Superhumanos #4

superhumanos04

Por Ibaita


Fecha de publicación: Mes 156 – 4/11


VOLUMEN I: SIN BANDERAS

7 – Marvel Zombies (I de III)

Warren Wortinghton se alejó satisfecho de la obediente Betsy Braddock, cuyos ojos desprendían un brillo púrpura que nada tenía que ver con el color de su pelo. De pronto, dos hombres armados con rifles irrumpieron en su casa.

-División Superhumana de SHIELD. Mr. Wortinghton, tiene que acompañarnos.


El Asombroso Spiderman hizo una última llave y derribó a su contrincante contra el ring. Tras los aplausos, caminó haciendo gestos de victoria hacia el vestuario. Allí se quitó la máscara para descubrir que le esperaban dos hombres armados.

-División Superhumana de SHIELD. Mr. Parker, tiene que acompañarnos.


Alison Blaire, mundialmente conocida como Dazzler, estaba haciendo los últimos retoques en su vestuario. En la puerta, su guardaespaldas Luke Cage protegía la habitación. Dos hombres armados se acercaron.

-Agentes de SHIELD, tenemos que hablar con ms. Blaire.

-Lo siento, pero no puedo dejarles pasar. Es mi trabajo.

Uno de los hombres le apuntó con el rifle a la cabeza.

-Tiene cinco segundos para dejarnos pasar. Tenemos autorización para eliminar a cualquier persona que resista nuestra autoridad.

Cage dudó y finalmente les dejó pasar. Los dos agentes abrieron la puerta sin llamar.

-División Superhumana de SHIELD. Ms. Blaire, tiene que acompañarnos.

Dazzler se quedó paralizada. Finalmente asintió y se levantó. Entonces, uno de los hombres sacó un trozo de papel y lo leyó de nuevo.

-Mr. Cage, usted también tiene que acompañarnos.

-¿Por qué?-dijo éste desafiante-¿De qué va todo esto?

-Se le darán las instrucciones cuando llegue a la base.

-¿Nos están reclutando? ¿Es eso?

-No tengo autorización para revelarle esa información.

Se hizo un silencio. Luke Cage miró la gran televisión de plasma que tenía Dazzler en el camerino. En las noticias se podía ver al Hombre de Arena siendo disparado por la policía. Las balas no parecían hacerle daño.

-Nos estáis reclutando para que combatamos contra esos tíos en New York, ¿no? ¿Es eso?

-No tengo autorización para revelarle esa información, mr. Cage. Ahora, acompáñenos antes de que…

Entonces el guardaespaldas empujó fuertemente al agente de SHIELD. Éste atravesó todo el camerino y chocó contra la pared.

-¡Dazzler, ven! ¡Corre!

-¿Estás loco? ¡Son agentes del Gobierno!-exclamó la cantante asustada.

El otro agente de SHIELD apuntó con el rifle y disparó. Las balas rebotaron sobre Luke, esparciéndose por toda la habitación y no alcanzando a Dazzler de milagro.

-¡Entonces, adiós!

El guardaespaldas se dio media vuelta y echó a correr.


Un dardo se clavó en el centro de la diana una vez más y Bullseye volvió a ganar todas las apuestas. Era demasiado fácil. Necesitaba un reto.

Entonces, la puerta del bar se abrió y dos hombres armados entraron en silencio. Localizaron fácilmente al hombre que estaban buscando, que bebía una jarra de ginebra.

-División Superhumana de SHIELD. Mr. Grimm, tiene que acompañarnos.

-Claro, claro. Supongo que este trabajo lo tendré que hacer gratis, ¿no?

-Se le darán las instrucciones cuando llegue a la base. A partir de ahora está extraoficialmente reclutado, así que sí; es su obligación.

-No he podido evitar oírles-dijo Bullseye acercándpse a ellos-. ¿Hay hueco para un civil?


Spiderman, Warren Wortinghton, Dazzler y Ben Grimm se encontraban en una fila junto a docenas de agentes de la División Superhumana, todos vestidos del mismo modo y armados con rifles. Allí también estaba la mujer conocida como Hulka, que en aquellos momentos ya estaba trabajando para el gobierno. El Capitán América fue hablando con ellos mientras les daban sus ropas.

-Vuestra misión es valeros de vuestros superpoderes para eliminar a todos los superhumanos rebeldes que encontréis. ¿Entendido?

-Espera, espera; ¿tenemos que matarlos?-preguntó Spiderman incrédulo.

-Si eso te molesta simplemente incapacítalos. El resto de agentes harán lo que tengan que hacer.


Un agente se acercó al Capitán América.

-Señor, el Hombre Absorbente tardará horas en llegar desde Israel, pero ya está viniendo.

-De acuerdo. ¿Se sabe ya a que nos enfrentamos?

-Al parecer al menos seis de ellos habían sido dados por muertos. Incluso nos estamso enfrentando a los dos últimos sujetos que usted eliminó.

-Interesante. De este modo, la prioridad en todo caso sería descubrir quién ha organizado este ataque. ¿Han conseguido detener ya a alguno de los superhumanos?

-Sí, la policía tiene a uno con forma de animal. No dice nada.

-¿Le están interrogando a fondo?

-Acabamos de organizar el traslado al Helitransporte, pero creo que ya han hecho todo lo que han podido y sólo balbucea. Es como si no supiera hablar.

-De acuerdo-el Capitán alzó el tono de voz-. Ahora lo que tenemos que hacer es ocuparnos de todos esos hijos de puta. ¡Vamos!


El Doctor Octopus avanzaba volcando coches de policía. Entonces, veinte agentes de SHIELD descendieron de un helicóptero con eficacia y comenzaron a dispararle con los rifles. Los tentáculos no paraban ni una cuarta parte de las balas. De todas formas, estaba muerto. Tardaría mucho en caer.

El Ángel, como así debían llamarle sus compañeros de equipo, sobrevolaba el campo de batalla armado con un lanzacohetes. Entonces divisió a la Gárgola Gris, que iba convirtiendo a sus enemigos en estatuas de piedra. Tragó saliva y apuntó. Al fin y al cabo, su enemigo era una especie de zombi, ¿no? Entonces no sería asesinato. El pequeño proyectil cortó el cielo ya alcanzó de pleno a la Gárgola Gris, derribándola. Pero seguía moviéndose, por imposible que pudiera parecer. Otro agente de SHIELD la lanzó un granada, pero el Ángel ya estaba lejos para ver el resultado. Sobrevoló la manzana de al lado y de pronto vio a un superhumano que estaba machacando a los agentes de SHIELD, y que había derribado a Ben Grimm, la Cosa. Sus rayos carmesíes destrozaban todo lo que encontraba a su paso. Wortinghton fue a disparar, pero de pronto se detuvo. Aquel hombre era su amigo. ¿No era… Scott Summers? ¿Cíclope? ¿De qué le conocía? Antes de que pudiera recordarlo, uno de los rayos le alcanzó de pleno y le aniquiló al instante. Si Cíclope siguiera vivo, también él habría recordado a su viejo compañero.

Un agente de SHIELD disparaba junto al Capitán América, que también llevaba un fusil.

-¿Cómo va la batalla?-preguntó el supersoldado.

-La Cosa no contesta, pero otros agentes le han visto y creen que sólo está inconsciente. El Ángel ha muerto. Parece que los demás están bien.

El Ani-Hombre pájaro sobrevoló la escena de la batalla. El Capitán América apuntó bien y una ráfaga de disparos de fusil le alcanzó de lleno. Milagrosamente, no cayó y siguió volando.

-Joder, parece que estos zombis son difíciles de eliminar. Apenas son una docena, pero es increíble cómo aguantan-comentó el agente.

La Antorcha Humana atravesó otro anunció, quemándolo al instante. Esquivaba fácilmente los proyectiles de lanzacohetes y las balas se fundían antes de tocarle. Volando bajo, lanzó sus llamas contra los diversos agentes de SHIELD que se encontraban. El traje de éstos estaba preparado para resistir el fuego, y eso era una ventaja, dado que éste no quería malgastar sus energías y disparaba pequeñas llamaradas que a duras penas herían a los agentes. Entonces, se encontró de frente con Dazzler. Ésta, cuyo fusil reposaba en el suelo porque no podía sostenerlo, hizo un rápido pase de baile mientras unas luces deslumbrantes cegaban a la Antorcha, que tuvo que frenar y aún así chocó contra un edificio, cayendo al lado de la Cosa. Éste se incorporó lentamente, aún aturdido por el rayo de Cíclope, y quedó paralizado al reconocer a un viejo conocido. Sonriendo, levantó el puño y lo bajó con fuerza, aplastándole por completo la cabeza.

Un superhumano vestido de color verde apareció de pronto en el lugar de la batalla.

-Soy el Escorpión, he…

Entonces Hulka le golpeó con todas sus fuerzas, rompiéndole el cuello al instante.

-¿Había hablado?

-Sí-dijo la Cosa-. A lo mejor era de una empresa y venía a ayudar.

-¡Oh, mierda!

-¿Está muerto?

-Sí.


8 – Marvel Zombies (II de III)

Sin Banderas paseaba sonriendo cerca del bar donde solía estar. A lo lejos se veía el calor de las llamas de Times Square. Urich y el Dr. Druida se encontraban cerca del anarquista.

-Bueno… Da gusto, ¿verdad?

-¿Destruir media ciudad?-criticó Urich.

-No, atacar al sistema americano. Estabamos hablando de un sistema imperalista que domina el mundo en secreto, esclavista ya que depende de explotar al Tercer Mundo para avanzar y capitalista, lo cual actualmente es sinónimo de robarnos hasta que haya una crisis y luego robarnos para arreglarla.

-¿Y en serio crees que atacar Times Square servirá para cambiar esto?

-No, pero desahoga que flipas y es la única forma que conozco de hacer sufrir a esos hijos de puta.

-No he podido evitar oírte-dijo una voz a las espaldas de los tres hombres.

Sin Banderas se giró y vio a un hombre negro de unos dos metros, que le miraba desafiante.

-Este hombre tiene superpoderes-advirtió el Dr. Druida.

-Así que vosotros sois los que estáis detrás de esto, ¿no?

-Nadie ha dicho eso. ¿Y tú eres…?

-Luke Cage, guardaespaldas de famosos. Te estaba buscando.


-Oh, todo esto es horrible, no puedo soportarlo más…

Dazzler se encontraba sentada en mitad de Times Square llorando. El puño de roca sólida del Hombre de Arena, formando un martillo se alzó sobre ella. Medio segundo antes de que bajara, Spiderman la rescató por los pelos.

La batalla continuaba sin descanso, prolongándose ya durante varias horas. El ejército había acordonado la zona en diversas ocasiones, pero los superhumanos resucitados por el Dr. Druida tendían a salirse del cordón buscando el lugar donde realizar mayores destrozos, y se estaban extendiendo por toda la ciudad. Los Ani-Hombres habían caído ya, Rino estaba acorralado en algún lugar de Central Park y cada vez estrechaban más el cerco, Lobezno había sido cogido prisionero y estaba siendo trasladado al Helitransporte, el Doctor Octopus había perdido ya un brazo natural y uno artificial, el Lagarto había perdido diversas extremidades pero las había recuperado y continuaba la destrucción hacia el oeste de Manhattan, Rondador Nocturno (que podía haberse convertido en uno de los más peligrosos) había muerto casi por casualidad golpeado por Hulka, y el Hombre de Arena, Mr. Fantástico y Cíclope aún continuaban luchando contra el grueso de la División Superhumana en Times Square.

-Señor, acabamos de recibir los últimos informes-dijo un soldado mientras el Capitán América trasladaba a algunos heridos-. Las bajas en su bando han sido de todos los humanos con aspecto de animal, el ex supervillano conocido como Gárgola Gris y el superhumano con poderes ígneos; además, tenemos prisionero al salvaje que usted eliminó hace unas semanas. En nuestro bando la única superhumana ha sido el Ángel; podemos calcular que aproximadamente un 55 % de los agentes ha caído y necesitamos su autorización para pedir refuerzos al Ejército.

-No lo hagáis; esperemos unos minutos más. Creo que la balanza podrá inclinarse a nuestro favor en poco tiempo.

Entonces, el Capitán América y el soldado alzaron la vista al cielo y vieron al Lagarto precipitarse desde el cielo nocturno, para finalmente caer empalado en una antena que reposaba entre un montón de ruinas. La criatura rugía intentando soltarse, pero estaba demasiado débil.

-Acabemos con éste ya-el supersoldado se sacó una granada incendiaria del cinturón y la tiró con precisión justo encima del supervillano. El napalm se extendió sobre su cuerpo rápidamente-. Parece que el fuego es la forma más eficaz de detenerlos.

La Cosa llegó de nuevo a Times Square.

-He lanzado al Lagarto por los aires, creo que estará por aquí.

-Claro, ¿no hueles a reptil quemado?-comentó un soldado mientras recargaba su rifle.

-Vamos, les sacamos más ventaja que nunca-dijo el Capitán América soltándose su escudo de la espalda y colocándoselo en el brazo. A pocos metros de distancia, Spiderman, Hulka y varias docenas de soldados combatían contra el Hombre de Arena, Mr. Fantástico y Cíclope.

-¡¡¡Tú!!!-bramó de pronto la Cosa al ver a Mr. Fantástico.

Olvidando todas las precauciones, el rocoso superhumano corrió hacia él. El Hombre de Arena se interpuso en su camino para atacarle, pero se limitó a golpearle tan fuerte que lo deshizo por completo. Entonces agarró a Mr. Fantástico con ambas manos y empezó a estirar.

-¡Me recuerdas, ¿verdad, Richards?! ¡¿Me recuerdas?!

Mr. Fantástico no hizo señal de entenderle. La Cosa continuó estirando mientras su rival le rodeaba, intentando inmovilizarle. Cada vez era más difícil estirar, pero metro a metro la Cosa fue ganando terreno. La piel de Mr. Fantástico ya se volvía totalmente blanca de la presión y su traje de moléculas inestables llevaba tiempo roto. Docenas y docenas de metros de piel estaban amontonados en el suelo, luchando por rodear la Cosa. Finalmente, la tensión no podía ser soportada más. Sin apenas un sonido, los dos brazos de la Cosa se separaron en un baño de sangre y Mr. Fantástico quedó dividido en dos mitades que, enroscadas, se confundían entre sí.

Spiderman, por su parte, estaba haciendo bastante esfuerzo por esquivar los rayos de Cíclope. La mayoría de soldados que centraban sus esfuerzos en el mutante estaban parapetados o bien escondidos, buscando su oportunidad para atacar. Sin embargo, como si de un tiroteo común se tratara, cada vez que les veía asomar Cíclope les disparaba. La estrella de la lucha libre hacía una buena tarea distrayéndole y convirtiéndose en su blanco gracias a sus acrobacias.

-¡Dispárale, joder!-le gritó el Capitán América acercándose. Cíclope le disparó, pero el escudo desvió el rayo sin problemas-¡Tú eres el que más posibilidades tiene de darle!

-¡No pienso matarle!

-¡¿Eres gilipollas?! ¡Es un zombi! ¡Como no le dispares tengo autoridad para meterte en una cárcel el resto de tu vida, o incluso matarte por complicidad!

Spiderman se resignó y apretó el gatillo. Cuando apenas dos balas habían atravesado el pecho de Scott Summers, un chorro de arena fue directamente a donde Parker. Éste pudo esquivarlo por los pelos, pero un segundo chorro le derribó. Hulka agarró una viga y destrozó por enésima vez al Hombre de Arena. Entonces ésta se detuvo, al oír un mensaje que le llegaba por un auricular.

-¡Acaban de acorralar al tío con pinta de rinoceronte y me necesitan para derribarle! ¿Podéis ocuparos de estos dos?

Spiderman, el Capitán América y la Cosa maldijeron por lo bajo mientras la arena y los rayos carmesíes rasgaban el cielo.


-Entonces, permíteme presentarme. Yo soy Sin Banderas. Éstos son el Dr. Druida y mi amigo Ben.

-Joder… Creo que voy a lamentar esto-dijo Luke mirando fijamente a Sin Banderas-. Pero necesito una identidad falsa y desaparecer del mapa. Tú podrás ayudarme, ¿no?

-Ya que lo dices…


9 – Marvel Zombies (III de III)

Cíclope disparó otro rayo y alcanzó por segunda vez en el día a la Cosa. Éste cayó de nuevo inconsciente. Después, viendo cómo el Hombre de Arena iba ganando ventaja fácilmente frente a Spiderman y el Capitán América, se fue alejando lentamente de Times Square, mientras aniquilaba con sus rayos ópticos a todos los agentes de SHIELD que se le interponían.

El Capitán América atravesó una vez más con su escudo al Hombre de Arena, pero lo único que podían hacer era mantenerle ocupado hasta que regresara Hulka… Si no morían antes.

Entonces, un hombre vestido con una armadura descendió del cielo lentamente. Apuntó al Hombre de Arena con su mano y lanzó un rayo repulsor que deshizo su cabeza.

-Soy Iron Man, el guardaespaldas de mr. Stark. Me ha enviado para ayudar. ¿Puedo hacer algo?

-¡Sí, si conoces alguna forma de acabar con este tío!-respondió Spiderman mientras disparaba a su rival.

-Puedo intentarlo.

El guardaespaldas escaneó al Hombre de Arena, en busca de un punto débil. Su armadura analizaba incluso los materiales de los que estaba compuesto. Finalmente, dio con la solución.

-¡Alejaos de él! ¡Rápido!

Los dos hombres se alejaron con velocidad sobrehumana del supervillano. Iron Man lanzó un rayo de tracción magnética directamente sobre él. Un 7 % del Hombre de Arena, compuesto por minerales férreos, comenzó a levitar en el aire avanzando hacia Iron Man. Dado que se recomponía, el resto del cuerpo pronto le siguió.

-Te tengo.


Dos agentes de SHIELD, los pocos que quedaban en la zona sur de Manhattan, disparaban contra el Doctor Octopus. Tres de sus cuatro tentáculos le protegían de las balas; el cuarto agarró un coche y lo lanzó contra los dos agentes, dejándolos gravemente heridos.

Otros dos agentes esperaban en la esquina, escondidos y preparados para disparar. Entonces una voz les sobresaltó.

-¡Vaya, qué casualidad! ¡Si sois precisamente vosotros dos! ¿Os envían a luchar en las mismas parejas que os han enviado para reclutar?

Los dos soldados, a quienes su interlocutor debía haber reconocido por la voz, se giraron y vieron a Bullseye.

-¡Te hemos dicho que no tienes autorización! ¡Vete de aquí antes de que este tío te mate!

-Eh, Joe, no tenemos nada que perder-dijo el otro-. Le dejaré mi fusil. Si de verdad es el asesino que dice que es…

-A ver cómo asesina este gilipollas a un tío que para la mitad de las balas y la otra mitad no le hace nada.

El peligroso asesino sonrió mientras cogía el fusil. Entonces, el Doctor Octopus le vio y comenzó a levantar un coche para arrojárselo. Bullseye, tranquilo, en lugar de disparar una ráfaga de balas como se esperaría de un fusil capaz de lanzar 8 balas por segundo, disparó una sola vez. La bala alcanzó justo el depósito de gasolina del coche mientras Octopus lo levantaba y explotó. La explosión alcanzó de lleno al supervillano y prácticamente le desintegró. Bullseye sonrió ampliamente mientras bajaba el fusil.

-Caballeros.


Sin Banderas, el Dr. Druida, Ben Urich y Luke Cage contemplaban por las noticias cómo el ataque parecía haber finalizado. Entonces, por pura casualidad, Cíclope apareció allí.

-Probablemente es el único que ha sobrevivido-dijo Sin Banderas pensativo-. ¿Puedes cambiar sus órdenes ahora?

-No puedo hacer un solo hechizo más, pero está programado para obedecerme.

-Pues dile que deje de atacar por el momento. Podría sernos útil en el futuro.


-De acuerdo-dijo el Capitán América-. La División Superhumana de SHIELD ha ordenado la creación de un grupo de ataque superhumano para este tipo de situaciones. El Proyecto: Vengadores. Eso significa que los que os unáis al grupo podréis seguir vuestras vidas normales la mayor parte del día, aunque tendréis un sueldo de 4000 dólares por formar parte de él. Y es obligatorio.

– Spiderman, Peter Parker. Entras dentro del grupo.

– La Cosa, Ben Grimm. Entras dentro del grupo.

– Dazzler, Alison Blaire. Entrarás dentro del grupo, pero tienes que superar un curso de entrenamiento antes. Hasta que lo superes, olvídate de tu antigua vida.

– Hombre Absorbente, Carl Creel. No has estado en la batalla, pero entras dentro del grupo. Dejarás de trabajar para Stark y para el Gobierno normal.

– Iron Man. Entras dentro del grupo y podrás trabajar para Stark el resto de tu tiempo. Ya hemos llegado a un acuerdo especial; y considerando también que tú no eres un superhumano no estoy autorizado para conocer tu identidad.

– Hulka, Jennifer Walters. Ya no trabajarás para el Gobierno como antes, ahora entras dentro del grupo.

– Bullseye. Ni sé tu nombre ni me interesa. Obviamente no entras dentro del grupo, pero SHIELD te puede escribir una carta de recomendación para el Ejército si te interesa.

– A partir de ahora sois los Vengadores. ¿Alguna duda?


«El país atraviesa la crisis más grave desde el 11-S. Ayer hacia las 21:00, una célula de Al Qaeda atacó la ciudad de New York con armas químicas; en concreto con un gas alucinógeno experimental. Así mismo, se valió de la lucha armada para tomar algunas de las cadenas televisivas más importantes y dar noticias falsas con el mismo fin que el gas alucinógeno: Sembrar el miedo y el terror entre la población. Unas horas después, el Ejército se hizo cargo de los terroristas y anunció en las distintas cadenas que las noticias de las últimas horas eran pura ficción creada por Al Qaeda. Las reacciones no se han hecho esperar…»

-Eso es lo que más me jode de esos cabrones-gruñó Sin Banderas-. Les atacamos con todo lo que tenemos y se las arreglan para convertirlo en otro motivo para enviar marines a Oriente Medio. Y lo peor es que los gilipollas que después votan se creen lo que dicen.

-Ya lo tengo-dijo de pronto el Dr. Druida.

-¡¿Al Castigador?!-exclamó Sin Banderas.

-Sí. Está en una base que comparten el Gobierno y Stark International.

-¿El Gobierno y Stark International comparten bases?-preguntó Urich confundido.

-Y asesinos, como el Hombre Absorbente. Y también vi al hijo de puta que mató… Que tumbó al Castigador en la batalla de ayer.

-Entonces el Castigador está vivo, ¿no? Vale.

-Enseguida pensaré un plan para sacarle…-sonrió Sin Banderas mientras cogía un cigarrilo del paquete de Urich.

-¿Y mis papeles?-preguntó Cage secamente.

-Tranquilo, ya he contactado con un amigo para que te los prepare.

-Creo… Creo que yo también podría necesitar unos-comentó Urich.


OFICINA DE BEN URICH

Bueno, pues en este número ya tenemos acción de la buena, en un número triple. Con la fundación de los Vengadores la trama avanza bastante, además de que se han juntado casi todos los hilos argumentales de volumen, pero poco más que destacar. Tampoco hay comentarios sobre el número 3.

En el próximo número, ¡el increíble Hulk!

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