Asombroso Spider-Man #420

Asombroso Spider-Man #420Al ser picado por una araña radiactiva, el estudiante Peter Parker obtuvo la fuerza y la agilidad proporcionales de un arácnido. Armado con sus maravillosos lanzarredes el renuente superhéroe lucha contra siniestros supervillanos mientras hace malabarismos para sobrevivir y llevar una vida con visos de normalidad.

#420 – Un duendecillo se balanceaba sobre la tela de una araña…
Por Jorge Cantero
Portada de Ikaro


Fecha de publicación: Mes 15 – 7/99


PORTADA: Spider-Man siendo atacado por el Escarabajo bajo la atenta mirada del Duende mientras dice «¿Pero a ti no te habían capturado los de Fuerza-X?«

Contraportada: el Escarabajo y el Duende están en el suelo vencidos. De pie está Guido con su puño apoyado en la palma de su otra mano como dándole un puñetazo, con la mirada fija en Spider-Man. Este esta con las manos levantadas como disculpándose y diciendo «Vale, es Factor-X, perdón«

Nota: Esta historia es la continuación de lo ocurrido el #129 de Factor-X escrito por Xumer. Si no lo has leído ¿a que esperas para hacerlo?


Las cosas no habían salido como esperaba. Cuando Misterio le llamó diciéndole que tenía el plan perfecto para acabar con el maldito trepamuros él no estaba ni mucho menos interesado, más que nada porque ya sabía cual iba a ser el resultado, pero decidió escucharle. Después de haberle oído decidió aceptar, pero no porque le gustase el plan.

En realidad había otras dos razones bien distintas: una, que podría conseguir una gran cantidad de pasta en el Dorridge Center, el lugar donde Misterio quería llevar a cabo su plan, mientras los demás se preocupaban de preparar la trampa para el trepamuros, y dos, la base de Misterio le interesaba mucho, tenía mucho material interesante, y no le importaría hacerse con él. Para ello simplemente tendría que escapar en medio del combate e ir en dirección a la base. Total, los demás seguramente iban a ser machacados y no creía que a Misterio le importase que estando él en la cárcel aprovechase las armas y aparatos que tenía allí.

Pero la aparición de esos tipos de Fuerza X (¿o era Factor X?, siempre los liaba) fue un problema no esperado, hacía su huida mas complicada. Para colmo el maldito arácnido hizo su aparición. Como ya había supuesto, el plan de Misterio se fue a traste, sobre todo porque el aparato que supuestamente iba a quitarle el sentido arácnido (¡oh sorpresa!) no funcionó. Pero por suerte, vio su oportunidad cuando vio el agujero por el que Spider-Man había entrado, y decidió escapar. Eso fue hace 15 minutos. Ahora estaba intentando dar esquinazo a Spider-Man que le había visto huir y que le llevaba persiguiendo durante todo el camino.

– Vamos duendi, no lo pongas más difícil. Cualquiera diría que no te caigo bien.

– Maldito trepamuros – y le lanzó una bomba calabaza que fue fácilmente esquivada por Spider-Man.

– No no, duendi, ¿no te ha dicho tu mamá que no se tiran cosas al suelo? Duende malo.

Tenia que encontrar una manera de escapar, pero ¿cuál?. De repente una luz se le encendió en la cabeza. ¡Pues claro!, ¿cómo no se había dado cuenta antes?.

Lanzó otra bomba calabaza, pero esta vez no fue en dirección a Spider-Man, sino hacia una azotea. Cuando la bomba explotó, grandes trozos de escombros fueron a caer en dirección a los transeúntes que había debajo. Spider-Man no lo dudo ni un momento y se lanzó haca la calle y con sus lanzarredes creó una red que impidió que los escombros cayeran a la calle. Luego los recogió en la red y los llevo a suelo, para dejarlos donde no causaran ningún daño. Cuando acabó y lanzó una mirada en dirección a donde estaba el duende, ya no había rastro de él.

El Duende estaba satisfecho. Le había dado esquinazo. ¡Lo había conseguido!; no solo había sacado una buena tajada de pasta sino que además tenía pista libre para ir a la base de Misterio. Las cosas se le ponían muy bien, aunque quizá no pensaría lo mismo si hubiera visto el rastreador que Spider-Man le había puesto en el aeroplano.


Factor X ya se había ido. Solo quedaba la policía y los miembros capturados de los 6 siniestros. Estaban todos encadenados sin posibilidad de escapar. Estaban todos atados o esposados menos uno de ellos, el Escarabajo. Forja les había dicho a las autoridades que había desactivado el traje y que ya no era ningún peligro, y ellos le hicieron caso. Grave error. La armadura del Escarabajo se activo de repente, y sin dar tiempo a los policías a hacer nada abrió un agujero en el camión en el que estaba y escapó volando. Sabía donde tenía que ir, tenia que volver a la base.

Escorpiona vio su oportunidad. Era la compañera del escarabajo en el camión, y aunque la explosión provocada por este al abrir el agujero para escapar la había lanzado hacia la pared, también había causado que sus esposas especiales se debilitaran, por lo que con un gran esfuerzo se las consiguió quitar. Luego salió del camión y golpeo por la espalda a los policías que estaban disparando al Duende dejándolos inconscientes, y antes de que los otros policías llegasen allí se largo corriendo hasta encontrar una alcantarilla por la que bajar y esconderse. Después ya vería lo que hacia, aunque desde luego no quería volver a oír hablar de Misterio y sus «maravillosos» planes, eso estaba claro.


– Cariño, ya estoy en casaaaaaa

Peter Parker entro en su casa con una sonrisa satisfecha. A su encuentro llego su mujer Mary Jane, también con una sonrisa en los labios.

– Ya he visto por la tele que no te fue mal del todo.

– Mejor aún. El Duende escapó pero le pude colocar un rastreador antes de que se fuera. ¡El poder arácnido triunfa de nuevo!.

– No cantes victoria tigre. ¿Y las fotos?.

– Esto, se me olvido la cámara en casa.

– Esta cámara ¿no?- dijo mientras le enseñaba el objeto en cuestión.- pues que no se te olvide la próxima vez, es nuestra principal fuente de ingresos, y si quieres que tu tigresa siga contigo vas a tener que pagarme muchos caprichos.

– Pero cariño, ¿dejarías a este pobre enamorado triste y solo sin su mujer favorita?

– Eso tenlo por seguro- le contesto mientras lo besaba dulcemente. Poco después Peter le cogía la cámara de las manos.

– Siento tener que terminar con esto pero el duende esta libre y…

– … y tienes que capturarle, lo sé.

– Solo vine a por la cámara, pero en cuanto acabe con él vendré a tu encuentro y nada ni nadie podrá impedírmelo… bueno, a no ser que me encuentre con Madonna y ella me pida que la acompañe a que le haga un masaje.

– Anda, vete de una vez -dijo Mary Jane sin poder ocultar una sonrisa.

De nuevo se besaron y Peter se marcho corriendo, mientras Mary Jane veía como se alejaba. Siempre le pasaba lo mismo cuando su marido se «iba de ronda», parecía como si se le hiciera un nudo en el corazón. Se sentía como la mujer de un policía cuando este se marcha a trabajar. Si eso era lo que era ella, la mujer de un policía, un policía muy especial.


«Tengo que salir de aquí» – ese era el único pensamiento que salía de su mente.

Kaine había tenido otra mala noche, de esas de las de mejor olvidar. Pero sentía que no podía, que no debía hacerlo. Ese sueño(1) le estaba volviendo loco. Pero sabía que no era un sueño cualquiera, era el sueño de la muerte de Ben, su «hermano«. Pero, ¿era Ben realmente el que aparecía en sus sueños? Al principio estaba seguro, pero ahora… ahora el sueño era más claro y no podía evitar pensar que podía estar equivocado. Era su traje, pero por sus actos y sus palabras no podía evitar pensar que fuera Peter, pero, si era él ¿Por qué llevaba ese traje? ¿Qué había sido de Ben? Pero desde la cárcel no podía hacer nada, tenía que estar fuera y descubrir que significaba su sueño. Pero no iba a ser fácil.

«Tengo que salir de aquí«


Jacob Conover no había podido dormir esa noche. Ni esa ni las anteriores. Sus intentos por encontrar un empleo(2) habían sido infructuosos. En el fo ndo sabía que solo servía de una cosa: de periodista. Todo lo demás realmente no le interesaba, seguramente por eso en todas la entrevistas de trabajo que había hecho salía sabiendo que no le iban a dar el empleo, como si inconscientemente hubiera actuado frente al entrevistador como si no le interesara en absoluto aquello. Seguramente habrá sido así, pero es que ahora mismo no creía que hubiera sitio para él en ningún otro periódico, y pronto necesitaría el dinero. Estaba pensando en esto cuando sonó el timbre de su puerta. Cuando la abrió se encontró con la última persona con la que se esperaba encontrar

– ¿Tú? ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres de mí?

– Necesito de tus servicios y de tus contactos. Sé que te han dejado en la estacada. No reconocen tus habilidades, pero yo sí, y vamos a hacer de que se arrepientan de haberte ignorado.

Y Jacob Conover sonrió.


El Duende había tardado en llegar a la base. No porque no supiera el camino (lo tendría claro como villano si no recordase si quiera el lugar donde quería cometer un robo) sino porque antes tenia que recoger algo, un aparato especial que había conseguido hace tiempo capaz de abrir cualquier caja fuerte. Sabia que lo iba a necesitar. Misterio sabía como guardar sus intereses. Pero cuando llego allí se encontró con una sorpresa.

-¿Escarabajo?. ¿Que haces tú por aquí?. Supuse que te habrían capturado.

– En realidad si, pero me subestimaron y conseguí escapar. Veo que hemos tenido la misma idea.

– Sí, toda esa tecnología que nos enseño Misterio es demasiado interesante como para que se pudra aquí. En fin, esperaba estar solo, pero no me importa compartir esto contigo. Además si conseguiste escapar indica que no eres tan endeble como pensaba. Sí, podríamos hacer un buen equipo.

– El escarabajo y el duendi. No suena muy bien que digamos.

El Duende y el Escarabajo se dieron la vuelta. Era Spider-Man. El duende se maldijo a si mismo. Tenía que haber pensado que le podría haber puesto uno de sus malditos sensores. Pero estaba demasiado ofuscado con la idea de las armas de Misterio como para darse cuenta.

– Rápido, Escarabajo. Entretén a Spider-Man, yo iré abriendo la compuerta para conseguir armas con las que destruir al arácnido.

– ¿Por qué yo?

– Por el que tiene la manera de abrir la caja soy yo.

El Escarabajo entro en acción lanzando sendos rayos que Spider-Man esquivó con facilidad.

«Bien» penso, «por ahora mi sentido arácnido funciona. Pero entonces, ¿qué paso en la habitación de Ben«.

El Duende mientras tanto ya había colocado el aparato en la caja de la clave de la caja fuerte. Rápidamente empezó la búsqueda del código. Sin embargo tardaba demasiado en sacarla. Mientras esperaba vio como el Escarabajo levaba las de perder, así que decidió echarle una mano mientras el saltacódigos hacia su trabajo. Cogió dos bombas calabazas y se las lanzó.

– Come calabazas, araña.

– Son muy apetitosas pero ¿sabes?, no me gustan. Soy muy clásico, prefiero los perritos calientes y las hamburguesas. Por cierto, ¿nadie te ha dicho que harías una fortuna en Hallowen con tus calabazas?, porque yo desde luego te compraría alguna.

La cosa se había puesto peliaguda. Bombas por un lado y rayos por otro. Pero tenía que actuar rápido y aprovechar la mínima oportunidad que se le presentara, y no tuvo que esperar mucho. Se lanzo hacia el Duende justo en el momento en que iba a lanzar otra bomba y se la quito de las manos, lanzándosela al Escarabajo, que a duras penas la pudo esquivar, no pudiendo evitar perder el control y caer al suelo. Uno menos. Ahora era el turno del Duende. Este a duras penas consiguió quitarse de encima a Spider-Man.

– Maldito trepamuros, ya estoy harto de ti y de tus burlas. Esta vez voy a acabar contigo de una vez.

En ese momento se oyó un click. Era el saltacódigos que acababa de abrir la caja de seguridad de Misterio. El rostro del Duende cambio repentinamente, mientras e dirigía hacia la caja fuerte.

– Ja , ahora la caja esta abierta, y en ella obtendré las armas que necesito para destruirte.

– La puerta esta abierta, ¿habéis oído eso? – dijo el Escarabajo

– ¿A quien estas hablando? – pregunto Spider-Man

-A unos amigos- y de repente aparecieron por todos los lados agentes de SHIELD rodeando a unos sorprendidos Duende y Spider-Man y a un no tan sorprendido Escarabajo.

– ¿Qué pasa aquí?, inquirió furioso el Duende.

– Muy sencillo. Hace unos meses fui capturado por Daredevil cuando perseguía a un imbécil que me había robado dinero. Pero poco después recibí una oferta de SHIELD. Misterio había utilizado tecnología de SHIELD y otras todavía desconocidas, y no les interesaba que estuviesen en su poder. Como hacía poco me habían llamado para formar parte en los Seis Siniestros creados por Misterio, me ofrecieron la libertad a cambio de que ejerciera de topo para ellos. El problema es que cuando me llamaron descubrieron que no podía abrir la caja donde estaban escondidas las armas. Así que entonces me pidieron que encontrara la manera de abrirla. Al principio pensaron en que podía después de capturar a Misterio (que estaban seguros que iba a ocurrir) simular una escapada con él para que me llevara con él y después de que abriese la sala con su «botín» capturarlo. Pero cuando me comunicaron por radio el Duende huyo de la batalla hubo un cambio de planes.

– Pensaste que el duendi te abriría las puertas.

– Exacto. Durante el combate con Forja, le dije que trabajaba para SHIELD. Para ello le dije el código de la misión, que solo el que conociese el código de SHIELD podría descifrar, y una vez hecho hizo una alteración en mi armadura para que simulase que estaba desactivada. Cuando llegase el momento yo podría activarla y…

– … venir aquí para avisarnos en el momento justo- dijo uno de los agentes de SHIELD.

– Maldito traidor. Por eso conseguiste escapar. Ya me parecía que un imbécil como tu…

– Míralo de esta manera. Yo estoy libre y tú no.

– Ahora entiendo porque ese aparato que debía quitarle el sentido arácnido al trepamuros no funcionó. Tú lo desconectaste.

– ¿Aparato quita que? – pregunto sorprendido Spider-Man

– Pues te equivocas. Iba a hacerlo, sí, pero cuando Factor-X apareció pense que no hacia falta. Así que ese aparato falló estrepitosamente.

– ¿Aparato quitasentidoarácnido? – Spider-Man estaba sorprendido. Era absurdo, pero sin embargo, pensándolo bien, no era improbable. El duende verde y el duende original tenia algo parecido con las bombas calabaza. Lo que le extrañaba era que Misterio usase un aparato que no funcionase. Era muy raro en él.

– Bueno Spidey, ha sido n placer estar de tu lado por una vez.- le dijo el Escarabajo – nos veremos en el próximo robo.

– ¿Eh?, vale vale.- le contesto Spider-Man, que estaba alucinado. Este había sido uno de los días más raros que había tenido en mucho tiempo. Al menos ahora tenía unas buenas fotos que ofrecer a Jonah.


– ¿Qué no te interesan las fotos? ¿Por qué?.

– Hay muchas razones, Parker. La más importante es que tengo unas fotos muy buenas de la presentación de Factor X y de su combate contra los 6 siniestros del que creo recordar Spider-Man huyo cobardemente…

– ¡No huyo! Fue a perseguir al duende hasta su base. Yo le vi de casualidad y le seguí hasta allí, y vi como lo capturaba. ¡Demonios Jonah!, te estoy ofreciendo una exclusiva.

– Una exclusiva que no me parece interesante. Ahora si me disculpas.

Peter no se lo podía creer, ¡no le había ni aceptado las fotos! ¡Si se las podía haber vendido hasta por la mitad de lo normal!. Pero en ese momento vio a quien esperaba que fuera un emisario de buenas noticias.

– ¡Joe!. Mira tengo unas fotos que el cascarrabias no quiso coger y…

– Me temo que no es posible, hijo. Jameson quiere publicar las fotos de Factor-X para darles una publicidad positiva a los mutantes y así jugársela a Graydon Creed y su política antimutante. Y creo que esta obrando correctamente ¿no crees?

– Bueno, sí, pero…

– Lo siento hijo – le dijo mientras se daba la vuelta y se iba en dirección al despacho de Jonah.

Mientras, Peter hizo lo mismo, pero en dirección a la salida. Tendría que llegar pronto a casa para darle a su mujer las «buenas noticias«. Por el camino empezó a meditar. Las cosas se habían puesto duras en lo que a dinero se refería. Sin tener un trabajo fijo ni su mujer ni él, y teniendo que pagar además de los gastos que toda familia tiene más el coste de los materiales con los que hacía sus telas y señalizadores, necesitaba una buena cantidad de pasta pronto. Ya había quedado atrás el dinero que conseguía en la fábrica en la que trabajaba en Portland(3). Menos mal que contaban con la ayuda económica de Anna, la tía de Mary Jane, aunque tampoco es que el dinero de su jubilación diese para mucho. Estaba claro, necesitaba encontrar un trabajo fijo. No había mas remedio.

Por fin había llegado a casa. Abrió la puerta e hizo el saludo obligado

– Cariño, ya estoy en casa.

Mary Jane apareció por la puerta del salón. Su cara no era la de siempre. Una expresión de sorpresa se podía ver en su cara.

– ¿Qué pasa? ¿He llegado tan pronto que te has quedado con esa cara?.

– No, no. No tiene que ver contigo. Tenemos invitados en casa y…

– En ese momento otra figura salió del salón. Ahora era Peter al que le toco poner un rostro de sorpresa.

– ¿TÚ?


Johnny Stevenson era nuevo aquí, lo que se dice un novato. Matriculado con honores en la academia militar, le hicieron una oferta que no podía rechazar: Vigilante de la bóveda. Los trajes eran la hostia, y el sueldo no veas. Pero por ser nuevo aquí (de echo también como guardián o vigilante de cualquier sitio), era bastante inocente a la hora de relacionarse con los prisioneros del lugar. Y eso fue su perdición cuando al los gritos de dolor en la celda de Kaine. Estaba acurrucado como si estuviera sufriendo lo indecible. Le habían dicho que a este tipo, Kaine, le habían hecho una revisión y descubrieron que sufría de una especie de degeneración corporal por todo su cuerpo. Según los que le habían hecho todos los análisis, no era mortal, pero si muy doloroso.

Johnny abrió la puerta. Ese fue su gran error. Nada mas oír como se abría, y a una velocidad inhumana, Kaine se abalanzó sobre Johnny y le destrozó su armadura de Guardian de manera salvaje, dejando al Johnny inconsciente.

– Lo siento chico, pero tenía que hacerlo- se disculpo Kaine antes de salir de la celda.

Tenía que ser rápido si quería huir, ya que como tardase más de la cuenta se encontraría con tantos Guardianes que le sería imposible salir, y tenía que salir, se lo debía a Ben. Pero no tuvo suerte. Cinco Guardianes hicieron su aparición antes de poder hacer nada.

– Vamos Kaine, no puedes hacer nada. Hazte un favor a ti mismo y ríndete.

Kaine miro detrás de él. Otros 3 Guardianes se acercaban hacia él. Sabía que a cualquier movimiento que hiciera le acribillarían, pero ¡tenía que salir de allí!. De repente, y casi sin pensarlo, se lanzó hacia una de las paredes, la que daba al exterior, lanzando un terrible alarido.

Los Guardianes le dispararon con sus rayos de plasma, hiriendole por diversas partes del cuerpo, pero Kaine ignoró el dolor y atravesó la pared cayendo varios metros hasta el suelo.

– E-es imposible – tartamudeo uno de los Guardianes – son 15 cm de acero puro. ¡Es imposible que que haya echo esto!

– Díselo a él – dijo uno de sus compañeros mientras, con otros 3 se disponían a disparar a Kaine desde allí. Pero no llegaron a hacerlo, un potente zumbido les hizo caer inconscientes a ellos y a los guardianes y soldados que estaban abajo, dejando el paso libre para que Kaine huyera. Kaine apenas se dio cuenta de ello, solo pensaba que debía evitar una muerte, la de Spider-Man.


PRÓXIMO NÚMERO: Descubre quién ha aparecido en la casa de Peter y porque esta allí.


(1) Episodio anterior.

(2) Fue despedido en Amazing Spider-Man #417 USA (Nuevo Spider-Man #10 Forum)

(3) Serie limitada «La Aventura Final»


Spiderman Correo de los lectores.

Como ya sabréis podéis enviar un mensaje exponiendo vuestras dudas o criticas a cachislamar@yahoo.com. Espero vuestros mensajes

Tagged , , . Bookmark the permalink.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *