falange.

-AGENTE EXTERNO DETECTADO/ASIMILACIÓN ERRÓNEA/PROCESO DEFECTUOSO. ALARMA DE PENSAMIENTO INDEPENDIENTE. ALERTA BETA, SUJETO EMMA FROST/REINA BLANCA. SONDA TELEPÁTICA NO PERMITIDA, REVISAR PARÁMETROS DE ASIMILACIÓN.

Estupendo, piensa Emma, decidiendo mandar al carajo todo el sigilo con el que se había movido. Había presionado más de lo que debía, había pisado en el disparador de la trampa, y ahora la bola gigantesca la perseguía por el pasillo subterráneo, no tenía más remedio que correr… sólo que ella ya no dominaba su cuerpo. Convertida en un pensamiento errante dentro de su propia mente, y sintiendo como las garras cibernéticas de Falange se hundían más y más en lo que había sido su consciencia y su determinación, Emma se concentra y lanza un solo pensamiento, un grito telepático con un destinatario único, la única persona del mundo de la que Emma se siente tan cerca como para estar segura de que lo escuchará, incluso en aquella tierra que le es ajena.

Y luego, Emma Frost se ve saturada por el dominio de Falange, aunque lo hace con una alegría final. Ha sido vencida, pero jamás se ha rendido.


Observatorio de Heimdall.

-Oh no…-masculla Billy, situado en el sitial que, de no haber estado dominado por la Falange, debía estar ocupando Heimdall, el guardián de Bifrost, el Puente del Arco Iris. Había pensado en algún lugar seguro cuando había utilizado sus poderes para alejarse de Yggdrasil y del ataque de Falange que había absorbido a Paige y la señorita Frost, aunque su idea de un lugar seguro en aquellos momentos era más bien el Castillo de la Encantadora, donde habían dejado al resto de los suyos. Necesitaban al Señor Drake, necesitaban un plan… pero Kelda y él habían aparecido allí, en el Observatorio de Heimdall, una gran torre situada al borde del abismo que era el espacio entre los Mundos bajo la que se iniciaba el puente mágico, con los siete colores del Arco Iris. Kelda está junto a él, y a pesar de su belleza, parece pequeña y taciturna, como si por fin se hubiera dado cuenta de que su mundo estaba perdido y no podían hacer nada por evitarlo. Era obvio que aquel lugar era mágico, cuando Billy miraba por alguna de las ventanas de la torre, veía diferentes lugares de los Nueve Mundos, todos ellos lejanos y sorprendentes para el muchacho, y en aquellos momentos, su propia inquietud había hecho aparecer ante él el Castillo de la Encantadora. Allí estaba viendo cómo el ejército de los muertos de Hela cercaba la fortaleza, estaba viendo como sus compañeros hacían frente a una diosa y una legión de monstruos y gigantes… y estaba viendo el cadáver de Júbilo-. No no no no…

-La muerte es una constante del mundo, Billy-dice Kelda, mirando con tristeza a Wiccan-. Y si todo sigue así, pronto envidiaremos a la niña. La muerte es un camino mucho mejor que la esclavitud a Falange, al menos hay honor en morir como guerreros.

-No creo que la vida y la muerte sean cuestiones de honor, Kelda, sino de vida y de muerte. Si no detenemos a Falange, Júbilo habrá muerto para nada, y esas cosas entrarán en mi mundo. Allí está mi familia, mis amigos… Y Ev. Everett está aquí, y morirá o algo peor, y no voy a permitir que acaben como Paige y la señorita Frost. Así que por favor, deja de lamentarte y ayúdame.

-¿Cómo puedo ayudarte, Billy?-gimotea ella-. ¡No soy más que una sombra de lo que fui, esas cosas me han quitado casi todo mi poder, mi magia no funciona!

-Pero la mía sí. Sea lo que sea que hago, mi magia si funciona. Y tú sabías que eso ocurriría, por eso viniste a buscarme. ¿Quién eres de verdad, Kelda?

-Sólo Kelda-replica la muchacha, pero sus mohines desaparecen, y sus ojos se clavan serios en Billy. Las sombras tras la muchacha parecen bailar, y hay un graznido lejano, pero ella niega con la cabeza-. Solo Kelda de los Aesir. Soñé contigo, Billy, y mi sueño era cierto. Tu poder funciona aquí, tú puedes hacer posible lo imposible.

-Pues hagámoslo-gruñe él, y ella asiente-. Ya he perdido a una compañera, no quiero perder a nadie más.


Castillo de la Encantadora.

-¡Júbilo!-grita Bobby Drake, con un alarido sordo retumbando dentro de su cabeza, sin poder creer lo que ha visto, cómo la diosa de la Muerte ha arrancado el alma a Júbilo, dejando su cuerpo vacío, como una carcasa vacía en el suelo. Bajo la estructura de hielo que le sostiene, escucha gritar también a Everett, mientras Nezhno se interpone entre su amiga caída y los carroñeros de Hela, decidido el Wakanda a que nadie profane el cuerpo de su compañera. Una docena de lanzas de hielo caen desde las alturas, alcanzando a varios de los guerreros de Hel, que quedan empalados contra el suelo por las jabalinas del Hombre de Hielo. Sincro enlaza con los poderes de Nezhno, y de inmediato su cuerpo se hincha, con los músculos a punto de reventar por la tensión contenida. Con un grito, Sincro salta sobre Hela, dispuesto a hacerle pagar la muerte de su mejor amiga, ciego de rabia e incapaz de ver que se lanzaba a una muerte segura, que el mero toque de la diosa podía arrojarle directamente a la muerte. Desde donde está, el Hombre de Hielo siente que no puede hacer nada, que también perderá a Everett, como ha perdido a Júbilo… pero contra todo pronóstico, Sincro alcanza a Hela y Hela retrocede.

-¿Qué…?-exclama sorprendida la diosa de la muerte, no menos sorprendida que el propio Bobby Drake, mientras se ve obligada a encajar un nuevo golpe del muchacho, que literalmente, resplandece, con un brillo casi cegador.

¿Robert?

La voz de Emma resuena como un chirrido en la cabeza del Hombre de Hielo, que observa atónito como la luz dorada que emana de Sincro continúa aumentando, como un foco, chispeando y bailando alrededor de él, atrayendo la atención del ejército de Hela, lo que permite a Nezhno hacerse con el cuerpo de Júbilo y correr hacia el castillo. Bobby mira hacia atrás, pero no hay rastro de Michael en las torres. Y entonces, siente un acceso de angustia, y una punzada de dolor casi físico le atraviesa de arriba abajo, haciéndole caer de rodillas en su propia plataforma.

¡Júbilo!, exclama Emma dentro de su cabeza, y siente su gemido, siente como sus ojos se llenan de lágrimas que no son suyas. ¡No, no, no, no otra vez no!

La mente de Emma Frost parece perderse dentro de la suya, el hielo que le cubre cruje, como si estuviera preparándose a crecer, y tiene que esforzarse para darle el equivalente psíquico de una bofetada.

-¡Emma!-dice-. No te podemos perder ahora, no te puedes poner histérica ahora. ¡Te necesitamos!

Han matado a otro de mis niños, Bobby, hemos perdido a Júbilo, no…

-Todos vamos a morir, Emma. Hela está aquí. Sincro está aguantando contra ella, pero… no sé lo que esto va a durar. ¿Dónde estás?

Aquí, en tu mente. En este momento, mi cuerpo y la mayor parte de mi voluntad han sido dominados por Falange. Pero necesitaba esconderme, necesitaba un refugio… y te necesitaba a ti. Hay una manera, Bobby, hay una manera de hacer retroceder a Hela y de entorpecer a Falange, pero te necesito.

Haré lo que necesites, Emma…

A ti, Robert. Te necesito a ti.

Emma da un paso hacia delante, y Bobby ahoga un grito cuando nota que la mente de Emma Frost toma el control de su cuerpo. Hace mucho tiempo, tras un accidente, Emma Frost había escapado de su cuerpo al de Bobby, le había dominado, y había utilizado sus poderes de formas que a él jamás se le habría ocurrido hacer. Con ayuda de Xavier había vuelto a su propio cuerpo, pero el vínculo que se había creado entre Emma y Bobby era algo que nadie había conseguido romper. Y en aquel momento, Emma volvía a estar allí, al frente de Bobby, y sintiendo como propios sus recuerdos, sus pensamientos, sus sentimientos…

Bobby, susurra en su mente, al darse cuenta de lo que allí hay, de lo que el Hombre de Hielo siente por ella, pero no es el momento de esa conversación, no es el lugar, ni siquiera sabe si realmente habrá tiempo para ella. Con un estallido de escarcha, el cuerpo de Bobby Drake desaparece, convertido en cristales de nieve, sólo para reconformarse a unos pasos de Hela, congelando la humedad del ambiente. Sincro continúa resplandeciendo, y Emma puede ver destellos alrededor de él, destellos que parecen rostros, murmullos de un millar de voces, mientras Everett mira hacia Hela, con ojos que no son suyos, unos ojos blancos y resplandecientes.

-¡Hela!-grita Emma, convertida en una gran figura de hielo, llena de aristas y púas, con los ojos clavados en la diosa de la Muerte. Un enorme lobo corre hacia ella, uno de los cachorros de Gamr, pero Emma alza la mano, y el gigantesco animal se detiene de inmediato antes de estallar, congelada el agua de cada una de sus células. La diosa se gira hacia ella, mientras  su ejército asalta a Sincro. Docenas y docenas de no muertos estallan en cenizas con cada uno de los golpes del chico.

-La bruja de hielo en el cuerpo de hielo-masculla la Diosa, reconociendo el espíritu que puede entrever en el cuerpo de Bobby Drake-. Esto no es nada, mujer. Vuestro truco… no funcionará.

-No es un truco, diosa-responde Emma-. ¿No lo ves? No es un niño quien lucha contra ti. Es Asgard, la misma Asgard. Sincro ha conectado con el espíritu del Reino Dorado, son los dioses, todos y cada uno de ellos, los que te golpean, los que se enfrentan a ti.

-Los doblegaré. Los dominaré a todos, serán míos antes de que esos conquistadores de otros mundos tomen lo que es mío…

-Todos serán libres. ¿Puedes aguantar ahora a Asgard?-dice Emma, y de pronto, Hela nota algo extraño: frío. Un frío gélido que atraviesa sus vestiduras, su propia constitución de diosa-. Bien. Pero, ¿puedes aguantar el frío? ¿El frío auténtico? Sólo tengo dos palabras para ti, diosa. Invierno Fimbul (1).


El frío parece congelar las piedras en el interior de la fortaleza de la Encantadora. Nezhno, mientras corre con el cuerpo muerto de Júbilo entre los brazos, casi puede sentir el frío como una sombra que le persigue, y se pregunta qué está pasando fuera.

-¡Michael!-grita, temiendo que algo haya ocurrido dentro del castillo, y que Michael van Patrick no haya podido sobrevivir a ello. Está allí sólo por accidente, no tiene poderes con los que defenderse, y si alguno de los monstruos de Hela ha entrado allí…

Nezhno no quiere seguir esa línea de pensamiento, es más que suficiente con uno de los suyos muerto. Apenas conocía a Júbilo, había hablado con ella un par de veces, había coincidido en alguno de los entrenamientos y alguna clase… pero poco más. Era un mito en la escuela, era Júbilo, ella había estado con la Patrulla-X… Y ahora estaba muerta. Y quizá enseguida estuvieran con ella.

-Dios pantera, ayúdanos-sisea Nezhno, mientras de una patada, abría las puertas de una de las salas, y se detiene en seco al ver el revuelto interior. Tres lobos habían conseguido infiltrarse de alguna manera en el castillo, y ahora, los tres estaban muertos en el suelo de la sala, empapado de sangre, mientras Michael permanecía en una esquina de la sala, sin un solo arañazo y sosteniendo una lanza, que debía haber utilizado para acabar con las criaturas. En cuanto ve a Nezhno, Michael suelta la lanza, y corre hacia su compañero, despejando una gran mesa sin miramiento alguno, donde el wakanda deposita el cadáver de su compañera.

-Tengo que volver ahí fuera-dice Nezhno, y Michael asiente-. ¿Estarás bien?

-Sí-asiente Michael-. Pero quizá no debieras salir. No sé que está pasando, pero el frío… Es como una megatormenta, creo que hay fuera la temperatura está bajando en segundos y sin parar. Tengo la impresión de que sin la protección mágica del castillo, la propia piedra hubiera estallado, y todos estaríamos muertos.

-El señor Drake y Everett están ahí fuera y…

Hay un chasquido seco cuando el aire de la habitación es súbitamente desplazado, y a pocos pasos de Nezhno, aparecen Wiccan y Kelda, ambos con aspecto cansado.

-¿Qué?-pregunta Nezhno-. En nombre de la Pantera, estáis bien. ¿Dónde están la señorita Frost y Paige? Júbilo…

-Está muerta, lo sabemos-dice Billy, suspirando y mirando hacia el cadáver-. Paige y Emma… bueno, quizá estuvieran mejor muertas también. Ahora son Falange.

-Invierno Fimbul…-susurra Kelda atónita, acariciando la piedra de la pared con los dedos, y notando como el hielo parece crear una piel a las piedras, que se adhiere a sus dedos, y se resquebraja cuando los aparta de la pared, dejando pequeñas manchas de escarcha en su piel.

-El Profesor Drake y Sincro están ahí fuera-dice Michael.

-Drake es quien ha hecho esto-afirma Kelda-. Nos ha traído el Invierno…

-Y eso que no es un Stark-gruñe Michael, negando con la cabeza cuando Kelda le mira inquisitiva-. Supongo que eso significa que no podemos salir a ayudarles.

-Todos los mortales perecen en el Invierno Fimbul-dice Kelda-. Pero en este momento, vuestros amigos no son mortales. Drake es el Invierno, y el muchacho, ha sincronizado con el poder del Reino Dorado, y habla con el poder de Asgard. Es el avatar de todos nosotros, de los dioses… Oh, en el nombre de los dos cuervos, Billy, lo has hecho…

-¿Qué? No he hecho nada…

-Los has traído aquí. Quizá estaba equivocada, quizá… sólo necesitábamos que trajeras a la gente adecuada.

-Pues lo he hecho de pena-gruñe Billy-. Hemos perdido a tres y…

-Podemos liberar Asgard de Falange-dice Michael, y todos se giran hacia él-. Tendremos que hacerlo nosotros cuatro solos, pero… podemos hacerlo.

-¿Cómo?-pregunta Nezhno.

-Yo no tengo poderes especiales, como vosotros… pero se me dan bien muchas cosas, y una de ellas es estudiar. Y aquí había un montón de libros. No entiendo ni palabra, pero he visto unos diagramas en uno de los libros de la Hechicera…

-La Encantadora-corrige Kelda, y Michael asiente.

-De la Encantadora. Diagramas mágicos, rituales y esas cosas. Y son muy parecidos a los sistemas de flujo informáticos. Es decir, muy diferentes también, claro, pero todos los sistemas, al final, siguen las mismas normas. Y eso es algo que sí entiendo. Si eliminamos el centro del diagrama, el centro del flujo, romperemos toda la cohesión de Falange. No hace falta eliminarlos a todos, solo a uno de ellos. Sólo un punto.

-Malekith-dice Billy-. Eso es lo que la señorita Frost trataba de decir. Malekith fue el primero, es el centro del sistema Falange.

-Entonces…-gruñe Nezhno-. Habrá que liberar a ese tal Malekith.


Torre de Babel de Falange, Yggdrasil.

Los ojos purpúreos de Shimtar resplandecen mientras observa la inmensa construcción de la Torre de Babel, la gran antena que les permitirá el acceso a los Nueve Mundos, su expansión y conquista de todas esas dimensiones. Cuando Yggdrasil  estuviera bajo el control completo de Falange, tendrían acceso a los Nueve Mundos y todos caerían bajo su dominio. Svartalfheim ya se encontraba bajo su dominio, había caído con su señor, Malekith. Asgard ya estaba completamente sometida, y pronto llegarían los otros reinos. Helheim, Niflheim, Jötumheim, Vanaheim, Alfheim, Muspelheim… y Midgard, la Tierra. Uno de los pocos mundos que había conseguido rechazar el asalto de Falange, algo que Shimtar no iba a volver a permitir.

Se deleita en la observación de las nuevas adquisiciones de Falange, las dos mutantes procedentes de este último mundo, convertidas en piezas de su construcción, de su dominio de Yggdrasil, una pequeña victoria personal para Shimtar… al servicio de Falange, por supuesto.

-INICIAR PROCESO DE ASIMILACIÓN, FASE FINAL-ordena Shimtar al colectivo-. INICIO DE TRANSMISIÓN YGGDRASIL/FRESNO DEL MUNDO/PORTAL A LOS NUEVE REINOS EN TIEMPO 100 MINUS.

El sonido de centenares de mentes unidas en un colectivo tecnorgánico resuena en el entorno de Yggdrasil, mientras el tiempo y el espacio parecen curvarse cuando la Torre de Babel comienza a emitir en sus miles de frecuencias, a través de los Años Luz y de las branas que separaban los mundos.

100 MINUS.

99 MINUS.

98 MINUS.

La cuenta atrás se inicia al mismo tiempo en todos los segmentos del Colectivo Falange… Cuando la realidad se retuerce alrededor de Shimtar, que grita de dolor mientras siente que se funde, como si le hubieran arrojado al interior de un pozo de acero fundido. Y sin embargo, siente frío, un frío inmenso. El cielo se cubre de gris y la escarcha comienza a cubrir el Fresno Mundial, mientras aquellos que han retorcido así la realidad aparecen a escasos pasos de Shimtar.

-¡Tuyo!-ordena Michael, y Nezhno aparece junto a Shimtar. El avatar Falange trata de alcanzar al wakanda con sus garras, pero es lento, el frío le hace lento, y el muchacho esquiva sin problemas al Falange, mientras sus bandas de vibranium resplandecen. Con un grito de guerra en wakanda, Nezhno se arroja sobre Shimtar, sintiendo que la criatura tecnorgánica, cubierta de escarcha, parece deshacerse en sus manos.

Michael, Billy y Kelda se permiten unos segundos antes de correr hacia el Árbol. Kelda, armada con una lanza que maneja con evidente soltura, se sitúa casi al pie de la Torre, justo a tiempo, pues los cuerpos que forman algunos de los extremos, parecen soltarse con el frío, quebrándose mientras se transforman en el equivalente Falange de los anticuerpos. Uno de ellos se arroja sobre Kelda, gruñendo y extendiendo sus garras, como si tratara de ignorarla y alcanzar a Wiccan y Michael van Patrick, pero Kelda alza la lanza con un movimiento fuerte y rápido, atravesándole el pecho y lanzándolo de nuevo a varios pies del árbol.

-¿Estás seguro de esto?-pregunta Wiccan, mirando a Michael, que asiente con vehemencia, lo que demuestra que realmente, no está nada convencido. Aun así, Billy lanza una mirada hacia Kelda, y pone las manos en el Árbol, mientras siguiendo las notas de un libro de la Encantadora, Michael comienza a trazar en el suelo con un pedazo de tiza una serie de complejos símbolos y runas, que comienzan a brillar en cuanto el muchacho las dibuja en el suelo, como si oscilaran y se movieran, llenas de luz. Billy nota como Falange trata de dominarle a través del Árbol, nota el asalto mental que supone el dominio de la Mente Colectiva, pero como si tratasen de calcular una variable incalculable, los asaltos lógicos de Falange fallan, manteniendo a salvo a Billy, tal y como Michael había previsto.

DameaMalekithdameaMalekithdameaMalekithdameaMalekith…

La voz de Billy se va imponiendo, como una orden que pasa por encima de los sistemas de Falange, al tiempo que el frío del Invierno Fimbul recorre la estructura tecnorgánica de la Falange, fragmentando y agrietando las uniones entre unos cuerpos y otros. La propia estructura de Yggdrasil se sacude, convulsionándose, y entre sus ramas, una figura cae al suelo, chocando con un fuerte crujido cerca de Billy. La cobertura tecnorgánica que le cubre comienza a desprenderse como una falsa piel, y Wiccan, a toda prisa, lo empuja hacia el dibujo diseñado por Michael. En cuanto la figura está en el diseño, este resplandece y cruje, mientras la cáscara de silicio estalla, revelando bajo ella la piel y los ojos de Malekith, Señor de los Elfos Oscuros.

-¿Qué…?-comienza a decir, y en ese momento, se da cuenta de dos cosas. Primero llegan todos sus recuerdos sobre Falange, sobre lo que ha ocurrido. Después, se da cuenta de que está prisionero, de que no puede moverse, y apenas puede pensar-. ¿Cómo os atrevéis? ¿Cómo os atrevéis todos?

-Tú los trajiste-dice Michael sin mostrar el menor miedo ante el furioso Malekith, mientras el frío se hacía cada vez más intenso-. Tú les sujetas aquí.

-No os atreváis-gruñe el Elfo-. Si lo hacéis…

-Amenázanos después, Legolas de segunda-le interrumpe Billy, y Malekith le mira, y por primera vez, Michael cree ver el miedo en los ojos del Elfo Oscuro.

-¡No, no lo hagáis no…!

QueMalekithpierdasumagiaqueMalekithpierdasumagiaqueMalekithpierdasumagia…

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

El grito de Malekith resuena en el Yggdrasil, y a través de los mundos conectados por la Torre de Babel, a través de las dimensiones y el caos. El grito resuena en los Nueve Mundos, y más allá de las estrellas, y hasta las lejanas dimensiones donde Falange tenía su nido, donde la Tecnarquía había crecido y cambiado, y donde esperaban una llamada… que no llega pues solo el grito del Elfo atraviesa el espacio y el tiempo que separan los mundos, cuando los poderes mutantes de Wiccan le cambian por completo, modifican la realidad. La poderosa magia de Malekith, el sello de la presencia de Falange en Asgard, desaparece.

Shimtar lo nota mientras los puños de Nezhno le aplastan. Se ha roto. Han fracasado. Otra vez. Otra vez los mutantes… otra vez…  Lanza una mirada a la Torre de Babel, que se desmorona, a la corteza del Fresno Mundial que vuelve a aparecer bajo las capas caídas de material tecnorgánico. El poder de Falange retrocede, se ha quebrado. Y los dioses vuelven a estar libres.

-Lo hemos hecho-masculla Billy, mirando a su alrededor, y viendo como el cielo se nubla y los rayos caen a su alrededor… unos rayos que obedecen un mandato muy particular-. Pero… ¿dónde está Kelda?


Castillo de la Encantadora.

El frío congela a Hela hasta sus huesos, el viento que emana del Hombre de Hielo parece rasgarla, herirla, jamás la Diosa de la Muerte había imaginado una sensación igual, unida a la humillación de que eran mortales quienes le infligían ese daño. Un niño de piel oscura que golpeaba con el poder completo de Asgard, como si tras él estuvieran Thor, Heimdall, Balder, Hermod, Sif, Hogun, Fandrall, Volstagg, Frey… todos y cada uno de los dioses, la magia y el poder del Reino Dorado; y el Hombre de Hielo, convertido en heraldo de un Ragnarok que amenazaba con acabar con la propia diosa de la Muerte.

-Basta, Emma Frost.

La voz retumba en los oídos de Hela, de Sincro y de la propia Emma, superando a la propia tormenta, al gélido viento, con tal claridad y nitidez que no puede ser ignorada, que no puede ser omitida. Es la voz del Padre de Todos, una voz que nadie puede olvidar. Odín avanza hacia ellos, empuñando una lanza y con sus cuervos, Pensamiento y Memoria, posados en sus hombros. Pero Emma se gira hacia él, con los ojos fríos y furiosos.

-Ha matado a una de mis niñas…

-Y si sigues así, tú matarás a toda la humanidad, niña mía-responde Odín-. Si sigues así, no habrá vuelta atrás, no podrás evitar lo que tú misma provocarás… y lo lamentaremos todos. Para, Emma. Por el resto de tus niños.

Con un grito, Emma abandona el cuerpo del Hombre de Hielo, que cruje y gira hasta tomar de nuevo la apariencia de Bobby Drake.

-Esto no quedará así, Padre de Todos-dice Hela, mientras Everett y Bobby recuperan la conciencia y su propio ser-. He sido ofendida.

-Has atacado Asgard en un momento de debilidad, Hela, has pensado que éramos débiles, y has tomado mucho más de lo que te merecías. Jura que no tomarás venganza de nada de lo que ha ocurrido aquí, que no exigirás compensación por ninguna afrenta imaginaria, ni en la vida de estos muchachos, ni en la de sus amigos, familiares, ni en nadie de su mundo. Júralo o yo mismo montaré en Sleipnir y dirigiré a las huestes de Asgard hacia Helheim. Entraremos en tu reino y lo destrozaremos, y quizá seas tú quien desollada viva se retuerza bajo el veneno de la serpiente, el castigo destinado a Loki, mientras otro se ocupa en tu trono de muerte. Quizá esa valquiria de la Tierra, esa Moonstar. O la mujer que quería tu vida. ¿Crees que no gobernaría sobre Hel y sobre ti con afán? ¿Es eso lo que quieres?

-No-replica ella tras unos instantes-. Nos marchamos, Padre de Todos.

-Bien.

-¿Y eso es todo?-pregunta Bobby-. ¿Y Júbilo? Ha matado a una de mis alumnas… ¿Una reprimenda y a casa?

-No. La niña está muerta, y muerta tendrá que seguir, pero su alma no será de Hela.

-¡No puedes decir eso, Odín!

-Puedo. Y lo hago. El alma de la niña no te pertenece, no la torturarás en tus dominios, Hela.

-Así será-gruñe la diosa y con un gesto, ordena a sus tropas que se retiren. Gigantes y muertos vivientes, cubiertos de escarcha y de hielo se dirigen hacia los barcos que les habían llevado a aquel lugar, dispuestos a volver a los lugares de los que habían salido.

-Lamento vuestra pérdida-dice el Padre de Todos, dirigiéndose a Everett y Bobby, pero este niega con la cabeza-. Vuestros amigos llegan.

Un destello hace que Sincro y el Hombre de Hielo cierren los ojos, y cuando vuelven a abrirlos, Nezhno, Billy, Michael, Paige y Emma Frost están allí. Nezhno sostiene en brazos a Júbilo.

-Nos habéis salvado a todos-dice Odín-. Estamos en deuda con vosotros, y lamento vuestra pérdida. No será en balde.

-¿Dónde está Kelda?-pregunta Billy, preocupado.

-Kelda… ya no está, Billy Kaplan-responde Odín-. Kelda era solo un espíritu, una sombra débil. Un mensaje para los únicos que podían hacer algo por nosotros. Como te dijo, soñamos contigo. Y con los tuyos. Ahora… se ha ido.

-Eras tú.

-No. Y sí. Es complicado, Billy Kaplan. Pero gracias a todos.

-Ya está bien-interrumpe Emma, que abraza a Paige contra sí-. Basta de agradecimientos y de preguntas. Nos trajisteis a salvar vuestros culos, lo hemos hecho, y queremos volver a casa

-Mujer, la insolencia…

-Hemos perdido a una niña, Padre de Todos-dice Bobby-. A una hija para todos nosotros. Insolentes… es lo menos que podemos ser.

Odín contempla unos segundos a Bobby y a Emma y luego a los chicos, y asiente.

-Heimdall se ocupará de vosotros. Cruzaréis Bifrost hacia vuestro mundo. Os lo agradecemos, con todo nuestro corazón.

-Meteros vuestro agradecimiento por el culo-gruñe Emma, pero por suerte para todos, el Padre de Todos decide no escucharla.


Academia Isla Muir.

-Vaya-suspira Michael cuando el Puente del Arco Iris desaparece tras él, con el estómago aún tratando de encontrar su sitio en su vientre. Se siente como si le hubieran lanzado en una honda a través de todo el espacio-. ¿Por qué está todo tan vacío?

Vaina, Nezhno, Wiccan, el Hombre de Hielo y la Reina Blanca observan las instalaciones de la Academia. El sol se está poniendo, y efectivamente, todo está en el más absoluto silencio.

-No capto nada-dice Emma-. No hay rastros telepáticos, solo estática. Y… ¡un momento! Hay algo… algo detrás de la estática… como una emisión pirata…

-¿Qué dice?-pregunta Bobby, y de pronto, un hilo de sangre brota de la nariz de Emma, que mira al Hombre de Hielo y a los chicos con los ojos completamente abiertos.

-Proteus-susurra.


(1)  El Invierno Fimbul, o «Fimbulvetr», es un mito nórdico, literalmente, “el más grande de los Inviernos”. Normalmente es uno de los antecedentes del Ragnarok, el Invierno que durará tres inviernos, y que provocará la extinción de la humanidad.

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2 Responses to Generación-X #48

  1. MarvelTopia says:

    Malekith? Alguien tiene ganas de ver Thor 2? 😀

  2. Tomás Sendarrubias says:

    Ya está vista. ¡¡Y mola!!

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