Marvel Kid vol. 2 #1

marvelkid01Joss Ryan era un chico normal, hasta que un día sus poderes mutantes salieron a la luz. Ahora se enfrenta a un mundo para el que no está preparado bajo el nombre de Marvel Kid.

Vol. 2 #1 – Back to school
Por Carlos Correia


Fecha de publicación: Mes 91 – 11/05


Nota: esta serie transcurre antes de las Guerras Infernales


Galería de personajes

  • Joss C. Ryan AKA Marvel Kid: diecisiete años, moreno, ojos verdes, metro setenta y ocho, ochenta kilos. El protagonista. Vive con su novia, Aly.
  • Alyssa Douglas: la novia de Joss. Diecisiete años, rubia, ojos castaños, metro sesenta y cinco, cincuenta y cinco kilos.
  • Jamie Matthews y Paul Deer: dos compañeros de clase de Joss y Alyssa, uno fuma demasiado, el otro habla demasiado.

Ha sido el mejor verano de mi vida.

Aly y yo hemos pasado todo el tiempo juntos. En estos dos meses nos hemos ido a Nueva York (donde aproveché para presentarle a Júbilo), hemos pasado un fin de semana en el parque nacional de Yosemite, de excursión, hemos estado visitando UCLA, para prepararnos para nuestro primer año en la universidad… y, sobre todo, hemos disfrutado de nuestra compañía.

Como ya he dicho, ha sido el mejor verano de mi vida.

Pero ahora ya ha empezado el curso. Es nuestro primer año en la Universidad. Estamos los dos en UCLA, viviendo en un loft alquilado junto al campus, que pagamos trabajando en una cafetería cercana. A nuestros padres no les ha gustado que nos quedemos juntos, pero, al final, han acabado aceptándolo. Supongo que piensan que somos demasiado jóvenes, que hace poco que salimos, y que hace poco que teníamos otras parejas diferentes, pero… no sé, lo veo lógico. Total, pasamos todo el rato que podemos juntos, que no es mucho, y si viviéramos en el campus, compartiendo habitación con otras personas, no podríamos estar juntos todo el tiempo que quisiéramos…

Eso si, el peor trago fue contárselo a ellos. Y tampoco sé muy bien por qué… con Donna se enteraron enseguida (nos vieron por la calle, que se le va a hacer), pero esta vez nos tocó ir y decirlo… era la única forma de conseguir que nos dejaran quedarnos juntos… aunque comprendo que, por muy tolerantes que sean, la idea de que sus hijos de dieciocho años convivan no tiene que ser muy agradable…

¿Por dónde iba? No sé como me las arreglo, pero siempre acabo desviándome del tema. A veces parece que me es imposible escribir nada sin irme por las ramas…

Llevamos dos semanas de clase. Aun estamos ajustándonos a los horarios, a los nuevos compañeros, a los profesores, al trabajo… todo es nuevo, todo es diferente. Aunque nuestra ciudad es medianamente grande, no es nada comparado con Los Ángeles, donde estamos ahora. Es impresionante. Es enorme. En todos los sentidos. Las autopistas, los edificios… la gente… El otro día estuvimos visitando Rodeo Drive, y es tal y como se ve en las películas. Tiendas enormes supercaras. Supermodelos paseando caniches por la calle…

¿Dije antes que todo era nuevo? Pues no. De algún modo, no sé cómo, Paul Deer y Jamie Matthews, mis dos excompañeros de instituto más raros, se las han arreglado para obtener plaza en UCLA. Cuando los vi en la cola para matricularnos, por poco me da algo. Me explicaron que habían tenido una recomendación especial del director de nuestro instituto (¿sería para quitárselos de en medio?), y que pensaban vivir en una fraternidad, y que, si ninguna los aceptaba, crearían la suya propia. Quizás debería haberme alegrado de ver caras conocidas, pero… estos dos son los mayores admiradores (¿o debería decir los únicos?) de Marvel Kid, mi «alter ego» superheroico, y se las arreglaron para meterme en líos más de una vez…

Hablando de poderes… no he tenido que usarlos ni una sola vez. Vale, sí, he ido volando de un lado a otro muchas veces, pero no me he encontrado ni demonios, ni vampiros, ni mutantes locos. Todo un alivio, comparado con el año pasado, que parecía que cada vez que me daba la vuelta aparecía algún tipo raro.

En fin, diario, lo dejo por hoy. Empiezo mi turno en el Starbucks dentro de media hora. Ya seguiré otro día.


Joss cerró el fichero de Word en el que estaba escribiendo y apagó el portátil. Hacía mucho que no escribía, pero le apetecía poner en claro sus pensamientos, y ésta era la mejor manera. Alyssa no estaba en el loft – tenía clase hasta tarde -, así que, aprovechando que había hecho la limpieza a supervelocidad gracias a sus poderes, utilizó el tiempo que le quedaba para escribir. Le encantaba escribir. Se había matriculado en una clase de escritura creativa, aunque tenía claro desde hacía tiempo que quería estudiar informática. Había pensado que, quizás, aunque se graduara en informática, cogería las suficientes asignaturas de literatura como para tenerla de secundaria1

Cogió la mochila y salió del loft. Estaba muy contento con su vivienda. Aly y él habían tenido mucha suerte, porque estaba lo suficientemente cerca de la universidad y del trabajo para que no necesitaran usar coche. Si había algo que le daba pánico a Joss era conducir por Los Ángeles…

Joss salió del edificio. Había un sol radiante, y unos treinta grados, a pesar de ser las cinco de la tarde de mediados de octubre. Cosas de California. Cruzó la avenida y se metió en un callejón cercano. Allí echó un rápido vistazo a su alrededor. No había nadie. Sacó de la mochila su uniforme y se lo puso. Había decidido no salir volando desde su piso, por si acaso había alguien mirando. No es que le preocupara que le reconocieran, pero tampoco era cuestión de dar pistas. Una vez cambiado de ropa, salió volando por encima del callejón. Le encantaba la sensación de libertad que le daba el volar, el sentir el aire en la cara… por eso aprovechaba cualquier oportunidad, aunque no le hiciera falta, como ahora: la cafetería estaba a cinco minutos andando de su casa.

Diez minutos después, Joss aterrizó en otro callejón, cercano al Starbucks en el que trabajaba. Se volvió a cambiar y se dirigió al local. Le gustaba el trabajo de camarero, no era demasiado estresante, al menos de momento, y le permitía pagarse el piso, entre otras cosas.

«Buenas tardes, Miki», saludó a su compañera al entrar. «¿Todo tranquilo?»

«Sí, Joss», le respondió la chica, de rasgos asiáticos. «Eres el primero que entra desde hace una hora.»

«Bien. Voy a cambiarme y enseguida salgo.»

Joss entró en el almacén, donde también se encontraban los vestuarios. Colgó su mochila en su taquilla y se puso el delantal, cuando oyó unos gritos. Con cuidado, se asomó a la cafetería. Un tipo con una media en la cabeza, empuñando una recortada, le estaba gritando a su compañera que le diera el dinero. ¿Qué hacer? Si le lanzaba un rayo, Miki se daría cuenta, pero si no, podría salir herida…

El tipo seguía gritando, y Miki gritaba, histérica. El tipo, cabreado, la golpeó en la cabeza con la culata de su recortada, dejándola inconsciente. Joss no esperó más, y, apuntándole con sus manos, le lanzó un rayo, que le arrancó el arma de los dedos. El tipo no sabía qué había pasado, miraba asustado de un lado a otro. Intentó volver a coger su arma, pero otro rayo de Joss la acabó por destrozar, y el tipo salió corriendo del local.

Joss salió del almacén y se acercó a su compañera. Estaba inconsciente, pero aparentemente bien. Llamó al 911 y dio aviso. La policía llegaría en unos minutos. Parecía que todo había acabado bien…


California está llena de webcams. Las hay en todos lados, hasta los más insospechados. Una de ellas ha captado algo. El usuario ve las imágenes con asombro: ¡ha cazado a un superhéroe cambiándose!

CONTINUARÁ…

1.- En los USA, las carreras son una cosa extraña que depende de qué asignaturas escojas. Según tu elección, y unas guías de estudio que hay, te dan un título u otro. Hay incluso carreras «genéricas» para gente que no tiene ni idea de lo que hacer. Además, te permiten sacarte otro título (que sería el secundario) escogiendo más asignaturas de las normales.


KIDMAIL!

Bienvenidos a la segunda temporada de Marvel Kid.

Esta es mi serie más personal, ya lo sabéis. Si habéis seguido la primera temporada, ya estaréis familiarizados con los personajes, si no, os recomiendo que la leáis (son solo trece números de nada…), aunque os pongo en situación al comienzo del relato.

Este número tenemos una carta. Salva nos felicita por la serie, de la que dice haberse leído algunos números y que le han parecido muy buenos, divertidos e interesantes. Pues muchas gracias, Salva, y espero que al final te pongas a hacernos ilustraciones para MarvelTopia.

Y eso es todo por este mes. Ya sabéis dónde encontrarnos.

¡MarvelTópicos saludos!

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