Superhumanos #18

superhumanos18

Por Ibaita
Portada de MiR0 Bazoalto


Fecha de publicación: Mes 178 – 2/13


VOLUMEN II: LOS VENGADORES

Número 34: Días del futuro pasado

El puñetazo de Hulka nunca alcanzaría su destino. Perdido entre dimensiones, acabó alcanzando una pared de cemento, haciendo un enorme agujero.

-¿Pero qué…?

Teleportación. La habían teleportado del combate en Genosha. ¿Dónde estaba ahora? Miró a su alrededor. Se encontraba en mitad de un pasillo. Encima de ella, una alarma empezó a sonar.

-¡Alerta de mutado!-gritó alguien-¡Está a la vuelta de la esquina! ¡A mi señal!

Hulka se preparó para el combate. No hacía falta gran capacidad de deducción para saber que la iban a atacar. Entonces, de la esquina surgieron cuatro hombres vestidos con armaduras de combate. Parecían bastante ligeras, pero a Hulka le recordaron las armaduras de Stark. Antes de que pudiera hacer nada, el primero de ellos extendió la mano y un potente rayo sónico la derribó. No podía oír nada, y su vista se nublaba. Todo daba vueltas. Lo último que sintió fue una red eléctrica cerrándose sobre ella.


Genosha, 5 de mayo de 2031.

Hulka abrió los ojos lentamente. Se encontraba totalmente desnuda, con unas pulseras sobre su cabeza que se sujetaban magnéticamente al techo.

-No la habéis rapado todavía. ¿Llamo al Genigeniero?

-Su pelo es demasiado resistente, pero ya hemos hecho los análisis. No es mutante, así que el Geningeniero no serviría para nada. Estamos esperando al traje y la llevaremos a las celdas de contención de mutados.

-¿Qué dice el informe?

-Superfuerza nivel 75, piel extraordinariamente dura. Tampoco hemos hecho todavía las pruebas internas.

-De acuerdo, pues me paso en 5 minutos, ¿eh?

-Como veas.


6 de mayo.

Los ojos de Hulka estaban centrados en el mismo punto de su celda. Llevaba así varias horas. Tenía puesto un traje de color rojo y morado, sellado a su piel; no se podía quitar.

-¿Aquí está la nueva prisionera?

-Sí.

-¿Y puedo estar un rato a solas con ella, para conocerla?

-De hecho, no. Ya la han puesto el traje, y además no está atada, así que en cuanto entrases en la celda te mataría.

-Mierda. Me mandaban para ver si habían acabado las pruebas.

-Hmm. Parece, además, que está embarazada.

-¿Y ya habéis abortado?

-No. El feto está demasiado desarrollado para el aborto químico, y su piel es demasiado dura para el quirúrgico. Hemos probado también el de succión, pero no funciona. Parece que el feto ya tiene poderes sobrehumanos, es imposible eliminarlo.

-Joder, habrá que esperar a que dé a luz para matarlo, ¿no?

-Eso parece.


18 de octubre.

Los meses pasaban lentamente, uno tras otro. Hulka nunca había sido demasiado dura. Tal vez tuviera superfuerza, pero no suficiente voluntad. Hacía tiempo que se había rendido.

El sonido de una explosión hizo que levantara la cabeza. Se oían voces en el pasillo.

-¡Kate, libera a los presos!

La puerta de la celda de Hulka se abrió instantáneamente. Pudo ver a los soldados corriendo por el pasillo con sus armaduras, y de pronto algo les derribó a todos. El primero de todos, que había caído bien, se fue a levantar, pero un hombre se abalanzó sobre él y le hundió unas garras metálicas en el pecho, matándolo instantáneamente. Hulka reconoció a aquel hombre; era Lobezno, el que se había fugado del Helitransporte. Los otros guardias no tardaron en caer.

Confundida, Hulka salió de su celda. A la vez, otra mujer, rubia (aunque con el pelo rapado hacía poco) y con ojos fríos, salía de la celda de al lado.

-Gracias por sacarme-dijo.

-Te echábamos de menos, Suzie-dijo Lobezno volviéndose hacia Hulka-. ¿Y tú eres…?

-Jennifer.

-Bonito color de piel. ¿No os recuerda a alguien, chicos?

El grupo se fue reorganizando. La mujer que les había liberado cortocircuitando los sistemas, Kate Pryde, se acercó flotando. El que parecía el causante de las explosiones, un hombre de pelo blanco con diversas partes del cuerpo de metal y un enorme arma, también se acercó, seguido de un anciano en silla de ruedas.

-Somos de la Resistencia. Me llamo Kate, es un placer conocerte. Ésta es la Mujer Invisible, y éstos son Lobezno, Cable y Magneto.

Hulka asintió con una leve sonrisa, confundida. Si estaban en el futuro y Magneto seguía vivo, eso significaba que la misión en Genosha había fracasado, ¿no?

-El miembro del grupo que falta te caerá bien-sonrió Lobezno encendiendo un puro-. Será mejor que vayamos hacia la torre.

-¿Qué año es?-preguntó Hulka mientras corría siguiendo a los demás.

-2031-respondió Kate-¿Llevas mucho tiempo encerrada?

-Joder… Sí. Mucho tiempo. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué Genosha es un campo de concentración?

-No sé dónde te has metido los últimos 20 años, pero… Esto se lo tienes que agradecer al ejército estadounidense. Antes Genosha era un paraíso para cualquiera con superpoderes, cuando estaba gobernada por Magneto. Pero el ejército intervino y le quitó del poder; le hubiera matado si no fuera por el poder de su hija, que les salvó a ambos de la explosión que devastó el palacio. Los Centinelas, robots creados para la invasión, fueron capturando a los refugiados genoshanos, y se abrió un campo de concentración para ellos. Pero todo se descontroló… Cuando el mundo entero se enteró de la existencia de seres con superpoderes, se desató el caos. Y así sigue siendo; por eso creemos que el primer paso es atacar Genosha, para después poder restaurar el orden entre todos.

Un nuevo grupo de soldados apareció por una esquina, pero Magneto se deshizo de ellos fácilmente; sus armaduras les convertían en blancos fáciles.

-Todos los soldados usan armaduras de Stark International; Stark cedió la patente para usos militares poco después de lo de Genosha.

-¿Vienes del pasado?-preguntó Cable, corriendo al lado de Hulka.

-Sí.

-¿Sabes algo de los Cosechadores?

-¿Eh? No. ¿Por qué? ¿Quiénes son?

-Uno de ellos, mi padre. Rompehuesos, Abrecráneos o Niño Bonito; no sé cuál de los tres.

-Lo siento, no les conozco.

-Si consigues volver al pasado, tengo un favor que pedirte… Si les ves, mátalos.

-¿Eh?

-Cyborgs. Mi madre vagaba desnuda por el desierto de Australia, sin ningún recuerdo, y la violaron. Así nací yo y así tengo ese aspecto. Pero hemos llegado a la torre.

Hulka asintió, sin saber qué decir; todo sucedía demasiado rápido. Se encontraban en una de las esquinas del complejo que ocupaba gran parte de Bahía Martillo. Entonces, el último miembro del grupo llegó; el gigante de más de seis metros de alto, con la piel de color verde, aterrizó junto a la torre, destrozando el suelo con la caída.

-¿Quién… Quién eres tú?-preguntó Hulka mirándole incrédula.

-En la Isla de los Monstruos me llamaban Skaar, hijo de Hulk. ¿Y tú?

La mujer no reaccionó. Era increíble; recordó la primera vez que vio a Bruce como Hulk y lo enorme que parecía. Tras años de lucha en la Isla de los Monstruos, había crecido mucho más. Si Skaar había nacido con alteraciones gamma desde un primer momento, era lógico que fuera aún más grande y poderoso.

Hulka tartamudéo; no podía contestar. ¿Aquél era su hijo? ¿El mismo que, a la vez, estaba dentro de su vientre? Un helicóptero Hind la sacó del apuro, disparando una ráfaga de balas contra ellos. La Mujer Invisible levantó un escudo que evitó que les hicieran daño, aunque de todos modos cada uno podía evitar las balas por su cuenta. Skaar saltó contra el helicóptero con excelente precisión, aunque éste se encontraba a casi doscientos metros, y lo derribó de un fuerte golpe. Mientras, una tropa de soldados se acercaba a la torre; Cable abrió fuego contra ellos, que se cubrieron levantando escudos electromagnéticos. La Mujer Invisible mató instantáneamente a uno abriendo un campo de fuerza dentro de su cerebro, mientras Kate pasaba a través de las armaduras de los otros, cortocircuitándolos. Magneto y Lobezno les remataron mientras Skaar regresaba de otro poderoso salto.

-¿Hacia dónde tenemos que ir ahora?

-Al centro. Vamos a por el Geningeniero.

El pequeño grupo avanzaba por la prisión de Genosha, eliminando eficientemente a todos los guardias. Conforme se acercaban al centro, los guardias eran más poderosos; sus armaduras parecían capaces de aplastar a la mayoría de los presentes, e incluso tenían algún tipo de tecnología que les protegía de los poderes mentales de Cable, pero la Mujer Invisible podía hacer estallar sus cerebros creando un campo de fuerza en el interior, amén de que Magneto aplastaba cualquier armadura muy fácilmente.

Finalmente, llegaron a una gran sala repleta de extraños artefactos. El Geningeniero estaba allí, un anciano vestido con traje y corbata.

-Os estaba esperando-murmuró-. No saldréis vivos de aquí… Lo sabéis, ¿verdad?

-Tú tampoco-replicó Cable, y alzando el rifle, disparó una sola vez. Los sesos del Geningeniero se desperdigaron por la pared.

El grupo se detuvo un momento a descansar.

-Los guardias seguirán llegando-comentó Magneto-. Pero antes, mirad eso de ahí… ¿Es lo que creo que es?

-Sí-afirmó la Mujer Invisible-. La he visto antes, esta misma. Es la máquina del tiempo de Muerte.

-Entonces, lo primero será devolver a nuestra invitada a su tiempo-dijo el amo del metal-. Las paradojas temporales no suelen terminar bien. Colócate en esa plataforma, chica.

-Ni siquiera nos has dicho tu nombre, nena-comentó Lobezno mientras sacaba un puro de un estuche metálico de su bolsillo y lo encendía.

-Mejor que no lo haga. Las paradojas temporales nunca son buenas.

Hulka se introdujo en la plataforma, murmuró la fecha y Magneto la empezó a introducir en el panel. Entonces, un rayo de pura energía destrozó el techo de la sala.

-¡Mierda! ¡Centinelas! ¡Skaar, bola especial!

Skaar agarró a Lobezno y lo lanzó contra los Centinelas, pero el mutante fue desintegrado en el aire por un nuevo rayo, dejando tras de sí sólo un esqueleto de adamántium. Otro rayo rebotó contra el campo de fuerza de la Mujer Invisible. Eso fue lo último que vio Hulka mientras todo se desvanecía…


Número 35: El abogado del diablo

«Gabe Jones dice:

Ya tengo el informe, Condesa.

Vallentina Allegro dice:

¿Cuál? ¿El del Escarabajo?

Gabe Jones dice:

Sí.

Vallentina Allegro dice:

Ah, no sabía que te ocupabas tú.

Gabe Jones dice:

Bueno, es que Sitwell todavía se está acostumbrando a su nuevo cargo, antes no tenía que hacer informes.

Y mira que éste es facilito… La última vez que le pillamos, cuando le derrotó el Capi, rellenamos casi todo.

Su armadura ni siquiera ha sido mejorada.

Vallentina Allegro dice:

Y bueno, ¿entretenido el informe?

Gabe Jones dice:

Los hay mejores. ¿Recuerdas a ese viejo colgado, el Buitre?

Fue uno de los pocos supervillanos a los que se enfrentó la Cosa antes de estar en los Vengadores, creo que igual hasta el único. Le metió una viga por el culo y lo mató.

Vallentina Allegro dice:

Joder.

Eso ni siquiera es divertido, nunca he entendido el uso de fuerza letal para este tipo de personajes.

Gabe Jones dice:

Bueno, el Zancudo sigue vivo.

Vallentina Allegro dice:

Normal, no merecía la pena matarle. ¿Cuántas posibilidades tiene de escapar de prisión?

Gabe Jones dice:

Bueno, la Rana Saltarina escapó, y el Capi le encontró y le mató.

¿Y qué me dices de Rino? Recuerdo que a ése le mantuvimos en una celda especial por si alguna vez necesitábamos usarle para algo, y también escapó. Se llevó a 25 agentes de SHIELD por delante antes de que pudieran matarle.

Vallentina Allegro dice:

Sí, aquello fue desagradable. ¿Quién le mató al final, Sharon Carter?

Gabe Jones dice:

Sí.

En fin, te dejo, que tengo que hablar con Fury sobre el asunto de aquellos metamorfos de color verde. Dice que pueden ser alienígenas.

Vallentina Allegro dice:

Lo que faltaba, que nos invadan los marcianos.

Cúidate.

Gabe Jones se ha desconectado de la red interna de SHIELD.«


Los pasos de un extraño ser híbrido resonaron en la estancia de piedra.

-¿Señor?

-¿Sí, Bova?-un hombre vestido con una curiosa armadura surgió de entre las sombras.

-Señor, ya hemos recibido noticias de la Tierra Salvaje. Apenas quedan supervivientes; hemos traído a Zabú aquí.

-Vaya, que decepción. Al menos hemos salvado al último ejemplar de dientes de sable, ¿no? Bueno… Tendré que volver a la Tierra Salvaje.

El Alto Evolucionador despidió a Bova y continuó con sus experimentos.


El atardecer de New York era hermoso, si tenías un edificio lo bastante alto como para poder verlo. En el último piso de un enorme rascacielos, un hombre calvo y gordo lo contemplaba con gesto frío. Iba vestido con un traje realmente caro, y estaba fumando un puro totalmente relajado. O todo lo relajado que podía estar un hombre con tantos negocios como él.

A sus espaldas, la puerta del despacho se abrió. El hombre agarró un bastón apoyado contra la silla.

-He dicho que no quería interrupciones.

Cuando se giró, tres policías le apuntaban con sus pistolas.

-Teniente Manolis, a tu servicio. Deja el bastón en el suelo, Kingpin. Mulligan, leéle sus derechos.

Otro de los policías iba a hablar, pero Kingpin le silenció con la mirada.

-Conozco mis derechos. ¿Qué significa esto? Soy un hombre de negocios. No he cometido ningún crimen. ¿Qué derecho tenéis a entrar en mi casa?

-Lo siento, Kingpin, eso habrá colado durante 20 años, pero acabas de caer. Soap, las esposas-el tercer policía se acercó con precaución y le puso unas esposas-. Ahora que los sobornos ya no funcionan, tienes la lista de cargos entera que te han sido atribuídos durante la última década… incluyendo todos esos en los que habías conseguido un chivo expiatorio que pagara por ti. Va a ser condena de muerte seguro. Espero que tengas un buen abogado.

-Oh, no te preocupes. Lo tengo.


Matthew Murdock se dirigía a su despacho. El bastón de ciego golpeaba con precisión las calles, guiándole. Llevaba un traje azul de más de seiscientos dólares, unas gafas de sol y unos zapatos que no recordaba cuánto le habían costado. Al contrario que la mayoría de sus compañeros, no usaba ningún perfume, loción de afeitar o semejante comprado en alguna de las tiendas más caras de New York. Prefería tener el olfato despejado, y que todos los olores de la ciudad se confundieran en él. Le encantaba la ciudad. Sin embargo, tenía un asunto muy importante entre manos y debía llegar al despacho cuanto antes, por lo que decidió atajar por un callejón solitario.

Podía oír la respiración de varias personas, pero no les dio importancia; no era un mal barrio y era difícil que hubiera atracadores ahí, a pesar de que un abogado con un traje tan caro y ciego parecía la presa ideal. Murdock cambió de opinión cuando notó que le rodeaban.

El primer puñetazo fue directo a su cara. El repentino ataque casi cogió por sorpresa al abogado, que se cubrió con el maletín. Ante un ataque tan brusco, tuvo la certeza de que no buscaban su dinero. Era un ataque contra Kingpin.

Los demás también parecían dispuestos a atacar; Murdock soltó el maletín al tiempo que una patada en la cadera hacía doblarse por la mitad al primer atacante. Otro tenía un puño americano, pero el bastón bloqueó el golpe, al tiempo que el abogado giraba sobre sí mismo y evitaba otro puñetazo, haciéndole una fuerte llave a su rival que le rompió el brazo. El bastón golpeó con fuerza la cara del tercero, al mismo tiempo que una patada en el estómago hacía escupir un chorro de sangre al cuarto, que fue finalmente derribado por un golpe en la cara.

-No tenéis nada que hacer contra Kingpin-dijo Murdock lentamente-. Que sea abogado no significa que esté desprotegido. ¿Para quién trabajáis?

-No… No lo sabemos-dijo uno de ellos-. Sólo nos dieron el dinero y nos dijeron que te diéramos una paliza.

-Mientes.

Murdock sonrió mientras hacía girar la empuñadura de su bastón, revelando un cuchillo. Se colocó a escasos centímetros del hombre y puso el cuchillo en su cara, haciendo un corte fino muy lentamente, del que apenas brotaba sangre.

-Ahora, dime todo lo que sabes.


CORREO: BASE DE LOS VENGADORES

Como en la nueva Marveltopía se puede contestar muy bien en los comentarios y no había dudas -que ésas sí prefiero aclararlas aquí-, mejor dedicar esta sección a algunos apuntes, ya esta vez me he pasado especialmente metiendo subtramas retorcidas que llevaban tiempo sin ser tocadas.

En cuanto a los viajes temporales, el futuro está creado a partir del momento en el que desapareció Hulka. Es decir, la misión de Genosha no ha fracasado -aunque Magneto siga vivo-, y este futuro es el oficial a menos que la experiencia de Hulka después de pasar por aquí pueda cambiar algún detalle. Prefiero aclararlo, que con los viajes temporales nunca se sabe XD

Sobre los metamorfos de los que habla Jones, recuerdo que han aparecido cinco: el general Trueno Ross, a quién mató el Castigador con un rifle de francotirador, Clay Quatermain y otros dos compañeros, a quienes mató Lobezno cuando consiguió escapar de su celda aprovechando un despiste suyo, y Mercurio, a quien mató Magneto al darse cuenta de que no era su hijo. Se da por sentado que todos los suplantados están muertos excepto el Mercurio original, que fue encontrado moribundo por Gambito y Pícara hace un par de números.

Y sobre el Alto Evolucionador, es su primera aparición física, pero se le ha mencionado hace ya bastante tiempo como un investigador del siglo XIX -Herbert Edgar Wyndham- al que se respeta bastante por sus teorías sobre la evolución, si bien tenía teorías más excéntricas como la teleportación a las que nadie hizo mucho caso.

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