Hombre de Hierro #337

Hombre de Hierro #337Hace años el inventor y genio tecnológico Anthony Stark creó una armadura para salvar su vida y combatir el crimen. Ahora y tras su muerte, el criminal Barón Zemo ha usurpado su nombre y tecnología para llevar a cabo sus maléficos planes. ¡Stan Lee presenta al nuevo y mortal… HOMBRE DE HIERRO!

#337 – Un mundo mejor II
Luces, sombras, humo y espejos

Por Aleix Gabarre


Fecha de publicación: Mes 15 – 7/99


LA HISTORIA HASTA HOY:

Aprovechándose de la muerte del joven Tony Stark a manos de Onslaught, el Barón Zemo, con la ayuda del Arreglador ha suplantado la identidad del vengador dorado, engañando a todos los compañeros de Stark, incluido James Rhodes. Tras un ataque a la recién recuperada Stark Internacional, Zemo convenció a Rhodes para crear Soluciones Stark, un equipo pensado para atacar a los supervillanos antes de que estos den el primer paso. En el blanco de este grupo se encuentra Arthur Parks, mas conocido como el Láser Viviente, acusado injustamente por Zemo de violación. A pesar de las advertencias morales del Capitán América, Soluciones Stark sigue firme en sus propósitos…


Ando con paso firme hasta la puerta. Coloco la palma de mi mano en el molde y ésta me reconoce abriéndose. La sala es amplia, luminosa pero no cegadora; y ahí, en el centro, poderosa me espera. La puerta se cierra tras mis pasos y avanzo pausada, majestuosamente hacia ella. Ahí está, silenciosa, orgullosa. Lentamente me desnudo y me acerco a su lado, conoce mis intenciones y, a pesar de ello, ni tan solo se inmuta, ¿Tan insignificante soy a su lado? ¿Su quietud es rechazo o aceptación? Despejo mi mente, extiendo mis brazos, mis piernas, y dejo me me rodee en su abrazo gélido. Se mueve, se acerca, noto su tacto sobre mi cuerpo extrañamente sensible, nervioso. Primero, brazos y piernas, luego cuerpo y finalmente cabeza. He entrado en ella y soy diferente. Firme, poderoso, la armadura me transforma. Soy Norbert Ebersol, soy Jack Frost, soy El Arreglador. Soy el espectador de primera fila en el fin del mundo.

Mientras salgo de la habitación no puedo evitar volver a mirarme. Me da la impresión de no haber estado nunca tan cerca de una creación mía. Estoy literalmente dentro de ella, soy ella. Ahora sé que valieron la pena mis súplicas a Zemo para que me dejara participar en esto, por mucho que toque las narices hacerme pasar por un maldito robot. Llevo así una semana entera; Zemo manda, Rhodes le sigue y mientras yo me quedo atrás vigilándoles las espaldas con SS4, el único robot auténtico, claro que por lo que sé dentro podría estar el mayordomo de los Vengadores. Por cierto, yo soy SS3, genial, ¿no? Pues no lo es.

En el pasillo ya me espera mi robot «gemelo«, tal y como lo programé. Estaba seguro que Zemo no se vería capaz de controlar su propia armadura y otra externa al mismo tiempo, así que yo me ocupo de ello desde su lado. Nada de controles remotos a través de monitores que luego se estropean en el peor momento, esto es demasiado bueno para estar lejos de la acción.

Rhodes, o sea SS2, llega por el pasillo y ni nos mira. ¡El muy engreído! Si supiera que puedo hacerle pedazos con solo quererlo me trataría con mas respeto.

– ¿Ya estamos todos? -éste es Zemo. Va andando como si oyera la marcha imperial y, de hecho, no estoy muy seguro que no la oiga- Entonces podemos irnos. Hoy nos espera un gran día.

Rhodes lo mira por un momento como queriendo decir algo, pero se lo piensa mejor. No sé hasta que punto está con Zemo por propia voluntad o para vigilarlo. Yo, por si acaso no le saco el ojo de encima, y creo que el Barón tampoco lo hace.

– En marcha- dice Zemo, toca un panel de la pared, y lentamente una compuerta del techo se abre dejando el cielo al descubierto- Hay que hacer justicia.

Uno podrá pensar lo que quiera de él, pero sin duda el Barón sabe como hacer una salida dramática. El techo se abre, los motores se calientan, las botas rugen, y cuatro tanques armados salen en busca de un solo hombre que ni siquiera sabe lo que le viene encima. Esto va a ser divertido.


Volamos. Pienso en un nuevo compresor de neutrones, en un sistema de guía por ondas cerebrales, en lo excesivamente grande que es el diámetro del cañón bajo el hombro de Zemo, en lo que deben estar registrando las cámaras de mi casa, en qué pasa en los 3,2 milisegundos de diferencia entre la apertura de los motores de refresco y los estabilizadores traseros, en implantar un módulo de voz mejor en SS4, en la teoría de Aucherbasf sobre campos gravitatorios, en si las máquinas piensan, y si lo hacen, en qué, en cómo debe ser tener en tus venas circuitos integrados, en unas lentillas que generen campos de fuerza. Aterrizamos.


Mirándolo en perspectiva, claro, se veía a venir a kilómetros de distancia, pero por alguna extraña razón no se me ocurrió pensar en los Vengadores hasta que el sistema de alarma reconoció pautas caloríficas anormales cerca del cuchitril de Parks. Primero pensé en él, pero luego me di cuenta. Fotón.

«¿Estás seguro?» La voz del Barón por la radio suena un tanto distorsionada. Programo los cambios en el ordenador de abordo mientras se lo confirmo. «Se han traído la caballería pesada. Bien«. Ahora ya suena mejor.

Rhodes y yo miramos a Zemo casi al mismo tiempo. Está quieto, mirando en la dirección que le he señalado, así que supongo que debe estar calibrando los sensores para identificar al grupo entero. Pienso en calibrárselos yo, pero le doy 3 segundos de margen. Tarda 2,79.

– Debí suponer que una persona tan obstinada como el Capitán América no atendría a razones. Bien, a su lado parecen estar la Bruja Escarlata y la Capitana Marvel. No me puedo creer que realmente tengan ganas de pelea.

– ¿Quién ha hablado de pelea?- dice Rhodes- Vayamos allí, expliquémosles lo que pasa y ya está. Los Vengadores están para combatir el crimen, y está claro que el Láser ha cometido unos cuantos.

– Mira James, no quería decírtelo con lo cercano que aun estás a ellos, pero la verdad es que el Capitán vino a verme y bueno… trató de obligarme a cancelar Soluciones Stark por la fuerza… No se que le pasa, y no creo que podamos descartar del todo el control mental…

– Venga Tony, basta de tonterías, ahora mismo voy para allá y lo solucionamos en…

No me hace falta oír la señal de Zemo. Inmediatamente activo a SS4 directo hacia los Vengadores con los repulsores listos para freír quien se ponga por delante.

– ¿Qué demonios…?

– Algo debe haberle pasado a SS4. ¡Rápido Jim, tenemos que llegar antes que él!

Cosa que naturalmente es imposible. Para cuando estén a su altura ya habrá dejado claras sus intenciones de atacar, y la llegada de mas gente sólo se entenderá como refuerzos para la batalla. Me encanta que los planes salgan bien.


…me agacho y justo entonces la flecha de Ojo de Halcón pasa silbando por encima de mi cabeza, «¡Estáte quieto, latas!» grita mientras prepara la siguiente, pero yo ya no estoy, he subido hasta donde pueda encontrarle un punto ciego, pero el sensor me avisa y medio segundo después me topo con Fotón, o la Capitana Marvel, o como demonios se llame ahora, que parece tan sorprendida como yo, pero que no tiene mi sensor, y le envío sin pensar una ráfaga de repulsores, pero ella los absorbe como si fuera la cosa mas normal del mundo y me los devuelve, no muy concentrados, pero lo suficiente como para desorientarme y en este momento pienso en Ojo de Halcón y su maldita flecha, pero no recibo ningún impacto.

Me elevo un poco mas y ahora veo que el señor flechas esta ocupado con SS4, dios bendiga a los robots obedientes, y que la Marvel solo estaba de pasada para atacar a Rhodes, que ahora lo veo desmoronando el suelo donde la Bruja Escarlata intenta mantenerse de pie, pero no encuentro a Zemo por ninguna parte y me preocupo hasta que me doy cuenta que mi ordenador de a bordo puede localizarlo en un segundo, y ahí está, pero no tengo la mas remota idea de qué demonios está haciendo ahí dentro. SS4 no puede con Halcón y el escudo del Capitán América, que ha salido de vete a saber donde, y sus circuitos empiezan a chisporrotear, así que lo hago explotar tan fuerte como puedo, y sí, flechitas queda un poco atontado, pero el escudo ya estaba de vuelta así que inicio una maniobra de aproximación hacia Rhodes porque las cosas están empezando a ponerse mal, así que le envío un mensaje por radio rezando para que Marvel no lo intercepte y me coloco justo detrás suyo, espalda contra espalda frente a cuatro Vengadores.


Una vez, un fan idiota dijo que el Hombre de Hierro solo podría con toda la Patrulla-X. En estos momentos me encantaría estar rodeado de mutantes y no de Vengadores.

Rhodes le pone empeño, eso sí. Gracias a Dios la batalla le tiene lo suficientemente entretenido como para no empezar a hacer las paces, aunque ahora mismo no me importaría demasiado. A esta distancia no puedo lanzar los misiles, cierro las aperturas de ojos y boca y dejo ir gas mostaza directo hacia el Capitán América, pero la maldita Bruja ya lo ha inutilizado. Rhodes las pasa canutas con la Capitana Marvel y Halcón, mierda, ¡funcionan demasiado en equipo! No hay manera de llegar hasta los débiles sin pasar por los poderosos, lo único que puedo hacer es lanzarles ataques todo lo rápido que la armadura me permita y concentrarme en esquivar lo que me lancen, pero así no voy a aguantar, ¡no voy a poder! Estoy a punto de enviarlo todo al carajo y elevarme para dejarles ir un antitanque cuando…

… cuando el Láser Viviente sale tan tranquilo con las manos sobre la cabeza, caminando delante de Zemo.

– ¡Parad ahora mismo!- grita el Barón- ¡Esta violencia sin sentido debe terminar! ¡Voy a llevar al Láser a la Bóveda y vamos a poner fin a todo esto!

Los demás se han quedado congelados, con lo que aprovecho para salir, poco a poco, de su encerrona. El Capi es el que reacciona mas rápido.

– ¿Ahora atiendes a razones Tony? ¿Por qué?

– Quizás porque era la única manera de salvar a los míos, Capitán, que pensabais hacer con ellos, ¿matarles?

Ciertamente el silencio es incómodo.

– Todos estamos en el mismo bando- continua Zemo- los dos buscamos el bien… y los dos estamos dispuestos a recorrer a la fuerza para ello.

– ¡Los Vengadores no son unos asesinos!- grita Ojo de Halcón, pero sabe que se le agotan los argumentos así que solo añade- No me fío de ellos, no me fío de ti, latas. Te acompañamos.

– Naturalmente- y despega.


Los tres estamos en Stark Internacional ya sin armaduras y no me lo puedo creer.

– ¡¿ Un holograma?!

– Bueno, Jim, al fin y al cabo el Láser era eso, simple energía. Los hologramas y él están hechos de lo mismo, así que ¿por qué no aprovecharlo?

– Pero entonces… el Láser de verdad…

– Ah, eso…- Zemo/Tony camina hacia su armadura y la señala- me temo que está aquí.

Ya no puedo aguantarme mas:

– ¡¡¿¿Qué??!!

– No sé de que te extrañas, Jack- dice Jack pero yo sé que me lo está diciendo a mí, al Arreglador. Sabe que ha ganado y está disfrutando cada momento el muy…- el Láser es energía concentrada, sólo se trataba de crear un contenedor que pudiera con ella.

– ¿Lo has matado?

– Jim, la energía no desaparece, solo se transforma. El Láser es ahora la fuente de energía de mi armadura, y poco a poco va a ir convirtiéndose en, no se… residuos caloríficos, supongo, pero no desaparecerá. Me va a costar décadas agotar por completo las baterías, pero cuando lo haga, será libre. ¿Todos ganamos, no? Venga, vamos a celebrarlo, y luego os cuento lo que vamos a hacer ahora…


PROXIMO NÚMERO: ¡Soluciones Stark contra Los Amos del Mal! Ey, espera un momento…


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Sweet dreams…

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